¿Es un mérito ser modelo, tener un cuerpo de 90- 60 – 90 y casi un metro ochenta de altura, acusar 30 años, ser lindísima, inteligente… y virgen? En un contexto social tan “desfavorable”, digo por la oferta de sexo que inunda la vida contemporánea, la venezolana Vivian Sleiman (la foto más abajo) jura haber llegado a las tres décadas sin haberse acostado, jamás de los jamases, con un hombre. Cuesta creerle, sin embargo esta hermosa chica de origen musulmán, hija de padres libaneses y candidata a Mis Venezuela en 2001 (quedó eliminada, según ella, por no acceder a las exigencias eróticas de un jurado que le propuso cambiar sexo por votos) sigue esperando al príncipe azul a quién entregarle intacta su virtud, y a esos fines ha decidido también emprender una cruzada por la virginidad y la dignidad de las mujeres.
esperando el amor fashioniswhatkeepsmealive
Una hazaña, realmente. No sé si es saludable reprimir una urgencia biológica tan natural y necesaria como el sexo, pero mantener ese estado inmaculado por tanto tiempo le ha traído otros beneficios, de los que ya goza: acaba de publicar Virgen a los 30, un libro en el que hace catarsis y que ya es un éxito de ventas en su caribeño país, tierra de mujeres voluptuosas y donde es común que las nenas debuten a los doce o catorce años o vendan, via Internet, por miles de dólares su primer encuentro. Como lo define la autora, escribir su experiencia personal ha sido una manera de sacar afuera tanta energía acumulada….
Vivian, virgen a los 30 foto gentileza ABC.es
El texto es un sencillo relato de cómo logra controlar sus apetitos y cuáles son las razones por las que ha decidido preservarse hasta encontrar el “hombre de su vida”, lo que me resulta una ambición un tanto “desmedida” en estas épocas líquidas. Vivian es la hija menor de cuatro hermanos varones y, si observamos la foto que ilustra este post, veremos que es una preciosa mujer, atributo que le permitió trabajar 7 años como modelo para pagarse la carrera de nutricionista en la universidad. Sus padres se divorciaron cuando era muy chica, y su madre, cuenta, ha sido su guardiana y ejemplo a seguir, ya que al “único hombre que besó” fue a su ex marido.
En fin, nadie puede juzgarla, y aunque no coincido con las ideas extremas, rescato la enorme fuerza de voluntad y el convencimiento, sin dudas, la única forma de alcanzar un objetivo, cualquiera sea, en esta vida.