¡Echarle ganas!: Día Cuarto

Desde antes de salir de Roma a México, el Papa Francisco nos compartió el objetivo de su viaje: “Voy a buscar contagiarme de su riqueza”. El viaje a Chiapas fue la evidencia de su intención de contagiarse de México…. de su  idiosincrasia. No estamos frente a un Papa cómodo que espera que se le acerquen. Bien podría haber hecho base en la Ciudad de México y no viajar. Pero él se sube a un auto, a un helicóptero y a un avión. No se queda predicando desde un único y cómodo sillón. Porque él es un peregrino que sale al encuentro de un pueblo entero. “No voy a México como un rey mago… voy para ser un servidor de la fe de ustedes”.

Mayor evidencia y ejemplo de integrarse, de servir y de ser parte de un pensamiento y sentimiento nacional fue hablar una lengua indígena y adoptar una frase alentadora y muy mexicana.

Francisco y las comunidades indígenas: “Li smantal Kajvaltike toj lek”

Durante su visita a Chiapas, el Papa Franciso celebró misa en San Cristóbal de las Casas. Parte de la ceremonia fue en chol, tzotzil and tzeltal, tres de las lenguas más habladas por las comunidades indígenas del estado. Francisco comenzó su homilía reconfortando el alma de todas las cultura indígenas diciendo en tzotzil “Li smantal Kajvaltike toj lek”, que significa “la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma”.

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Sobre tentaciones y bendiciones: Día Tercero

14 de Febero con el Papa en México. Día especial. Día de dicotomía: Estado y ciudad. Misa multitudinaria y visita exclusiva. Aire libre y hospital. Salud y enfermedad. Adultos y niños. Francisco estuvo en dos escenarios muy distintos, pero nos habló con la misma franqueza y certeza para siempre buscar a Dios en todas partes y circumstancias.

Misa de Ecatepec: Vencer la tentación
El Papa en su homilía se refirió al pasaje del evangelio que cuenta que Jesús se había apartado al desierto por 40 días y fue tentado insistentemente por el Demonio. Un millar de gente nos apartamos ayer domingo a un campo en el Estado de México y Francisco, sin pelos en la lengua, dijo que la Cuaresma es un “tiempo para desenmascarar esas tres grandes formas de tentaciones que rompen, dividen la imagen que Dios ha querido plasmar”. Esas son:
1. La riqueza de este mundo que nos tienta aprovechar y acaparar.  El Papa condenó que el pan que le damos de comer a nuestros hijos no puede ser ganado “a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida”. Seguir leyendo

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Mirar con los 5 sentidos: Día Segundo

El sábado 13 de Febrero fue un día completo. Tuvimos 24 horas para ver, esperar, saludar, escuchar y rezar con el Papa Francisco en la Ciudad de México.

Como valientes voluntarios o fieles espectadores dormimos poco, nos despertamos muy temprano y comimos lo que pudimos. Pero allí, a lo largo de un recorrido trazado por la agenda papal, estuvimos con nuestros cinco sentidos bien alertas esperando a Francisco. Y Francisco nos puso aún en mayor alerta a todos con sus propias palabras.

Cuando hay algo que queremos que otra persona vea con atención e intención ¿qué le decimos? . Pues claro: ¡Mirá! Y no pretendemos que solo dirija sus ojos, enfoque y registre en su retina. Mirar requiere más sentidos y capacidad que la vista. Seguir leyendo

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Gestos de mil palabras: Día Primero

fuente: http://ow.ly/Yhs8k

Llegó el día de una ansiada visita. Francisco ya está en México. Su primer día se redujo a tan sólo 4 horas. Demasiado poco para tanta expectativa y lo suficiente para, desde el punto de vista logístico, bajar del avión, hacer los saludos pertinentes y protocolares y trasladarse a la Nunciatura. Pero ya sabemos que los números de este mundo no son los Dios… Y claramente no son los de Francisco porque 4 horas le sobraron para regalarnos varios gestos colmados de mensajes.

