El arte de desnudarte

 

No sé cómo se las arregla, pero Spencer Tunick siempre logra que la gente se quede en cueros para darle sentido a su obra, que la verdad, fotográficamente me resulta pobrísima, o mejor dicho, no es de mi “sensibilidad”, como mi madre me enseñó a decir toda vez que alguien te pide una opinión sobre estética.

El fenómeno de la masa desnuda posando alegremente en un espacio público no me llama la atención, y no creo que contribuya demasiado a una mejor comprensión de la humanidad ni tampoco que genere adhesiones a las causas más significativas, como el hambre en Africa, la discriminación y la persecución racial, entre otras tantas igualmente condenables.  “Homosexuales y mujeres se han tumbado desnudos, juntos. Eso muestra al mundo entero que los australianos están profundamente comprometidos en la construcción de una sociedad libre e igualitaria”, aclaró, sin embargo,  el “artista” norteamericano, quien ha bautizado su flamante composición como “Mardi Gras: La Base”.

Si él lo dice, así será, pues.

Para la postal reunió a 5000 voluntarios australianos que tiritando de frío (otoño, creo) despojaron sus partes pudendas frente a la cámara, y a metros de las escaleras de la Opera de Sydney. Me pregunto cómo hicieron, si en la zona improvisaron vestuarios para dejar las pilchas o qué. Si la cosa sucediera acá (que sucedió, y si mal no recuerdo fue al pié del Obelisco) te birlaban hasta las medias, y ay…no me imagino subiendo al taxi o esperando el colectivo para volver a casa, cubriendo los sectores con una hojita de lapacho.