Nunca deja de sorprenderme lo increíble de la historia que tenemos alrededor del televisor. Con 27 años todavía soy parte de las generaciones que no tenían programación 24h, que dibujitos se veían los domingos y que “Mirar la tele” era casi una actividad grupal.
Cuando era chica en casa había solo dos televisores (uno destinado al cuarto de mis papás e inalcanzable) y éramos cinco los diablos que luchábamos para conquistar el control remoto. El primer canal para alguien de mi edad fue “Big Channel” pero, llegada mi pre-adolescencia, pude disfrutar de varias de las series adolescentes que eran un boom en ese momento (o algo así).
Estas son las que yo miraba y era fanática: