Crece el turismo sexual femenino en Africa

Después de las palabras de Monseñor me siento poco menos que una hereje titulando este post, y quizá algo de razón tenga el hombre con eso de que el mundo se ha vuelto un fornicariato, aunque yo prefiero pensarlo de un modo menos brutal. Quiero creer que el ser humano a estas alturas ha comprendido que la vida es corta y que el famoso paraíso prometido no existe en ninguna otra parte sino adentro de uno mismo, y entonces, mientras no le hagas nada malo a nadie y haya consentimiento adulto, a disfrutarlo como puedas, porque otro no hay!

Supongo que la misma corazonada moviliza a esas señoras que viajan hasta las playas de Senegal con la intención de confirmar que, después de todo, no son ningún patito feo sino seres dignos de amor, como cualquier mujer de este planeta. El turismo sexual, leo en el diario La Vanguardia de España, es cada vez más notable en las playas de aquel país cuna de atletas maratónicos y esbeltos, a donde francesas, españolas e italianas jubiladas y no tanto van por una cuota de sol, sexo y vacaciones. El mercado de la prostitución masculina existe hace largo rato, sobre todo en países donde las oportunidades no son iguales para todos. Tampoco en Francia es algo desconocido, incluso hace muchos años, recuerdo, se filmó una película sobre el fenómeno de los gigolòs o acompañantes que a cambio de dinero dan charla y afecto a ejecutivas sin tiempo ni ganas para tener relaciones sentimentales estables. En ese contexto, lo único que tiene de nuevo lo del “empoderamiento femenino” es la palabra.

A propósito de esto, y no es que defienda la prostitución sino el libre albedrío y las ganas de beberse hasta la última gota del tiempo, una de las musas inspiradoras de esta “corriente” fue sin dudas la irreverente Samantha Jones, ese divino personaje de Sex and the City encarnado por la actriz Kim Catrall, que dicho sea de paso acaba de cumplir 60 años. En su homenaje, la periodista Ana Calvo del portal Mujer hoy se tomó el trabajo de compilar algunas frases y verdades irrefutables que Samantha legó a las mujeres sexualmente activas del mundo, y que las turistas de Senegal ya han puesto en práctica, según parece.

Más abajo les copio las mejores,…y que me perdone Monseñor, ya iré por mi kilo de ostias!

“No voy a dejar que la sociedad me juzgue. Me vestiré como me dé la gana y se la chuparé a quien yo quiera mientras pueda seguir arrodillándome y respirar”

“Escuchadme: el hombre perfecto es una ilusión. Empiecen a vivir vuestras vidas”.

“Tengo una cita con mi vibrador”.

“En la vida hay dos tipos de hombres: los que te cogen de la mano y los que sólo quieren cogerte”

“No entiendo cómo habéis sobrevivido a esto del amor. Es una mierda”

“El sexo con un ex puede ser deprimente. Si es bueno, te deprimirás porque es algo que ya no tienes en tu vida, y si es malo, simplemente te habrás acostado con un ex”

“Si me quedo insatisfecha una vez es culpa suya; si me quedo insatisfecha dos veces es culpa mía”

“Soy ‘try sexual’: pruebo todo al menos una vez”

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Para la gente joven el sexo es vintage

El sexo es vintage. Lentamente está pasando de moda, aun cuando nunca hubo tanta oferta ni fue tan fácil conseguirlo como en este siglo XXI. No porque sí la revista Playboy ya no pone chicas desnudas ni en su portada.

Me atrevo a decirlo en un momento en el que las redes sociales han multiplicado las posibilidades de cualquier ser humano de acceder a un encuentro casual. Ahora que tenemos porno casero hasta en el celular, y ahora que hasta en el anuncio de galletitas hay un mensaje erótico encriptado. Ahora que al fin las escuelas entendieron la necesidad de la educación sexual (en el mundo, acá nos falta), y que somos un poco más conscientes de las pestes que podemos pegar si no usamos protección. Ahora que hablamos libremente de lo que nos gusta y lo que no, que habemus Viagra y vibrador a control remoto, que tenemos coach y robots, y que las mujeres se han emponderado en la cama también. Cualquier día de éstos el Papa pide que usemos condones!!!

