Estas lecturas nunca tienen mucho sentido. Hace unos cuantos años, estuve en una librería donde, después de servir riñones como desayuno, leyeron durante 24 horas el Ulises de Joyce. El tedio fue insoportable. Las hubo con muchísimos escritores; incluso, pocos días atrás, hubo una de Sobre héroes y tumbas, de Sabato. Pero en Hessen (Alemania), una multitud de estudiantes secundarios planea ahora batir un récord con una lectura de las obras de Johann Wolfgang Goethe. “0 pausas, 1 poeta, 2 noches, 3 días, 50 horas, 1300 estudiantes, más de 2000 páginas y muchas sorpresas”, dice el aviso. ¿Leerán completa la Teoría de los colores?
Blog Orwell
Supongo que no debe ser ninguna novedad, pero hoy descubrí que los diarios de George Orwell se están publicando como blog, es decir, una entrada por cada día, y editados con links a otros sitios. Tal vez no tenga sentido preguntarse, una vez más, si los diarios íntimos fueron una protoforma del blog. En el fondo, es un razonamiento contrafáctico: pensar cómo habrían sido los diarios íntimos si hubieran existido los blogs. Personalmente, encuentro una única excepción, que ya mencioné aquí mismo.
Historias del piano
En 2006 y en 2007, lo había hecho Pierre-Laurent Aimard (noto ahora que su nombre se repite demasiado seguido en este blog). Y ayer, de manera más limitada, lo hizo también Maurizio Pollini en el Festival de Lucerna, con un recorrio panorámico del piano, de Franz Liszt a Karlheinz Stockhausen, pasando por Berg y Boulez. Nunca fui devoto incondicional de Pollini, pero realmente me habría gustado escuchar cómo tocó las piezas VII, VIII y IX de Stockhausen. Según esta crónica, fue una interpretación memorable.
La olvidada
Insistente y audaz, así define Die Zeit a la alemana Jutta Hipp, una de las figuras más olvidadas de la historia del jazz y una antigua obsesión (que derivó en una investigación algo fallida) de quien escribe estas líneas. Discípula informal de Lennie Tristano, Hipp grabó cuatro discos (dos de ellos en vivo en el club Hickory House) todos publicados por el sello Blue Note y todos, también, descatalogados hace años. Cuando murió, en abril de 2003, estaba completamente retirada de la escena jazzística; trabajaba como costurera en una fábrica y se dedicada a pintar cuadros. Dicen que donó su cuerpo a la carrera de medicina de la Universidad de Columbia.
Apostilla
En esta nota faltaron quizás algunas consideraciones, que ahora resultarían tardías, o tal vez un paratexto a la reseña de un libro que organiza paratextos. Baste decir que el balbuceo del enamorado y las metáforas abusivas del crítico musical difieren en sus efectos y propósitos pero convergen en sus causas: el lenguaje del amor y el lenguaje de la música son intransitivos. Tanto el rodeo como el enmudecimiento revelan la voluntad de traducir verbalmente una experiencia estética no verbal. Esto lo sabía muy bien Auden cuando decía que esta intransitividad hacía justamente que no tuviera sentido preguntarse: “¿Quiere el compositor decir realmente lo que dice, o sólo está fingiendo?”
En línea con la diferencia entre declarar y manifestar el amor o el deseo, el dicurso ideal sobre música, el momento utópico de la crítica musical, sería no aquél que explique una música, sino aquél que reemplace y haga inncesaria la escucha de esa música.
Batuta idol
La televisión inglesa emitirá un nuevo reality show de características singulares. El programa se llama Maestro y convoca a famosos del espectáculo (actrices, comediantes, músicos de rock) para que se disputen el premio de mejor director de orquesta. Naturalmente, ninguno de ellos tiene formación previa y, como en todo reality, será el público quien decida el ganador. El premio consiste en dirigir quince minutos la BBC Concert Orchestra. Aquí, una crónica completísima del asunto.
El castillo
Varios medios en lengua alemana (por ejemplo, Die Zeit y Die Presse) recogieron la noticia de que Franz Kafka era menos casto de lo que se creía. Aparentemente, el investigador inglés James Awe demostró en su libro Excavating Kafka, recién publicado en Inglaterra, que Kafka era pornógrafo y estaba subscripto a publicaciones eróticas de naturaleza para nada inocente o festiva sino más bien dura, que incluían imágenes de todo tipo (“algunas bastante desagradables”, observa el investigador). Hawe especula incluso que la predilección de Kafka por la pornografía es evidente en La metamorfosis.
La labor del crítico
“En Siracusa, hace dos mil quinientos años, un crítico llamado Filoxeno se rehusó a elogiar una obra escrita por el tirano Dionisio. Por su obstinación fue enviado a cumplir trabajos forzados en la cantera local. Dos años más tarde fue liberado y se le preguntó si deseaba revisar su opinión. Filoxeno replicó: ´¡De vuelta a las canteras!´. Esta historia sugiere la antigüedad de una tradición de integridad frente a una retribución terrible y cierta impertinencia, cierto gozo en la terquedad. El crítico necesita hoy de ambas cualidades, aunque sólo sea para dedicar buena parte de su tiempo ofendiendo a sus amigos cuando escribe sobre libros bastante buenos que debieron ser mejores o sobre libros malos que tienen enorme éxito. La labor del crítico siempre ha consistido en tratar de explicarse y explicarle a los demás por qué la mayoría de la gente demanda libros malos y por qué sólo un escritor realmente talentoso es capaz de producir libros egregiamente terribles.”
Pasado y presente
Después de su convincente disco dedicado a El arte de la fuga de Bach, que ya comentamos, el pianista Pierre-Laurent Aimard da un salto en el tiempo y, astuto para anotarse en los fastos por el centenario, publicará este mes (en Deutsche Grammophon, su nuevo sello) un disco dedicado a Olivier Messiaen. La elección del programa es oportuna: los tempranos Ocho preludios, los Cuatro estudios de ritmo y una brevísima antología del Catálogo de pájaros.
Efecto jazz
En una ocurrencia gruesa e ineficaz, la presidenta Kirchner bautizó la onda expansiva de la crisis financiera de Estados Unidos como efecto jazz.