La Tota Santillán es un personaje al que nunca había entrevistado y con el que nunca había tenido ninguna relación. Por nada en especial, se dio así. Pero hoy me contaron que se casa el martes que viene y me intrigó saber cómo era su vida. Lo primero que hice fue entrar en su cuenta de Twitter. Cuando ví la cantidad de fotos que tiene con su hijita Camila, de nueve meses, me dio una gran ternura.
Me dí cuenta de que no sabía nada de su futura esposa, ni de su historia amorosa… Sólo recordaba los escándalos con su ex pareja, la bailarina Fernanda Vives. Lo imaginaba como un personaje polémico de la bailanta, como un mediático. Alguien a quien llaman los programas de chismes para armar un quilombito en pocos minutos. Lo llamé por teléfono y descubrí el lado B de la Tota. Atendió con una voz de dormido terrible y, amablemente, me contó todo.
Sol es su mujer desde hace dos años y medio. Tiene 24 años y estudia Medicina. La Tota tiene 44, dos hijos y… ¡dos nietos! Daniela (23) y Leandro (22) son de su primer matrimonio. Cada uno de ellos tuvo un bebé: ella a Santino y él, a Elías. Los dos son mayores que su bebita. Al cómico esto lo divierte mucho. Y lo emociona. “Son regalos que te da la vida”, me dice.
El casamiento será sólo por civil, en Belgrano. No habrá fiesta, ni nada. Después de firmar la libreta, volverán al trabajo, a la comedia Totalmente locos, que él protagoniza en Mar del Plata. Cuando la temporada termine (el 4 de marzo) y antes de la gira nacional que harán por las provincias, la pareja viajará a Cancún, para pasar por una capillita que ya vio en una visita anterior. Allí, marido y mujer armará una ceremonia simbólica y cerrarán el temita del matrimonio con un acto religioso.
“Creo en la pareja, creo en la unión -me agrega la Tota-. Y después del casorio vamos por más: queremos tener otro hijo.”
Dos sorprendentes incorporaciones tendrá este año Animales sueltos. Por un lado, la bailarina Cinthia Fernández, como figura decorativa y polémica del panel. Por el otro, el periodista Pablo Duggan, que se suma al programa de Alejandro Fantino para darle el aporte de actualidad a las noches.
Virginia Gallardo, Claudia Fernández y Coco Sily seguirán en el staff. Y la producción -que ya está trabajando- pretende tener nueve invitados por día. Y, además, una figura relevante para enfrentarse a un mano a mano con Fantino.
El programa arrancaría el lunes 5 de marzo, a las 23.30, por América.
No aguanto por ver las nuevas remeritas y camperitas que se pondrá Fantino.
Se llama Jawan Wanlee y conoció a Silvana Suárez hace un año, en Punta del Este, exactamente en Casa Pueblo, donde ella tiene un departamento hace varios años. El estaba sacando fotos y ella se le acercó para ayudarlo con el idioma: él nació en los Estados Unidos y no habla español.
Foto va, foto viene, se hicieron amigos y durante un año estuvieron en contacto. Wanlee adora America del Sur, entonces Silvana, como había tanta buena onda, lo invitó a pasar fin de año en Córdoba, su ciudad natal. Le mostró las sierras y le presentó a sus familiares. Después, pasaron unos días en Buenos Aires y finalmente volvieron a Punta, donde se habían conocido y donde se dieron cuenta de que la amistad ya era amor.
Ahora que el romance avanzó, él -que tiene 45 años y es un hombre de negocios– planea repartir su tiempo entre su país y la Argentina.
Qué lindo que la gente se quiera, ¿no?
La tristeza infinita que tenía Eugenia Tobal en la tapa de la revista Gente de la semana pasada parece haberse ido, al menos por un rato: durante la media hora que pasó por el local de ropa Route 66 y se llevó varias prendas sin pagar un peso. Una alegría, porque se la veía muy mal a la rubia en aquellas fotos. Estaría bueno que varias marcas le ofrezcan el mismo canje así se olvida de una vez por todas de Nicolás Cabré y vuelve a ser la Eugenia linda y alegre que todos queremos.
