Se conocieron hace diez años. Ella estudiaba locución en el ISER y un día, de visita en una radio, se encontró con él, que trabajaba allí como conductor. Dalia Gutmann tenía 23 años, Sebastián Wainraich ya había cumplido los 27. Comenzaron a salir, a pesar de ella, que al principio no estaba segura de querer que él sea su novio. Sobre todo porque ya tenía otro novio. Pero él insistió mucho y el día que Dalia fue por primera vez a su casa -a dos cuadras de la suya- vio que Sebastián tenía sus mismos libros, sus mismos discos y hasta… ¡su misma colcha! Ahí se dio cuenta de que eran el uno para el otro. “El era como mi versión masculina”, recuerda ella.
La historia tuvo final feliz: se fueron a vivir juntos, se hicieron famosos, tuvieron una hija y ahora esperan un varón para abril. Los dos hacen stand up, trabajan en tele (ella es la locutora de AM, él conduce La Biblia y el calefón) y también escriben libros. El ya sacó dos: Estoy cansado de mí y Ser feliz me da vergüenza. La semana pasada fue el turno de ella, que lanzó Entregada al ridículo, una especie de diario íntimo en tono de comedia. Como corresponde, Sebastián hizo la presentación. Y como corresponde, estuvo muy gracioso. Aquí les dejo una partecita.