El próximo 7 de septiembre, el saxofonista Sonny Rollins cumplirá 81 años. Es uno de los sobrevivientes y héroes de uno de los períodos más heroicos del jazz. Una semana después de su cumpleaños, saldrá un nuevo disco de Rollins: Road Shows, Vol. 2. El repertorio es el de siempre (ahí está “St. Thomas”, también “In a Sentimental Mood”), pero hay algunas sorpresas, que ya se anticipan en el video promocional: la invitación de otro héroe, Ornette Coleman. Aquí se los puede escuchar, antes de que salga el disco, en “Sonnymoon for two”, tema en el que, además de Coleman, tocan el contrabajista Christian McBride y el baterista Roy Haynes.
El lunes y el martes de la semana que viene, tocará por primera vez en Argentina el violinista alemánChristian Tezlaff. Lo hará en el Teatro Colón, invitado por el Mozarteum Argentino. No vendrá sólo; lo acompañará la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen, que dirigirá él mismo. Juntos harán un programa integrado por el Concierto para violín en Sol mayor K. 216 de Mozart, Noche transfigurada de Arnold Schönberg (en la versión para orquesta de cuerdas del propio Schönberg), la Sinfonía nº 80 de Haydn y el Concierto para violín en Mi menor de Mendelssohn.
Hace unos años, pensar en un disco de jazz liderado por trombonista argentino podía parecer casi ciencia ficción. Hace un tiempo, sin embargo, apareció Joaquín De Francisco, y ahoraFrancisco Salgado. Underground Mafia es el nombre de su disco –que no decae, es más asciende, a lo largo de sus 8 temas– y de su trío, en el que tocan también Juan Bayón (contrabajo) y Hernán Rodríguez (batería). Este tema, uno de los más breves, se llama “Vieja escuela”. Un detalle: el disco no se vende, pero se puede descargar gratis aquí.
La semana que viene (el miércoles) se estrena en el Centro de Experimentación del Teatro Colón Sainte-Nitouche, la obra voyeurista de Luis Naón, compositor argentino radicado en Francia desde hace muchos años. Luego, desde el 7 de septiembre, y también en el CETC, el Ensamble Laborintus presentará Lascaux Experiencia. Sobre esta última, dice Naón en la entrevista que salió hoy en ADN: “El proyecto de Lascaux tiene casi quince años. Surgió como una propuesta fija, de sonidos fijos, como eco de Urbana. Esos 12 movimientos, puramente electroacústicos y cercanos a un mundo concreto (alusión a la roca de la cueva de Lascaux), estaban compuestos en multicanal y acompañados por el video de Diego Pittaluga sobre los trabajos del plástico Abel Robino. Algunos movimientos fueron perdiendo la forma original al agregar la parte instrumental. Cada nueva capa puede completar pero también borrar las formas preestablecidas. El sueño de la obra consiste en la participación de otros artistas, invitados a pintar en esta caverna que inventamos. La idea es reencontrar cierto anonimato del arte. Hoy recordamos y vemos Lascaux, poco importa si fueron uno o muchos los pintores que contribuyeron a crearla. La obra queda y nosotros podemos aspirar al olvido.”.
Para quienes quieran darse una idea de cómo se realiza esa idea, puede escuchar aquí las primeras dos partes de la obra (“Interlude Rythmique” y “Song 4”), en un registro del propio Ensamble Laborintus.
La revista inglesa Gramophone, una de las publicaciones dedicadas a la música clásica más prestigiosas del mundo, acaba de anunciar los candidatos a los premios, no menos prestigiosos, que entrega anualmente. Son quince categorías, más el premio especial de “Artist of the Year”. Lo primero que llama la atención es la minoritaria (muy minoritaria) presencia de los grandes sellos (Decca, Deutsche Grammophon, Philips, EMI, Sony) entre los nominados, algo inconcebible unas décadas atrás.
Lo segundo, justamente los candidatos a “Artistas del año”:
-Andris Nelsons (director de la City of Birmingham Symphony Orchestra)
-Gustavo Dudamel (director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles)
-Ivan Fischer (director de la Budapest Festival Orchestra)
-Jordi Savall (violagambista y director)
-Mitsuko Uchida (pianista)
-Lang Lang (pianista)
-Alison Balsam (trompetista)
-Ilina Ibragimova (violinista)
-Jonas Kaufmann (tenor)
Dos de estos candidatos actuaron este año en Buenos Aires, ambos invitados por el Mozarteum Argentino: Dudamel (aunque no con la orquesta de Los Ángeles) y Fischer (con la de Budapest).
