La vi llorando muy angustiada en Showmatch. Y me llamó la atención porque no era un llanto histérico, típico del programa de Marcelo Tinelli. Adabel Guerrero lloraba con una tristeza de niña, que ella justificó cuando dijo, entre lágrimas: “tengo problemas desde que nací”.
Adabel junto a su hermano Emiliano y su madre, en una foto familiar publicada en su Facebook.
Tenía razón. La vida de Adabel es trágica. Cuando ella tenía dos años, sus padres se separaron. Su papá se fue a vivir a los Estados Unidos y su hermano, a Mar del Plata. Su mamá -que se había quedado sola con ella viviendo en La Plata- se volvió alcohólica y su situación era tan grave que, contó una vez Adabel, muchas veces llegó a tomar alcohol fino ante la desesperación de la falta. Ella ya era adolescente cuando su madre murió de una enfermedad derivada de su adicción. Y se quedó sola. Vivió en varios lugares hasta que consiguió trabajo en Buenos Aires, como bailarina. Fue parte de los cuerpos de baile de Iñaki Urlezaga y Pepito Cibrián, que le dio un papel en la comedia musical El fantasma de Canterville. De allí pasó a trabajar en varias obras de teatro de revistas y llegó a ser vedette en la compañía de Carmen Barbieri y Miguel Angel Cherutti cuando hicieron juntos Irresistible. Finalmente, se hizo muy famosa con su participación en Showmatch cuando reemplazó a Natalia Fava en Patinando por un sueño.
Patinando por un sueño: Adabel entró en reemplazo de Natalia Fava.
Hace tres años que está de novia con Martín Lamela, a quien conoció por amigos en común. Varias veces amagaron con casarse, pero ese trámite nunca se concretó. Adabel sufrió esta semana por él, por la existencia de una supuesta foto de su chico con otra mujer. A eso se sumó una denuncia por usurpación de identidad y una pelea mediática con Jorge Rial. Demasiadas cosas para alguien que sufrió tanto.
Adabel Guerrero con su novio Martín Lamela este verano, a punto de viajar a México.