Gracias, Eijafjalla

Porque gracias a este volcán islandés y el despiole que sus cenizas ocasionaron en Europa en mayo de este año es que uno hoy puede llamar desde este remoto punto de América del Sur y modificar reservas en el Primer Mundo sin que del otro lado le corten el teléfono o, peor aún, no le reconozcan ni un peso en el momento de cancelar, aplazar, alterar el programa de viaje. No una vez, varias.

Después de hacer esas llamadas, no puedo alejar la sospecha de que mis interlocutores siempre pensaron que hablaba de aquel acontecimiento europeo. O que realmente no les importaba en absoluto los detalles, pero que la posibilidad que la gente no se presente a tiempo por la erupción de un volcán ya integra el menú de argumentos frecuentes.

¿Cuánta gente ha sido afectada por la alteración del tráfico aéreo por las cenizas del Puyehue? Cada vez que trato de hacer un corte y calcular, hay nuevos incidentes y empieza de nuevo a correr el contador…

PD: las primeras cifras sobre las pérdidas

Humor color ceniza

Desde Bariloche, Pablo sufre por su ciudad y por la región.

Hoy me escribe: “Una de las grandes causas de catastrofe que causaron las cenizas en la zona -relata- es el cierre del aeropuerto; aquí donde la mitad de los turistas llegan por aire…además de casi la totalidad de los dueños, proveedores, cadena comercial, etc. ”

Sigue: “Hace 30 días que está cerrrado por presencia de arena en la pista y en las zonas cercanas..¡¿Cómo hacen en Arabia, en Egipto, en Las Vegas, Goby, Australia?!”

Te entiendo, Pablo. Parece demasiado anticuado que la tecnología de punta se altere por algo tan básico, casi primitivo, como un volcán en erupción.

Lo mismo se preguntaba la prensa ante el caos europeo por el volcán islandés:

Veo por el panorama y supongo la ansiedad, la bronca y la impotencia de quienes dependen económica me de temporada invernal. Y el golpe que significará para toda la Patagonia. Tremendo.

En otro nivel, no se puede comparar, puedo imaginarme también los incordios que provocan a quienes quedaron en tierra en su partida o a en el momento del regreso. Lo se como si me hubiese pasado, como si American Airlines me hubiera llamado hace un rato para anunciarme que mi vuelo de mañana se había cancelado.

– ¿¿Otra vez??  (las cenizas cubrieron Ezeiza durante medio día la semana pasada paralizando brevemente las operaciones, entre las que estaba la mía).

– Sí: otra vez, disculpe.

– ¡Pero si hay operaciones normales en este momento!

– Ahora sí; pero mañana, no.

– Ufa

¿Quién ha visto esta cabina de comando?

(Entren acá, les llevará un segundo)

Muy poca gente. No importa cuántas veces haya pedido pasar adelante durante un vuelo (antes de Septiembre de 2001, claro, cuando todo se volvió más complicado).

Es la del Space Shuttle Discovery, filmada luego de que fuera desafectada en tierra en marzo de este año, después de 365 en el espacio. La pesqué en Internet y quise compartirla porque me hipnotizó.

La sensación de estar frente a un tablero de comando, aún más modesto, tiene un extraño gusto a algo parecido al poder. Además, en este caso, aunque suene una herejía, creo tiene un impacto casi artístico.

Perdonen los astronautas presentes.

Un viaje amenazado por un volcán y varias tortugas

El día antes de volar a Nueva York, alguien me hizo la rídula pregunta de si podría viajar a pesar de las tortugas que habían invadido la pista. Pensé que era una broma, claro. 

Pero no, las operaciones del JFK efectivamente se habían detenido durante la mañana del jueves para dejar el paso a unas 150 tortugas que migraban al otro lado de la estación.

Otra burla estaba en puerta: al día siguiente, poco antes del vuelo, la nube de ceniza que había dejado tranquila a Buenos Aires durante unas semanas se concentró sobre la ciudad justo para impedir la operaciones de esa tarde. Y después, tranquila, se fue. 

