Una app que reivindica el arte del levante callejero

 

En estos tiempos de relaciones virtuales vuelvo a creer en el levante callejero, el arte de coincidir y hacer que los astros choquen sin más recurso que la realidad.

Ayer con unas amigas departíamos en un bar del barrio acerca de la medida del tiempo y otras cosas cuando un señor acodado en la barra se acercó para entregarle a una de las chicas un piropo escrito en una servilleta. Tenía buena letra, y ni un error de ortografía, lo que a estas alturas considero sexy. Escena parecida presencié en una tienda de ropa femenina semanas atrás. Un chico se metió entre los percheros de las blusas siguiendo a una mujer con la que evidentemente se había cruzado en la calle solo para decirle que era bonita, tanto, que hasta entró a buscarla al negocio: “no soy casado ni te quiero molestar, me gustaría tomar un café con vos, nada más, si querés” le dijo mientras le daba una tarjeta con su número. Hoy otra amiga que vende piezas de diseño cuenta que hace un tiempo un cliente entró al local a comprar una pulsera y terminó pidiéndole el número de celular. En fin. Gestos como éstos confirman mi teoría de que el mundo se divide en dos: entre las personas que tienen coraje y las que no.

La destinataria había sondeado el horizonte con discreción, pero evidentemente su encanto la superó. Leo ahora en un ensayo de la psicóloga Mónica Moore, de la Universidad de Webster, Missouri, y publicado en la revista Time, que  “aquellas mujeres que hacen más de 35 gestos de demostración, a la hora consiguen que se les acerquen más de cuatro personas”, dice en el texto. La autora analizó ante la conducta en público de 2000 solteros y solteras, para saber cuánto tardan en acercarse (menos de 60 minutos). Además, la variedad de gestos o mensajes, dice, es crucial a la hora de generar un encuentro.

las consecuencias de coincidir en el barrio via lovely

Pero cierto es que el levante hoy, como están las cosas, necesita una ayudita, por eso apenas llegué a casa bajé hapnn, una aplicación que reivindica el arte del encuentro mediante este bendito invento que es la geolocalización, el GPS, y yo que pensé que solo servía para cuando te roban el coche.

Como Tinder, esta App permite ubicar usuarios disponibles en la zona donde uno esté con solo responder a la pregunta básica: ¿donde estás? Es decir, si saco a la perra a pasear y me cruzo con el chico que almuerza en el bar de la esquina, y ambos somos usuarios y antes cruzamos miradas, puede que tengamos chances de encontrarnos finalmente en happn. En fin, después habrá que sostenerlo, como todo en el mundo real …