Alfombra roja: No, gracias.
Salirse de la alfombra y caminar por la pista no fue solamente salirse del protocolo. Seguir leyendo

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El Papa en México y en números – Una alegría inconmensurable

La necesidad de cuantificar…

Los hombres necesitamos contar, medir, calcular, estimar y evaluar. La visita del Santo Padre a México no escapa detalles de programación, organización y ejecución. Y así debe ser. ¿Cómo sino convocar ordenadamente a tantos fieles, voluntarios, sacerdotes, seminaristas, emisoras y periodistas? ¿Cómo sino diseñar y programar un recorrido preciso para “Aquel que viene en nombre del Señor”?

La importancia de significar…

Es sabido que en la Biblia los números tienen un significado muy distinto al puramente matemático del hombre. Seguir leyendo

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Señor, me quiero acercar a vos

La rutina de todos los días nos hace vivir un poco – o bastante- acelerados y muchas veces perdemos esa paz interior, o simplemente nos olvidamos de nuestra fe. Levantarse para ir a trabajar, ir a la facultad, llevar a los nenes al colegio y todo lo que debemos hacer no nos permite quizás dedicar un tiempo, aunque sea corto, a Dios. Sí, lo pensamos y nos decimos “voy a tratar de ir a misa en la semana”, ” voy a confesarme”, ” tengo que rezar más”, pero siguen pasando los días y no cambiamos. Sin embargo, hoy te propongo que como me dijo un día un sacerdote “no pienses en lo que no debés, sino en lo que podés”.

Si mirás alrededor de todos los lugares por los que pasás diariamente, si mirás bien, vas a ver que siempre hay una iglesia que te está esperando. No hace falta que sea a la que vas a misa los domingos, creo que lo importante es entrar a saludar a Jesús y quedarte un ratito con él en cualquier templo que puedas. ¿O no te pasa que cuando te quedás un momento, pensás: quiero permanecer  eternamene acá?. Es como un mundo dentro de otro. La cuestión es hallarlo para disfrutarlo y alimentar nuestro corazón y fe. En cuanto a mi, yo lo encontré: la Parroquia Nuestra Señora del Carmen que se encuentra en Rodirguez Peña y Córdoba, en CABA.

Hace cuatro años que caminaba cerca de ella y recién este año la descubrí. Desde ese momento, voy todos los días que puedo a misa y me quedo un rato a adorar al Santísimo. Puedo decirles que es hermoso y gratificante tener la posibilidad de sentir más cerca a nuestro Señor, quien pide que nos acerquemos siempre a Él. Empezar el día así te cambia y cuando se hace un hábito, te das cuenta que realmente Solo Dios Basta, como Santa Teresa de Avila nos dice. Y si a la mañana no podés, podés hacerlo a la tarde. Pensá que es solo quedarte unos minutos a solas con Él, ¿no es lo que buscamos?

Sabemos que quizás por nuestros horarios y actividades se nos hace imposible, pero igualmente yo te aconsejo que te lo propongas y vivas de más cerca este tiempo de Adviento. Recordá que nuestros corazones se tienen que preparar para la venida de Jesús, falta muy poco y qué más lindo que empezar desde hoy uniéndonos a Cristo diariamente.

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén.

 

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Virgencita de Lourdes, ruega por nosotros

Basílica desde afuera

En Santos Lugares, una localidad en el sudeste del partido de Tres de Febrero, en la zona oeste del Gran Buenos Aires se encuentra la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes fundada el 31 de julio de 1920 por Mons. Juan N. Terrero. Allí, fue construida en 1911 por la Comunidad Asuncionista (creada por los Párrocos Román Heitman, Godofredo Pierson y Hno. María Eustaquio Bach), una gruta a la cual en 1921 se le coloca una imagen de la Virgen de Lourdes fabricada en Nylon, Francia.