Me entero ayer por Laura Ubfal que Carlitos Figueroa -a quien conocí cuando trabajaba en Duro de domar porque era el notero del programa- fue designado gerente de Noticias de Canal 7. Me interesa el dato y pienso en llamarlo: tenía buena relación con él cuando éramos compañeros. “Hola, Carlitos, quería chequear con vos esta noticia…” Me atiende cortante, pero me lo confirma. Cuando quiero seguir preguntando cosas, por ejemplo, cuál es el nombre exacto del cargo o si va a seguir haciendo notas en Duro de domar, me pregunta si esta información es para publicar. “Claro”, le digo. “No hablo con periodistas”, me contesta. Me dice que tengo que hablar con la oficina de prensa. La charla siguió y logré preguntarle, en medio de la discusión, si había estudiado periodismo. “Eso no te lo voy a contestar”, me respondió. Le recordé que él se enojaba cuando, por ejemplo, Magdalena Ruiz Guiñazú no le contestaba en las notas que él hacía para Duro de domar. Bueno, fue como hablarle a una pared. Me cortó amablemente: “Fernanda, te mando un abrazo”. Nunca más me atendió el teléfono.
Carlitos Figueroa no es periodista. Es abogado. Llegó a Duro de domar cuando Diego Gvirtz le pidió a Matías Castañeda que le recomendara a alguien para hacer notas en el programa. Y llevó a Carlitos y a Julia Mengolini, ambos militantes de La Cámpora. Ella quedó en el panel y él fue a parar a la calle. Sus notas tuvieron mucho éxito. Carlitos es ocurrente, es rápido y muy irreverente. Acá pueden ver algunas de sus entrevistas.
Hoy volví a llamarlo para pedirle más información sobre sí mismo. “Buscala en Internet, es una decisión política no dar notas y no tengo que darte explicaciones por eso”, me dijo.
Los noticieros de la TV Pública están en estas manos. En manos de Google.
Pensé que no iban a mencionar el tema, por una cuestión de buen gusto. ¿Qué iban a decir en Duro de domar sobre Jazmín de Grazia? ¿Qué era divina, que la querían mucho, que es una gran pérdida para el mundo del espectáculo…?
Después de su cruel despido, en junio de 2010, no creí que pudieran ser tan cínicos y armar un informe para recordarla.
Me equivoqué. Lo hicieron. Acá está.
Lo primero que me sorprendió es que tuvieran el tupé de criticar a los demás medios por “cómo trataron la noticia”, editando a conveniencia las declaraciones y sacando de contexto frases de los periodistas que hablaron del tema en sus programas. Se dijeron muchas barbaridades, es cierto, pero ellos las repitieron. Y eso los hace iguales al resto. Peor. Porque al recortar la realidad a su convenciencia, agravaron el nivel morboso de las informaciones, editándolas todas juntas.
Eligieron a Matías Martin para bajar línea sobre el hecho de que en algunos medios se mencionó -entre otras cosas- el altercado que Jazmín había tenido con Aníbal Fernández. “¿Qué quieren instalar? ¿La misteriosa muerte de la modelo opositora? ¿Tan irrespetuosos pueden ser? Es un hecho mínimo en su carrera”, dice Matías, indignado. No ví en el informe de Duro de domar que recorrieran la carrera de Jazmín, no escuché que mencionaran sus comienzos, ni los programas de tele o radio que hizo. Pero sí observé que destacaron un sketch que hizo para el programa donde se besa en la boca con Sebastián Presta. Evidentemente, para ellos, ese segmento no fue un “hecho mínimo en su carrera”.
Pero lo más grave fue cuando hablaron de la salida de Jazmín de Duro de domar. Es un tema que me toca de cerca porque también me nombran. Dijeron que cuando ella se fue del programa, también se fueron “Fernanda Iglesias, el Chavo Fucks y Lucas Carrasco, todos con visiones políticas muy distintas y todos, a causa de una reestructuración del panel“.
¿Reestructuración del panel?
Cuando me llamaron para una reunión, Diego Gvirtz y Martín Moyano, me dijeron que no me estaban echando, que me estaban cuidando y que sólo iba a ir cuando “hablaran de espectáculos”. Nunca me rescindieron el contrato, pero sólo volví al programa una vez y hablé durante un minuto. Aunque me seguían pagando, jamás volvieron a llamarme para ir al panel. El Chavo, en cambio, sí volvió varias veces al programa. El caso de Lucas Carrasco no tiene comparación. El periodista fue sólo una semana y terminó abruptamente un día que fue a trabajar en un estado de conciencia deplorable. En medio de su euforia, dijo que Boudou era un “liberal payaso que puede decir lo que sea por guita. Un impresentable”. Para que vean de qué hablo, acá está el video con su penosa participación.
Eso fue un viernes. El lunes -ya era junio de 2010-, le pidieron a Jazmín que no vaya. Y explicaron al aire que “estaba enferma“. Al día siguiente, tampoco fue. Finalmente la llamaron a una reunión. Y la echaron.
