El jueves terminó en Barcelona otra edición del Congreso Mundial de Móviles (MWC por sus siglas en inglés). Pueden ver todas las notas que hicimos en este link.
Van unas breves reflexiones.
– El teléfono más lindo de feria es -para mí- el LG G6. La compañía hizo todo bien (al menos, en lo que se ve al probarlo en tan poco tiempo) y corrigió los errores del G5. ¿Alcanzará para que sea un exitazo? Difícil cuando el Galaxy S8 está en ciernes con el mismo diseño de “todo-pantalla”. Pero LG no necesita eso; le alcanza con que venda mejor que el G5 y ayude a cambiar la curva del crecimiento.
-¿Y el Huawei P10? Sí, también es muy lindo (y sobre todo: muy cómodo para los que, como yo, prefieren un teléfono compacto); pero es una evolución menor; en parte porque el P9 estaba muy bien. ¿Llega a la Argentina? Huawei está teniendo una política de presentar aquí los equipos con casi un año de demora, así que yo no lo esperaría pronto.
– ¿Y los nuevos Moto G5? Están a la vuelta de la esquina nacional. El diseño en metal apunta a la “gama media premium” y está bien, pero su estética no termina de convencerme del todo. Pero el hardware es muy interesante.
– Con la llegada del BlackBerry KEYone y el Nokia 3310, se habló de la feria como un lugar en el que reina la nostalgia, que ya no hay inventiva, etc. Eso dice más sobre los que elevaron esa queja que sobre el mercado. Sí, BlackBerry trajo un teléfono con teclado al estilo de los viejos Bold. Y del BlackBerry Passport, que ofrece lo mismo y no es tan antiguo (2014); ni hablar del Priv, que es de 2015 y tiene -como este- Android y un teclado, aunque aquél es slider. Salvo por el hiato de 2016, la compañía presentó un teléfono con teclado por año. Pero su corrimiento de la escena pública, su buena campaña de marketing (mostró un poco en el CES, prometió hardware de primera línea) y su coincidencia con el regreso de Nokia fueron el aditamento para que la historia de “vuelven los reyes caídos” funcionara, al menos entre la prensa especializada..
– ¿Y está bueno el KEYone? No para mí, pero el teclado es exactamente lo que tiene que ser. Si hay público o no para un dispositivo así ya lo veremos.
– Con el Nokia 3310, lo mismo: un excelente golpe de marketing. Nokia (como Nokia o como Microsoft) no dejó de hacer teléfonos celulares no-smartphone. Nunca. De hecho parte del interés de HMD por este segmento es que los ejecutivos que armaron la compañía eran los que vendían estos equipos: saben que es un negocio reducido, pero que la marca Nokia vende, y que es casi la única que hace equipos de calidad para ese segmento, que en 2015 movió 400 millones de teléfonos. Es una oportunidad comercial. Y lo que Nokia hizo -lo que llamó la atención; lo acertado de su estrategia- no fue la creación del 3310 (que podría haber tenido cualquier otro número de modelo, sin duda; es muy poco lo que tiene del modelo original); lo llamativo fue presentarlo en el MWC, donde siempre se ve lo más avanzado. Para mucha gente este tipo de equipos ya no existe, y resulta una sorpresa ver que una compañía “vuelva” al celular tradicional. Sólo que no lo hizo: es una línea que viene manteniendo hace tiempo.
– Yapa sobre Nokia: todo el diseño de los equipos los hace un grupo de ex Nokias/Microsoft que HMD contrató; pero nuestro compatriota Axel Meyer (que se quedó en la Nokia original cuando se hizo el traspaso a Microsoft) no participa en el diseño.
– Si había gente molesta por la melancolía Nokia+BlackBerry, con Gemini se les hubiera volado la peluca, si los creadores le hubieran dado más difusión (yo me la perdí): Gemini es el regreso de las Psion, las computadoras de mano que precedieron a -y convivieron con- las palmtops hace 20/25 años. Eran excelentes, eran inglesas, y tenían un diseño símil notebook con lo que muchos consideran el mejor teclado de ese tipo de todos los tiempos. Martin Riddiford, el hombre que diseñó los de las series 3 y 5, está detrás de su creación; abrió una campaña en Indiegogo y recaudó el doble de lo esperado en pocos días (The Register)
– Pero no fue todo nostalgia: se pudieron ver avances tecnológicos muy interesantes, aunque casi todos con un cartelito de “en breve”. El más impactante es el de la pantalla del G6, que será más normal con la llegada del Galaxy S8 a fin de mes (y marca con mucha claridad el futuro de todos los teléfonos en general). Pero el zoom por periscopio, la carga de toda la batería en 20 minutos, el sensor de huellas digitales debajo de la pantalla, el módem gigabit para el 5G, o la pantalla 4K son cosas que están a la vuelta de la esquina.
– Un comentario menor: no hubo equipos que llevaran otra edición de Android que no fuera Nougat (en otros años te encontrabas cualquier cosa) y es muy raro ver hoy -en la feria al menos- un equipo sin los servicios de Google (es decir: poco Android AOSP, que es el que usaban muchos fabricantes chinos en otra época, y que eran legión en el MWC). Lo de Nougat es, en buena medida, porque Google ya no certifica equipos con otra versión; ese sello es necesario para que te habilite a usar sus servicios.
Así, aunque es cierto que tuvo gusto a poco (sobre todo por la ausencia de un nuevo Galaxy) en la práctica hubo mucho para ver, y mucho más sobre lo que no llegamos a escribir, pero que pueden ver en los sitios especializados.