Además de uno de los poetas líricos decisivos de la poesía alemana posterior al romanticismo (se diría incluso que disolvió el romanticismo desde adentro), Heinrich Heine fue un maestro de la prosa periodística en lengua alemana, comparable sólo a Kurt Tucholsky o a Karl Kraus. Según informan algunos medios, se descubrió en estos días un texto inédito de Heine de unas 40 páginas que debía formar parte de la serie “Französische Zustände”. Esta serie es semejante a La escuela romántica o a De la Alemania, conjuntos de artículos que todavía ahora resultan radioactivos. El editor decidirá qué hace con el manuscrito, que seguramente tendrá también una edición facsimilar.
Juicio al pop
A propósito de la hipótesis, ya generosamente difundida en los medios, de David Fowler según la cual la cultura juvenil de los sesenta en Inglaterra (Beatles y Rolling Stones) no fue más que una hábil estrategia para ganar dinero, me pareció oportuno colgar este video breve en el que Anthony Burgess enjuicia la cultura pop.
Bob Burns
La declaración de Bob Dylan según la cual su mayor influencia fue el poeta escocés Robert Burns no debería resultar sorprendente. En su formidable libro Dylan´s Visions of Sin, el crítico Christopher Ricks ya había hecho notar esa relación e incluso había ido más allá y había mostrado las semejanzas entre “A Hard Rain´s A-Gonna Fall” y las baladas escocesas. Basta comparar “Oh, where have you been, my blue-ayed son?” (Dylan) con “O where ha you been, Lord Randal, my son?” (balada tradicional). Para no hablar de la relación entre la canción “Girl From the North Country” con el poema de Burns “A Red, Red Rose”.
Ópera muda
AquÃ, algunas impresiones a vuelapluma sobre la proyección de anteanoche, con música de Ernesto Jodos, de Metrópolis, la pelÃcula de Fritz Lang, en la versión completa descubierta por Paula Félix-Didier, directora del Museo del Cine Pablo C. Ducrós Hicken.
¿Conflicto gremial?
Sobrevino un pequeño escándalo en el panorama escaso de la crítica musical en el mundo. Cansados de las críticas adversas (venablos, casi) hacia Franz Welser-Möst, director de la Orquesta de Cleveland, los editores del diario The Plain Dealer of Cleveland decidieron increíblemente desplazar de su puesto al crítico Donald Rosenberg.
En las teclas
An Tasten. El mismo día que el compositor Mauricio Kagel, tema sobre el que ya hablamos, murió también Henry Steinway, bisnieto del fundador de la empresa de pianos y el último descendiente directo de él. Así como los hombres podrían dividirse espiritualmente entre aristotélicos y platónicos, los pianistas podrían dividirse entre partidarios de los Steinway y partidarios de los Bösendorfer; aunque se trata, claro, de una profesión de fe más veleidosa, sujeta a la felicidad del modelo de piano implicado. (Aquí, la historia de la foto que se ve arriba).
Efecto jazz III
Ante esta noticia, repetimos lo dicho hace un tiempo: En una ocurrencia ineficaz, la presidenta Kirchner bautizó la onda expansiva de la crisis financiera de Estados Unidos como efecto jazz.
Tarde
Ayer, en la presentación del libro Poesía reunida, Matías Serra Bradford dijo algo sobre Arnaldo Calveyra que merece ser subscripto y citado. Agradezco, comentó, haber llegado tarde a Calveyra, haberlo leído después de los treinta años. Si lo hubiera hecho antes, probablemente nunca me habría recuperado.
Vieja querella
Los bandos que hace tanto tiempo, más de un siglo, dividieron el mundo de la música entre partidarios de Richard Wagner y partidarios de Johannes Brahms siguen activos. Sin ir más lejos, el director John Eliot Gardiner declara ahora que tiene un “amor absoluto por Brahms”, que “odia a Wagner y todo lo que representa” y que no lo dirige porque tiene miedo de que “le arruine el paladar”. Más adelante, incurre también en otros símiles orgánicos de dudoso gusto.
Otro imprescindible
Hace un tiempo, hablamos de las viñetas y estampas de Peter Altenberg. Otro autor de textos inclasificables que leo estos días es Kurt Tucholsky. Menos radioactivo que Karl Kraus, otro que se desangró en las arenas del periodismo, y más agudo que Altenberg, Tucholsky, inhallable en español, merece una relectura. Aquí una muestra brevísima tomada del librito Schnipsel: