Sexo en la milonga II

 

Lo vi entrar con sus zapatitos color crema, jean gastado, el cuerpo compacto y la cabeza calva, recién salida de la peluquería, y me dije: éste tipo no es de acá. Aunque algunos extranjeros intentan mimetizarse, en la milonga se distingue a la legua quién es foráneo y quién no. Según el país de procedencia (Europa, Asia o Estados Unidos) el turista tendrá siempre un aire distinto, mundano, más o menos cool, lo que hará imposible confundirlo con la fauna tanguera local.

El hombre en cuestión llegó con su bolsita y acompañado de un tipo parecido a él, pero más bajo. Los ubicaron en la mesa de al lado, e inevitablemente los escuché hablar. Eran españoles.

-Volvieron los gallegos,  al fin, pero, uf, éstos le dan al puré de ajo, acotó mi vecina de mesa, y yo tragando un sorbito de té recordé a los bailarines pestilentes con los que me crucé en este derrotero accidentado y cruel.


REV_TANGO_WORKSHOP

mejunje de abrazos Foto Graciela Calabrese La Nación

No lo digo con maldad: hay extranjeros que comen fuerte y que cuando bailan exudan lo que comen. Lo hablaba minutos antes con mi amigo Ricardo, que venía de bailar con una japonesa divina pero con “aliento a pecera”, según dijo (será por las algas del sushi, supongo). Pero éste no era ninguno de esos casos: el español era inquietante, muy… La milonga destila sexo, ya lo dije yo aquí.

Como lo sentaron justo a mi costado, no pude “trabajar” cómodamente. Estaba demasiado cerca. Clavarle la vista y pegarme en la frente un moño de regalo era casi lo mismo, y yo soy una mirona perseverante pero discreta. En fin que se tomó un café, ató bien los cordones del zapato, cabeceó a una de su estirpe (turista), y allá salió.

Oh, sorpresa. En la pista caminaba al ras del suelo, pisando a tiempo, suave y seguro. La espalda de la chica iba completamente envuelta en sus brazos y, entre la penumbra del salón y la dulzura de Canaro su presencia se fue magnificando, hasta convertirse en mi único objetivo de la noche. Hacía años que no veía a un bailarín tan bueno y viril en esta pista.

Pero no sería fácil. Miro un poco el horizonte y noto que hay mucha competencia. Una tribuna de grandes bailarinas, todas bonitas, se afilaba las uñas. Y yo estaba en mi peor momento, apenas un poco de rimel y con un peinado a lo Tío Cosa que mejor ni recordar. Estoy segura de que todas mirábamos al supuesto gallego con ojos jadeantes y mascullando para adentro “lo quiero YA”.

Es un pelotudo no te gastes, a mi me usó durante años para aprender y ahora se cree Dios, me atajó una conocida, cuando le pregunté quién era el sujeto. Yo no recuerdo haberlo visto en los últimos 10 años, en ninguna milonga porteña.

Asi que viendo que la cosa iría para largo, de repente, no sé cómo ni por qué, tal vez urgida por ese instinto de supervivencia taurino (eran las otras o yo) giré la cabeza y lo miré fijo, con ojos de vaca posesa, y hablando sin hablar le dije quiero bailar A HO RA. El pobrecito sorprendido inclinó la cabeza gentil y redonda como un chupetín, y con una sonrisita resignada pronunció el tan esperado “¿bailás?”.

milonga del moran

La milonga del Morán

Resultó que no es gallego sino bilbaíno, vasco. Baila tango desde hace 12 años y ha tomado clases privadas con maestros como Naveira, Verón, Zotto. Muy reservado, apenas habló de sí mismo. En un lapsus de emoción violenta le dije que me alegraba que la crisis del Euro no haya interrumpido sus vacaciones (se queda un mes en Buenos Aires) a lo que contestó un seco “igual hubiera venido”. No recuerdo mucho más, solo que regresé “pipona” a mi mesa y que antes de partir fui a contarle a unas amigas la experiencia, para que traten de bailar con él…

¿cuál? ah, sos tontita vos, eh…es famoso, todas lo quieren, ese tipo irradia una energía especial, es algo muy raro

..si, tan raro como creer que volás.

————————————

PD: cuando iba de salida, un amigo de la milonga me presentó a dos amigas suyas fanáticas de este blog, que también bailan tango y que no se imaginaban que yo era yo, y que también bailo tango. Y que además estábamos, sin saberlo, todos amontonados en mi Facebook.  Me emocioné al punto de permitirme una foto (de espaldas). Ellos son Gabriella- de Italia- Ana Lía, Adriana (justo salió a bailar), y Ramiro, mejor conocido como René, agudo columnista de El Tangauta, y que hizo la feliz conexión ¡Qué noche Bariloche!.

rami

Va un Googlejot milonguero por si este sábado quieren probar de qué se trata el tango:


Ver Tango y después... en un mapa ampliado