Cuando uno entra al Santuario de la Virgen de Lourdes queda impactado. No solo por lo lindo que es, sino porque primeramente lo que se ve es  la Basílica: imponente desde su construcción tanto interior como exterior. Antes de entrar, al costado izquierdo hay una galería en donde además de estar la Santería perteneciente al lugar, las paredes están llenas de  placas con mensajes en agradecimiento a la Virgen. Realmente la sensación que provoca ver y leer esos escritos es muy linda

Al salir de la Parroquia, detrás de ella se encuentra la gruta con la imagen de la Virgencita. Para aquellos que quieren realizar sus oraciones ante ella, se dispone de bancos al aire libre y por su puesto una zona en la cual los visitantes tienen la posibilidad de colocar una vela.

Gruta de la Virgen
Fuente de la imagen: www.nistido.com

Además, los peregrinos pueden acceder a la parte alta de la Iglesia. Allí, también hay un templo. Para ingresar al mismo se deben subir unas escaleras, como las que se ven en la foto.

El 11 de febrero es la fiesta patronal de la Virgen de Lourdes, dado que fue ese mismo día, pero en 1858 que a Bernadette, una niña de catorce años,  se le apareció la Virgencita en una gruta, mientras recogía leña en Massbielle, en las afueras de Lourdes, Francia. La joven vio a una Señora vestida de blanco, con sus pies descalzos cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas de un rosal, en su cintura tenía una ancha cinta azul, sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario. Al principio, Bernadette se asustó, pero luego comenzó a rezar el rosario que siempre llevaba, al mismo tiempo, la Señora pasaba las cuentas del suyo entre sus dedos. Al finalizar, la Virgen María retrocedió hacia la Gruta y desapareció. El 25 de marzo, a pedido del párroco del lugar, la niña pregunta a la Señora ¿Quién eres?, y ella le responde: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Bernadette le contó al sacerdote y él quedó asombrado, ya que la niña era  analfabeta y era casi imposible que pudiese saber sobre el dogma de la Inmaculada Concepción, declarado por el Papa Pío IX en 1854. Estas apariciones se repitieron 18 veces. En el lugar se comenzó a construirse un Santuario, que el Papa Pío IX le dio el título de Basílica en 1874. Las apariciones fueron declaradas auténticas el 18 de Enero 1862.

En nuestro país, allí en Santos Lugares, el día de la Fiesta Patronal son miles los  fieles que se acercan a pedir y agradecer a la Virgen. Es realmente aconsajable conocer el Santuario si se tiene la posibilidad, porque no solo es una experiencia gratificante, sino que es una forma más de acercarse a María.

 

 

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Página Oficial del Santuario de la Virgen de Lourdes en Santos Lugares: www.santuariodelourdes.org.ar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Uno no da lo que no tiene

Cada historia va cambiando. Cada crónica va apareciendo. Cada Milagro Personal sigue pasando. Y Parroqui@ Online está ahí para contártelo. Hoy me toca ser un padre de 45 años …