En el video de arriba se puede ver el primer concierto de la Budapest Festival Orchestra; allí el extraordinario pianista Zoltán Kocsis, confundador de la orquesta, más que tocar, actúa.
Los ganadores de los premios Gramophone se anunciarán en Londres el 6 de octubre. Mientras tanto, en el sitio, los lectores pueden también dejar su voto (eso sí, hay que estar registrado). No hace falta decirlo, si votara, mi voto iría a Fischer.
Pasado mañana (miércoles 17) se hará la última función de Pelléas et Mélisande, de Claude Debussy, en el Teatro Colón. En este brevísimo video, otro compositor, Olivier Messiaen, da algunas claves sobre la ópera de su compatriota, y además es quizás una buena muestra de la manera en que Messiaen dictaba clase.
(NB: Está en francés con subtítulos en inglés; en el subtitulado, aparece incorrectamente escrito el nombre de uno de los personajes: es “Golaud” y no “Gollot”)
Falta poco para que se cumpla una década del atentado al World Trade Center. El compositor estadounidense Steve Reich compuso hace tiempo, por encargo, WTC 9/11, una obra que estrenó el Kronos Quartet. La familia de Reich estuvo, como otros millones de personas, cerca del foco del atentado y la obra parece ser sumamente personal, quizás como en otro sentido lo era también Different Trains.
Ahora, el sello Nonesuch estaba a punto de editarla, en coincidencia con la fecha simbólica. El problema, sin embargo, fue la tapa. Inicialmente, se había elegido la ilustración que se ve arriba. Sin embargo, sobrevino una pequeña tormenta en los medios por la naturaleza “traumática” de la foto. Ante eso, Reich decidió cambiar la tapa y ofreció la siguiente explicación: “Cuando WTC 9/11fue estrenada por el Kronos Quartet, la reacción del público y la prensa fue reflexiva y conmovedora. Me parece equivocado que ahora la reacción a la música quede usurpada por la tapa. Por lo tanto, la tapa se cambiará […] Hay que poner el foco nuevamente sobre lo importante: la música”.
Como señala el crítico Gavin Plumley, hay algo problemático en la excusa de Reich: es cierto que la música es lo importante, pero también lo es sin duda la conmemoración. Si no lo fuera, ¿para qué escribir esa música?El resultado puede verse en la página del sello: una tapa vacía, una especie de Ground Zero del cover art.
Ahora mismo, entre el 2 y el 27 de agosto, hay una nueva edición del neoyorquino Festival Mostly Mozart. Desde su creación en 1966, es uno de los más activos festivales del mundo, uno en el que se pueden escuchar obras que van del barroco al siglo XXI. El núcleo del festival es la Mostly Mozart Festival Orchestra, creada hacia 1973. Su director musical es Louis Langrée. Es tan previsible como habitual que le pregunten a Langrée sobre las obras de Mozart preferidas. En estos días, volvió a responder esa pregunta. Su Top Five fue:
La elección es inobjetable, pero si, en honor a la pasión por las listas, se permitiera una elección personal, yo agregaría el Rondó en la menor, K. 511, La flauta mágica, el Concierto para clarinete, K. 622y, quizás, el Concierto para piano n° 9.
Al disco que salió el mes pasado, se sumaron ahora otros dos, recién publicados: el del Alan ZimmermanTrío (PAI), y La corvina alegre (Sofá Records), del guitarrista Patricio Carpossi. Lo interesante es que ambos decidieron grabar el tema “Evidence” de Thelonious Monk. La comparación entre las dos versiones, unidas por el mismo reactivo monkiano, permite revelar afinidades y ocasionales distancias.
En el primer grupo, tocan además del pianista Zimmerman, Ezequiel Dutil (contrabajo) y Carto Brandán (batería); en el segundo, Natalio Sued (saxo tenor), Sergio Wagner (trompeta), Hernán Merlo (contrabajo) y Fermín Merlo (batería).
Es sabido que la pianista Martha Argerich aborrece las cámara y, ni hace falta decirlo, las entrevistas. Por eso sorprende tanto esta entrevista hecha con carteles en su camarín, especie de Cuestionario Proust al paso, grabada hace poco más de un mes. Como siempre en el caso de Argerich, lo que más importa no es tanto aquello que ella dice sino la manera en que lo dice, su entonación, sus gestos.