El gran tema de esta semana fue, sin duda, el iPhone 7, que ya es oficial, y que no tuvo demasiadas sorpresas sobre todo lo filtrado. Como siempre, volvió la referencia al sombrero de la Stacy Malibú y las quejas por la innovación (inexistente, en la visión de sus detractores). Y la ucronía, claro: esto con Steve Jobs no hubiera pasado.
Esto no es así, por supuesto: el iPhone 7 es mejor que su antecesor, aunque no represente un quiebre (como no lo es el salto del Galaxy S6 al S7, por ejemplo). Tiene que ver con la maduración de un producto, y la incremental dificultad en incorporarle una función que realmente sea novedosa y (sobre todo) masivamente atractiva a un producto como un smartphone, que por definición es multipropósito.
Ya repasamos este tema hace un tiempo: tiene que ver con Darwin y con Copérnico. Y no es posible hacer cambios de paradigma todos los años, ni esperar que los avances tecnológicos se den tan rápido. Seguimos creyendo que vivimos en el primer lustro de la última década, cuando el salto entre una generación y otra era impactante porque había mucho por hacer. Ahora, como sucede con las PC o los televisores (o los autos) todos entendemos que el modelo presente es un poco mejor al anterior, pero rara vez sube de a más de un escalón; el tema es si vale la pena comprarlo.
Hice un pequeño repaso sobre las opciones que tiene el usuario que se vaya a comprar un iPhone 7 a la hora de escuchar música. Sí, tener que usar un adaptador para reemplazar el miniplug ausente es muy molesto. ¿Tanto? No creo, la verdad; sospecho que el adaptador vivirá enganchado a los auriculares, así que sólo se tratará de engancharlo al puerto Lightning, que es el que se lleva la peor parte (doble chance de romperse, que es la parte más negativa de la decisión). Es cierto, no poder cargar el teléfono y escuchar música al mismo tiempo es ridículo. Pero la ausencia del miniplug, aunque prematura a mi gusto, tendrá un impacto menor al que se le augura. Igual: para mí se adelantaron 1 o 2 años. Seguir leyendo →
La segunda, por lo inesperado, es que Samsung tuvo que ordenar un cese de ventas del Galaxy Note 7, por problemas con sus baterías (varios casos de explosiones). Se supone que ya resolvieron el problema y están cambiando los equipos por otros que no tienen ese problema. ¿Cuántos? Estiman 2,5 millones ya fabricados y enviados. El timing es pésimo (justo antes de la presentación del iPhone 7) pero me da la sensación que el impacto en ventas será mínimo. Será cuestión de esperar.
La tercera noticia es la IFA 2016; este año, la feria berlinesa de tecnología aportó (a falta del Galaxy Note, el clásico de esta exposición) varias novedades en lo que refiere a smartphones. Huawei, con la línea Nova, con la que apunta al segmento más disputado hoy: la gama media premium, usando el diseño del Nexus 6P y llevándolo a equipos de 5 y 5,5 pulgadas.
Sony con el Xperia XZ (el que debió presentar en febrero, y que más allá de un estabilizador óptico de cinco ejes y una pantalla de 5,2 pulgadas no tiene grandes novedades) y el X Compact, que rompe con su saludable tradición de hacer versiones pequeñas de un teléfono (4,6 pulgadas) con el mismo hardware que sus hermanos mayores. El problema para Sony, igual, es el mismo de los últimos años: lindos equipos, pero ninguno que se destaque más allá del diseño.
Lenovo presentó el Moto Z Play, completando el mismo trío que armó el año pasado con el último Moto X. Este mantiene el diseño de los otros dos, por lo que es compatible con sus accesorios magnéticos (y le da un poco más de sentido a la idea de modularidad). También apareció el módulo con una cámara Hasselblad incorporada, una idea similar a la que tenía Sony con su línea QX (crear una cámara independiente en la que el smartphone hace de visor y control); aquí la óptica parece ser, paradójicamente, el mayor problema. Dato de color: los MotoMods no pueden pesar más de 200 gramos. En dpreview lo estuvieron probando.
Samsung no mostró teléfonos, pero sí relojes: el Gear S3, una gran promesa que terminó, para mí, en decepción; aunque es una maravilla tecnológica (y mantiene todo lo bueno de usabilidad del Gear S2) es enorme, uno de los mayores peros que tienen todavía los relojes inteligentes. El Asus Zenwatch 3 va en el mismo camino: muy bonito, y bien logrado, pero apenas más chico que el Moto 360 original. Muy masculinos ambos. Sï, los relojes grandotes analógicos también son una realidad. Espero que la compañía haga un Gear S3 Mini con el tamaño del S2. Una buena del Gear S3, no obstante, es que logra tener la pantalla siempre encendida (como el Galaxy S7); si Samsung lo logró, LG podrá hacer lo mismo; lo que significa que el año próximo la mayoría de los smartwatches, sin importar la marca, lograrán lo mismo: que la pantalla no esté haciendo la gran Lapegüe para sobrevivir. Sí, Pebble funciona así desde el día 1.
El Gear S3 en mi muñeca. Es grande. Al lado mi swatch. Tiene la Apple de Uber pic.twitter.com/PEmsOMTsiJ
Y aquí contrasta con el camino que están haciendo compañías más tradicionales: Skagen presentó un reloj analógico (Hagen Connected) con un discreto podómetro, tipo el Withings Activité; vibra cuando tenés una notificación. También se pueden programar los botones laterales. Withings, por su parte, le agregó una pantalla digital a su nuevo reloj analógico (Steel HR), que permite ver notificaciones, el estado del tiempo, etcétera. En Wareable hay muchos más relojes inteligentes y conectados presentados en la IFA.
Con la noticia de que Google puso en pausa (en el mejor de los casos) a su proyecto Ara para crear un teléfono modular, escribí una nota repasando el estado de los diferentes proyectos y apuestas en este área. Aunque el concepto es atractivo, en la práctica no termina de cuajar, y no solo por una cuestión técnica; en la medida en que no sea un estándar general (y es casi imposible que suceda) no habrá manera de masificarlo; implica una apuesta muy grande por una única compañía/línea de producto.
En el ámbito local, la noticia es la llegada al país de la cuarta generación de los Moto G de Lenovo, que fueron presentados en mayo último; el G4 a secas, el G4 Plus y el G4 Play, con pantallas de 5 y 5,5 pulgadas, y con los que la compañía buscará revalidar los títulos de otros años (los Moto G han sido, hasta ahora, los más vendidos en su segmento en el país), aunque este año tiene mucha competencia.
Ya está disponible Android 7 Nougat, al menos para los Nexus; los usuarios que tengan otros dispositivos deberán esperar a que cada fabricante publique la actualización (si es que elige hacerlo) y que la operadora se digne ofrecerlo (si es que lo hace) salvo que lo haya comprado libre. Agregados más notorios: la pantalla dividida con soporte nativo, las notificaciones agrupadas por aplicación, las mejoras teóricas en el consumo de batería, y más seguridad: ahora el cifrado se hace para cada archivo. Esto último, dicen, es una de las razones por las que un grupo muy grande de dispositivos (con un Snapdragon 800, un procesador moderno y capaz) no recibirán esta actualización, ya que el chip no es suficientemente rápido a la hora de desencriptar los archivos. (Android Authority)
Cinco años de Tim Cook al frente de Apple. Para mí, su mayor logro es mostrar que es el jefe de la compañía y que es más que el sucesor de Steve Jobs; está teniendo un mal principio de año (en términos económicos) pero nada asegura que con SJ no hubiera pasado lo mismo. Para los que quieran meterse en el detalle: gráficos a granel sobre la evolución de la compañía en este lustro, cortesía de Jan Dawson (BeyondDevices) También, una muy buena nota en Backchannel sobre cómo Apple usa el iPhone como motor de inteligencia artificial (y que muestra esta nueva Apple post Jobs que ofrece notas, hace visibles a sus ejecutivos, etcétera).
Uno de los cálculos clásicos para hacer a la hora de comprar tecnología es cuánto sale en la Argentina versus cuál es el costo de viajar a Miami o Santiago de Chile y traerlo en la mano (en algunos casos termina saliendo lo mismo); ahora que se habilita el puerta a puerta, los amantes del peligro pueden importar teléfonos (y otra tecnología) directo a su casa; acá hay una calculadora para tener un estimado del costo final.