Para mí que los primeros síntomas de ese hastío incipiente se dieron en Japón, donde hombres y mujeres se tocan cada vez menos, y a cambio crecen el onanismo, el consumo de juguetes y esas prácticas estrambóticas que no incluyen penetración ni ninguna otra clase de contacto. La decadencia mayor la sufre el cine XXX desde que cualquiera puede filmarse un videito en casa y subirlo la red para que lo vean los amigos.

 ....amor, nada más…

La confirmación palmaria del que el sexo per se nos tiene un poco podridos surge de un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista Archives of Sexual Behavior, que difunde la mayoría de los estudios y ensayos científicos de institutos y universidades de Estados Unidos y el mundo. La investigación demuestra que la gente nacida en las décadas de los 80 y los 90, es decir los millenials, tienen menos relaciones sexuales que sus padres y abuelos. No es que no las tengan, tienen menos, y con complicaciones.

Y como no. La sobre información y el bombardeo de imágenes han resultado un bumerán para el deseo. En vez de darnos ganas nos dió pánico escénico. Frustraciones, y en el peor de los casos, depresión. Eso no solo le pasa a los jóvenes. “El sexo no es nada” me dijo una vez un seductor serial que solía acosar hasta las mujeres de sus amigos, mientras los sábados por la noche se hundía en la soledad de una cama King Size y el plasma más grande de todo Miami. 

Y es que tarde o temprano todos acabaremos descubriendo que lo único que necesitábamos era una buena conversación.

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Estar casada aumenta en 7 horas el trabajo semanal

Las mujeres enamoradas (o algo parecido) ya no piensan en convivir. Conozco muchas de distintas edades que tienen pareja cama afuera, mi madre entre ellas, y otras tantas casadas que querrían revertir dicho estado, o al menos mudarse solas y mantener cualquier formato de relación, pero bajo distintos techos. Claro, y hay miles que todavía sueñan con hacer la aventura de la vida en común, pero la tendencia indica que la autonomía y la independencia acabaràn y para siempre con el viejo y querido modelo Susanita, en franca decadencia desde que la mayoría paga sus propias cuentas y desde que el vibrador se ha convertido en el electrodoméstico más apreciado del boudoir femenino. “En todo caso casarse es un plan, una excusa para hacer una fiesta y ponerse un lindo vestido, hacer un viaje, y compartir los gastos” me explicaba días atrás la hija de una amiga.

Su pronóstico no está caído del mundo. Leo que en Estados Unidos actualmente hay más personas de entre 18 y 34 años que vive con sus padres que gente de la misma edad viviendo en pareja, según datos estadísticos del Pew Research Center. En Europa hacia 1991 el 64,6% de los varones y el 51,8% de las mujeres de entre 18 y 34 años vivían sin pareja, pero en el censo de 2011 esos números treparon hasta el 78,9% y el 68,6%, respectivamente. Acá estamos a tono con el primer mundo. El censo de 2010 decía que en la Argentina había más de medio millón de hombres y mujeres de 25 y 44 años viviendo solos. En Buenos Aires esa población eran sobre todo jóvenes entre 25 y 34 años (17,4%) y mayores de 65 años (42,4%), pero casi la mitad de los hogares encabezados por una mujer eran unipersonales (46,6%), especialmente los de mujeres jóvenes, que iban en aumento, publicaban los informes de entonces. Seis años después, si resistieron la crisis, la cifra podría haberse duplicado.

…….solas,  y viva el dolce far niente via lovely

Le pregunto a una conocida que lleva diez años de novia por qué no convive de una vez y la respuesta es contundente: …para qué? Y de alguna manera se entiende por que, entre otras cosas, hoy estar casada supone siete horas de trabajo extra en la semana y sin ninguna gratificaciòn material, sostiene un trabajo sobre igualdad de género liderado por el sociólogo Frank Stafford, del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan.

Para los estudiosos del asunto, hoy las jóvenes solteras usan 12 horas a la semana para las tareas domésticas mientras que a las casadas esas labores le insumen 60 horas, es decir, quintuplican el tiempo de fregado, peor si tienen hijos. Eso parece a la distancia una gran conquista si tenemos en cuenta que en 1976 las solas destinaban un promedio de 26 horas semanales a las tareas domésticas, mientras que los hombres tan sólo seis.

En fin, sigo creyendo que compartir la vida con la persona amada es edificante porque uno crece y mejora como individuo, claro, siempre que el otro valga la pena… y lave sus propias medias! De lo contrario, ni la jubilación por ama de casa compensa la energía puesta en sostener la pose…

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¿Las mujeres se jubilan sexualmente a los 65?

