Flan de queso y leche condensada

Prepará esta flan y no te vas a olvidar de repetirlo como postre fácil y especial

FLAN DE QUESO Y LECHE CONDENSADA – Receta de la lectora Grossy –

Ingredientes
 1 lata de leche condensada
 1 paquete de queso Philadelphia de 200 g
 1 cdita de vainilla
 4 huevos
 200 cc de caramelo para el molde
Preparación
Mezclar la leche condensada con el queso, la vainilla y los huevos.
Verter en un molde acaramelado pequeño y hornear unos 35 minutos. 
Si se hace de doble cantidad, cocinar 50 minutos.

Tip: Licuado de duraznos y leche condensada

Duraznos en almíbar + leche + cubos de hielo + hojitas de menta

Para esta semana la consigna es

¿Cómo hacés buñuelos con verduras?

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La comida de cada noche

Por Ilse Kristel

Así comienza la historia de Ilse, tal como me la contó.

Parecía otra argentina. Cartoneros recogiendo lo que hubiera en la calle, familias revolviendo las bolsas para encontrar qué comer. ¿Dónde estaba?, se preguntó Ilse.

Su memoria voló a  sus escasos 11 años,  cuando como judía-alemana y tratando de sobrevivir a esa guerra que no cabía en la comprensión de una niña, cruzando la frontera, encontró la salvación. “Mi madre me empleó como sirvienta en una familia holandesa en la que limpiaba, cocinaba y podía comer.

La guerra enseña a valorar todo, a compartir, porque las necesidades se van alternando”.

Por ello pensé que lo que estaba viendo en la televisión argentina, en el 2001-y que lamentablemente aún sigo viendo todos los días-, era mi pasado que regresaba en otro escenario, agregó desde sus sabios 85 años. Se aprende cuando podemos sentir lo mismo que los otros,  porque el hambre, el frío, las angustias, los miedos son iguales en todas partes.

En su relato colabora su hijo. “Mi madre siempre fue autosuficiente y muy solidaria. No pudo soportar el dolor de ver gente, niños, familias revolviendo en las bolsas y tomó una decisión: cocinaría para quien lo necesitara, pero en silencio”.

Del otro lado de las vías había cada vez más villas.

Durante muchos meses, Ilse preparaba lo que fuere, para bajarlos por la noche. Sólo el portero lo sabía.

En un principio, eran 4 familias y un señor de gorra oscura, delgado y de buen porte que evitaba mostrar su rostro.

Ilse distribuía feliz las raciones. Más de una vez el encargado escuchó decir  “todo es riquísimo, pero como la ensalada de papas, nada igual”.

Así pasó más de un año. Las familias fueron cambiando y el señor del gorro continuaba viniendo, aunque no tan seguido.

De pronto, dejó de ir. Uno de los cartoneros trajo la noticia: lo encontraron muerto en la escalinata de la iglesia apretando un bolso con las bolsitas de colores de la señora Ilse.

Cuando ya no pudo buscar comida y sentir que nadie lo necesitaba, se entregó.

“Lo siento tanto. Hay que comprender el gran amor que se siente al cocinar para otros y cuánto de ese amor reciben  quienes lo necesitan. Sólo hay que llegar a tiempo”, agregó Ilse.

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ENSALADA DE PAPAS ILSE 

Ingredientes
1 kg de papas hervidas con su piel, firmes y cortadas en cubitos
1 ½ taza aproximadamente de una mezcla hecha con mayonesa, crema de leche, queso crema, pepino agridulce picado, algo de vinagre, 1 cucharada de azúcar, alcaparras

Procedimiento
Pelar las papas cuidando que queden firmes, cortar en cubitos, dejar enfriar. Mezclar en un bol mayonesa, crema de leche, un poco de queso crema, pepinos agridulces picados, un toque de vinagre, 1 cucharada de azúcar y alcaparras.
Rociar sobre las papas, mezclar y servir.

Receta original del cuaderno familiar de Ilse

Los espero todos los miércoles con nuevas historias y ricas recetas para publicar. Enviar a miriambecker@fibertel.com.ar, preferentemente con fotos.
Buena semana para todos 🙂

¿Cómo hacés buñuelos con verduras?

Son un caballito de batalla para salir de apuros. Cuando preparo un caldo con todos los vegetales, reservo algunos para hacer buñuelos. También los hago partiendo de alimentos frescos.

