Hoy tengo el gusto de recomendarles un libro policial sobre un caso real que tiene todos los condimentos: crimen, misterio, magia negra, sectas. El libro se llama La misa del diablo y cuenta los detalles del homicidio de Ramoncito, un nene de 12 en Mercedes, Corrientes. El hecho ocurrió en octubre de 2006 y dejó aterrorizada a toda la ciudad. Miguel Prenz, periodista y escritor, viajó allá y reunió muchos interesantes testimonios que permiten reconstruir el cruel asesinato.
Aquí, una breve entrevista al autor:
-¿Cómo fue que te enteraste del caso?
–Miguel Prenz (MP): Mi primer contacto con el caso Ramoncito fue la noticia del hallazgo del cadáver decapitado del chico en Mercedes, publicada en octubre de 2006 en los diarios de Corrientes y en algunos nacionales. En ese momento, intuí que detrás de un crimen con semejante nivel de violencia había algo más grande. Durante los dos años y medio que seguí el tema a través de los medios, antes de viajar por primera vez a Corrientes, vi que casi todas las notas hablaban del homicidio y de sus características particulares, de su carácter ritual. Pero en casi ninguna nota se abría el juego a las causas, a la cuestión de fondo. Hasta que la monja Martha Pelloni, que vive hace años en Corrientes y lidera una red de lucha contra la trata de personas, empezó a decir que detrás del crimen había trata de personas, narcotráfico y otras cuestiones que usaban lo religioso como pantalla. Las palabras de Pelloni empezaron a confirmarme que la historia era mucho más grande, y ahí me dispuse a hacer el primero de seis viajes a lo largo de unos tres años.
-¿Por qué elegiste este hecho para investigar?
–MP: En principio, aclaro que no me considero un investigador ni un autor de investigaciones periodísticas. Concibo a la investigación, básicamente, como parte necesaria de la escritura de cualquier historia, ya sea policial, familiar, política. Para escribir sobre cualquier mundo, quien escribe está obligado a investigarlo, a sumergirse en él. Entonces, lo que me atrapó de entrada fue ese crimen como disparador de una historia más grande que lo causa y lo comprende, ese crimen como el chispazo que llama la atención sobre una realidad compleja. Cuando empecé a bucear y me encontré con los personajes, sus historias y los hilos conductores que planteaban cada uno y entre todos, quedé enredado y quise contar esa historia.
-¿Cuáles fueron los momentos más difíciles de tu investigación?
–MP: Lo más difícil fue procesar las declaraciones judiciales de Ramonita, la adolescente que fue testigo del crimen. Es un relato crudo, de una honestidad y una sinceridad que movilizan a cualquier lector. Creo que nadie puede seguir como si nada después de leer las cosas que ella cuenta. Por eso tomé la decisión narrativa de que ella fuera una voz presente a lo largo de la historia. Desde su punto de vista, infantil pero complejo, Ramonita cuenta la sangre. Y de ese modo, con sus certezas, sus contradicciones, su incapacidad de poner en palabras algunas cosas que vio y el lector solo puede imaginar, se construye como personaje.
-Por lo tenebroso del relato, y el medio que demuestran muchos de los personajes, había como una fuerte creencia en la magia negra y esas cuestiones ¿En algún punto te dio miedo? ¿Creés en la posibilidad de que alguien pueda hacerte daño mediante hechizos y ritos?
–MP: Me interesan la riqueza mitológica de las religiones y los sistemas de creencias en general, y el contexto sociocultural en que nacen y se desarrollan, pero desde un punto de vista ciento por ciento antropológico. No creo en la existencia de entidades superiores ni energías sobrehumanas que motiven a una persona a actuar bien o mal.
