Cristina Kirchner en uno de los nuevos Boeing 737-700
Al menos una vez por semana, el departamento de Prensa de Aerolíneas Argentinas distribuye un comunicado, adjuntando una foto de su presidente, Mariano Recalde, donde anuncia que ha firmado un acuerdo con American Express, Gol o Delta. Que ha traido nuevos Embraer para Austral, que la compañía ha salido del concurso preventivo, por nombrar algunos relevantes.
Ajenos a esas novedades, cada tanto, alguno de los principales diarios conjetura sobre el nivel de pérdidas económicas de la empresa (que hace tres años no presenta balance) y da cuenta de alguna irregularidad en la gestión: lo hacía Oliver Galak en La Nación al contar que los pasajes en Económica violaban las bandas tarifarias establecidas por el Gobierno y Luis Ceriotto en Clarín, al publicar un memo interno del área técnica donde advierte la posibilidad de penalizaciones por parte de la Unión Europea debido a la detección de fallas en nueve de diez inspecciones en sus aviones.
Sobre el primer punto, las pérdidas, los cálculos siempre rondan entre 1,5 y 1,7 millón de dólares por día sin que ningún funcionario salga a desmentirlo.
Como dos historias paralelas, el informe oficial de la gestión y los cuestionamientos a su administración económica, van por carriles diferentes y no se tocan. La empresa no habla casi de números y sigue lo más campante y los medios reflejan la indignación de que el Estado esté cubriendo casi 97 dólares por cada boleto que vende (sobre 6,4 millones de pasajeros anuales que informa la empresa). Actualizo (3/10): Francisco Olivera en la nota de hoy: “cuanto más vuela, más pierde. Así lo muestra su relación negativa entre el rendimiento del ingreso promedio por pasajero/kilómetro transportado (7,39 centavos de dólar) frente al costo promedio del asiento/kilómetro ofrecido (9,19) en 2010″.
Porque estamos hablando, claro, de una empresa administrada por el Estado y respaldada por los impuestos de los ciudadanos.
No conozco a nadie que no tenga una posición tomada acerca de Aerolíneas, que por lo genera coincide con su orientación política, a favor o en contra del actual Gobierno.
Ojalá pudieramos tener estas discusiones frente a un plan de negocios, cualquiera fuera. Puedo googlear y conocer qué está pensando hacer Qantas o Virgin, pero aunque pregunte e insista, no puedo saber exactamente el plan de flota, la cantidad de empleados, ni hablar de los resultados económicos de Aerolíneas.
Me resisto a creer la teoría de algunos, de que es una simple fuga hacia adelante por dos razones: porque gente muy capaz dice que hay gente inteligente manejando la empresa. Y la segunda, porque esa temeraria fórmula ya la probó Iberia, la SEPI, American Airlines, Marsans y a todos, en algún momento, se les cortó el hilo y les cayó la espada de Damocles.
¿Qué piensan uds de Aerolíneas?