La mezcla de pasta es variada: huevos con harina, con harina y cerveza, diferentes condimentos, con claras batidas a nieve, con la mezcla de tempura (harina agua helada, yema y sal, que debe ir media hora a la heladera) y otras.

Me gustan los buñuelos de diferentes hojas, de berenjenas, coliflor, calabaza, de tomates desecados con aceitunas, de papa rallada cocida o fresca.

Esta es mi receta

BUÑUELOS DE VERDURAS

Ingredientes
3 tazas de acelgas cocidas, bien exprimidas y picadas
1 taza de cubitos de zanahorias cocidas
1 puerro de la sopa, bien picado
3 láminas de panceta picada y salteadas en su aceite (optativo)
3 cucharadas de queso rallado
1 huevo
80 g de harina leudante
1 cucharadita de polvo para hornear
Sal, nuez moscada

Preparación
Poner todos los ingredientes nombrados en un bol. Condimentar con sal y pimienta.
Mezclar muy bien, tomar porciones en una cuchara aceitada y deslizarlas en abundante aceite bien caliente.
Retirar, escurrir sobre papel de cocina y servir con gajos de limón.

 

PUBLICÁ EN LOS COMENTARIOS TU RECETA PREFERIDA! LA ESPERAMOS 🙂

**AVISO** RECUERDEN QUE ESTAMOS INVITANDO A LOS BLOGUEROS A   COMPARTIR ALGUNA “HISTORIA DE AMOR Y DE COCINA” QUE PUBLICAREMOS “TODOS LOS MIÉRCOLES”. ENVIALA A miriambecker@fibertel.com.ar

Historias de amor y de cocina

Creme Brulée entre padre e hijo

Por Claudio

Mientras se disputan este riquísimo postre entre franceses, catalanes e incluso ingleses, el domingo pasado, lejos de esta discusión, me di el postergado gusto de prepararlo yo mismo, acá en casa, y quedó de maravillas.

En Buenos Aires lo conocemos como Creme Brûlée. Es que las denominaciones en francés tal vez realcen el glamour de cualquier preparación, pero yo no me dejo llevar por el idioma en que se pronuncie; sino por cómo sabe, huele, se ve y por los sensores de placer y recuerdos que se activan en mí.

Por un lado, es un postre simple, si se lo ve desde el punto de vista técnico; digo: pocos ingredientes y técnica de preparación básica. Pero al momento de servirlo, mi hijo, bien avenido de a poco en pichón de gourmet, me hizo notar con su primer bocado el asombro y, con el segundo, una descripción detallada digna de un crítico gastronómico.

“Mmmm, ¡qué rico papi! Mirá, mirá, se formó una superficie crocante  (por la capa de azúcar quemada) y continuó: y a la vez cremosa por dentro, y caliente y frío… ¡qué bueno! Y amargo y dulce también, mmm, y ese olorcito al azúcar quemada… ¡esto está mortal!”
Más allá de la excitación propia de usar el soplete y quemar su propia crema, me hizo notar que no se trataba de un postre tan simple cuando uno sabe apreciarlo.

Me pregunto si ese momento con mi hijo no habrá sido uno de esos momentos que él recordará con sus hijos, como yo recuerdo a mi abuelo, mientras juntos disfrutábamos del arroz con leche comido directamente de la olla. Veremos… Mientras tanto, ahí va la receta. A mí me funcionó de maravillas y puede ser mejor en el futuro, gracias a los recuerdos que puedo estar generando en cada preparación que sale bien.

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Creme Brulée (Crema catalana)

Para ocho porciones

Poner en una cacerola medio litro de leche, medio litro de crema, una cucharada sopera de esencia de vainilla. Calentar hasta que entre en ebullición, apagar el fuego y dejar reposar treinta minutos.

Mezclar nueve yemas con 180 gr de azúcar impalpable. Cuando la leche bajó de temperatura, verterla de apoco sobre las yemas y el azúcar.

Distribuir en ocho cazuelas individuales que puedan ir al horno. Cocinarla a baño María, de treinta a cuarenta minutos. Retirarlas, dejar que pierdan calor y llevar a la heladera durante tres horas.

Espolvorear una fina capa de azúcar por encima de cada recipiente y quemar el azúcar en el momento de llevar a la mesa.

Creme Brûlée

El hijo de Claudio quemando el azúcar del postre

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Buena semana para todos 🙂

¿Cuál es tu mejor receta de verduras rellenas?