¿Por qué?
No fue por su enfrentamiento con Aníbal Fernández, aunque eso pudo haber molestado un poco. Acá pueden verlo, ya que se habló tanto de eso.
Lo que más le molestó a Diego Gvirtz fueron las preguntas a Amado Boudou, el día que el Ministro (en ese momento lo era) fue al Verdadero o Falso, el 19 de abril de 2010. Jazmín y yo lo interpelamos un poco, a nuestra manera, claro. Mientras los demás le hablaban de música, Jazmín le preguntó sobre ecología.
Al día siguiente de esta entrevista, Gvirtz nos llamó a Jazmín y a mí para cuestionar lo que había pasado con Boudou. Nunca jamás en seis años de trabajar con él me había llamado para decirme nada. Sólo una vez, en Canal 13, se molestó porque yo había criticado a la Iglesia: decía que eso le podía significar la pérdida de anunciantes. Pero lo de Amado le molestó mucho. Y no tuvo perdón. A mí me sacaron al mes y medio. A Jazmín, a los cuarenta días. Yo no sé exactamente qué le dijo Gvirtz a Jazmín. Algo contó ella en una entrevista. Sé lo que me dijo a mí: “Yo puedo cambiar todo el panel si quiero”, fue la amenaza.
Y cumplió.
Por eso me duele que ahora recuerden a Jazmín como la recuerdan. Sobre todo Daniel Tognetti, que no hizo más que subestimarla durante los tres meses que trabajaron juntos, tratándola de rubia tonta hasta hacerla llorar. Yo la ví llorar por algo que le había dicho Tognetti. Y también la vio Guillermo Pardini. Ese día, Gvirtz le dijo que ella estaba bárbara en el programa, que no se preocupara por nada. Después del episodio con Boudou, evidentemente cambió de opinión.
Jazmín no se fue porque quiso. La echaron. Y ella le inició a PPT una demanda laboral. Me consta, porque yo era una de sus testigos.
En Duro de domar hablan de imprecisiones y de inexactitudes ajenas, estaría bueno que también mencionen las propias.
El programa empezó mal: el primer día, Carmen Barbierise levantó y se fue del móvil. Y aunque en el estudio tomaron la situación a risa, lo cierto es que un móvil cuesta cinco mil pesos, no creo que a la producción le haya causado mucha gracia gastar esa plata para… nada.
Sin embargo, Medios locos y su conductora, Maju Lozano, remaron a cinco manos para sacar el programa a flote. Pero aún no lo lograron. Hace dos semanas se fue uno de los panelistas o coconductores, no sé bien qué hacía Clemente Cancela allí. La cosa es que salió corriendo como rata por tirante. Atrás se fue su compañero de radio (el programa Gente sexy, en Rock & Pop), Santiago Calori.
Gastón Portal, productor ejecutivo del programa, comenzó una búsqueda frenética de nuevos partenaires, teniendo en cuenta el pedido de Maju que, entre el puerperio y la presión del poco rating del programa, está como loca y no quiere mujeres lindas ni graciosas cerca suyo. El elegido entonces fue José María Muscari, que irá tres veces por semana para ver si ayuda a sacar a flote al barco.
José María Muscari, de invitado, con Maju en Medio locos. (Foto: Pao Dessaner)
También quieren que se incorpore un periodista y convocaron para eso a Luis Piñeyro. Pero como es panelista de AM, aún no logró el permiso para integrarse a ese equipo.
De todas formas, Medios locos tiene fecha de vencimiento: marzo. El que llegará a América para sacar las papas del fuego en ese horario es Guillermo López, con programa propio, producido por Cuatro Cabezas.
Quizás le den a Maju & Cia otro horario… O directamente les digan: “Gracias por todo.”
Le encanta que lo miren, que entren a su blog, que lo sigan en Twitter y en Facebook. José María Muscari no tiene problemas en mostrar su vida y hasta hizo una obra de teatro contando su historia. Pero estas fotos publicadas en su muro son too much. ¿Exhibicionista yo? Nahhhhh!
Fue en el Carnaval de Corrientes, el sábado. Amalia Granata desfiló sobre el carro de la Revista Gente mientras su hija Uma la miraba de costado, íntegramente producida. Entonces, mamá babosa pidió que se la alcanzaran y se mostró con la nena, que estaba disfrazada para la ocasión.
El novio de Amalia, Juan Pablo Dematteis, no pudo ir a verla porque estaba de viaje, por trabajo. El día anterior, las dos murgueras lo habían ido a despedir.