Paren el mundo que me quiero bajar, pienso leyendo las últimas noticias sobre las brutalidades cometidas en Alepo, y sobre un bar nocturno que inaugura en Los Ángeles solo para gente bella. Ahora que parecían disiparse las fronteras entre los seres humanos, ahora que al fin todos los estereotipos estéticos tienen cabida en la tapa de las revistas de moda, aparecen iniciativas como éstas, que atrasan cien años lo que tanto costó aprender.
Así reflexionando sobre el alcance de las miserias humanas es que me entero que existe el portal de citas Beautiful People, que solo admite entre sus miembros a aquellos hombres y mujeres que cumplan con algún tipo de encanto físico notable, a la vista. No valen la inteligencia ni la simpatía ni ninguno de esos ingredientes compensatorios que hacen único a cada individuo. Desconozco cuál será el criterio selectivo pero para poder registrarse y conseguir pareja a tu altura los administradores exigen entre los requisitos foto actualizada de cara y cuerpo del aspirante. El sitio funciona desde 2002 y a la fecha dicen que ha rechazado a más de 11 millones personas por considerarlas feas, literalmente. Según el apolíneo empresario Greg Hodge, fundador de este singular proyecto que ha sido señalado por discriminatorio en todo el mundo, sus clientes están cansados de tener pocas opciones para conocer pares, pues están “hartos de ir a bares caros esperando encontrar a gente tan guapa como ellos, solo para pasar la noche deseando que la iluminación fuera más baja” dijo meses atrás al diario The Sun a propósito de la inauguración de un bar que funciona como apéndice del portal.
Quienes quieran concurrir e intenten franquear el acceso no necesariamente deberán tener perfil en el sitio. Solo deberán someterse al escaneo visual de los patovicas que evaluarán tu aspecto, sistema de admisión que desde hace siglos practican los porteros de bares en todo el mundo. Sin embargo, Hodge promete ser amplio y convocar “gente brillante, inteligente y elocuente, gente de todo tipo de vida, desde asistentes dentales a modelos.” En esos casos el criterio se extiende al dinero y al estatus social, porque ésa clase de belleza es la que finalmente mueve el negocio. “La riqueza es un factor importante a la hora de percibir la belleza, especialmente con las mujeres”, argumenta el fundador.
La verdad es que prefiero la honestidad brutal, al contrario de lo que sucede en la mayoría de los espacios nocturnos, donde antes de comerse una denuncia por discriminación, el portero repite la fatídica frase de rigor: “hoy está cerrado porque tenemos un evento privado.”
Tampoco quisiera prejuzgar, pero si la idea es conseguir algo más que sexo en un lugar como éste, vale recordar que, como decía José Ortega y Gasset, “la belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora”…