Cuando era chica no veía la hora de ser adulta para empezar a fumar. Estaba fascinada por el sex appel que desprendía el rubio de Camel cada vez que bajaba del jeep y se prendía un puchito; más me gustaban las publicidades de los inoxidables Nono Pugliese y Claudia Sánchez, ella siempre espléndida, echando el humo con estudiado desgano por la rendija de sus dientes de conejo.
Fumé como un ekeko durante los años de facultad, pero esa absurda percepción del glamour del vicio se me fue el día que un chico me dijo que olía mal. De eso no te das cuenta hasta que alguien te lo dice. Inconscientemente muchas personas ven en el cigarrillo un accesorio de la seducción, algo que subraya la masculinidad en un hombre y aporta un halo erótico a la mujer que pita con gesto de suficiencia, o rebeldía.
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Hace unos días se celebró en Santiago de Compostela, España, el XI Congreso Español de Sexología organizado por la Federación Española de Sociedades de Sexología, y una de las ponencias anunció que el acto de fumar, amén de provocar cáncer y otras desgracias, también causa gravísimos problemas a la hora de la seducción. “El tabaco ya no es sexy”, agregó una sexóloga, ante una audiencia que seguramente no veía la hora de salir a prenderse un cigarro.
Es verdad que pasada la furia de la adolescencia y la estupidez de la juventud uno cae en la cuenta de que el tabaco no es nada sexy, sino lo contrario: deja olor en la boca, la ropa, el pelo, y tiñe de amarillo los dientes. De gris los dedos. La última vez que rechacé un hombre fue justamente porque durante toda la velada se la pasó con el Gitanes “incrustado” entre los labios, y culpa de su hábito me pesqué un resfrío (tenía que acompañarlo a fumar a la vereda, porque ya no se podía en los espacios cerrados).
Según la sexóloga, “un hombre que huele a humo suele dar repelús y las mujeres con los dientes amarillentos por la nicotina y la piel poco hidratada pueden causar rechazo entre quienes desean cortejarlas” y agregó la especialista que los viciosos, además suelen tener problemas de erección y que las damas fumadoras son menos activas en la cama.
El hábito de fumar, coincidieron los médicos, sexólogos y psicólogos, “va en detrimento de las relaciones sexuales”. Cada cigarrillo causa, por el efecto de la nicotina, una media hora de “vasoespasmo arterial”. De esta manera, una persona que permanece despierta 16 horas al día y fuma 30 cigarrillos “no le da descanso a sus arterias”, lo que “no es una ayuda para los vasos de los genitales que necesitan dilatarse para lograr la erección en el hombre o la lubricación en la mujer”.
La presidenta de la Federación, Miren Larrazábal, alertó que el “aún desconocido efecto negativo del tabaco en la seducción” interfiere perjudicialmente sobre “los principales pilares de la sexualidad”, que son la reproducción, el placer y la comunicación. “Unos dientes amarillos, un aliento fuerte y molesto o una piel debilitada y deshidratada son factores que actualmente retraen la atracción y debilitan el proceso de seducción”, concluyó la experta.
…. antes que ser una marginada sexual, prefiero apagar el pucho.