No es un ave, no es un avión…

¿Cómo tener la sensación de una caída libre sin tirarse de un avión? Según los realizadores de este video, a cargo del estudio de diseño Betty wants in, estas bellas imágenes brindan “una perspectiva diferente de lo que puede ofrecer el paracaidismo”. Lo que sí es seguro es que gracias a estas tomas podemos observar a los cinco veces campeones del mundo Fred Fugen y Vince Reffett realizando sus piruetas 3D en Melbourne, Australia.

La imágenes fueron capturadas con una pequeña y poderosa cámara HD, la GoPro. Este dispositivo puede ser montado fácilmente en un casco, en la punta de una tabla de surf o en el paragolpe de un automóvil. Su versatilidad es ideal para registrar deportes extremos y actividades que requieren de mucho movimiento.
Quizá después de ver esta representación del vuelo humano a más de uno le den ganas de probar un salto.

De San Francisco a París en dos minutos

Desde los primeros time-lapses que vimos en Imagen en movimiento hemos hablado de este efecto como una suerte de máquina del tiempo. Se trata, recordémoslo brevemente, de una secuencia acelerada que permite hacer que los acontecimientos se vean más rápido que lo habitual (es decir, lo contrario de la cámara lenta).

Ahora sí, entonces, vayamos a la experiencia de Nate Boltron. En este video, el “tech artist” capturó fotografías a determinado intervalo de tiempo y de manera contínua para que luego, al unirlas en una línea de tiempo, la escena se viera a una velocidad superior que la normal.

Milagrosamente, Boltron logró comprimir en dos minutos las once horas que dura un viaje aéreo de San Francisco a París. Para hacerlo, colocó una cámara réflex –la Canon 5D markII– en un trípode junto a la ventanilla de un avión de Airfrance. A la cámara le anexó un dispositivo que permite controlar la cantidad de disparos y los intervalos entre cada uno de ellos –en este caso fueron cada 2 segundos, de día, y 30, durante la noche–. La perla de este trabajo es la impresionante aurora boreal registrada durante el trayecto.

El autor de esta casi proeza audiovisual, que junto con la diseñadora textil Kate Nartker administra el blog Beep show, agradeció a los pasajeros que soportaron los clics durante todo el vuelo. Además, aseguró que las fotos del despegue y del aterrizaje son modelos realizados por computadora –3D rendering–, porque nunca usaría un dispositivo electrónico en los momentos en que está prohibido. Cuesta mucho creerle. ¿Ustedes qué opinan?

Dos fotógrafos mueren en Libia

Servicio en memoria de los reporteros gráficos en Bengasi (AFP). Funeral en memoria de los reporteros gráficos en Bengasi (ODD ANDERSEN/AFP).

Tim Hetherington y Chris Hondros, dos reconocidos fotógrafos de guerra, murieron el miércoles pasado en la ciudad de Misurata, al oeste de Libia, cuando fueron alcanzados por disparos de mortero de las fuerzas leales a Khadafy.

Hetherington –nacido en Liverpool, Inglaterra– vivía en Nueva York y se encontraba cubriendo el conflicto de Libia para la revista Vanity Fair. Como fotoperiodista recibió durante su carrera importantes premios, como el World Press Photo 2007. Además de dedicarse a la fotografía fue cineasta y llegó a estar nominado al Oscar por su documental Restrepo, que realizó para National Geographic, y en el que retrataba a las tropas militares de Estados Unidos en Afganistán.

Hondros –nacido en Nueva York– trabajaba para la agencia Getty. Como fotoperiodista, cubrió la mayor parte de los conflictos bélicos más importantes del mundo desde finales de 1990, incluyendo Kosovo, Angola, Sierra Leona, Líbano, Afganistán, Cachemira, la Ribera Occidental, Irak y Liberia. Además, recibió numerosos premios, incluyendo múltiples honores en World Press Photo, una nominación para el Premio Pulitzer y la Medalla de Oro Robert Capa en 2006.

