¿Cuántas integrales de las sonatas para piano de Beethoven necesitamos? O formulado de otra manera: ¿necesitábamos otra integral más? Imposible responder la pregunta en el vacío en la medida en que sólo sabíamos que la necesitábamos una vez que la descubrimos; sólo entonces eso que no conocíamos se vuelve necesario. Es por ejemplo lo que me pasó, últimamente, con la versión que grabó Paul Lewis para Harmonia Mundi. Así las cosas, la Municipalidad de Rosario, el sello :e(m)r; y el Centro Cultural Parque de España acaban de publicar la primera parte de una edición impecable de las sonatas beethovenianas por Alexander Panizza. No tiene sentido insistir aquí sobre lo que ya se escribió en papel. Vale la pena, sin embargo, dejar una muestra mínima de lo que hace Panizza con ese corpus colosal. Por ejemplo, el hermoso Largo de la Sonata n° 7.
Mozarteum 2012
Se anunció la temporada del año que viene del Mozarteum Argentino. Antes que nada, lo insoslayable: vuelve Daniel Barenboim, en abril, en un programa de piano solo. Pero eso no es todo. Es una temporada sin grietas, con un nivel altísimo, que incluirá también a Zubin Mehta (con la Orquesta del Maggio Musicale Florentino), la violonchelista Sol Gabetta, la mezzo Joyce Di Donato, el también violonchelista Antonio Meneses y el Ensamble Intercontemporaine (presentarán Cassandre de Michael Jarrell). Pero quisiera detenerme ahora en Kurt Masur (vendrá con la Orchestre National de France), el director estrella de la extinta República Democrática Alemana. Si no recuerdo mal (pueden corregirme), Masur estuvo por última vez en Buenos Aires en 2001, invitado también por el Mozarteum, con la orquesta que dirigía en ese momento, la Filarmónica de Nueva York. El programa, diferente según los ciclos, incluía obras de Richard Strauss, Bruckner y Tan Dun. Cuando llegue esta vez a Buenos Aires, Masur estará a punto de cumplir 85 años. En este video, se lo puede ver con la orquesta Gewandhaus de Leipzig en la Segunda sinfonía de Brahms.
Charles Tolliver en el Festival de Jazz de Buenos Aires
Casi en las mismas fechas del Ciclo de Música Contemporánea que comentábamos dos entradas más atrás en este mismo blog, se realizará el Festival Internacional de Jazz de Buenos Aires. La programación completa puede consultarse en el link anterior. Me gustaría ahora detenerme en uno de los invitados, quizás no el más conocido, pero probablemente uno de los más interesantes: el trompetista Charles Tolliver, especialista en formatos reducidos y asimismo en big bands. Y en Buenos Aires se lo podrá escuchar en ambas. Para quienes no lo conozcan, aquí se lo puede ver en un concierto de 1971.
Collage de poeta
Si el premio Nobel lo hubiera ganado otro poeta que no fuera Tomas Tranströmer, la posibilidad más verosímil y la más justa habría sido que el premio se le adjudicara al poeta estadounidense John Ashbery, cuya obra es profusa, no siempre regular, pero parejamente original. Pero lo que se ve acá es otro Ashbery menos conocido, el artista visual. El collage de más arriba tiene en su centro el “Autorretrato ante el espejo” (1524) del Parmigianino. Esa pintura fue el punto de partida de “Autorretrato en un espejo convexo”, el libro por el que Ashbery ganó el Pulitzer en 1976. El collage de Ashbery es una especie de puesta en abismo: cita el cuadro e indirectamente se cita a sí mismo en ese largo poema que cita a su vez el cuadro. En español, el poema fue traducido por Javier Marías y muchos seguramente lo conocimos cuando lo publicó Diario de Poesía en su número 4 (otoño de 1987). Aquí los primeros versos:
Como hizo el Parmigianino, la mano derecha
más grande que la cabeza, adelantada hacia el espectador
y replegándose suavemente, como para proteger
lo que anuncia. Unos cristales emplomados, vigas viejas,
pieles, muselina plisada, un anillo de coral corren unidos
en un movimiento sobre el que se apoya el rostro, que flota
acercándose y retirándose como la mano
sólo que está en reposo. Es lo que está
sustraído…
Las horas y un piano
Vexations es una de las piezas más singulares del compositor francés Erik Satie. Es mínima y, a la vez, casi inextinguible. Esos pocos compases (un tema y dos variaciones) deben tocarse 840 veces seguidas, lo que supone necesariamente la intervención de varios pianistas. La obra no llegó a estrenarse en vida de Satie. John Cage conoció la pieza, en París, en los años cincuenta y quiso estrenarla de inmediato. No pudo en ese momento, pero consiguió finalmente hacerlo, en 1963, en un concierto a beneficio en el Pocket Theatre. La imagen de arriba es el programa de ese estreno. En la parte inferior, puede leerse una asombrosa aclaración como “reglas de la casa”: los asistentes (en cierto modo patrocinadores) debían pagar 5 dólares la entrada y fichar. Luego, cada veinte minutos que se quedaran, recibirían un reembolso de 5 centavos y 20 centavos de bonus si permanecían hasta el final. La interpretación duró 18 horas y 40 minutos. Según el escritor y periodista George Plimpton, Andy Warhol asistió al concierto y, parece, estuvo allí las más de dieciocho horas.
