No es la primera vez que un funcionario público tiene alguna idea desopilante que a la larga termina resultando apropiada, por no decir una solución genial. En una localidad de Suecia, uno de los pocos países modelo junto con sus vecinos Dinamarca y Noruega, atento a la notable caída de la tasa de nacimientos, un concejal del partido demócrata local pensó un proyecto para que los empleados puedan tener sexo en horas de trabajo. La idea de Per-Erik Muskos, concejal de Overtorneå, genero la burla de sus colegas y electores, pero el hombre no ha hecho más que interpretar la realidad y buscarle al problema de fondo alguna salida original y acorde a los tiempos que corren.
Parece que los habitantes de Suecia, que solían tener fama de liberales y desenfrenados, finalmente han resultado ser gente de lo más normal. El estrés, el cansancio y los asuntos cotidianos de la vida moderna les afectan como al resto de los seres pedestres, al punto de que desde 1996 a la fecha han bajado la frecuencia de sus relaciones a un 24%, según una encuesta local realizada por el diario Aftonbladet. Esto se da especialmente en matrimonios de larga data, con o sin chicos, por lo que el “plan de fomento” está dirigido a reavivar la sana costumbre del encuentro erótico.
“Debemos apoyar el aumento de la natalidad. Dado que el sexo es una excelente forma de hacer ejercicio con efectos positivos que están documentados para el bienestar de las personas, el municipio podría matar dos pájaros de un tiro y animar a los empleados a disfrutar de algunas horas libres para ir a casa y tener relaciones sexuales con su pareja”, dijo el autor del proyecto al diario Norrbottens Kuriren. “Creo que el sexo es un bien escaso en las relaciones de pareja largas. El día a día es agotador y los niños están en casa. Sería una oportunidad para poder disfrutarlo en las horas de trabajo” y aclaró que los solteros también les cabe el mismo derecho.
Claro, la medida suena ingeniosa solo que no sé cómo se podría implementar, habida cuenta de que primero hay que hacer coincidir los biorritmos, pues la libido de hombres y mujeres tiene distintas franjas horarias. A las mujeres les cuesta la mañana porque seguimos bajo los efectos de la melatonina y la temperatura corporal es baja, mientras que los hombres están en su punto justo, con las hormonas disparadas. A media mañana nosotras estamos a full gracias a las endorfinas, ellos en su pico diario de testosterona. El mediodía sería biologicamente la mejor hora para darse al juego, especialmente para las mujeres, ya que a la noche llegamos cansados, empieza a subir la melatonina y decrece la excitación.
En mi patria chica, como en la mayoría de las ciudades y pueblos del interior de nuestros países latinos, la siesta sigue siendo sagrada. Ahora vemos por qué….