Me encanta la personalidad y la voluptuosa humanidad de Susan Sarandon, que a sus 69 luce tal cual es, sin que los cuchillos ni los rellenos químicos hayan modificado sus rasgos y atributos naturales. Más linda me cae ahora que declaró su intención de dedicarse al porno cuando cumpla 80 años. No aclaró si querría dirigir o actuar, pero en cualquier caso, qué más da. La vitalidad sexual no tiene límites ni en la práctica ni en la imaginación.

Por un lado, lo que Susan no sabe es que desde hace más de una década existe una generación de jóvenes directoras de cine para adultos dedicadas a aportarle contenido a este sector de la industria que siempre estuvo hecho por y para hombres. Erika Lust, Vex Ashley, Jennifer Lyon-Bell, Ovidie y Jackie St. James, entre otras son algunas de las jóvenes directoras que se han tomado seriamente el tema del sexo duro, desde el punto de vista narrativo, digo. “La mayor parte de la pornografía es brutal y no resulta placentera desde un punto de vista femenino. Cuando no quiera actuar más, quiero hacer eso. Lo que hace realmente interesante a un acto sexual es cómo se produce ese primer contacto, ese primer beso. Estos momentos necesitan cuidado” dijo la cándida actriz a su paso por la red carpet del último Festival de Cannes, donde la homenajearon por el 25 aniversario de la ya clásica Thelma &Louise.

lo mismo pero màs real erikalust.com

Pero volviendo a lo de la edad, me pregunto si la audiencia para ese entonces, cuando Sarandon se lance a las arenas del triple XXX, tendrá ganas de ver a una mujer mayor haciéndolo en la pantalla grande, porque convengamos que el sexo hoy pareciera ser exclusivo de la gente flaca y joven. No hay porno ni escenas eróticas protagonizadas por adultos, salvo en los canales de video, pero en el cine no abundan porque no venden. El sexo en la tercera edad no es tema marketinero, y asumámoslo sin pretensiones de corrección política, pues a todos nos cuesta incluso imaginar a nuestros padres teniendo relaciones. Pero lo hacen, y lo haremos nosotros llegado el momento (al menos eso esperamos.) 

Hace poco leí en un diario español que la mujeres se jubilan sexualmente a los 65, según un estudio sobre ‘Comportamientos sexuales entre adultos mayores en España”, realizado por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y publicado en las prestigiosas páginas de The Journal of Sexual Medicine. Ahí se afirma que en Europa el 62,3% de los hombres de más de 65 tienen relaciones regularmente, mientras que a esa misma edad solo el 37,4% de las mujeres declara estar sexualmente activas. Los números sugieren que ellos tienen cuerda para rato y que de esa cuerda tiran las mujeres más jóvenes, porque de lo contrario, ¿con quien se acuestan si las de su misma edad están en paro?…

Lo radiante que luce Sarandon lleva a pensar que muchas septoagenarias están haciendo exactamente lo mismo que ellos.

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El toqueteo tiene su protocolo

Suelo tocar bastante a las personas, bueno, a ciertas personas. A veces conversando con alguien agradable me veo tentada de pasarle la mano por el hombro o tomarlo del brazo, distraída. Digo error pues no se me había ocurrido que ese gesto inofensivo a muchos individuos les puede caer mal. Y si lo pienso, es razonable. El toqueteo es un gesto confuso. Por ejemplo, puede confundirse con deseo. Me ha pasado con una prima homosexual a que la aprecio mucho y hacia tiempo no veía. Cuando nos reencontramos años atrás sentí una enorme alegría y tal vez me pasé de amorosa, pero nada más. Tengo un conocido que me franelea apenas puede y sin ninguna intención, lo hace de cariñoso y confianzudo, como yo.

Pero esto que es una manifestación natural de ciertas personalidades ha sido objeto de estudio en la Universidad de Oxford, tan luego. Un grupo de investigadores de esta prestigiosa casa de estudios, en colaboración con la Universidad Aalto de Finlandia, consultó a unos 1300 hombres y mujeres de cinco continentes a fin de elaborar un mapa de los tocamientos que producen placer y los que incomodan, digamos, una cartografía que nos revela donde y qué tipo de roces son pertinentes en cada quién, según sea el tipo de vinculo social. Un protocolo de caricias (para ahorrarnos cachetazos).

