Relatos hot para un día de lluvia

Nunca más oportuno el reclamo de Lalo Potemkin. Aprovechando que nuestro querido lector pide un relato hot, he aquí para ustedes, en exclusiva, un erótico anticipo de primavera, que además viene a cuento del post anterior.

La escena que a continuación transcríboles integra un capítulo del libro La segunda vida de las flores, de pronta aparición en las librerías y que fue escrita por Fernández, amigo y autor de Corazones solitarios. Cuando me contó que en la novela había un momento subidito de tono, pensé que sería apropiado y rendidor para las fantasías desacatadas de mis lectores, más ahora que se avecina un fin de semana gris y lloviudo….

Salut!

Imagen David Bellemère via ponyxpress

Capítulo 8

Fernández vio, en retrospectiva, cómo el viejo se quedaba pasmado, los ojos grises abiertos y redondos como claraboyas, y cómo se sacudía por efecto de la inercia y cómo se caía de culo mientras el Megane plateado se escapaba, doblaba más allá, atravesaba calles, cruzaba Juan B. Justo y se detenía en el cruce de Ravignani y Paraguay. Estás loca, empezó a decir. Vamos arriba -le dijo ella tapándole la boca con besos-. Vamos arriba, estoy mojada. Fernández no pensaba, sólo se sacudía por el miedo y la calentura.

Ella lo abrazó en el vestíbulo del edificio, lo desnudó en el ascensor, se arrodilló en el palier para saborearlo y lo empujó adentro con una autoridad nueva y apremiante. No hablaban, se habían terminado hasta las miradas. Era un acto tantas veces postergado que venía como un vendaval silencioso y ciego, aunque arrasador. Se tropezaron en la cocina quitándose las ropas y los zapatos, y ella lo arrastró al piso, se le puso arriba y tomó el mando con energía y plasticidad. Primero la cosa fue salvaje, como venía de afuera: Fernández con los dientes apretados y Mili con la boca abierta, arqueándose cada vez que acababa.

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El cine porno, según las mujeres

El porno casero se ha vuelto una afición para miles de onanistas y parejas que se filman para luego subir el video y verse copulando a lo bestias en la Web. La tendencia florece en los sitios más bizarros de Internet y amenaza a este nicho del séptimo arte, que además enfrenta una provocación mayor: las jóvenes directoras de cine están abriéndose camino en el género con un discurso propio y renovado que hará tambalear el negocio, históricamente “regenteado” por hombres.

A mí el porno me aburre. Y en este caso barrunto que tiene tinte feminista, y tampoco me “excitan” los asuntos de género. Pero que tiene mérito, tiene mérito.

Días atrás el gobierno sueco donó 69.000 dólares para la realización de “Dirty Diaries” (Diarios sucios), una serie de 12 cortometrajes de la documentalista Mia Engberg. “Las películas siempre fueron filmadas por hombres, y para hombres. Es hora de mostrar la sexualidad desde el punto de vista de las mujeres. La película no está hecha para satisfacer a un público masculino ni para hacer dinero”, explicó la dama.

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Las aventuras del pene y la vagina

No tengo idea de cómo será el juego éste que han inventado para desasnar a los adolescentes acerca del sexo y sus enfermedades de trasmisión. Ojalá se cumplan las buenas intenciones.

Pero más allá de la información preventiva, a quienes van a debutar deberían explicarles que el sexo es una forma más de expresión personal, que es una escuela de la nunca se egresa y en la que no hay exámenes por rendir, felizmente. En la cama solo basta con ser uno mismo, liberarse de las exigencias personales, prestarte atención a las necesidades del otro y estar preparado para sortear las frustraciones ¡y seguir participando!.

