Con suerte, el siglo XXI acabará por enterrar ciertos mitos que amenazan con fosilizarse en el imaginario colectivo. Muchos crecimos, por ejemplo, sospechando que fulana llegó a gerente general porque se acostó con menganito, o que sultanita se casó con fulanito para asegurarse la beca conyugal, y de paso figurar en las páginas de sociales. Del mismo modo pretendieron convencernos de que a la hora del sexo a todos los hombres les tira más la necesidad que el placer.
Hay de todo en el supermercado global. Pero a veces las cosas son al revés.
Vicent Bousserez via ponyxpress
Sin ir tan lejos, un amigo terminó con su novia de tres años y desde varios meses no tiene sexo más que consigo mismo. Dice que la abstinencia no es por falta de ofertas, sino de ánimo. Se pregunta cuándo volverá a gustarle una chica, porque que él no es de acostarse deportivamente. No encuentra razones para hacerlo, más que la necesidad y en su caso, el deseo por alguien. Pero hay más, muchos más motivos.
Un sondeo elaborado por los psicólogos David Buss y Cindy Meston, de la Universidad de Texas, enumera 237 razones por las cuales hombres y mujeres hoy van a la cama. Y héte aquí el hallazgo más revolucionario de la lista: “los resultados sugieren que los hombres son más proclives a admitir que se acostaron con una mujer “para elevar el nivel social” “conseguir ascensos, aumentos de sueldos o favores” o “porque ella era famosa”, dice Buss.
El trabajo de Meston y Buss, que entrevistaron a 2000 personas de entre 17 y 50 años, desmiente también el clásico “hoy no, querido, me duele la cabeza” atribuido a las mujeres. A veces, ésa excusa es el estímulo: muchas respondieron que mantienen relaciones sexuales para calmar el dolor (y es verdad que se va). Del mismo modo hay cada vez más hombres que argumentan “cansancio laboral” para evitar el contacto físico con su media naranja.
“Para dormirme después”, “para hacer sentir bien a mi pareja”, “para quemar calorías”, “para devolver un favor”, “para no tener frío”, “para lastimar a un enemigo” o “para cambiar de tema” o “para trasmitirle una vénera al ex” son algunas de las causas citadas, y publicadas en la edición de agosto de los Archivos de Conducta Sexual. Buss, autor del libro La evolución del deseo, dijo estar “sorprendido por la riqueza de la psicología sexual”.
La mejor noticia es que ambos grupos coinciden en las principales razones de prestarse o no al juego erótico. Entre ellas figuran “quise expresar mi amor a la otra persona”, “porque me sentí excitado”, “por diversión”, en ese orden.