….todo tuyo, menos el alisado permanente sunshine

Los consultados tuvieron que indicar con distintos colores las zonas del cuerpo suceptibles de ser rozadas sea por parientes, ignotos y parejas, y cuales eran las consideradas tabú. Las conclusiones no fueron sorprendentes. Por ejemplo, a las mujeres no les gusta que un hombre desconocido las toque, los ingleses son los más ariscos, incluso con sus parejas; los italianos tampoco se sienten cómodos si los manosean sin pedirles permiso, mientras que los finlandeses en general son los mejor dispuestos a las demostraciones físicas.

Digamos que aunque queremos que nos den cariño, nada será sin respeto. Por eso mismo, y ya que estamos, agregaría algunas sugerencias a este delicado manual, pues no hay nada más elocuente y peligroso que el tacto. En lo personal creo que nadie tiene derecho a tocarte el pelo ni acomodarte el peinado, ni tu mamá ni tu novio y menos que menos alguien a quien nunca antes viste en tu vida. La melena es sagrada, más con lo que cuesta la peluquería en estos tiempos. Eso se extiende a la cabeza en general y sobre todo al cuello, pues nunca faltan esos masajistas furtivos que en una reunión social asaltan cervicales desprevenidas para amasarlas, romperlas y de paso echar una mano. Para eso están los kinesiólogos.

Tampoco está bueno que en una primera cita el desconocido empiece a sobarte la pierna mientras conversan, o que te lleve por la calle tomada de la cintura, básicamente porque se trata de áreas erógenas. Y en verano yo suelo huir de los abrazos a lo oso, porque… ¿a quién le gusta que le apoyen el sobaco transpirado?…

Son detalles, no sé.

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Quién paga la cuenta en la primera cita

Le explico a una amiga que está convaleciente en la terapia intensiva de un sanatorio, a propósito del tránsito intenso de médicos con inmaculado guardapolvo (que ironía más poética), que los hombres están como desinflados. O habíamos idealizado demasiado su fortaleza o en menos de un lustro cambiaron drásticamente su manera de relacionarse con las mujeres, pese a que nunca como hoy les fue tan fácil conseguir sexo. Sin dudas la economía ha transformado para siempre el escenario sentimental del futuro, mucho más que la tecnología. Hoy el bolsillo define cuántas citas al mes puede tener, y con quién.

Cómo es eso, me pregunta ella, acomodándose la cánula del suero.

Hace un tiempo cuando le quise presentar alguien a un conocido mío que estaba soltero, éste me aclaró que aceptaba solo si la candidata era “par”. Par, económicamente. Estaba pasando por una crisis financiera importante y no podía invitarla a un buen lugar, y se sentía disminuido por eso. Como un león sin dientes. La cita fracasó antes de que pudiera consumarse, al menos por chat. Ella vive una vida acomodada y no tenía problema en salir con alguien en bancarrota. Insistí, sin suerte.
Es cierto que todavía el grueso de las mujeres elige hombres por su cuenta bancaria, pero leyendo hace poco las proyecciones eromateriales que describe el economista Martin Tetaz en su libro Pshychonomics, la situación podría revertirse en menos de 25 años. Entonces serán los hombres los que elijan a las mujeres por su posición económica y las mujeres quienes seleccionen a sus parejas por su aspectos físicos, “pues la brecha de educación entre ambos géneros se está cerrando, y es muy probable que próximamente se invierta, haciendo que por lo tanto pasen a ganar mejores salarios las mujeres que los hombres” plantea la teoría de Tetaz. Esto vendría a ser una versión contemporánea de la “dote”, costumbre que se mantuvo en muchas sociedades hasta entrado el siglo XX, cuando las solteras para poder casarse debían aportar unos billetes al comienzo del matrimonio.

Ay, me olvidé la billetera..noopfacce via sunshine 

Pero mientras nada de eso ocurra, el modelo ancestral del varón proveedor seguirá dejándonos solteros, al menos en estos desastrosos países del tercer mundo. No digo sin sexo, digo solos. Para un divorciado con hijos hoy una cita a la “antigua” supone, de movida, $1500. Si es un tipo inquieto, de esos que salen con varias amigas al mes, el costo se duplica. “Vos andá sumando: cine, cena (con vino, postre), nafta, estacionamiento, un trago en un bar. Y si tuviera que ir a un telo más o menos, ya se complica” decía un cuarentón en una mesa de café, tiempo atrás, cuando me dedicaba a escuchar conversaciones ajenas. “Hoy esperan que les pagues todo” se lamentaba mi último date