Fuente de la foto

Yo nací en una familia de clase media con educación católica desde casa y el colegio. Siempre fui un tipo creyente y digo que mi vida se divide en 4 partes. Una niñez donde Dios era un superhéroe. Una adolescencia muy triste porque cuando tenía 12 años mis viejos se separaron. Cuando tenía 13 mamá tuvo un acv y tuve que cuidarla durante mucho tiempo y se murió cuando yo tenía 16, lo que me hizo demasiado autodidacta. Me acuerdo que a esa edad yo hacía todo. Me ocupaba de todo. Era como si viviera solo. Recuerdo que a los 17 se vino a vivir conmigo mi abuela, pero más que nada para cuidarla yo a ella que ella a mí. Y estuvimos viviendo juntos hasta los 20 y pico. Esta adolescencia fue con un Cristo Amigo. Y después vino una juventud donde lo empecé a ver a Dios como un Juez. Porque yo ya era una persona más grande, andaba un poco desbarrancado y tenía mis creencias con lo cual hacía lo que quería. Después de los 30 y pico conocí a quien hoy es mi mujer, nos casamos, tuvimos nuestros hijos y yo me fui formando en el típico padre católico de familia pero empecé a sentir que me parecía mucho más a un fariseo que a un cristiano. Y manejé mi religión con muchísima soberbia. Con la idea clara que Dios estaba ahí pero nunca le pedía nada. Como yo había siempre hecho todo solo y lo arreglaba por las mías me creía omnipotente. Hasta que un día de hace un par de años, nos habían prestado una quinta, estábamos descargando las cosas del auto mi mujer me dice, fijate si podés que atrás está la pileta; para que tengamos cuidado con los chicos entonces me asomo y miro como analizando el lugar y veo algo que chapoteaba en el agua. Voy corriendo y me doy cuenta que era mi hija. Entonces voy corriendo y la última imagen que tengo y me quedó grabada es la de mi hija en el fondo de la pileta como si fuera una película. Con la boca y los ojos abiertos. Me tiro para sacarla y quedo yo abajo del agua porque era en la parte honda y levantándola a ella con un solo brazo para que quedara afuera. Tenía solo un año y medio. Creo que fueron los 2 segundos más largos de mi vida en los que recuerdo pensar para mis adentros “que no le pase nada, yo no te pido nunca más nada pero que a ella no le pase nada; me sacaste a mi vieja, me sacaste a todo el mundo pero no me saques a mis hijos.” Y cuando logro salir yo de abajo del agua la veo a mi hija totalmente blanca, con los labios morados y diciendo “agua pato, agua pato” y se reía. En ese momento yo no podía pensar en nada. Después, con el tiempo, un médico me explicó que cuando los chicos son tan chiquitos se les cierra la glotis y no les deja pasar el agua, de hecho no se ahogan por el agua sino por falta de oxígeno en muchos casos. Eso me hizo muy mal y me dejó durante muchísimo tiempo pensando en qué hubiera pasado si mi mujer no me hubiera hecho ese comentario. En si no la hubiera visto. En si hubiera pasado un minuto más. En qué hubiera pasado. Hoy no la tendría.

Llegó un momento en el que me sentí buscando respuestas a tantas dudas que yo tenía personales, en cuanto a mi vida. Sentía que todo daba vueltas alrededor mío. Que era yo el que tenía que hacer todo. Y llegué invitado a un Retiro. En el que descubrí que tenía que confiar un poco más en la providencia de Dios. Confiar más en Él. Aprender a pedirle. Y sin embargo la ficha no me cayó en ese momento. Fue algo que entendí y razoné ahí mismo pero seguía pensando y actuando como hasta ese momento. Y el año pasado, mi hijo mayor tomó la Primera Comunión. Soy un tipo cabrón pero muy sensible. Y estoy escuchando esa misa y cantan “5 panes” (http://canciones-de-misa.blogspot.com.ar/2010/09/un-nino-se-te-acerco.html). Y ahí me cayó la ficha. Porque uno escuchó esa lectura mil veces y la va a seguir escuchando pero desde la visión del adulto. Y la verdad que ver cómo le prestaban atención los chicos me cambió totalmente. Porque ellos realmente creen y están convencidos que los 5 panes fueron reales!. Y a veces eso pasa en la vida cotidiana. Uno no da lo que no tiene. Si vos, todo lo que tenés son 5 panes y los das, quiere decir que estás dando todo de vos. Es todo tu trabajo. Es romperse y dar. Y lo demás va a venir de la mano de Él. Y recién ahí empecé a confiar más en la providencia divina. Pero no esperando que me cayeran las cosas del cielo, sino que se alinearan las cosas detrás de mi trabajo y esfuerzo. Empecé a entender que aunque a veces yo piense que todo depende de mí; sería un poco ilógico y soberbio pensar que es así. Yo que era el que juzgaba, un verdadero fariseo; era en realidad, un soberbio. Esa soberbia la veía en el prójimo y no podía verla en mí. Y aún hoy me cuesta una lucha interna muy importante para tratar de erradicarla.