Polémica por el anuncio de Whatsapp de que compartirá datos con Facebook (la compañía que es su dueña y que probablemente ya hace estos entrecruzamientos de datos sin pedir permiso), con el potencial de que esto termine en alguna forma de publicidad cautelosa. Se puede elegir no compartir los datos; la mayoría de los usuarios probablemente lo hará de todas formas.
Esta semana estuve en la feria IDF de Intel. La compañía ya no hace chips para celulares (este año eliminó la apuesta que tenía con sus Atom), pero Intel anunció que sí fabricará procesadores ARM para terceros, poniendo a disposición de lo que son, en esencia, sus competidores, sus fábricas de avanzada. Ya tiene clientes: LG, Spreadtrum y Netronome, entre otros, ya confirmaron que usarán las fábricas de Intel para hacer sus propios chips ARM. A propósito, Intel no es, ni por asomo, el mayor fabricante de chips del mundo (en parte porque su negocio nunca fue fabricar para terceros).
También hablamos deGoogle Duo, la nueva aplicación de videollamadas de Google para Android. Cero emocionante, pero bien hecha, y funciona en base a tu número de teléfono, y no al usuario, como Whatsapp. Hace no muchos años nos hubiéramos reído de algo así: siempre se pensé que el número de teléfono moría, y que lo que valía era el usuario, independiente de cualquier plataforma; ahora la plataforma que marca el ritmo es la móvil, y ahí el número sigue siendo valioso (podrían prescindir de él, igual).
Esta semana publicamos una reseña del reloj inteligente de Noblex, el GoWatch SW210C. No está mal, pero si tienen la posibilidad, un Pebble (o incluso un Android Wear más viejito) dará mejores resultados. No es el mismo precio, eso sí.
China es la fábrica del mundo, pero los costos internos hacen que la inversión en robots como reemplazo de operarios humanos parezca no tener fin. Mejores salarios y una fuerza de trabajo que se contrae desafían al sector chino de manufactura. En un futuro próximo tu celular podría tener el sellito de “construido sin contacto con manos humanas”.
Tropezón de Xiaomi en el segundo trimestre del año: los envíos en China (su mercado principal, por lejos) cayeron un 38 por ciento; Huawei se quedó con la primera posición, seguida por Oppo y VIvo, según cálculos de IDC, que dice que XIaomi envió 10,5 millones de smartphones. La compañía responde que para Strategy Analytics son 12,8 millones, y para IHS son 14,2 millones; no ofreció, no obstante, números propios. (Bloomberg) Más allá del número, la compañía que supo ser la start-up más valiosa del mundo hoy vale una décima parte que hace dos años: apenas 4000 millones de dólares, dicen los agoreros, que afirman que al modelo de la compañía (bueno y barato) ya lo adoptaron otras marcas, con igual o mayor éxito; sus problemas para tener un pie firme fuera de China también le juegan en contra (IBTimes) Gartner también publicó los números del segundo trimestre del año, pero mirando al sistema operativo: en el período se enviaron 297 millones de smartphones con Android (el 86,2 por ciento) y 44,4 millones de iPhone (12,9 por ciento), además de 1,9 millones de equipos con Windows 10 Mobile (el 0,6 por ciento). En lo que refiere a los fabricantes, repite los número de IDC para China, y por ende para el resto del mundo: Samsung mantiene el primer puesto mundial con el 22,3 por ciento de los equipos, seguido por Apple (12,9 por ciento), Huawei (8,9 por ciento), Oppo (5,4 por ciento), Xiaomi (4,5 por ciento) y el resto (46 por ciento). (Gartner)
Meizu tiene reloj: pero no uno inteligente, sino uno tipo los de Withings (con monitor de actividad): un reloj analógico convencional que suma podómetro, calcula tu actividad diaria, etcétera. Lo gestionás con el smartphone vía Bluetooth (GSMArena)
Microsoft comenzó a distribuir la actualización Aniversario para Windows 10 Mobile; los mosaicos (o baldosas) se actualizan todas a la vez en la pantalla de inicio; las aplicaciones cargan más rápido; las notificaciones ahora pueden tener imágenes; llega Cortana a México y permite buscar música, además de dar indicaciones de navegación guiada y sincronizar contenidos en varios dispositivos; mejora Edge y varios otros componentes de este sistema operativo; puede correr hasta 16 aplicaciones en segundo plano; y muchas cosas más. (Pisapapeles)
Vamos con un resumen de estos quince días (no hubo actualización la semana pasada, lo siento) y en esto es clave Pokémon Go, que ya permite usarlo como ejemplo de muchísimas cosas referidas al uso del smartphone, su omnipresencia territorial (es un éxtio en todos lados), pero con algunas idiosincracias que se mantienen (los usuarios no gastan dinero en la aplicación de la misma forma en todas las regiones), las expectativas de los usuarios (que el juego se pueda usar en todas partes, como Brasil), su capacidad para modificar hábitos en forma masiva y visible (grupos de usuarios buscando pokémones en la calle; los grupitos de Whatsapp, invisibles, también son un buen ejemplo), la puesta en evidencia de otros rasgos sociales (la distribución desigual de pokeparadas según el barrio), el pico cada vez más alto de popularidad que puede alcanzar un producto pensado 100% para la movilidad, la posibilidad cada vez mayor de que caiga estrepitosamente, etcétera.
