Si fuera por María Luisa el negocio de la lencería erótica estaría fundido. Hace unas semanas le pedí que me acompañara a la presentación de Dolcediva, la nueva marca de ropa interior que promociona la sexóloga Alessandra Rampolla, que dicho sea de paso está mucho más linda desde que adelgazó 35 kilos. La portorriqueña sugiere que las mujeres deberíamos usar estas prendas a diario, sea para ir al mercado o al trabajo, porque “el estilo, así, medio putonga chic, ayuda a sacar la diosa erótica que tenemos dentro”…
Ajá.Y dió precios.
¿¡Cuánto!? Nooo… es tirarle margaritas a los chanchos, ¡y con lo poco que dura puesta! Encima son incómodas, esas bombachas se te “incrustan” de tan chiquitas, los corpiños son para anoréxicas y los encajes pican de tan berretas. Mirá querida, yo a la creatividad la pongo en la cama. No pago ni 30 pesos. Acordáte de lo que me pasó en Canning con la tanga negra“… vociferó mi amiga, mientras yo intentaba taparle la boca con un saladito de polenta y salmón.
via The Code: 831
-Calláte, que nos van a escuchar.
Marilú habla por experiencia propia. Una tarde, en los primeros tiempos de nuestro largo e intenso viaje al mundo de la milonga, y cuando el tango ya empezaba transformar hasta la forma de vestirnos, pasamos caminando por la puerta del supermercado Coto y descubrimos, entre ajos y limones, unas simpáticas tanguitas decoradas con plumas y canutillos, muy caches, pero útiles a los fines de esa noche. Habíamos planeado ir a bailar a Canning (recomendable para tomar clases), donde ella tenía cita con un candidato bastante potable, al que pensaba “cenar” a cualquier precio.
Vía www.ellemacphersonintimates.com
– Ese elástico te va a reventar, advertí pensando en sus caderas cubanas y en la bombacha, que parecía un llavero de tan chiquita y frágil.
–Mientras aguante hasta que lleguemos al sillón…(si ese sillón hablara)
Allá fuimos, un viernes de otoño, hace tanto ya. Ella con remera de puntillas, falda plisada y calzón de gallina negra made in Paraguay. Por la segunda tanda, después de hacer ochos, ganchos y voleos cortos, de tanto frotar las entrepiernas, las plumas empezaron a caer lentamente sobre la pista, y la tanga quedó pelada. Cuando llegó la tanda del vals, el elástico colapsó. Apretando las piernas para no perderla en el camino, mi amiga llegó al baño, y no le quedó otra que tirarla a la basura. Pero ella a todo le encuentra un lado positivo.
-¿Qué vas a hacer asi? Nos vamos ya
-¡No, querida! Qué poca imaginación tenés…¡no hay mal que por bien no venga!
Y con su risita de actriz porno se fue a buscar al candidato, que ya tenía la campera puesta y las llaves del auto en la mano.