De chiquita iba al autocine con mis padres y el perro, y recuerdo haber visto coches con los vidrios empañados y móviendose sospechosamente en la quietud del estacionamiento. Traca traca. No sé cómo hacían los amantes para no ahogarse en el encierro, o no morir infartados cuando el vendedor de golosinas golpeaba la ventanilla. Ahora tan civilizados estamos que en varias ciudades del mundo existen espacios especiales para el sexo en cuatro ruedas, como en Italia, por ejemplo, que en breve podría inaugurar un Love Parking, emprendimiento vital para solucionar dilemas urbanos en la Barra, un distrito de 120.000 habitantes al este de Nápoles.
Eso es hacer gestión pública.
perdoná la demora, no sabía que (no) ponerme para ir al autocine bigfun
El “parque del amor” cumpliría las funciones de un estacionamiento pago, pero exclusivo para quienes gusten intimar en el vehículo. Tendrá vigilancia y venta de preservativos, más otros amenities “temáticos”. La idea de las autoridades napolitanas es básicamente terminar con los espectáculos callejeros, y sobre todo evitar que la mafia le vuele la tapa de los sesos a los vecinos incautos. “Los fines de semana se ve a los jóvenes haciendo el amor en las motos y en los coches aparcados, tapándose con periódicos, inmersos en la degradación, sin iluminación, en los barrios más pobres y con peligrosidad objetiva de actos de violencia”, dijo con toda razón Anna Cozzino, vocera del municipio.
Y no. En Nápoles no es tan simple darse a la pasión en la vía pública: el crimen organizado y la delincuencia son las más altas de Italia…