Ya es oficial, finalmente, el Galaxy Note 7 de Samsung: muy parecido al S7 Edge, pero con el lápiz para escribir en pantalla y el escáner de iris, además de una herramienta propia de backup online de los datos del teléfono.
Hablamos también de las novedades que tendrá el iPhone 7 y los próximos Nexus (cosméticas, por lo que se conoce hasta ahora). MKBHD estuvo jugando con una maqueta del probable iPhone 7 plus, con su doble cámara principal y sus leves cambios en el diseño (sobre todo, en la posición de las antenas y el botón de Inicio)
Publicamos también una nota sobre Oppo y Vivo, las dos empresas chinas que aparecieron en el top 5 mundial este año gracias a sus buenas ventas en China (están 2da y 3ra detrás de Huawei). Parte del éxito está en la insistencia en tener tiendas físicas; aunque otras compañías han hecho de la venta únicamente online una virtud (OnePlus, también Huawei), la venta a la calle sigue teniendo peso. Y es una de las razones del éxito de Apple y de su insistencia en ampliar ese número, donde no necesariamente logra vender el producto, pero donde sí funciona la promoción y el marketing del dispositivo y sus accesorios.
Mientras sumó un segundo trimestre consecutivo con caída de ventas (40,4 millones de iPhones, un 15% menos que hace un año, y 10 millones de iPad, un 9 por ciento menos que hace un año; sigue cómoda en el segundo puesto mundial de ventas), Apple confirmó esta semana que en los últimos 9 años vendió mil millones de iPhones.Es un número enorme, e inusual en tecnología, donde el paso del tiempo no suele ser muy amable con las familias longevas. En este caso, además, es por una sola línea de producto.
iPhone and iPad unit sales (Excel iPad bug means you’ll have to guess which is which) pic.twitter.com/RpdROq84PG
Android en conjunto ya superó hace tiempo esa marca, pero no es comparable: aquí se trata de una sola línea de producto. ¿Vendió Samsung mil millones de smartphones? Sí, y antes, aunque no parece haber aprovechado el tema para hacer relaciones públicas; pero en 2014 llevaba 858 millones de equipos vendidos contra 590 millones de Apple, lo que validó como un récord Guinness (!). La diferencia es que ese número se logró con todos los modelos: los Galaxy Sx y todo lo demás (los Galaxy A, los Joy, Grand, etcétera). La compañía no suele reportar números específicos para cada línea de producto; el último número oficial detallado son los 200 millones de Galaxy Sx entre el S1 y el S4, que anunciaron en la presentacón del S5 (TechRadar).