Y todo este cambio es lo que me hizo, a mí, ver las cosas de una manera diferente a partir de los 40 años. Empezar a confiar más y a ver qué es lo que pasa. No ver un problema con algo en sí mismo; sino ver en qué situación es que se me da dicho inconveniente. Eso no es menor. Por algo pasó cómo pasó. Seguramente algo atrás de eso hay.

Alguien me dijo una vez que la diferencia entre creer y no creer en Dios es como la historia de los dos hermanos que se van a dormir. El padre cierra la puerta y uno de los chicos se va a dormir tranquilo sabiendo que su padre está en el cuarto de al lado. Y el otro se duerme soñando que al padre lo raptaron y se fue. Que no hay nadie del otro lado de la puerta. Puede ser posible cualquiera de las dos, pero cuánto mejor duerme el que pensaba en su padre en la habitación contigua. Lo mismo es con Dios. Cuánto más tranquilo voy a caminar por la vida sabiendo que Dios está ahí. Y la Fe es algo que uno tiene o no tiene. No se le enseña a nadie. Es algo que se siente. Así como dice Saulo, yo no creo en Dios; estoy convencido de Dios. Estoy seguro de Dios. Y eso me hace estar muchísimo más tranquilo.

Durante ese Retiro logré ver cómo lo había tratado a Dios durante mi vida. Me considero católico, pero había dejado de ir a misa. Y si rezaba, era sólo durante las tormentas. Y, tal vez, nunca agradecía. Y ahí me encontré con un Dios más cercano.

Ahora está de moda la película Intensamente. Los chicos salen contentísimos después de haber ido a verla. Y entre sus personajes sobresale uno. Es clarísimo el paralelismo con el Cristiano. Es la ALEGRÍA. La alegría es el único “personaje” que tiene luz propia. Lo mismo pasa con nosotros. La persona feliz ilumina el lugar en el que está. Ilumina y contagia al resto. Es el tipo que le sirve de faro a Dios. Cuando uno cumple con todas las cosas está bien, pero a veces no es suficiente. La felicidad, en cambio, es algo mayor. Yo necesito que mis hijos me vean y se pregunten qué es lo que al viejo lo hace tan feliz que sigue apostando a tal o cual cosa. Y eso es un cambio importante que todos deberíamos lograr. Todo tiene un momento y un lugar.

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Dios me dio una mano

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Cada historia va cambiando. Cada crónica va apareciendo. Cada Milagro Personal sigue pasando. Y Parroqui@ Online está ahí para contártelo. Hoy me toca ser un padre de 45 años …

Hubo muchos años en los que tuve muchísima exposición; y eso me golpeó fuerte.

Lo que todo el mundo conoce como la crisis de los 40, a mí me agarró a los 30. Y eso produjo un punto de inflexión hacia otras cosas.

Me acuerdo que yo estaba trabajando muy bien en la empresa que estaba. Las cosas iban mejorando, y con eso logro cambiarme de empresa en el mismo rubro. Pero después vi que los de al lado mío iban progresando y yo me quedaba estancado siempre en el mismo lugar. Entonces empecé a sentirme víctima de esa realidad. Puteando contra todos. En ese momento me cansé de lo que estaba pasando acá y decidí que la mejor oportunidad para mí era irme afuera a perfeccionarme. Empiezo a averiguar, me pongo en campaña, doy los exámenes y cuando ya estaba con un pie adentro del avión me sale la posibilidad de abrir mi propia empresa acá con unos amigos en un rubro que era el auge en ese momento. Largué todo lo que estaba proyectando y nos metimos de cabeza. Sentía que estaba alineando pasión con laburo. Era algo eufórico. Estábamos de lunes a domingo a pleno con esto y tratando de levantar la empresa que teníamos en nuestras mentes. El problema es que no parábamos un minuto y sentía que las cosas se iban de control. Las horas se transformaban en días. Los días en semanas. Las semanas en meses. Y no había un solo descanso. El cuerpo se estaba preparando para pasarme factura. En ese interín terminamos lanzando el proyecto a medias y nos va mal. Fue un lindo fracaso pero fracaso al fin. En una noche se me dio vuelta todo y había muchísimas advertencias que no había visto. No podía pedir ayuda a nadie. No sabía qué hacer ni a dónde ir. Mis padres estaban separados y recuerdo que en ese momento logré juntarlos para mostrarles cuál era mi realidad. Tengo un vago recuerdo de lo que pasó después. Pero de lo que sí estoy seguro es que me internaron. Estuve entre 7 y 10 días sin saber lo que pasaba. Y es como que con la cantidad de medicación que le metían a mi cuerpo yo no recuerdo nada. Sí sé que estuve 6 meses así y tuve que volver a vivir a la casa de mi vieja.

