Graciela Alfano y un particular "homenaje" (foto: Ideas del Sur).
Este año, deschavó a un compañero con sida, dramatizó ataques de histeria, contó detalles de una infidelidad y dopó a un gato para llevarlo a un estudio de TV. Gritó, pataleó y lloró cuando su ego no se vio satisfecho. Se enfrentó con todos en Showmatch y dio lástima muchas veces mostrando en vivo y en directo una aparente falta de equilibrio mental.
Graciela Alfano fue homenajeada ayer en Sábado Show, el programa de Canal 13 primo hermano del ciclo de Marcelo Tinelli. Sentada en un silloncito blanco -las uñas celestes, las pestañas postizas, la cara de muñeca-, Alfano fingió demencia con respecto a su pasado de inestabilidad emocional. Ella y todos en el estudio -incluídos los conductores, los carismáticos Denise Dumas y José María Listorti- hicieron como si Graciela Alfano fuera de verdad una figura para homenajear.
Su mamá Lily, sus hijos Nicolás, Francisco y Gonzalo y hasta su ex novio Matías Alé hablaron de Graciela y Graciela, como corresponde, lloró.
Es difícil imaginar que alguien pueda simular un enorme amor de madre, como el que Alfano mostró ayer. También fueron creíbles su emoción de hija y su cariño sin reproches hacia su ex pareja. Pero tanto amor derrochado en pantalla pierde coherencia frente a los desmanes de egocentrismo que Graciela Alfano muestra semana a semana sentada cual diva en el jurado de Bailando por un sueño.
¿Hasta dónde llega el show?
¿Qué parte de Graciela Alfano hay que creer? ¿La de la madre que se desvive por sus hijos o la de la estrella mediática que es capaz de todo por ganar una batalla de vedetongas?
Quizás Graciela sea todo eso en una sola persona.
Quizás esas dos caras merezcan un homenaje.
Qué pena.