Esta semana, BlackBerry presentó el DTEK50, su segundo smartphone con Android, y el primero que hizo sobre un diseño de otra compañía: el teléfono es un Alcatel Idol 4 con el sello (y el Android modificado) de BlackBerry. Puede leerse como BlackBerry tocando fondo como histórico fabricante de teléfonos: ya no hace el sistema operativo, ya no diseña el teléfono. Le pone su logo, le suma un par de aplicaciones y ya. En la práctica es un poco menos que eso (tiene más injerencia; no es el único teléfono que tiene en cartera), pero sí es una muestra del pragmatismo de la empresa. Si ganar dinero con la venta de un teléfono es casi imposible (mínimos márgenes de ganancia, etcétera) y si además la diferenciación es bajísima (ir por el lado del teclado como algo distintivo no fue suficiente), considerar al teléfono un commodity y apostar por el valor agregado que le ponen al software tiene sentido. Lo que no evita la cuestión melancólica del asunto: quien fuera el segundo mayor fabricante de smartphones del mundo ahora ni diseña los propios. Tampoco, ya que estamos, lo hizo con su tableta PlayBook: la diseñó Quanta (con ingerencia de la firma canadiense), que luego le vendió el mismo diseño a Amazon para su primera tableta Kindle Fire (Tom’s Hardware).
La noticia de la semana fue la compra que hizo el gigante japonés Softbank de la inglesa ARM, la que diseña el chip del 95 por ciento de los smartphones y tabletas que se venden en el mundo, y que luego otras compañías (Qualcomm, Mediatek, Apple, Samsung, Nvidia, etcétera) transforman en silicio (y adaptan, en algunos casos, a sus necesidades). Notable por el monto y por el largo plazo en el que piensan los japoneses, y también por lo “seguro” de la apuesta: gracias a su sistema de licenciamiento ARM domina el mercado de una manera que Intel no pudo (ni podría).
Huawei, mientras, estuvo mostrando lo que promete el 5G (que la industria espera que esté disponible en forma comercial para 2020) y que a priori tendrá más impacto en el ámbito industrial (sobre todo, por la baja latencia, clave para control a distancia de dispositivos) que para el usuario final, donde la descarga de contenido audiovisual será más veloz, pero -insisto, por ahora- no mucho más.
La semana estuvo dominada por el frenesí del Pokémon GO, y las múltiples lecturas que surgieron para tratar de entender el fenómeno; es difícil pensar en que suceda algo así sin la ubicuidad del smartphone; es, además, el mejor ejemplo de cómo funciona la realidad aumentada; sí, existe hace al menos un lustro; pero ahora la conoce mucha más gente. Y será una zona clave a futuro para los smartphones, lo mismo que el traductor de Google, que traduce en tiempo real, y con la misma tipografía, un cartel que ves en la calle de un país extraño.
También publicamos una nota sobre cómo es el proceso para crear geofiltros en Snapchat; un breve análisis del Sony Xperia M5, un interesante gama media “premium” de Sony; y un listado de 5 aplicaciones para editar fotos y aplicarle filtros bastante sofisticados (o dibujar encima) antes de compartirlas en las redes sociales; incluye a Prisma, la aplicación rusa del momento en ese rubro, que aplica el filtro con el estilo visual de un pintor “famoso”.
Y una nota sobre el inexplicable Freedom 251, el smartphone indio de 4 dólares que está demostrando no ser lo que se esperaba originalmente, incluir hardware de descarte, tener subvención y apostar a un modelo de venta a pérdida para recuperar el dinero por otro lado (aplicaciones auspiciadas). Muy interesante, igual.
Esta semana hubo más noticias sobre el ex-plan canje de celulares, que ahora es un plan de financiamiento en 12 cuotas sin interés (Ahora 12); por ahora sólo se sabe que la gama baja rondará los 2200 pesos; un plan bastante menos ambicioso que el original (que igual ya era discutible).
La otra noticia local (y que tiene que ver con lo mismo, la mala calidad en las llamadas) es que Claro y Movistar están probando VoLTE (llamadas sobre 4G) y VoWi-Fi (llamadas cursadas sobre el Wi-Fi de tu casa) como una forma de saltar la limitación técnica del 2G/3G (se necesitan más antenas para mejorar la cobertura, pero es caro y complejo).
La otra noticia es la disputa Apple-Spotify, que surge después del cambio de las reglas de cobro para desarrolladores en la tienda de Apple; Spotify se queja por no poder cobrar sus abonos como quiere, pero a priori parecería que Apple tiene las de ganar, porque impone la misma regla para todo el mundo.