Si vas con tiempo a la verdulería  observa qué vegetales, por su forma, te permiten rellenarlos.

Berenjenas, morrones, tomates, papas, batatas, cebollas, zapallitos, calabazas son de la partida. En las cocinas populares de todos los continentes donde abundan vegetales, hay recetas para rellenar con diferentes sabores, especialmente picadillos.

La cocina mexicana tiene un amplio recetario. Podemos rellenarlos con carne, arroz, legumbres, ave, harina de maíz.

Mi propuesta son estos morrones.

MORRONES MEDITERRANEOS 
 Ingredientes
 6 morrones grandes
 2 tazas de polenta espesa, de cocimiento rápido
 50 g de queso rallado
 1 huevo
 Sal, nuez moscada
 1 cebolla de verdeo picada y cocida en aceite
 100 g de aceitunas negras en gajos
 50 g de pasas de uva
 1 taza de arvejas congeladas
Preparación
 Quitar una tapa a los morrones, vaciarlos.
 Mezclar la polenta con la cebolla de verdeo, las aceitunas en gajos,
 las pasas de uva, el huevo, el queso rallado, las arvejas congeladas
 y los condimentos.
 Rellenar los huevos de cada morrón vaciado, sin apretar demasiado.
 Pincelarlos con aceite, colocarlos en una asadera con un poco de 
 caldo, cubrir con papel de aluminio sin presionar y cocinar unos
 35 minutos.
 Retirar el papel, controlar que la superficie esté firme y cocinar
 unos minutos para que se dore. Servir solos o con una salsa de rúcula
 y nueces.

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Gratin de puerros

 Estas recetas nos enseñan a darle otro destino a los puerros

Esta receta la envió la lectora Patricia,

Ingredientes
1 bolsita de chauchas congeladas
8 puerros grandes
200 g de jamón crudo
Sal, pimienta
150 g de queso provolone rallado
Preparación
Enmantecar una fuente para horno. Distribuir una capa de chauchas 
condimentadas, por encima una capa de puerros blanqueados y salteados
en manteca. Acomodar láminas de jamón crudo y repetir la operación. 
Terminar con los puerros. 
Espolvorear con abundante queso rallado y hornear.

TIP  Rollos  de puerros gratinados

Envolver puerros blanqueados en jamón cocido, bañar con crema, espolvorear con queso y gratinar.

Para esta semana la consigna es

¿Cuál es tu salsa preferida para acompañar pastas?

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Historias de amor y de cocina

Hoy inauguramos una nueva sección en el blog: “Historias de amor y de cocina”. Se trata de un espacio especialmente pensado para que ustedes, lectoras y lectores, compartan historias en las que, como en una receta, se mezclen experiencias propias o que les contaron por ahí, anécdotas, sabores y aromas, donde la cocina es protagonista.

Cocinar es un acto de amor, siempre lo digo y lo seguiré sosteniendo, que une generaciones enteras de los más diversos lugares y culturas del planeta. Historias de abuelos, padres, hijos, nietos, amantes, vecinos, amigos, y enemigos. La vida está llena de historias en las que se mezclan sentimientos, sabores, colores y aromas. Queremos darles un espacio para que crezcan en este blog.

Cada miércoles publicaremos una nueva historia que deberá tener entre 35 y 40 líneas, y al finalizar el mes sortearé productos “Gourmet” y alguna que otra cosita entre los participantes. ¿Me acompañan?

Hoy inauguramos esta sección con la historia y la receta de Berta. ¡Que la disfruten!

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Cerezas, poemas y un amor para siempre

por Paloma Sneh

La Buenos Aires de 1947 más adoquinada y arbolada que hoy, sin metrobus ni rascacielos espejados fue el escenario para una de las tantas y –como todas- únicas historias de amor que reverdecen cada vez que alguien las recuerda. “Yo era una reciente egresada del Conservatorio Nacional de Arte Dramático. Mis primeros pasos los di en Radio Nacional junto a Berta Singerman. Recitar, en ese entonces, requería de un talento que hoy se considera demodé” .

Berta era morena y sus ojos soñadores y enormes estaban ávidos de arte, de vida, de salir a ver el mundo. Su belleza de percanta de Valentín Alsina desafiaba la tranquilidad de su padre, un carpintero polaco oriundo de un pueblito europeo quien leyendo la  crítica poco favorable en el matutino que llegaba a su casa escrito por un tal Simón S, redobló su insistencia para que siguiera derechito, derechito por su camino de maestra normal.