Periodistas, diplomáticos y simpatizantes opositores a Khadafy participaron en la ciudad de Bengasi de un funeral para despedir a ambos. Sus cámaras sobre el cajón, todo un símbolo.

Díptico que muestra a Tim Hetherington (I) subiendo a las ruinas de un edificio en Misrata, el 20 de abril, y a Hondros caminando en la misma ciudad el 18 de abril (AFP). Díptico que muestra a Tim Hetherington subiendo a las ruinas de un edificio en Misurata, horas antes de su muerte, y a Chris Hondros caminando en la misma ciudad, el lunes (AFP).

Hay tanta belleza en este mundo

Martín Balcala (1) nos recuerda esta escena de la película Belleza Americana en la que se ve al personaje Ricky Fitts mostrando uno de sus videos caseros –muchos dirían, videos freaks–.

 “La belleza que se esconde detrás de lo ordinario puede despertar curiosidad en algunos, llevándolos a poner mucha más atención en las cosas que nos suceden y nos rodean todos los días. Son los hechos cotidianos que transcurren lentamente dentro de esa sucesión de rutinas temporales, como si fueran una música de fondo. Entonces, se trata de sacar del fondo aquellos elementos que a simple vista parecen imperceptibles y ponerlos en primer plano para verlos detenidamente”, reflexiona el diseñador gráfico de La Nación, en una nueva participación en Imagen en movimiento.

Para Balcala, “es inquietante la cantidad de ideas, sentimientos y discursos que pueden entrar en los pocos segundos de un video. Y también inquieta, a veces, lo poco que se puede decir con mucho tiempo. Lo difícil es encontrar esas imágenes que mantienen fidelidad inquebrantable con aquella idea movilizadora”, completa la idea que le disparó aquel breve video del film de Sam Mendes.

Del sitio The one minutes, Balcala recomienda ver algunos trabajos, como Sweat, de Thalia Raftopoulou; Segredo, de Miguel Gonçalves Mendes; Pirouette, de Marisa Keller; y Bright and clean, de Frans Hofmeester. “Si la cámara con la que se realizaron es profesional o de aficionado es lo de menos. Lo importante es ese minuto ordinario que termina siendo transmisor de una idea que perdurará y atravesará el formato para instalarse definitivamente en cada uno de los espectadores, que completarán el discurso original o lo dejarán tal y como lo reciben. Y ya no será un minuto, sino un par y así decenas, miles de minutos, de miradas”.

(1) Martín Balcala es diseñador gráfico, amante del cine y la fotografía. Trabajó desde 1998 en diversos medios editoriales nacionales y extranjeros (Clarín, Revista Tres Puntos, TXT, Le Monde Diplomatique), y actualmente lo hace en La Nación. Además, participó en el desarrollo de sitios web, lo que le permitió descubrir la forma de producción de contenidos digitales.

Recuperar el pasado

Ko Sasaki/The New York Times

Ko Sasaki/The New York Times

Una semana después del terremoto de Japón, Ko SasakiThe New York Times– capturó la foto de arriba en la que aparece una retrato familiar entre las ruinas de la ciudad portuaria de Ofunato. Por entonces, en medio de la tragedia, ese parecía ser el inevitable destino de la mayoría de las fotografías de aquellos hogares que habían sido arrasados por el tsunami.

Además de los desesperados intentos por contener los desbordes de las plantas nucleares, el gobierno japonés ha tenido que ocuparse de realizar, rápidamente, obras estructurales como viviendas, puentes y caminos. Y mientras se concretan las mega construcciones, diferentes grupos de voluntarios trabajan para preservar el patrimonio cultural.

Un mes después del tsunami y de aquella foto, en la misma ciudad,  otro reportero gráfico, Toru Hanai –de la agencia Reuters–, registra (abajo) la difícil tarea que realizan algunos vecinos de Ofunato: restaurar los álbumes familiares que sobrevivieron al desastre. Quizás sea esa una manera de recuperar el pasado.