El Ciclo de Música Contemporánea del Teatro San Martín, cuyo inicio será en el Teatro Colón el jueves 3 noviembre con obras de Edgar Varèse, cerrará el miércoles 30 a las 21 con una interpretación justamente de Vejaciones, que empezará el día anterior a las 23 y, por lo tanto, será un poco más extensa que la de Cage. La interpretación empezará por Christian Wolf, que, como se ve en el afiche, intervino asimismo en el estreno. Tocarán en total 88 pianistas, uno por cada tecla del piano.
A continuación, un video, en el que el pianista John Cale, que también participó del estreno de las más de 18 horas, toca, menos veces, Vejaciones.
El álbum Mahler
Aunque opacado mundialmente por los justos esplendores de Liszt, el segundo año Mahler consecutivo (el año pasado 150 del nacimiento, este 100 de la muerte) no se agotó, y con él, tampoco se agotaron las novedades comerciales. Entre ellas, una de las interesantes, al margen de la discografía, es el libro The Mahler Album, que reúne todas las fotografías conocidas de Gustav Mahler. Vista en conjunto, es una especie de biografía iconográfica.
El compilador es el millionario Gilbert Kaplan, un viejo conocido de los mahlerianos desde sus dos grabaciones, profusamente informadas y personales, de Segunda sinfonía, de Mahler.
Standards
La propuesta del sello Rivo (aparente apócope de la marca de ansiolíticos Rivotril) fue sencilla: llamar a músicos argentinos de jazz y pedirles un disco, con la única restricción de que el repertorio debía consistir en standards. Hay aquí un interés a dos puntas: por un lado, la originalidad en la elección del repertorio que haga cada uno de los convocados; por otro, el diálogo con ese repertorio, algo postergado por el formidable impulso que tuvo la composición en el jazz local desde hace más de diez años.
Los discos editados por el momento son tres: What’s New, del trompetista Mariano Loiácono, Our Delight, de la pianista Paula Shocron, y A Child is Born, del saxofonista Carlos Lastra, en cuarteto con Francisco Lo Vuolo (piano), Cristian Bortoli (contrabajo9 y Sebastián Groshaus (batería). De ahí procede esta hermosa versión de “I’ll be seeing you”.
Anne-Sophie Mutter con David Letterman
El viernes pasado, en el show televisivo de David Letterman, la violinista Anne-Sophie Mutter volvió a encontrarse con el pianista André Previn, su ex marido. Juntos tocaron una versión para violÃn y piano de âIt Ainât Necessarily Soâ, la canción tomada de Porgy and Bess, que es también un standard de jazz. Todo era parte de la promoción de una colección de CDs dedicada a conmemorar los 35 años de carrera de Mutter. Por lo que le pasa a Letterman al final del video, la caja de discos (puede verse en el video a continuación) no parece del todo cómoda.
Cuatro horas y media para transformar un escenario
Una noche, termina la función de Così fan tutte de Mozart en la Ópera de Los Ángeles, y al día siguiente, a las 5.30 de la tarde, deberá empezar otra ópera, Eugene Oneguin, de Tchaikovsky. Pero los preparativos para el cambio de escena se inician a la una de la tarde de este segundo día. De modo que hay sólo 4 ½ horas para reemplazar Così por Oneguin, dos piezas con muy pocos (si es que alguno) elementos escenográficos en común. ¿Cómo es posible hacerlo? Primero con la ayuda de 45 carpinteros, electricistas, etc. Segundo, con una perfecta organización. La transformación puede seguirse en este video (cámara rápida), que permite ver lo que el espectador de ópera nunca ve.
Sol Gabetta y el Proyecto Vivaldi
Hace algunos años, en 2007, la chelista Sol Gabetta publicó un disco con el título Il Progetto Vivaldi. Probablemente, nadie, ni ella misma, sabía entonces que sería el primero de una serie que encuentra ahora su segundo eslabón con Il Progetto Vivaldi 2, editado también por Sony, en este caso con la Capella Gabetta y su hermano, Andrés Gabetta, como primer violín. El disco incluye los Concierto para cello en si bemol mayor, RV 423, en sol menor, RV 416, en la menor, RV 420, y la Sonata para cello en sol menor, RV 42, todos ellos de Antonio Vivaldi, aunque también conciertos para cello de Leonardo Leo y Giovanni Benedetto Plati. El disco es sostenidamente apasionante, pero vale la pena detenerse en el tercer movimiento del Concierto en sol menor de Vivaldi.