
Una práctica está difundiéndose cada vez más por todo el mundo, y está siendo particularmente visible en el hemisferio norte: los trabajadores llevan sus propios equipos al trabajo -smartphones, tabletas- y muchas compañías está dejando que usen esos dispositivos y no los de la compañía para trabajar.
Tiene, como todo, sus pro y sus contra: reducen costos de inversión en equipamiento, en adiestramiento, pero gastan en soporte de plataformas diversas, y tienen un temita no menor con la seguridad corporativa.
RIM reaccionó primero frente a este cambio -entre otras cosas porque es probablemente la compañía más afectada por todo esto- y agregó a sus herramientas de administración remota la posibilidad de que una empresa imponga directivas de seguridad a equipos BlackBerry, con Android y con iOS. Se llama Mobile Fusion.
Microsoft tiene un temita ahí (tiene varios, claro, pero vamos de a uno). Tiene una presencia empresarial formidable, pero casi nula partipación en el mercado móvil. Recuerden: 2011 es el año en el que la venta de smartphones y tabletas superó al de las PC. La compañía no puede quedarse afuera de esto; y mientras buscar una presencia más sólida con Windows Phone 7 tomó la decisión de actualizar Intune, su herramienta para administración corporativa para Pymes, que en su última beta permite también manejar dispositivos Android e iOS (y con WP7, claro). Esto le permite meter un pie en el terreno móvil y frenar -en parte- el crecimiento de Apple en el mundo corporativo.
Si tiene éxito, y si, como sugieren en algunos sitios especializados, agrega soporte para OS X y Linux (no, Microsoft ya no es el enemigo acérrimo de Linux), esto permitiría administrar toda clase de computadoras personales, portátiles o de bolsillo desde una misma consola (obviando por ahora precios y sofisticación de cada herramienta) y sería algo que los departamentos de sistemas verían como una buena noticia, y RIM como una nube de tormenta.