Llegaron a la tardecita a Belén. Estaba todo arreglado para que Jesús naciera en la piecita de la posada que había en Belén. Lo único que faltaba era que el posadero dijera que sí. Pero dijo que no.
Eso no hizo que se parara el nacimiento de Cristo, el que quedó fuera de la historia es Casimiro, el posadero. Porque Jesús nació lo mismo, al lado de un pesebre.
Supongamos que con el tiempo se murió Casimiro, y ahora, en estos tiempos, viendo cómo los chicos hacen el pesebre, él debe pensar: si hubiera dicho que sí, todos estarían haciendo mi casita. Yo sería san Casimiro. Y por haber dicho que no, en mi lugar hay un buey. Qué triste debe ser la Navidad de aquél que por haber dicho que no, se quedó afuera.
Ahora digo, ¿Vos y yo entraremos al pesebre?
Que Dios te bendiga y me bendiga.
Mamerto Menapace