La reseña llenó de ira a Berta, quien sólo quería internarse cada vez más en los laberintos shakesperianos y las ondulaciones vocales del poemario castellano.

Enojada, llamó a la redacción. Del otro lado del teléfono, una voz de acento encantadoramente extraño le respondió: “Si usted está en desacuerdo, señora, puedo encontrarla en algún café para conversar. Soy polaco, recién llegado de Europa, y estoy intentando aprender su idioma“. No parecía nada desagradable ese Simón. Se encontraron en La Giralda. El la vio llegar, en su trajecito ceñido, los rizos morenos sobre la frente y los labios rojos de suave carmín. Con el ceño fruncido  le pareció maravillosa. Cuando se acercó a él, un suave y exquisito aroma a lavanda llenó la confitería. “Muy buen mozo, el polaco”. Conversaron durante más de dos horas. Luego salieron a caminar por Corrientes, angosta y Simón le compró un puñado de cerezas que vendía un anciano. “Parecen dulces, pero más deben serlo tus labios”, le susurró. Ella se sonrojó pero no le ocultó su sonrisa.

Nunca más se separaron.  Cada año, cada noviembre, Simón le regalaba a Berta un puñado de cerezas, con una nota que decía: “Este papel es un vale por todo mi amor, para vos”. Y ella cocinaba este pastel, cuya receta fue mejorando y perfeccionando con los años gracias al amor por ese escritor gringo y buen mozo. Simón falleció 51 años, tres hijos y cinco nietos después. Una sexta nieta que nunca conoció, Sofía, ama las cerezas y, de a poco, va practicando cómo hacer este pastel, relleno también de poesía y amor.

Pastel de cerezas Berta

Masa
400 g de harina 0000
50 g de harina leudante
150 g de manteca
150 g de azúcar
1 huevo
1 cdita de esencia de vainilla
350 g de cerezas descarozadas
100 g de azúcar
1/2 taza de agua
1 cucharada de almidón de maíz

Procesar las dos harinas con la manteca y el azúcar. Agregar el huevo, la esencia y unir sin amasar. Si fuere necesario, agregar unas cucharadas de agua helada.
Separar en dos partes. Con la mitad más grande  forrar una tortera enmamntecada de 22 cm de diámetro y llevar a la heladera.
Mezclar las cerezas con el azúcar,  agua y cocinar a fuego suave para tiernizarlas. Incorporar el almidón de maíz diluido en un poco de agua y cocinar revolviendo hasta espesar. Dejar enfriar bien.
Poner la compota de cerezas en el molde cubrir con la otra maza, sellar los bordes. Hornear 35 minutos. Retirar y enfriar.
Espolvorear con azúcar impalpable. Servir en porciones.

¿Les gusta la propuesta? ¿Les gustó esta historia? ¡Espero ansiosa sus comentarios!

Enviame tu historia y tu receta a miriambecker@fibertel.com.ar, si es con fotos para mostrar, mejor aún! El próximo miércoles los espero con una nueva historia de amor y de cocina, buena semana para todos 🙂

¿Cuál es tu salsa preferida para acompañar pastas?

Foto: Donna Hay

Desde el simple filetto hasta una mezcla de sabores gourmet, servir pastas es una propuesta que puede ser sencilla para cualquier momento, o una gran creación.
Si elegís ésta última opción, vas a ver que los amigos se van a sorprender por tu buena mano.
Cuando la calidad de la pasta es buena, un chorrito de aceite de oliva es suficiente, pero, una rica salsa le da un touch increíble..

En la pasta seca, hay que reconocer cuánto aportó la industria aggiornándose con los cambios, las calidades del trigo y la más nueva maquinaria que se usa en el mundo.

¿Prefieren la pasta fresca o la seca? Reconozco que de la pasta fresca, prefiero las que hago en casa, desde los capelletis hasta los ñoquis rellenos. En cuanto a la seca, son tan buenos los spaghetti, fetuccini, papardelle y otros que no entro en competencia porque, de verdad, los buenos son insuperables.
Hoy les propongo unos ricos spaghetti secos

Spaghetti con salmón, alcaparras y limón
3 a 4 porciones

Ingredientes
½ kg de spaghetti (preferentemente los hechos con trigo candeal)
1 cda de ralladura fina de limón
¼ taza de aceite de oliva
2 cdas de eneldo bien picado
1 cucharada llena de alcaparras
400 g de láminas de salmón ahumado
¼ de cebolla roja upicada
Sal, pimienta, jugo de limón

Preparación
Mezclar el aceite de oliva con la ralladura de limón, jugo de limón, sal, pimienta, hojitas de eneldo, alcaparras y cebolla.
Hervir la pasta en abundante agua con sal, escurrirla al dente y ponerla en un bol.
Incorporar la mezcla de aceite de oliva y distribuir trozos medianos de salmón ahumado.
Mezclar con dos tenedores y acompañar las porciones con un gajo de limón fresco.
Completar con pimienta de molinillo.

