El arte no tiene fronteras ni pruritos. Cualquier cosa o sujeto puede ser elevado a la categoría de estatua, aunque se trate de un gasto inútil de bronce, resina, piedra o mármol, o lo que fuere que sea el material con que se inmortalice a un individuo, como en este caso, el ex premier italiano Silvio Berlusconi.
Sin duda el hombre pasará a la historia por su voracidad amatoria y no por sus méritos politicos que, si los tuvo, han quedado definitivamente sepultados por su fama de fiestero y corrupto. El artista plástico ruso Mijail Dolgopolov lo reprodujo, sutilmente, en una escultura a escala bautizada “Acto Divino”, en la que se lo muestra desnudo y de pie junto a una mujer joven, también desnuda…. que le practica sexo oral. La obra forma parte de una exhibición internacional en la ciudad de Espoleto, y está realizada en bronce. El autor ha puesto “énfasis” y cantidad extra de materia en los atributos del premier, que no sé que habrá opinado ante semejante evocación.
Por las dudas, los organizadores de la muestra decidieron tapar la zona erógena de Il Cavaliere con un trapito rojo. No creo que los italianos estén escandalizados por esto, que es más bien una provocación sin mucha pretensión, pues como obra deja mucho que desear…