En este país usamos el verbo “salimos” para etiquetar o clasificar una relación sentimental de la que ninguna de las partes involucradas se hace cargo formalmente.
Suena absurdo, pero el “salimos” vendría a ser la definición de un estado civil en el que hay un compromiso, pero a medias. Es algo así como ser “medio soltero”. Para algunos “salir” puede ser la previa de un vínculo estable, y para otros el hecho de que dos personas “salgan” no significa que sean pareja o novios despúes… ¿o somos pareja en cualquier caso, aunque ninguno acuse recibo? y en ese caso, ¿cuál es la señal que indica que uno pasó de un estado a otro?…
Matthew Dols via senseroticanalblog
Despúes de un Negroni y un Mojito arribamos a estos dilemas con mi amigo Pablo. Pablo hace un año que se “ve” o “sale” con una mujer con la que se reencontró en un bar- librería de Palermo Viejo, un día que él andaba sin anteojos. No la reconoció hasta que la walkiria de uñas rojas y boca jugosa se acercó sonriente y le recordó que habían compartido una oficina hacía muchos años.
-¿¿Cómo estás?…
Se mareó al descubrir que era tan linda la rubia. Reaccionó cuando ella le pidió el mail. La cosa es que a la semana siguiente, mail va mail viene, terminaron sentados en el mismo bar mirando las fotos que mi amigo sacó la última vez que escaló una montaña, porque a ella también le gusta trepar alturas y sacar fotos. Y esa misma tarde, impulsados por la lluvia y la curiosidad de la carne, partieron eyectados a la cama de Pablo. Desde entonces empezaron a frecuentarse para tener sexo y charlar de la vida. Se gustan, la pasan de maravillas y disfrutan la conversación, aunque él dice que no tienen nada en común. Nada de nada. Y tampoco son amigos. Un día, fresca y como quién no quiere la cosa, ella preguntó que rótulo le pondría al vínculo que los une, al parecer, básicamente utilitario.
El dice que no sabe qué etiqueta ponerle. Pero ella tampoco tiene respuesta, y no se ha molestado en averiguar más. Igual se siguen acostando.
En fin. Así es la fauna humana.