Si tenés un pasado turbulento y te preguntan por él … ¿estás en condiciones de ponerte una mano en el corazón y decir con cuántas personas te acostaste, en total? Seguramente terminarías “adornando” la cifra con cara de carmelita en ayunas, como lo hacen muchas personas cuidadosas de su pasado, a excepción de mi amiga Marilú, que no tiene problema en admitir que para contabilizar sus amantes necesita otros “20 dedos”.
Al final, los prejuicios se han invertido. En el pasado lo que menos querías era que trascendiera tu vida privada, para que en el barrio no te tomen por “pota”, como dice un lector de este blog. Hoy, dentro de ciertos círculos sociales, sumar “porotos a tu cartón” es sinónimo de que sos una mina fuerte y capaz de asumir tu sexualidad, lo que ya no es lo mismo que ser una “reventada”. Pero, en cualquier caso, la presión social por la “cantidad” hace que mujeres y hombres inflen o desinflen la cifra de amantes que pasaron por sus vidas.
recordando a los amantes girlcrushing la vitaebela
“Las mujeres son más sensibles a la presión y a las expectativas sociales respeto de su comportamiento sexual y pueden ser menos honestas cuando se les pregunta sobre él”, explica en un artículo la psicóloga Terri Fisher, de la Universidad de Ohio. En un estudio sobre el tema detectaron que el 33% de las encuestadas miente el número de amantes con el simple fin de quedar, ante un candidato potable, como una chica correcta y de “su casa”. El 64% admitió achicar la lista para parecer menos “promiscua” y más “casta”.
los hombres de Marilú… moreadultarchive via big fun
Solo una quinta parte de las consultadas admitió que achicaría aun más el número si supiera el número que acopia su partennaire, cosa de no herir su orgullo, no ser más, y evitar que a la hora de los bifes se sienta abrumado ante los “conocimientos” de ella.
Pero los hombres, según la encuesta, tampoco dirán la verdad verdadera sobre el punto. El 43% le miente a su nueva pareja y el 63% infla la lista de compañeras sexuales del pasado, aunque el globo termina pinchándose porque reconocen un promedio de 13 mujeres en total, mientras que ellas reconocen una media de 7, lo que podría considerarse “respetable”.
El punto es por qué mentimos, por qué no podemos asumir lo que verdaderamente somos. Yo, que he sido educada en la escuela de la discreción de mi madre, que me enseñó que no es de buena educación andar preguntándole a la gente las cifras de su vida, a menos que quiera ventilarlas espontáneamente, considero que a nadie le importa ese rincón de tu pasado. Ni siquiera a tu pareja actual.
Por eso considero que mentir en esa circunstancia incómoda es simplemente un atajo válido para evadir una pregunta fuera de lugar: se trata de una cuestión privada, ajena al presente…o ¿cambiaría la relación si supiéramos que el otro se acostó con un batallón? Si usó “protección”, ya con eso es suficiente.
Además, las damas y los hombres no tienen memoria, ¿no?