Donde no quedó paz fue entre los pasajeros frustrados, como tan bien saben los miles de usuarios afectados durante los últimos meses. El momento en que uno se entera es exactamente el instante en que uno detiene en seco la loca carrera de aprestos de viaje para iniciar un vertiginoso desandar de lo hecho y levantar el tendar de reservar al menor costo posible.

La negociación por recuperar esas reservas es bastante frustrante, porque se sabe que “Volcán”  (como también lo hubiese sido “Tortuga” y suena aún más película-de-ciencia-ficción-domingo-a la-tarde) es un argumento fácilmente aplicable a la categoría “Desastre Natural”, que exime a la aerolínea de cualquier resarcimiento al pasajero.

No es la situación más feliz, pero hay peores posibilidades de ser atacado por la naturaleza: Ese mismo día un pasajero de Alaska Airlines fue picado por un escorpión durante el vuelo. Esta vez sí le ofrecieron 4000 millas de compensación.

A nosotros, American Airlines sólo nos permitió cambiar la fecha de nuestros boletos sin multa y ofreció lugares disponibles para una semana después de la fecha prevista. Por suerte, llamaron al teléfono de contacto, porque las comunicaciones estaban saturadas y no había manera de obtener información por Internet.

El resto de los compromisos adquiridos viene más lento y no ayudó que coincidiera con el feriado del 4 del julio (donde la Naturaleza no tiene nada que ver).

Pero eso ya es tierra, no En El Aire, y está muuuy lejos de aquí.

¿Qué diarios suben al avión?

(Cueto Rua, en tierra con su diario)

Cuando, por segunda vez, el abogado Julio Cueto Rua se subió a Business de Aerolíneas Argentinas, pidió los diarios y le trajeron Página 12 y nada más, pidió el libro de quejas.

La primera vez, un año antes, lo sorprendió. Esta vez, lo indignó;  así que escribió  una larga carta dirigida a Mariano Recalde, presidente la de la línea áerea administrada por el Estado. Que la tripulación le diera argumentos sobre la situación política y la enemistad del Gobierno con los principales medios, sólo aumentaba su molestia.

Ese episodio fue en agosto. No recibió respuesta y duda de alguien haya tomado nota, pero cuenta los días para tomar nuevamente el viaje que realiza anualmente al Sur para comprobar si la aerolínea mantiene la decisión de no ofrecer Clarín y La Nación y arremeter con otra diatriba.

Hace siglos -y varios cambios de administración-  que no subo a Business de Aerolíneas, ¿alguien ha visto un diario a bordo últimamente ahí?

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Hay sueños y hay Dreamliners

Hay personas a las que Dreamliner no les dice nada. Y otras a las que les suena demaaasiaaado conocido, tanto como una larga saga de proyectos y demoras de un nuevo modelo de la fábrica de aviones Boeing.

En coincidencia con Le Bourget, la feria aeronáutica que se celebra hasta mañana en París, ANA, la línea aérea japonesa que estrenará comercialmente la nave, mostró imagenes simuladas de cómo serán en la realidad, en agosto o septiembre.

Tal vez los renders del video que publicó Business Traveller sean más confortables que su versión tangible. Pero vean las luces, una idea que creo se instalará en todos los modelos.

La palabra clave es Biofuel

En la feria en París aterrizó un Boeing 747-8 Freighter impulsado por biofuel. Quedará para la historia que se trató del primer vuelo trasatlántico de una línea aérea comercial que se abasteció de combustible renovable. En realidad, sus cuatro motores GE se movieron con una mezcla de nafta a base de camelina en un 15% y el restante 85% del kerosenne tradicional.

Pero no es poco, porque esa mole (que podría llevar casi 500 personas a bordo) es sólo una pequeña muestra de la energía y el dinero que la industria está poniendo para reemplazar el combustible proveniente de fósiles y sustituirlo por algo más amigable con el medio ambiente y de precio menos caprichoso.  

También llegó a Le Bourget un Gulfstream G-450 -mucho más chico que el Jumbo, claro- donde las proporciones de combustible tradicional y el vegetal eran de 50 y 50.