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Fotos de Toru Hanai/Reuters

Fotos de Toru Hanai/Reuters

Un año en la guerra

Damon Winter/The New York Times

Damon Winter/The New York Times

El sargento Jerry Price –a la izquierda–intenta consolar al soldado Donovan Lovelace mientras un helicóptero se lleva a un compañero que perdió una pierna por la explosión de una mina en Kunduz, Afganistán.  Esto es lo que se ve en una de las fotografías de Damon Winter que forma parte de Un año en la guerra, elaborado proyecto multimedia realizado por The New York Times que analiza el despliegue de un batallón del Ejército de Los Estados Unidos en Afganistán, durante doce meses.

Este trabajo fue seleccionado como uno de los tres finalistas del concurso multimedia, categoría interactiva, organizado por World Press Photo –la semana pasada publicamos Blanco, finalista de la categoría lineal­–.

En los proyectos multimedia interactivos se utilizan elementos de diferentes géneros –fotos, videos, textos, audios– que convergen en una misma pieza. Les recomiendo que vean la función interactiva completa de Un año en la guerra. Es imperdible.

El mundo en miniatura

¿Cómo lograr que la inmensidad de un paisaje se vea al alcance de la mano? Hay un efecto fotográfico que puede cambiar la perspectiva de una imagen de tal manera que pareciera que se reducen grandes dimensiones a maquetas. Se trata del efecto miniatura, que proviene de la fotografía tradicional y ha sido trasladado a las imágenes en movimiento.

Este recurso, también conocido como tilt-shift o efecto maqueta, puede realizarse de dos maneras distintas. Una es mediante la inclinación del objetivo de ciertas cámaras que permite variar la nitidez de objetos que se encuentran en el mismo plano. La otra forma de conseguir las miniaturas es por medio de la posproducción digital.

En el caso del video, el retoque mediante software puede resolverse en dos momentos diferentes: con la intervención de cada uno de los cuadros en los que se desenfocan ciertos sectores del fotograma–para luego ser unidos en una escena continua– o trabajando directamente sobre la edición final con algunos programas como  Adobe After Effects. También es posible descargar algunas aplicaciones para Ipod o Iphone que permiten hacer una toma de video y aplicarle el efecto miniatura de manera automática.

Como ejemplo, les acerco este increíble time-lapse en el que Tristán Greszko miniaturizó el centro de esquí Jackson Hole ubicado en las montañas de Wyoming, Estados Unidos.

A Tiny Day in the Jackson Hole Backcountry from Tristan Greszko on Vimeo.

Ensayo sobre la ceguera

World Press Photo es una prestigiosa organización independiente y sin fines de lucro, con sede en Amsterdam, que otorga cada año los premios más importantes del fotoperiodismo. La novedad es que recientemente sumó un concurso anual de multimedia, convocatoria a la que se ha respondido con muy buenos trabajos.

El 23 de marzo pasado el jurado anunció las tres producciones finalistas de cada una de las dos categorías que integran el área multimedia: lineal e interactiva. El resultado final, con los ganadores de 2011, se dará a conocer el próximo 7 de mayo.

Aquí comparto con ustedes Blanco, uno de los trabajos finalistas de la categoría lineal. Se trata de una producción que muestra el ensayo sobre discapacitados visuales que Stefano De Luigi realizó durante 4 años y en 16 países. El fotógrafo italiano define a la ceguera como una visión constante de blanco. Y toma el concepto de la página o lienzo en blanco como el comienzo de un proceso creativo.

blanco - the movie from stefano de luigi on Vimeo.

Lo esencial es invisible a los ojos

La legendaria marca de libretas Moleskine lanzó al mercado, a partir de hoy, una colección dedicada a uno de los íconos de la literatura del siglo XX: El principito. Y lo promociona con otro sorpendente stop-motion, es decir, un video realizado con la captura de fotografías fijas unidas en una línea de tiempo. Entre cuadro y cuadro se acomodan los objetos y se logra así la sensación de movimiento.