No recuerdo ni amigos, ni familia, ni nada. Absolutamente nada. Es como si hubiera estado dormido durante esos 6 meses. Todos los días eran iguales y el tiempo no pasaba. Y ahí un poco empezó todo la búsqueda de algo distinto. Empecé con psicólogo y psiquiatra a diario. En ese entonces mi viejo me ofreció laburar con él condicionándome a que iba a vender la empresa ya que pensaba retirarse. Y fue así como me metí y me terminé quedando.

Empecé a buscar paliativos para poder seguir adelante. Yoga. Reiki. Todo lo oriental que se te ocurra. Necesitaba sacar toda esa energía que tenía adentro. Era una persona que podía estar 2 o 3 días sin siquiera dormir. Ver los límites y jugar con ellos. Tenía tanto adentro que necesitaba sacarlo y para eso forzaba esos límites. Sin embargo pasaba por delante de una Iglesia y ni pelota. Ni cerca estaba de interesarme. Pero buscaba algo que me bajara la adrenalina. Tengo un problema de ansiedad por el cual estoy medicado incluso hoy, y probablemente para siempre. Pero el tiempo seguía pasando y en aquella época no encontraba una salida.

Conocí a quien hoy es mi ex mujer. Ella, como muchísimos otros, no podía creer que una persona de 30 años tuviera que andar con un pastillero de acá para allá todo el día. Pero esa era mi realidad. Y este problema llevaba a otro. Y las piedras en el camino eran cada vez más. Y me iba hundiendo con el correr del tiempo. Intentamos hacer terapia de pareja y todo. Sin embargo, con una hija de por medio, decido irme y nos separamos. Y con esto retrocedí un montón de casilleros.

Con esto caigo en una depresión enorme. Mi hija era muy chiquita y la veía poco y nada. Y eso me entristecía aún más. Trataba de ponerme más y más cosas para poder tapar los problemas.

Un amigo me invita a vivir algo que supuestamente me iba a hacer bien. Mucho no me lo describió pero básicamente me hizo llenar un papel y me citó en un lugar. El problema estuvo que yo estaba tan a mil que fui y una vez ahí, me di cuenta que me había metido en un Retiro. A los 5 minutos de escuchar hablar a la gente agarré mis cosas y me quise ir. Con la casualidad que camino a la puerta me encuentro con otro amigo que no podía creer que yo estuviera ahí. Nos pusimos a charlar, se hizo ameno y me quedé. Y a partir de ese momento entré en una especie de tobogán emocional en el cual logré sacar todo aquello que tenía adentro. La última vez que había llorado había sido hacía más de 15 años. Nunca más había llorado para nada. Y acá salía todo. Esto me desarmó por completo. Yo no sabía lo que era rezar. Y ahí ves gente rezar. Gente que reza por vos. Golpe tras golpe. Sorpresa tras sorpresa. Venía, en ese momento, de una pésima relación con mi ex y de más está decir que a partir de ahí empezaron a cambiar las cosas.

Mi vida espiritual había estado siempre vacía. Y a partir de ese momento todo empezaba a darse vuelta. Empezaba a llenarse. Empezaba a llenarme. Empezaba a entender que yo estaba en una crisis. Y al saberse uno en crisis es que puede salir. Porque uno no puede salir de donde no cree que está.