-Por lo que pudiste averiguar ¿cuáles fueron las principales dificultades de la investigación judicial? (tengo entendido que fue el primer juicio que investigó un crimen ritual)
–MP: Hubo una dificultad inicial que tuvo que ver con entender qué es lo que había pasado. Ahí fue clave la intervención de José Miceli, un antropólogo correntino que aparece como personaje en el libro. Miceli es un profesional muy capaz y respetado que aportó una mirada lúcida para entender qué es un crimen ritual y con qué cuestiones sociales se relaciona. La otra dificultad es estructural. Las condiciones socioeconómicas que causaron este crimen siguen vigentes, y no solo en Corrientes sino en todo el mundo. El Poder Judicial, como herramienta creada por el propio sistema para resolver ciertas cuestiones, no puede perseguir y condenar al propio sistema para resolver así la cuestión de fondo: la injusticia social es el tablero ideal para que los poderosos impongan su juego a los demás y puedan someterlos. Esa es LA DIFICULTAD, con mayúsculas, que el propio sistema genera conscientemente y, por supuesto, no puede ni quiere resolver.
-¿Sabés qué pasó después con Ramonita? ¿A dónde está hoy?
–MP: Ramonita está tratando de rehacer su vida. Por respeto y cuidado hacia ella, decidí no conocerla ni saber el lugar exacto donde vive. Además, como ya conté antes, su personaje se construye en el libro desde un lugar que me parece más interesante.
-Tres libros policiales que recomendarías:
–MP: Extraña confesión, de Anton Chejov; Operación masacre, de Rodolfo Walsh, y Cosecha roja, de Dashiell Hammett. Son fabulosos porque rompen los límites del género y cuentan otra cosa. El género, el que sea (policial, western, terror), tiene que ser la puerta de entrada para hablar de algo más, de algo que lo trascienda. De lo contrario, es un rejunte de lugares comunes que te puede hacer divertir un rato y no mucho más.
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Sobre el libro:
El domingo 8 de octubre de 2006 apareció, a dos cuadras de la terminal de ómnibus de la ciudad de Mercedes, Corrientes, el cadáver decapitado de un chico de doce años. La cabeza estaba apoyada junto a su cuerpo semidesnudo. La víctima, se llamaba Ramón González –Ramoncito-. Las investigaciones develaron que se trataba un crimen ligado a un ritual, durante el que había sido violado y torturado. El periodista Miguel Prenz llegó a Mercedes dos años y medio después del asesinato y antes de que comenzara el juicio (el primero relacionado con un crimen ritual en América Latina), y encontró una trama en la que se mezclaban los rumores de una secta espeluznante, la pobreza casi terminal de la familia de Ramoncito, la esquiva figura de un empresario, una curiosa mujer policía que es mae de santo de una religión afrobrasileña, y una adolescente –Ramonita, testigo del crimen- cuyas declaraciones resultaron tan escalofriantes como la revelación de que las paredes de la casa donde había vivido, estaban pintadas con sangre humana. En medio de las más verdes inocencias de la pampa gringa, Prenz encontró esta historia que hunde sus bordes en las zonas más siniestras de la ferocidad humana. En octubre de 2006 apareció, en la ciudad de Mercedes, Corrientes, el cadáver decapitado de un chico de doce años. La cabeza estaba apoyada junto a su cuerpo semidesnudo. La víctima, se llamaba Ramón González –Ramoncito-. Las investigaciones develaron que se trataba un crimen ligado a un ritual, durante el que había sido violado y torturado. El periodista Miguel Prenz encontró una trama en la que se mezclaban los rumores de una secta espeluznante y la pobreza. Una historia que hunde sus bordes en las zonas más siniestras de la ferocidad humana.
Sobre el autor:
Miguel Prenz (Argentina, 1979) Periodista, autor del libro El Heredero del General (2011), crónica sobre el destino de los bienes de Juan Domingo Perón. Fue editor de la revista Soy Rock. Publicó crónicas y perfiles en las revistas Soho, C (del diario Crítica de la Argentina) y Maxim. En 2010 fue seleccionado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, presidida por Gabriel García Márquez, para participar del taller de reportajes dictado por el periodista estadounidense Jon Lee Anderson. Actualmente trabaja en editorial Televisa Argentina. Desde 2007 es docente en la escuela de periodismo TEA.