Esta serie de notebooks de edición limitada rinde homenaje al autor francés Antoine de Saint-Exupéry, que además de escritor e ilustrador fue piloto en la Segunda Guerra Mundial y aviador de pruebas, y llegó a recorrer la Argentina trazando nuevas rutas aéreas. En uno de sus viajes por Africa cayó con su avión en el desierto de Libia, episodio que le sirvió de inspiración para concebir El principito, su obra más famosa.

La animación por medio del stop-motion parece la mejor manera de reflejar una historia llena de poesía que describe al mundo adulto a través de la mirada inocente de un niño. Vemos moverse solos a los pequeños cuadernos y sus ilustraciones mientras no tenemos registro de lo que pasó entre cada uno de los fotogramas. “Lo esencial es invisible a los ojos”.

Créditos del video:
Estudio creativo, Neue Big.
Director/Animador, Virgilio Villoresi.
Fotografía, Alan Espina Grillo. 

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Fotoperiodismo 2.0: dinero fácil para ideas libres

¿Qué pasaría si un fotoperiodista pudiera realizar su trabajo sin depender de los medios tradicionales y conservando por completo los derechos de su obra? ¿Y cómo sería si además pudiera dedicarle a su proyecto todo el tiempo que considerara necesario, valiéndose para eso del voluntario apoyo económico de un grupo de mecenas? Este escenario que para muchos podría parecer una utopía ya es realidad y se trata del más reciente de los cambios que atravesaron al fotoperiodismo durante la última década. Se originó en las redes sociales y, quizás, en la crisis económica que afecta a medios y empresas. Tiene que  ver con quién financia los trabajos, para qué se hacen y dónde se publican.

El nuevo fenómeno se llama crowdfunding y funciona como nexo entre fotoperiodistas (o creadores de otras disciplinas) y patrocinadores. Alguien expone su proyecto, lo publicita y lo presupuesta en una plataforma de Internet. En un plazo determinado, recibe dinero de los usuarios interesados en participar como financistas. A cambio, estos socios virtuales reciben algún tipo de recompensa exclusiva que, en el caso de la fotografía, van desde copias originales y libros autografiados hasta menciones en muestras.

Es probable que el fotoperiodismo, lejos de desaparecer, esté atravesando una metamorfosis que va a redefinir las características de un reportero gráfico. Se trata de una transición que tiene diferentes aristas y cada una requiere una reflexión diferente.

Hay cambios que venimos observando, de manera paulatina. Unos tienen que ver con la digitalización de la fotografía, lo que ha producido una aceleración de las etapas de producción y publicación de los contenidos. Otros tienen que ver con la introducción (o no) de nuevas tecnologías. El uso del video, el audio y la realización de piezas multimedia incorporan nuevas funciones al fotoperiodista.

También en este contexto es importante la expansión de Internet, un espacio para publicar y promocionar trabajos más allá de los medios masivos de comunicación. Pero está a la vista que esto no es exclusivo de fotógrafos, ya que una gran población de usuarios sube sus propias imágenes y las comparte online. El público no sólo consume; produce contenidos y los publica en la Red. Y desde que esto es así, los profesionales de la imagen deben (o debieran) ofrecer un producto claramente superior al de los aficionados –por la técnica, el contenido, la metodología con la que abordan los temas y la rigurosidad periodística–.

Volviendo al crowdfunding , esta novedad nació en los Estados Unidos y se ha expandido a otros países como España, que ya cuenta con dos sitios. Mientras la modalidad gana adeptos, en su blog, el reconocido fotógrafo Vincent Laforet se pregunta si en esta forma de financiamiento está el futuro del fotoperiodismo.

Algunas de las plataformas más conocidas: