Amantes de la novela policial, tengo el honor de poder compartir con ustedes esta breve entrevista que le realicé a Álbaro Abós, uno de los grandes escritores argentinos. La lectura recomendada de hoy es Restos Humanos, una de sus novelas policiales. Es un libro fascinante, en el que se entremezcla un crimen real, que tuvo mucho impacto en la Argentina de los años 50, y la fantasía, que encaja a la perfección en el relato.
Ha sido un lujo poder tener este diálogo con Abós, que nos cuenta un poco de la “cocina” de este libro, que gira en torno al asesinato de Alcira Methiger, cuyo cuerpo fue descuartizado y esparcido por distintos puntos de la ciudad.
Aquí va la entrevista:
¿Por qué eligió el caso de Alcira Methyger para escribir una novela?
Álvaro Abós: En aquel febrero de 1955 yo tenía 13 años y ya era un lector voraz. Mi padre al volver del trabajo traía La Razón y yo devoraba la contratapa, con los chistes e historietas, y las páginas de deportes y policiales. La aparición de restos humanos desperdigados por la ciudad causó conmoción y la prensa dedicó mucho espacio al caso. La ciudad se llenó de rumores y miedos: por ejemplo, se decía que había un asesino que mataba mujeres indiscriminadamente. Mi madre y mi hermana mayor tenían miedo de salir a la calle. Luego se supo que los restos pertenecían a una mujer joven y al aparecer la cabeza en el Riachuelo, la policía armó el cuerpo en la morgue. Una larga cola se formó en la calle Viamonte para reconocer a la mujer. Algunas personas tenían amigas o parientas desaparecidas, pero otros iban por el placer morboso de ver el cadaver. Al detenerse al asesino, Burgos, una multitud se reunió en la Avenida Montes de Oca cuando lo llevaron a reconstruir el crimen. Algunos lo aplaudían, otros lo querían agredir. Es que el caso Burgos, además de la morbosidad de sus detalles, tocaba una sociedad dividida. Eran los finales del gobierno de Perón, y la gente veía en Alcira a una chica del interior, una “cabecita” y a Burgos como un típico hombre de clase media porteña. Era un enfrentamiento entre dos Argentinas. Claro que, como puede seguirse en las cartas de lectores de revistas populares como Ahora, algunos acusaban a Burgos de abusador perverso pero otros lo defendían alegando que era un buen muchacho engañado por una ambiciosa cazadora de hombres. Poco después, se produjo el bombardeo a la Plaza de Mayo, en junio del 55 y luego el derrocamiento de Perón. El caso Burgos fue olvidado por la prensa pero quedó en la memoria colectiva y en la historia de los crímenes célebres. En 1963 yo era estudiante de derecho y militante de las primeras juventudes peronistas. En el patio de la carcel de Caseros, donde estábamos centenares de presos políticos, lo ví a Burgos: era un hombrecillo adusto que daba vueltas al patio sin hablar con nadie. Entonces decidí escribir sobre el caso y en los años setenta empecé a investigarlo, leí la causa y hablé con testigos. Me costó mucho conseguir el libro “Yo no maté a Alcira” que Burgos escribió en la carcel. Por entonces, dudaba entre escribir una investigación no ficcional o una novela. El proyecto se interrumpió por múltiples motivos, sobre todo porque para ganarme la vida tuve que dedicarme a otras cosas. Luego debí exiliarme y finalmente,en Barcelona, empecé la novela que terminé en Buenos Aires a mi regreso del exilio. También me llevó mucho tiempo conseguir editor hasta que finalmente la publicó en 1991 la editorial Puntosur.
¿Cuánto hay de real y cuánto de fantasía en los personajes que protagonizan la novela?
AA: Cuando decidí que Restos humanos sería una novela, combiné los datos reales con otros ficcionales, pero con fuerte tono autobiográfico: la historia está vista a través de un adolescente, y rodeada de historias imaginadas y de personajes ficticios.O reales aunque obren como títeres del autor, como Rubén Bravo,el delantero de Racing, mi club, obviamente,o la actriz María Schell, de la que estaba enamorado. En Restos humanos como en otras novelas que escribí, estudio a fondo una época, o una situación, pero al escribir, trato de olvidar la documentación para narrar.Como dice el evangelio, no se puede servir a dos patrones. Cuando uno decide hacer novela, hay que estar dispuesto a la traición. Sin embargo, la realidad es tan fantasiosa o mi imaginación tan pobre que nunca nadie me objetó por traicionar la realidad.. Alguna vez me pasará…
¿En qué se inspira para construir sus personajes. Por ejemplo, los personajes de los policías que investigan el crimen, ¿hay algo de la vida real en ellos?
AA: El comisario Ramocino, que investiga el caso Burgos y detiene al asesino, está vagamente inspirado en Meneses, que intervino en el caso. La figura del policía me atrae porque tiene una dimensión trágica: es alguien que está todo el tiempo en contacto con la muerte, con situaciones extremas. En la literatura universal hay tantos ejemplos, desde el juez de instrucción en Crimen y castigo de Dostoievski hasta el Wallandar de Menkell o el Montalbano de Camillieri, sin olvidar a Maigret, del gran Simenon. En mi novela Kriminal tango (Alfaguara, 2011) estudié a fondo la vida de los detectives de la División Homicidios, para construir mi pesonaje del inspector Muñecas…
En una nota al pie, mencion u anónimo enviado a la policia que enlaza una parte de la historia, que es el personaje de María Schell, el jugador de Racing y el Almirante ¿Ese anónimo existió o es parte de la ficción?
AA: Los anónimos jugaron una parte importante en el caso Burgos. Cuando la policía buscaba afanosamente al descuartizador que había matado y cortado en pedazos a Alcira, se produjo una situación típica de las psicosis colectivas:proliferaron los anónimos que delataban a presuntos asesinos: eran venganzas sórdidas, o ajustes de cuentas… Así fueron detenidos numerosos cirujanos y carniceros, ya que se sospechaba de ambos gremios por la pulcritud del descuartizamiento…El anónimo concreto que Ud. menciona es ficcional, por supuesto.
¿Cómo se logra un equilibrio entre la ficción y la realidad cuando se escribe una novela sobre un hecho que sucedió en la vida real?
AA: ¡Ojalá yo supiera lo que Ud. me pregunta! Entonces tendría el secreto de la literatura. Al ignorar ese secreto, no me queda más remedio que intentar una y otra vez…
En el género policial, ¿cuáles son sus escritores favoritos?
AA: Son muchos y además, mis gustos van cambiando con el tiempo. El policial es un campo tan abierto y atractivo que suele atraer a escritores diversos y a veces lejanos. En mi antología “Asesinos” (Adriana Hidalgo, 2008) recopilé sesenta cuentos de escritores como Walt Whitman o Marcel Proust que nadie asociaría con el policial, y que no resistieron la tentación de narrar un crimen. También figura allí nuestro adusto erudito Paul Groussac. Manuel Puig o Juan José Saer también se rindieron: ver The Buenos Aires Affair de Puig y La pesquisa de Saer. Entre los argentinos me gustan Borges y Walsh, separados por la politica pero unidos por su amor al género negro, y Marco Denevi, y la precisión geométrica de Claudia Piñeiro en Tuya y Las grietas de Jarach. El escritor de novela negra que más me ha impresionado en los últimos tiempos es Menkell. Menciono a dos grandes novelas policiales latinoamericanas: Laura 67 del mexicano Fernando del Paso y El gran arte del carioca Rubem Fonseca.
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Sobre el autor:´
Álvaro Abós nació el el 20 de octubre de 1941 en Buenos Aires. Es periodista y escritor. Es autor de las novelas Restos humanos (1991), El simulacro (1995) (Premio Jaén, España), El crimen de Clorinda Sarracán (2004), Cinco balas para Augusto Vandor (2006) y Kriminal tango (Alfaguara, 2009). Sus cuentos están reunidos en De mala muerte (1986), Merece lo que sueñas (1995) (Premio de Narrativa Alcalá de Henares) y La baraja trece (2005). Al pie de la letra. Guía literaria de Buenos Aires (2000) fue adaptado para televisión por Canal (á). La trilogía biográfica conformada por El tábano (2001) (sobre Natalio Botana); Macedonio Fernández. La biografía imposible (2002) y Xul Solar. Pintor del misterio (2004) recibió el Premio Konex. Su antología El libro de Buenos Aires (2000) reúne crónicas porteñas, y Asesinos (2009) compila cuentos universales sobre crímenes. La revista cultural Ñ eligió su investigación Eichmann en Argentina como uno de los libros del año 2007.