A propósito del post anterior (orgasmos), y pensando en el juego de preguntas y respuestas, encontré estos vídeos escritos y dirigidos por dos historietistas italianos, simplemente geniales. Didácticos y útiles para toda la población sexualmente activa, acá el pene y la vagina son protagonistas de una historia de amor en la que el diálogo va resolviendo enigmas e interrogantes vitales para cuidarse la salud y procurarse el mutuo placer. Les dejo éste en inglés, pero métanse en la pagina web, están en italiano, y son imperdibles. www.peneevagina.it/

Libros para ratonearse I

Los días grises y nubiosos suelen ser un opio. Pero gracias a Inés, una lectora que cada tanto se cae de visita por el blog y que ahora quiere le recomiende algún librito erógeno, ayer pasé una tarde inquietante acurrucada en las sábanas de algunos clásicos de la literatura erótica, todos prestados por Raquel, mi amiga erudita que siempre me ahorra lecturas parasitarias. En este caso no es fácil recomendar a ciegas, básicamente porque la frontera entre lo obsceno y lo sensual es tan finita que a veces lo que a unos calienta, a otros escandaliza. Y así.

En fin. Como tengo cierta debilidad por la cultura japonesa, instintivamente recordé la temperatura que hay en las páginas de Al sur de la frontera, al oeste del sol, de Haruki Murakami. Uno de los pasajes del libro es tan pero tan vívido que te saca piel de gallina…

Pero a propósito de Inés alquilé Henry y June, dirigida por Ang Lee (Secreto en la Montaña). Pese a que el guión resultó un letargo, la película me condujo hasta la vida de Anaïs Nin, una mujer intensa que ha escrito diarios, cuentos y novelas fogosas. Fuí directamente a la biblioteca por la biografía donde ella revela los entretelones del triángulo amoroso que vivió con el escritor Henry Miller y su mujer June, vínculo que a Nin terminó por liberarla sexual y moralmente de sus íntimos conflictos y ataduras. Léanlo. Es sutil y llana para describir el frenesí sexual que la consume. La peli (una de las escenas más lindas ilustra este post, ellos amándose bajo un puente en París) se salva gracias a la fotografía, a la puesta en escena, y a Uma Thurman que está divina en el papel de bisexual.

Ahora tengo en la mesita de luz varios libros de la colección La Sonrisa Vertical (el título lo dice todo) y, en la próxima, Inés, prometo más sugerencias. ¡Ah! Se me olvida recordarles que este tipo de libros -sobre todo los cuentos cortos- tienen poderes afrodisíacos, es decir, son ideales para leer en buena compañía…

Los astros en la cama

Mi amigo Ricky no pone un pie fuera de su casa si antes no leyó el horóscopo, y un ex espera la revista del domingo para ver que le deparará su signo en cuestiones laborales. Claro que nunca van a admitirlo públicamente, porque la mayoría de los hombres, y también muchas mujeres, consideran que la astrología y todo lo relativo al cosmos es charlatanería. Pero para esa otra parte de la humanidad que cree fervientemente en la conjunción de los planetas y en la química que fluye entre los nativos de determinados signos astrales, tengo para recomedarles un libro revelador que explora por primera vez la identidad, costumbres, preferencias y comportamiento sexual de los doce signos solares.

Sextrología es la última obra de Stella Starsky y Quinn Cox, los astrólogos más cool del firmamento neoyorkino, ya que colaboran o han colaborado en medios prestigiosos como The New York Times, Observer, Boston Globe, Wallpaper, In style y otras tantas publicaciones americanas donde nunca falta el bendito pronóstico sentimental.

Obviamente resultaría muy naÏve tratar reducir las respuestas de la líbido de millones de personas a doce categorías celestes (porque están trazadas en el cielo), pero lo que los autores procuran es explicar la naturaleza erótica de cada una mediante un lenguaje divertido, ligeramente chancho y excitante por momentos, porque van a los bifes, es decir llaman a las cosas por su nombre: a los arianos les gustan los genitales afeitados y la posición del misionero, a la geminiana le va el cibersexo y los intercambios, el hombre virgo prefiere el porno duro y el voyeurismo…y así a lo largo de más de 500 páginas.

Un amigo mío dice que los astrólogos son verdaderos genios porque basta con escribir tres palabras para manipular el ánimo de miles de seres humanos. Leí algo sobre mi signo en este libro y confieso que quedé un poco desorientada…parece que las taurinas nos gusta ¡travestirnos!.