El ubersexual, o el hombre sensible

 

¿Porqué siempre estamos buscándole el pelo al huevo, la quinta pata al gato?. Una amiga muy bella que hasta hace poco andaba solari, y que felizmente dejó de estarlo gracias a que conoció un chico en un congreso sobre cultivos hidropónicos, ahora está a apunto de echarlo todo a perder culpa de una duda infundada: le parece afeminado.

La duda le vino la primera noche que visitó su casa. Mientras él cocinaba, ella fue a a la heladera a buscar un ingrediente. Oh, sorprais: desbordaba de frutas, huevos, verduras, leche de soja, croquetas de arroz y otras cosas sanas. El es macrobiótico, además de gustarle las plantas, vivir con un gato, trabajar lo indispensable y hacer taichi en la plaza del barrio. Ella, chica híperconectada y más afecta a los etiles que a los jugos exprimidos, quedó descolocada.

-¡Ni una birra en la heladera!, ¿¿¿podés creer???? es raro, éste tipo

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estoy tan lejos de aquípieces of what via  lavitaebella

Despúes de varias sesiones el psicólogo le hizo entender que el candidato no es gay sino que finalmente, después de andar catando camas, había dado con un hombre “sensible”, una rara avis que no crece así nomás en ningún jardín.

Muchas mujeres tienen prejuicios respecto de la masculinidad de los hombres poco agresivos de carácter. Sensible tampoco quiere decir débil, le aclaré. Sensible, en este caso, describe a un modelo de hombre que, entre el Ipod y Twitter, el trabajo y el gimnasio, es capaz de conectarse con otras cosas, lo que no quiere decir que sea indiferente al mundo que lo rodea.

Buscando en la Web, encuentro que esta especie vendría a ser algo así como la evolución de lo que a mediados de la década presente las revistas de moda bautizaron como metrosexual y tecnosexual, y algo más parecido a lo que en Europa ahora llaman ubersexual. ¿Qué es ésto?. Según la literatura virtual el prefijo “uber” es un término alemán que significa muy o mucho. La palabra tal como la leen fue publicada por primera vez en el libro El hombre del futuro, de Marian Salzman, Ira Matathia y Ann O’Reilly, en el que las autoras describen a un tipo menos pendiente de su imagen y de los aparatos, más varonil y atento a la realidad ajena, y ponen por ejemplo al maduro de George Clooney, muy opuesto al frivolón de Beckham.

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forthosewhoenjoynaturism via la vitaebella

Mi amiga está sorprendida porque el macrobiótico es de esa clase de tipos que se toman tiempo para escuchar al otro, para preguntar por sus cosas con interés genuino, y hasta demuestra entusiasmo por la relación, gesto que no cualquiera muestra en los primeros tiempos del vínculo, por temor a que “la pileta esté vacía”.

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venga, pajaritoheymrblue

Ahora ella está investigando sobre los beneficios de la dieta del ying y el yang y, obvio, las dudas sobre la sexualidad desaparecieron enseguida, exactamente apenas comprobó que él también conoce las artes del tantra, maravillosa y milenaria disciplina erótica…

…..si te estarás divirtiendo ¡loca!