Un estudio de la Universidad de Chapman, California, realizado en 2013 sobre el tema (“Research on Which Gender Pays for a Date Shows Changing – but Also Resistance to Changing – Conventional Gender Norms”) y publicado en este diario el año último, revisó la actitud de 17.000 personas en una primera cita, y concluyó que a la hora de pagar seguimos en las cavernas:

– el 84% de los hombres dijo que suele correr con todo el gasto en la primera y en las siguientes citas
– el 64% dijo que le gustaría pagar a medias.
– el 44% dijo perder el interés hacia una mujer que ni amaga a compartir, por lo menos, la mitad de la cuenta.
-el 76% que aceptó compartir la cuenta confesó sentirse culposo o incómodo más tarde
-el 57% de las mujeres ofreció pagar la mitad o la totalidad de la cuenta, pero en el 39% de ellos rechazó la propuesta y pagó todo.

En fin. Unos pagan para sostener su masculinidad y otras quieren novio pero no sueltan ni la propina, es decir, hemos caído en la trampa de la evolución. La figura el hombre proveedor ha malcriado a una generación de mujeres que, aunque con buenos salarios e independientes, se fuga cuando llega el mozo con la cuenta. “Vos fingí demencia, o mirá el Whatsapp” suele decirme una amiga cuando le explico que me conduelo la rentabilidad sexual de sus salidas. Es que, o nos aggiornarnos, o a llorar como las chinas…

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La fantasía del argentino es hacer un trío

Me han ofrecido hacer un trío. Alguien me recordó que yo misma lo había mencionado entre las máximas eróticas para 2016, y bueno, llegó la primera invitación del año!

Claro, que me encantaría participar de un lindo menage a trois…. pero si algo tengo claro es que eso nunca sucedería con otra chica sino que, como a la mayoría de las mujeres, de ser un sueño, el sueño sería compartir la velada con dos espléndidos efebos, pues, para pedir… pidamos todo! Pero lamentablemente a la mayoría de los hombres no les gusta ese tipo de competencia. En fin, a veces la gente me sobreestima por el simple hecho de escribir sobre sexo, como si eso significase que me va todo, desde el bondage japonés hasta la pose del ornitorrinco, así es que cuando digo que no siento curiosidad por esa clase de acompañamiento femenino, sobreviene la decepción. Por supuesto siempre es un halago que alguien quiera incluirte en sus programas de esparcimiento. Yo al menos lo tomo así.  

 fantasear, como soñar, no cuesta nada...Herb Ritts

El party es la gran fantasía erótica de la raza humana, sino la más recurrente.  Recuerdo haber leído que según un informe elaborado en mayo de 2015 por la agencia de marketing Becom1 sobre las preferencias de los argentinos a la hora de pensar en el sexo y el erotismo, tomando por datos 675.000 menciones en blogs, Twitter y Facebook, el trío fue la palabra más mencionada del diccionario popular. Tanto hombres como mujeres de estas pampas comparten la curiosidad por incluir a un tercero en su cama (el 27% de ellas y el 47% de ellos). También se supo que el voyeurismo (mirar como lo hacen los demás) es la segunda fantasía del 22% de las mujeres, mientras que al 25% de los hombres habla de los disfraces.

Oh sorpresa, al 19% de ellas le gustaría acostarse con una mujer, y otro dato revelador es que los hombres jóvenes fantasean muy seguido con las maduras, al menos el 68% tendrían sexo con ellas, pero solo el 14% de las chicas elegirían a un señor mayor para concretarlas. Pero, como estiman muchos otros ensayos y sondeos, ilusiones como éstas son el combustible de las relaciones que tenemos cuando podemos: cerca del 70% de los argentinos confesó tener sexo “una vez por semana seguro”. 

