Son bien argentinos por elección.
Nunca faltan en los cumpleaños para alegría de grandes y chicos.
Tiernos y gordos o finitos y crocantes.
Rellenos con dulce de leche o crema de chocolate.
Un alfajor nos puede devolver la sonrisa en un día gris. Y si es casero, ¡mucho más!
Así me los enseñó Doña Petrona
Estuve varios años junto a ella, dándole forma a sus notas para la Revista Para Ti. Un viernes lluvioso, los preparó como adelanto para el día siguiente, en que irían sus amigos a tomar el té, haciendo un alto en las infaltables ruedas de canasta que compartía con ellos .
ALFAJORES DE MAICENA
▲ Tamizar 200 g de harina con 300 g de maicena, ½ cucharadita de bicarbonato de sodio y 2 cucharaditas de polvo para hornear.
▲ Batir 200 g de manteca con 150 g de azúcar, ralladura de 1 limón, 3 yemas, 1 cucharadita de esencia de vainilla y 1 cucharada de coñac (optativo).
▲ Agregar los ingredientes secos y tamizados con el batido de manteca y unir hasta obtener un bollo. Si se notara una masa pegajosa, agregar algo más de maicena.
▲ Estirar la masa sobre la mesa espolvoreada con maicena, dejarla de ½ cm de espesor y cortar discos de 7 cm de diámetro.
▲ Acomodar cuidadosamente sobre placas enmantecadas y hornear hasta que estén secas, pero que no se hayan dorado. Retirar con espátula y dejar enfriar.
▲ Proceder del mismo modo con el resto de la masa y sus recortes, sin amasar. Sólo se unen.
▲ Cortar discos, hornear, enfriar y unir de de a dos con un poco de dulce de leche, presionando las tapas para que el dulce sobresalga de los bordes.
▲ Hacer rodar por coco rallado molido y servir.
¿TENES ALGUNA RECETA PARA COMPARTIR?
¡LA ESPERAMOS………!
De las recetas, seleccionaré una por consigna y las iremos publicando.
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