Lo mejor de escribir un libro y que te lo promocionen un poco es que los verdaderos amigos te llaman emocionados, como si esto le estuviera pasando a ellos. Y la sensación que da ver su alegría es igual a cuando tenés chuchos de frío y alguien te abraza por la espalda con una mantita de lana suave, tibia de cariño y abrigo.
hoola ¡tanto tiempo! Danielo Bolo via codicebinario
Pero héte que mis cinco minutos de fama también inspiró a mis ex que, “conmovidos” por la noticia, resucitaron del cajón donde los tenía archivados en foto de papel… mirá si serán prehistóricos.
O yo soy inolvidable o tienen la loca fantasía de leerse en algún capítulo. Algunos incluso se han atrevido a sugerir un reencuentro, sin recordar que yo lo que menos tengo es un espíritu vintage. Escuchándolos por el teléfono pensaba cuán “paracaidistas” somos a veces: caer de buenas a primeras en la vida del otro, después de años, para tirarse un lance sin preguntar siquiera ché, estás casada, tenés novio, enviudaste o te hiciste gay?…
Se lo contaba a una conocida que justamente vive un intríngulis a causa de un ex al que se le ocurrió volver a 10 años de enterrado el vínculo. Estaba a punto de irse a vivir con el actual cuando reapareció un “fantasma” que, además de haber sido un gran amante, ahora quiere casarse y tener hijos, paquete tentador para una chica aspirante. Dice que la quiso siempre, que no conoció en estos años a nadie como ella.
hummm….
ya no soy la misma, estoy introvertida Diego Fuga via codice binario
Prefiero dudar de las declaraciones de último momento. Es cierto que hay quienes vuelven atrás para recuperar un amor, pero otros lo hacen solo para recuperar la persona que ellos mismos fueron, o la que creían ser. Por alguna peregrina razón siguen convencidos de que ese pasado está intacto. Que al otro no le pasó nada en ese tiempo, que está igual y, peor, que los está esperando.
Y la pasión tampoco suele resistir el formol. Se evapora. Lo que queda en el frasco es el recuerdo de aquello que nos hizo felices en ese momento de la vida, y mientras duró. Lamento, chicos, pero nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Somos quizá mejores, o tal vez peores….
Por eso, les aclaro, no hay “fantasmas” en mi libro