En la ciudad de Venecia no gustaron los afiches publicitarios de la última campaña de Bulgari. La marca italiana había contratado al fotógrafo Mario Testino para que retratara a la actriz Julianne Moore con sus partes pudendas apenas cubiertas con joyas y carteras…y un par de cachorritos de león, que nada tenían qué ver con el negocio, pero que igual la ligaron. Los pobres lucen un poco atosigados entre las manos tensas de la diva. Y lógico, hay que “agarrarlos” fuerte (miren al que está en las piernas) pues no son gatitos de sofá, y te la regalo si en plena sesión de fotos te dan un zaparzo ahí, dónde más duele.
La campaña también incluyó aves exóticas, no sé si un papagayo o qué otro pajarito era, uno muy blanco y con un pico tipo torno de dentista.
Por cierto, ella está divina, un poquito pálida, nada más. Pero declara 49 y se jacta de andar al natural, de no recurrir a las cirugías, ni al bótox ni al relleno…aunque acá no parece estar en contra del fotochop pues, no nos engañemos: al borde de los 50 nadie sale en las fotos tan planchada. La cuestión es que el intendente de Venecia, Giorgio Orsoni, consideró que las imágenes eran demasiado subidas y que esa “carga erótica desentona con el paisaje de la ciudad de los canales”, asi que ordenó que se bajaran los carteles que decoraban la Plaza de San Marcos.
A mí lo único que me molesta es que sigan utilizando a los animales para justificar la banalidad humana. Quién sabe como habrá recibido la leona a sus cachorros después de haber estado éstos en zonas ajenas a su ámbito, y en contacto con olores poco familiares.