Empecé a ponerme objetivos chicos y tratar de cumplirlos y a medida que iba cumpliendo esos objetivos, iban quedando y después venia el otro. Y así llega un momento en el que estoy ahora, en un gran agradecimiento. Siento que me están regalando cosas todo el tiempo.

Después de tanto tiempo perdido. Me di cuenta que estaba en crisis y alguien me dio una mano. Dios me dio una mano. Hubo varios amigos que fueron instrumentos para que yo lo lograra.

Hoy me siento renovado. El foco ya es otro.

Gracias a Dios, con el correr de los años, con mi ex mujer tenemos una excelente relación y eso nos ayuda muchísimo en la crianza de la enana. Compartimos muchísimas actividades del colegio. Y todo es mucho más fácil.

Después de haber estado mucho tiempo con la cabeza bajo tierra y remándola, poder estar así es algo muy lindo.

A mi yo de hace unos años atrás le diría que abra un poco los ojos. Pero no por las cagadas, sino para darse cuenta cuál era el error que no lo veía. Mi yo de ese entonces no tenía fondo. No veía dónde estaba el error. Era todo resignación y resentimiento. Todo víctima. Todo diversión. Pura banquina. Me hubiese encantado darme cuenta en ese momento. Pero Dios tiene sus tiempos y estoy segurísimo que por algo fue que yo me di cuenta de lo que me estaba pasando en el momento que lo hice.

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La araña negra (segunda parte)

En la entrada anterior habíamos quedado con Christine convertida en araña gigante.La araña destruía la comarca día y noche, matando a los campesinos y a su ganado.

Hasta que una noche, una mujer que había perdido a su hijo a manos de la araña la tomó con sus manos desnudas, la introdujo en un hueco de una viga que había preparado y la encerró ahí. La mujer murió por tocar la araña, pero la paz volvió a la aldea.

Ahí la historia vuelve a la narración del abuelo, con toda la familia asustada por la historia. Ninguno quiere reírse por la impresión del relato, pero tampoco quiere aparentar que se la toma demasiado en serio. Ninguno quería sentarse ahora detrás de la viga.

El abuelo, riéndose, explica que muchas veces se sentó ahí, y que no siento miedo, excepto cuando albergaba algún mal pensamiento, sentía un ronroneo detrás de él, “como un gato al que se le pasa la mano por el lomo y ronronea de bienestar”.

Uno de los primos le preguntó al abuelo si podía seguir la historia. Y el abuelo siguió contando.

Las generaciones que vinieron después vivieron vidas justas, temerosos de Dios. El tiempo hizo que se fueran olvidando de la peste que los había atacado, y poco a poco fueron olvidándose de sus deberes y empezaron a llevar vidas disolutas. Cerca de dos siglos pasaron desde que se encerró a la araña en aquel lugar.

Ahora había una nueva dueña en la casa, extranjera como Christine, orgullosa y vanidosa. Esta mujer tenía un hijo, al que no dejaba salir de su casa, siempre bajo su mirada. Cuando pensó que estaba en edad de casarse ella le consiguió una mujer de su familia, que también lo dominaba.

Las dos mujeres estaban horrorizadas con la casa: el resto de las casas de alrededor ya se habían demolido o reconstruido. Los vecinos recordaban la historia de la araña, y les aconsejaban no tocar la casa, pero ellas se terminaron convenciendo de que eran cuentos producto de la envidia.

Ellas contrataron a unos obreros para hacer las reformas. A pesar de que, al empezar a martillar las vigas, empezó a salir humo de una, siguieron trabajando. Al final la casa fue reformada, y se hizo una gran fiesta, que duró tres días, para celebrarlo.

La atmósfera era de desenfreno y lujo sin medida. Los criados de la casa organizaban fiestas fastuosas, hacían bromas pesadas, y en varias ocasiones jugaban a pinchar el tapón que tapaba el agujero de la araña en la viga.

Hasta que llegó el día de Navidad, y empezaron a organizar una fiesta parecida.

La otra semana veremos el  fin de la historia y los motivos recurrentes en ella.