No sé como describir el panorama erótico local considerando el duro momento que atraviesan, desde siempre, los asalariados argentinos. Hace un par de años un estudio del Departamento de Economía de la Universidad Anglia Ruskins de Inglaterra que analizaba el impacto y la frecuencia de las relaciones sexuales en la vida de un empleado, concluía que a mayor actividad sexual mayor sería la ganancia monetaria obtenida. Claro, la alegría se expande en todos los ámbitos de nuestra vida. Pero, como decía, si consideramos válida tal teoría podríamos inferir que en estas pampas estamos para atrás en los asuntos amatorios. 

Según la investigación del economista Nick Drydakis, que para demostrar su hipótesis observó el desempeño de 7500 empleados de entre 26 y 50 años, la falta del contacto carnal trae consecuencias importantes como la falta de energía y motivación en el trabajo, lo que replica invariablemente en el nivel de ingresos. Su conclusión fue que aquellos empleados que tienen dos o tres relaciones sexuales a la semana llegan a cobrar hasta un 4,5% más que aquellos que no las practican o que reciben cariño muy esporádicamente, explicaba en el artículo “El efecto de la actividad sexual en los salarios”, publicado por el Instituto para el Estudio del Trabajo, en Bonn, Alemania.

practiquemos el after office….Mario Testino para Vogue France

Para Drydakis, como para muchos economistas que analizan la relación del consumo con la vida personal, “el sexo es un barómetro de la salud, la calidad de vida, el bienestar y la felicidad. Las personas necesitamos amar y ser amadas, tanto en lo sexual como en lo sentimental. Ante la falta de amor, nos volvemos más susceptibles a la soledad, la ansiedad y la depresión, factores que repercuten directamente en la productividad laboral”, sostiene.

En fin, que habrá que juntar fuerzas para alcanzar a cubrir también la cuota de sexo semanal…