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Sexo entre amigos para mantener la salud

¿Tenés novio en la India?
-Tuve los primeros dos años. Salía con un chico que vendía CDs. Después no sé qué me pasó, si fue la postmenopausia o qué, pero empecé a poner la libido en otras cosas. Me di cuenta de que el amor no pasa por la pareja, si no por dar al mundo y a las generaciones futuras un mundo mejor. Gasté tanta energía en tantos tipos… Y siempre fui muy masoquista. Pero ahora pienso que sin un compañero también podés vivir muy feliz. Hace un año y unos meses que… nada. Ni siquiera tuve una cita. Estoy en Tinder, pero no pasa nada ahí. Son todos muy histéricos. (Daisy May Queen, lanacion.com)

La crisis es mundial. Esta respetada colega que hace unos años en un rapto de “cordura” tuvo la valentía de buscarse una vida nueva al otro lado del mundo, da cuenta de lo difícil que es hoy encontrar amor en cualquier geografía, y del chasco de los sitios de citas como usinas del sexo casual. Ahora sabemos que en la India el Tinder tampoco rinde lo que prometía. Queloparió! Esta epidemia me preocupa más que el aumento de tarifas. 

Me solidarizo con todas las Daisys del planeta y coincido en que, efectivamente, debemos tratar de ser felices con nosotros mismos sea cocinando galletitas veganas o salvando ballenas. Pero la ciencia dice que salud se resiente si no hay afecto carnal. ¿Un año y medio sin amor puede ser mucho tiempo?. No lo sé, pero el cariño físico es tan indispensable como el runing y cualquier otro ejercicio aeróbico: si perdés el ritmo te achanchás. En síntesis, luego de un tiempo prudencial hay que buscarse un amante. Ya ven cuan falso o efímero es el elogio de la soltería, pues aunque repitas que podés ser feliz sin pareja, dormir despatarrada en la cama y no rendirle cuentas a nadie, a la larga la naturaleza te lleva a buscarla hasta en esos tugurios virtuales.

hey, alguien me quiere? sunshinecafe

La gran pregunta del siglo XXI es dónde encontrarla. Lo único seguro a esta altura es que nadie llama a tu puerta espontáneamente ni te sigue en la calle, salvo para afanarte la cartera. A las coincidencias debemos crearlas (oxímoron éste, si los hay!). Oséase, si el Tinder no funca y el chico de los CDs no da más señales, la opción será revisar, ponéle, la lista de Whatsaap. Digo esto sin haber estado nunca a favor del sexo con amigos. Sin embargo la realidad sentimental hoy es tan compleja que hasta la RAE blanqueó la situación de los solos incorporando al diccionario la palabra amigovio (“persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo.”) Parece que finalmente terminaremos aceptando que acostarse con amigos es un tentempié saludable, que además no pone en riesgo el vínculo original.

Según la Asociación Americana para el Estudio Científico de la Sexualidad que estudió el fenómeno entre 200 personas que tuvieron sexo en una relación de amistad de al menos tres años, la amistad está a salvo en la mayoría de los casos, permanece aún cuando hubo intimidad. Después de un año el 26% de los consultados seguían siendo amigos con sexo esporádico, el 15% se habían convertido en parejas el 28% habían vuelto a ser simplemente amigos sin roces y el 31% no había vuelto a tener relación con la otra persona, de ningún tipo. Ya ven, no hay nada que perder. De última nos vamos a la India a cocinar galletas veganas!

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Reall Dolls, la nueva generación de muñecas inflables

En su momento las llamaban muñecas inflables porque venían dobladas en una caja y tomaban forma en un soplo de inflador. Eran bien bizarras, recuerdo haber visto algunos ejemplares en un gran sexshop de la Av. Corrientes. Ahora la tecnología las ha perfeccionado a imagen y semejanza de una it girl (un ideal femenino poco probable, alentado por la industria de la moda) y se llaman “Real Dolls” o muñecas reales, valga el oxímoronA tal punto avanzó el diseño que en breve estas mujercitas vendrán dotadas de inteligencia artificial, es decir, quizá hasta tengan orgasmos y te digan sos lo más, papi…El sueño del pibe, digamos.

Qué miedo entrar al cuarto de un señor y encontrarte con una escondida en el placar! No quiero parecerme a doña Rosa repitiendo en pleno siglo XXI el fatídico “a lo que hemos llegado”, pero no dejo de sorprenderme y preguntarme qué clase de desdichado podría recurrir a un monstruito semejante, habiendo a la mano tanta oferta de mujeres de carne y hueso, dispuestas, lindas, buenas, geishas…y gratis! Claro, con las reales hay que trabajar, pero convengamos que hay que ponerle mucho entusiasmo a la cosa para gozar con una momia así de sumisa, turgente y flexible que cuesta cerca de 10.000 dólares aprox, inversión que supongo se amortiza rápido.

