El uso indiscriminado de las redes sociales y las aplicaciones de citas ha hecho que muchas personas sensatas se conviertan en una caricatura de sí mismas. Cada foto y cada frase que publicamos delatan cada cosa que nos falta o que nos pasa emocionalmente, casi como un reflejo. Pero si hay fenómeno aún más intimidante que haya alentado la era 2.0 es el de los hombres que para ganar su cuota de sexo en las redes no tienen mejor idea que publicar imágenes de sus zonas pudendas desnudas. Qué mujer no se ha cruzado con el perfil de un sujeto en zunga y en pose de calendario erótico, o con el pantalón desabrochado a la altura de los abdominales bajos?…
Puedo hablar por mi misma, pues hace unos años tuve a un festejante bastante atrevido que de motus propio mandó por WhatsApp una foto recién salido de la ducha, momento en el que para mí dejó de ser atractivo para transformarse en toda una decepción (por el gesto). Algo habría de estar sufriendo para que un adulto de tu talla llegara a perder así la estima, pensé entonces. Sin embargo, en el mercado de las relaciones liquidas, hoy todo vale. Un estudio de Singles in América, un portal de estadísticas y encuestas patrocinado por Match y que indaga en la vida sexual de los solteros de Estados Unidos (la asesora principal es la antropóloga Helen Fisher) reveló que el 47% de los varones había enviado al menos una vez en su vida un retrato de sus genitales a una mujer. El 53% de las consultadas confirmo haber recibido imágenes semejantes, pero solo 4% de ellas dijo haberlas reclamado previamente, es decir, le había pedido a su interlocutor una foto en cueros. En Australia el 20% de las mujeres cibernautas consultadas en un sondeo sobre acoso sexual indicaron que habían recibido material semejante, dice una nota interesantísima publicada en El País de Madrid. Yo más que acoso creo que es exhibicionismo puro, un trastorno que la era tecnológica ha llevado al extremo de naturalizar, pues tarde o temprano hasta el ser más inteligente acaba cayendo en la trampa.
te lo pierdes, nena Sunshine
Al decir de la RAE el termino exhibicionismo (es masculino) alude al “deseo persistente y excesivo de exhibirse, y a la tendencia patológica a mostrar los propios órganos genitales en público”. El trastorno se da principalmente en hombres, de hecho en el barrio de mi más tierna infancia las madres le llamaban “sátiros” a esos individuos que a plena luz del día solían circular en bicicleta o auto por las calles con el miembro viril asomando distraídamente por la bragueta. La gracia es definida por la psiquiatría como una desviación mental que lleva al individuo que la padece a actuar especialmente en lugares públicos: en los parques, en un restaurante, donde sea que lo vean, sin ninguna vergüenza ni pudor.
Pero justamente lo que el sujeto busca no es la aceptación ni elevar su autoestima, sino lo hace porque le da placer, aunque esa motivación en los sitios de citas se combina con la intención de manifestar la disponibilidad sexual y la potencia para la tarea, probar su competencia en un mercado sentimental que ya está viciado, sin dudas.