Años cuidándome de los juanetes y los sabañones, gastando en pedicura y tacos altos, para venir a enterarme ahora que los pies nunca fueron sexys. Resulta que nadie se calienta mirando ni tocándotelos como dice el mito, y aunque a mí me da cosquilla, siempre intento que luzcan esitantes por si aparece un fetichista en mi camino…
En fin que en ese contexto los tacos no aportarían más que quebradero de metatarso a quien los usa, según se desprende de las tantas conclusiones a las que arribaron unos científicos que en la revista de neurociencia Cortex publicaron el informe Sobre el tacto íntimo: zonas erógenas y organización somatosensorial cortical. Léase, en qué parte del cerebro impacta cuando alguien toca un punto sensible.
aunque no esite a nadie, nunca sin tacos! Foto via thisinsthapiness
A 800 hombres y mujeres le dieron una lista de 41 partes del cuerpo humano para que las ordenaran según fuera su reacción. Así se supo que ellos responden si les tocan las manos, la parte inferior de la espalda (ellas), los hombros, el cuello, las orejas y los labios (ambos sexos). Entre los primeros puestos del ranking erógeno le siguen los pechos (ellos, ellas), los pezones (ambos), las nalgas (ellas) y, a todos, todos, son sensibles al contacto con los genitales. El informe agrega que a las mujeres nos atrae la entrepierna masculina “más de lo que parece” y ellos hacen foco en la parte exterior de los muslos femeninos (el pantalón de montar, esa grasita odiosa con forma de paréntesis que sedimenta en las caderas). Cuestión es que ninguno, o casi ninguno de los consultados, mencionó los pies, hasta hoy considerados “deseables”. Esto descartaría la loca tesis del neuróbiólogo Vdilayanur Ramachandran para quien “los pies son sexys por la proximidad de sus sensores al de los genitales en la corteza somatosensorial primaria.”
“Mucha gente asumía que el cuerpo de las mujeres está lleno de zonas erógenas, mientras que el de los hombres tiene solamente una zona, la más obvia”, reconoce el doctor Oliver Turnbull en el artículo. “Claramente no es así. Es cierto que tienen una cierta ventaja sensorial, pero las diferencias han sido exageradas hasta la fecha” (tomen nota). Los neurocientificos sostienen que el “origen de la distribución erógena” se ubica en otro sector del cerebro y no en la corteza somatosensorial primaria, por lo que deberán estudiar un poco más para localizar la dirección exacta de la intensidad erógena.
Como sea, me niego a usar chatas….