sos mi Amo….Gza Stacy Leigh

Hasta hace unos años los mayores consumidores de estos juguetes eran los japoneses, hoy con lo hipersexualizada que está la sociedad, la demanda crece y los principales clientes de Reall Dolls están en Alemania y Reino Unido. Para satisfacer las fantasías y gustos de ese ancho mundo masculino la industria está desarrollado criaturas de un hiperrealismo espeluznante, digno de Damien Hirst, con todo lo macabro que trasuntan sus obras. Fabricadas de silicona medicinal y a escala, ahora vienen customizadas, es decir, si te gustan gorditas, caderonas, con panza o chatas, tetas chicas y naríz respingada, con apariencia madura o jovencita, o si soñabas con alguna actriz porno o celebritie de moda, solo hay que pedirla.

La locura por estos juguetes sexuales ha fomentado la existencia de comunidades de iDollators, léase, fans de las RealDolls. También hay muñecos (superdotados) para mujeres. En fin, mundo éste para haber nacido!

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La incompatibilidad sexual y las Apps de citas

Después de un tiempo de ponerle onda comprendí que las apps de citas terminan funcionando como un chupete, un entretenimiento para matar la tarde del domingo y sacarle músculo al dedo índice, porque eso de conseguir sexo fácil cliqueando cruces y corazones es una gran mentira. Hay quienes encontraron el amor y están en pareja, otros van por el Guinness y el 42% de los usuarios está casado o en una relación (según datos de Globalwebindex) pero el grueso de la fauna que pulula en las redes alimenta las estadísticas que aseguran que en la Argentina hay un psicólogo por habitante: cuánta histeria…¡por favor!

Encima uno termina sentiéndose un nazi ,descartando gente solo por la cara o su entorno (abrazado al perro, adentro de un descapotable, fumando habanos, exhibiendo torsos achicharrados por el sol o parados frente a torres y fuentes del mundo). ¿Los hombres se han prostituido? le pregunto a una amiga, mirando la ostentosa galería de esquiadores, golfistas y bon vivants (que después pretenden compartir la cuenta!). En fin, iba a que no todo lo que brilla es oro. Porque está bien, las apps sirven para acercarte al mercado y levantar la autoestima, pero en la mayoría de los casos el crush o coincidencia termina siendo un error del algoritmo. La experiencia propia y ajena demuestra que a la hora de la intimidad la compatibilidad sexual sigue siendo estadísticamente esquiva, pues es casi imposible casar los gustos en una cita casual. Un amigo que conoció en Tinder una chica linda y despabilada que luego en la cama desenvainó un látigo. Nunca le gustó ni le gustará el bondage, se lamentaba. Otra conocida recuerda que un señor se le largó a llorar en pleno acto, pues hay quienes lloran de placer, y a una amiga le tocó un curioso de la asfixofilia. No dá terminar como Norita Dalmaso o Kung Fu por un poco de amor efímero!

 sadomaso, o nada! nalisest

Con qué nos encontraremos en la cama ajena es parte de esta aventura virtual, y a cierta altura del viaje hay que tener muchas ganas de seguir tirándose al vacío así nomás. Cada individuo vive de manera diferente su sexualidad y casi todos llegamos a la cita con un mapa mental de lo que nos gusta o nos excita, por eso las cifras afirman que el 75% de las personas que consultan al sexólogo sufren trastornos de incompatibilidad.

“Nuestra experiencia sexual con esa persona tenderá a ser más gratificante cuanto más parecidos sean esos mapas, aunque también hay que decir que esos mapas no están cerrados, por lo que es posible introducir algunos cambios o adaptaciones a su estructura básica” señala Peré Font, director del Instituto de Estudios de la Sexualidad de Barcelona en una nota publicada en la revista Elle. Según mi sexóloga de cabecera, Diana Resnicoff, “decimos que el problema es la incompatibilidad cuando hay gustos, tiempos, horarios, posiciones, formas, frecuencia, deseos, ritmos diferentes y no hay disfunciones propiamente dichas. Es bastante frecuente en la pareja, si bien en general quien consulta es la mujer.” Si ya es difícil lograrlo con alguien que conocés y te gusta, con un desconocido puede complicarse más, o al revés, claro. Los milagros existen.

Escribo estas palabras segundos después de darme de baja en un par de portales, habiendo pecado lo suficiente como para divertirme y hablar con conocimiento de causa. No estuvo nada mal, pero a otra cosa!

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