Si el tema es vivir una experiencia inolvidable en las rocas, Johnnie Walker sabe cómo lograrlo. A pocos días del cierre de temporada del Parque Nacional Aconcagua, un helicóptero amarillo furioso recorrió el cañón montañoso  que separaba la base del parque que contiene a la montaña más alta de América  con Plaza de  Mulas, el campamento anterior a la cumbre.
En sólo 7 minutos, cuatro visitantes, previamente pesados para equilibrar la máquina voladora,  recorrimos en altura los metros que nos faltaban para llegar a los 4300 que nos separaban  del nivel del mar.  Al aterrizar en Plaza de Mulas y bajar del helicóptero – corriendo como en las películas – había que recordar que la altura no era broma y la caminata debía ser casi con la lentitud de la lunar. Un día totalmente soleado, sin viento y sin necesidad de mucho abrigo nos recibió en la cima junto a una blanca mesa y una tarima azul preparada para presentar la nueva botella del Blue Label, el whisky emblema con el que seduce la etiqueta del caminante.

La aventura  en lo más alto de América fue para descubrir las características de este whisky que se cató con un previo sorbo de agua helada que refrescó el paladar para luego  percibir los atributos del  Etiqueta Azul de Johnnie Walker. Esto ocurría mientras dos andinistas hacían cumbre con la nueva botella en la cima del Aconcagua.
Las maltas con que se elabora el Blue Label vienen de cuatro rincones de Escocia y de las barricas más exclusivas, sólo una de cada diez mil se selecciona para ser parte de la mezcla. “Es por eso que este whisky es más importante  que la edad de los whiskies con los que se elabora y por eso  no figura la denominación de edad de este whisky escaso. Entra en la categoría de no age porque sus componentes son muy diversos, desde whiskies muy longevos hasta muy jóvenes que le aportan balance”, explica Juan Carlos Baucher, el Brand Ambassador de la marca. Las botellas están numeradas individualmente y tienen  la garantía real otorgada por King George en 1934.  El rey inglés era fanático de Johnnie Walker y por eso lo nombró a Casa Walker proveedor oficial de la corona británica. También le otorgó el título de III al nieto de Johnnie, Alexander,  que en 1867 creó la mezcla Old Highland Whisky  junto con la característica botella cuadrada.
El Etiqueta azul fue lanzado en 1992 por el  Maestro Mezclador, Jim Beveridge,  quien continúa la tradición de este  blend tan especial que se elabora  sólo con las muestras más excepcionales de jóvenes y viejos.
Asi fue que en 2012, y para festejar los 190 años de la Casa Walker se presentó el  nuevo diseño de la botella Johnnie Walker Blue Label y la llevaron a la cumbre de América. La experiencia se completó con la mesa de platillos que sirvió Pablo del Río a 4300 metros.

Para disfrutarlo:
Los expertos recomiendan primero tomar un sorbo de agua para limpiar el paladar y afinar los sentidos, luego beber un sorbo del whisky y repartirlo por la boca antes de tragarlo. Primero explotará suavemente el ahumado, luego las frutas, el chocolate y la miel, pasando por maderas aromáticas,  y un final cálido bien largo.
El DATO: En el mundo se consumen cinco  botellas por  segundo de  whisky Johnnie Walker . Es el escocés número uno en Escocia y el más consumido del mundo.