La ciencia y las mujeres “corazón de garage”

 

Me enamoré de Twitter porque es una usina de pensamientos “eruditos” y disparatados. Ayer me hizo reír un retweet de @tomyto, “las minas corazón de garage siempre van existir”…

La platea virtual se puso a debatir si las chicas eligen hombre según el modelo de su coche, tema que alentó suspicacias y misoginias de todo tipo y color. Yo hice una lectura menos “romántica” y relacioné la frase con las mujeres que tienen parking sentimental para varios hombres en simultáneo, sin darle la exclusiva a ninguno.

miauto

lindo auto, me combina con el esmalte de uñas via bigfun

A veces me pregunto de dónde saca energía mi amiga Marilú. Ella puede trabajar, estudiar, pasear el perro y repartirse en tres amantes mientras que a mí apenas me da pelar papas y mirar la tele al mismo tiempo…

Sin embargo, ella y las de su estirpe desafían el eterno postulado científico que circula en la Internet: el hombre cuenta con un espacio 2,5% más grande que el de las mujeres para generar pensamientos eróticos.

Me alegro por los beneficiarios: no es lo mismo vivir en dos ambientes que en tres. Ya quisiera yo disponer de más m2 para pergreñar libidinosidades todo el tiempo.

sexo y ropa

tomografía cruel de una….¿ realidad?

El punto es que tanta literatura femenina sobre la bendita “idea fija” masculina, para que al final el cliché encuentre asidero en la biología misma.  “No se los puede culpar por ser hombres”, comenta Louann Brizendine, neurosiquiatra de la Universidad de California en su libro (que seguramente venderá más que el mío), El cerebro masculino, recién publicado.

muchoespacio

¿quién es el que me está haciendo cosquillas? via big fun

“La gran diferencia entre un cerebro y otro es que el área vinculada al interés sexual es 2,5 %más grande en ellos”, dice la médica. Se cree que los hombres en la adolescencia generan hasta 250% más testosterona, en consecuencia piensan tres veces más en la “porquería” (como decían las tías) que una mujer. Y durante su vida adulta la hormona seguirá segregándoles deseos hasta un 15 % más, impulsándolos a “compartir” esa predisposición genética que traen … (lo que en definitiva, viene bien).

Lo que me preocupa es Marilú, que vive con la testosterona disparada y no hay forma de que pare.