PUBLICÁ EN LOS COMENTARIOS TU RECETA PREFERIDA! LA ESPERAMOS 🙂

**AVISO** ¡Estén atentos mañana miércoles, que lanzamos una nueva sección en el blog! 😉

Pasta frola

Esta es una receta de la lectora Mary Jo

Ingredientes
 Masa
 200 g de manteca
 300 g de harina
 100 g de azúcar impalpable
 1 cdta de polvo para hornear
 Vainilla
 1 cda de ralladura de limón
 1 huevo
Relleno  
½ kg de dulce de membrillo
2 cdas de vino oporto 
1 huevo para pintar

 

Preparación
 Formar una arenilla con la harina, la manteca fría, la vainilla, el
 polvo para hornear y la ralladura. Agregar el huevo y unir hasta 
 formar una masa pareja.
 Tapizar un molde de 24 cm de diámetro con las ¾ partes de la masa.
 Pisar y mezclar el dulce con el vino, extender en la masa y cubrir 
 con tiras de masa. Pintar con huevo y hornear.

TIP Enrejado fácil de masa para tener siempre a mano

Para esta semana la consigna es

¿Cómo hacés terrinas de vegetales en microondas?

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¿Cómo hacés terrinas de vegetales en microondas?

Los artefactos de microondas no se aprovechan en toda su capacidad y muchos los usan sólo para calentar.

Los budines y terrinas en microondas no tienen competencia. ¡Salen perfectos! Y los de verduras, mucho más: resguardan el color de los alimentos, humedad y terneza.

Esta receta que describo, se puede hacer en cualquier microondas y no necesita grill para dorar la superficie.
Todas las marcas sirven. Habrá que leer las instrucciones porque hay artefactos de 1000W y otros con menor potencia.
Esta terrine la cociné entre  600 a 700W.
En cuanto al tiempo, si en el horno convencional la cocinás en  40 minutos, aproximadamente,  en microondas bastarán entre 12 a 15 minutos y sin baño maría.

¡Animate a usarlo  para ganar tiempo y encontrar soluciones a veces impensadas!

Si les interesan recetas en microondas, escríbanme que las iremos incluyendo.

TERRINE DE VEGETALES
Para 10 porciones

Ingredientes
1 coliflor mediana, cocida en microondas (ver al final)
3 huevos  grandes
1 puerro picado y salteado en aceite
2 tazas de cubitos de calabaza tiernizados
1 taza de chauchas congeladas
100 g de queso crema light
1 cucharada de harina leudante
Sal, pizca de nuez moscada, 1 cucharadita de azúcar
Aceite

Preparación
Reservar unas ramitas de coliflor y procesar el resto con los huevos, el queso, el puerro, la harina leudante, sal, nuez moscada y azúcar.
Pasar a un bol y agregar las chauchas, la calabaza y las ramitas de coliflor. Mezclar.
Pincelar con aceite o cubrir con rocío vegetal una budinera alargada de vidrio o una con tubo central.
Verter la mezcla, emparejar la superficie y tapar el molde con film adherente.
Cocinar en potencia mediana  entre 12 y 15 minutos.
Testear la consistencia presionando un poco la superficie con la yema de los dedos.
Retirar, dejar enfriar y desmoldar.
Si la servís de inmediato: te conviene separar las porciones desde la budinera porque al estar caliente si la querés desmoldar, se puede desarmar.
Si la servís fría o tiempo después de cocinarla: dejá que se enfríe en el molde, pasá un cuchillo por las paredes y desmoldá.

Cómo cocinar las verduras solas:
•   Poné ramitas de coliflor en una bolsa apta para freezer/microondas, sin agua, y        cociná unos 3 a 4 minutos (depende de la cantidad). Casi no hay olor.
•   Procedé del mismo modo con cubitos de calabaza.

   ESPERO LAS RECETAS DE USTEDES