Lo más jugado fue tal vez lo del Solar Impulse, que voló desde Bruselas movido por energía solar. Tardó 16 horas, poco práctico para imaginarlo como oferta comercial o en distancias mayores; pero su figura ya es inspiradora. Miren:

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¿Quién me acompaña a París?

(Foto tuiteada por @GEAviation y subida al sitio oficial)

El total de cuentas de twitter que sigo, los alertas de Google que llegan a mi mail, varios de mis amigos en Facebook y muchos de mis contactos en Linkedin son de aviación. No me jacto de esto, pero es un hecho que mi de por sí limitada actividad en las redes sociales está sólo enfocada en un sólo tema.

Y todos están en Le Bourget, en el Paris Air Show la exposición internacional de aviación que se celebra cada dos años.

Empezó el lunes y terminará en cuatro días. Así que camino por el microcentro porteño, paro en un Café Martinez de la avenida Corrientes, tomo el colectivo 59 , pero en realidad:

sigo con ansiedad el recuento de órdenes de compra en la épica puja Airbus/Boeing,

desoigo las llamadas a un cocktail en el stand de alguna aerolínea,

envidio el resultado del sorteo de otra,

leo entre líneas las declaraciones de los popes de las empresas

y espío los prototipos de naves en exhibición, vedettes de este tipo de exposiciones que jamás cruzarán el espacio real de la aviación comercial, bastante menos resplandeciente.

En las siguientes entradas voy a tratar de tamizar el torrente de información y compartir parte de lo que se difunda por allá. ¿Quieren venir? Vamos. ¿Están allá? ¡Cuenten!

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Entre cenizas: Bue- Frankfort en bondi (y en twitter)

Historias. Grandes y pequeñas. Todas bienvenidas. Gracias.

Natalia y Nicolás

No me la contaron ellos mismos sino Javier.

Se trata de dos argentinos que van camino a ser jurados en el Festival Internacional de la Publicidad de Cannes.

Como las cenizas cancelaron su vuelo a Frankfort, decidieron “acercarse” vía terrestre, en ómnibus a Brasil. Ahí están y lo van contando minuto a minuto en twitter. Todo, hasta el momento cuando los llamaron de Lufthansa que ya tenían sus lugares en el avión mientras ellos cruzaban raudamente le provincia de Entre Ríos rumbo a…¿Europa?

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Entre cenizas: Lima-Buenos Aires y Madrid

Historias. Grandes y pequeñas. Todas bienvenidas.

Lautaro

Desde el momento que llegó a Lima le avisaron que su vuelta sería reprogramada. Que a su regreso se presentara primero en el mostrador de LAN y pidiera información. Así lo hizo y, sin mayores inconvenientes, una hora después estaba caminando por la manga para embarcarse aunque no con destino a Buenos Aires, sino a Córdoba.

Protestó para sí mismo, pero pronto el malhumor se convirtió en desconcierto porque justo antes de subir a la nave los hicieron retroceder de nuevo a la sala de espera

Aguardarían a un contingente de pasajeros que estaba en camino, informaron. Se trataba de los viajeros que habían quedado varados los días anteriores y, en un hotel a costa de LAN, procuraban un asiento de regreso a la Argentina.

Los micros con esta gente se demoraron cuatro horas, mucho más de lo razonable para el trayecto previsto;  pero tuvo su compensación, porque en ese lapso cambió el plan de vuelo y el avión los depositó en Buenos Aires.

Para Lautaro la vuelta duró 12 horas; para otros, dos díasTodos aplaudieron cuando el avión tocó la pista de Ezeiza.

Alicia

“Historia es la mía -me escribe- que sigo en Madrid porque me acaban de bajar del vuelo 6845 de Iberia porque Ezeiza no está operable. ¡Hay vuelo recién el 16! ¿Puedo pedir que me paguen el hotel dos días?”

No, claro. Es desastre natural, no hay obligación, aunque pueden hacerlo como política de marketing. Pero, le digo, ¿hay algo que pueda hacer por vos?

“”Lo único que quiero es volver!!”

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