Festival Manifiestos: 20 años en la Defensa de los Derechos Humanos

La Procuración Penitenciaria de la Nación llevará a cabo ese sábado 2 de noviembre el Festival Manifiestos, una celebración de los 20 años de trabajo en la defensa de los Derechos Humanos de las personas privadas de la libertad, y los 200 años de la Asamblea General Constituyente del año XIII que abolió los instrumentos de tortura.

El evento, que ha sido declarado de interés cultural y para la promoción y defensa de los Derechos Humanos por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,  tendrá lugar en el Centro Cultural Ricardo Rojas, en Avenida Corrientes 2038 a partir de las 14 hs.

“Los privados de la libertad son los protagonistas de este espacio; sus familias, sus objetos, sus relatos, sus posibilidades artísticas, el relato del gesto humano. También estarán otros artistas destacados, comprometidos y con trayectoria, los que abrigaron un vínculo cuidado y respetuoso, dándole lugar y tiempo a la búsqueda y hallazgo del hecho artístico y a la emoción. También estarán los entornos familiares, el afuera que se deja y al que se vuelve, y otros grupos vulnerables que conforman nuestra sociedad.

¿La consigna? El respeto y la protección de los Derechos Humanos. Algo de lo que constituye nuestra causa y consecuencia. Un aporte a todas las acciones vinculadas a la promoción del conocimiento y la defensa de los DDHH y a la ardua e inagotable labor de inclusión social.

Habrá muestras de fotografía, escritura, teatro, videos, danza y música”

PPN

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La lectura, un bálsamo para la situación de encierro

Buceando un poco la red encontré esta nota de Lina Vargas publicada en la Revista Arcadia (Colombia) que habla sobre las bibliotecas penitenciarias. ¿Qué leen los presos? ¿Cómo ayuda la lectura en situaciones de encierro? Un artículo interesante que aquí les comparto:

Bibliotecas penitenciarias

Por: Lina Vargas. Bogotá.

Tenía una hora para hacer las entrevistas. Una hora no es nada, así que más me valía apresurarme. La primera mujer con la que hablé fue Jenny Paola Moreno. Tiene veinticuatro años y llegó a la cárcel hace dieciocho meses. Estudiaba tercer semestre de una licenciatura en Pedagogía Infantil cuando fue detenida. Me dijo que lee un libro cada veinte días, pero que es un mal promedio porque hay reclusas que se demoran apenas tres. Se excusó en que lee de noche, en una celda que comparte con otras veintidós personas, donde nunca hay silencio, y me mostró un cuaderno cuadriculado en el que copia fragmentos de los libros que le gustan. También allí ha pegado cartas escritas en cartulina roja recortada en forma de corazón y fotografías de un hombre joven. Me dijo que como no hay televisión ni grabadoras en la cárcel, leer es una forma de mantener la mente ocupada y liberar la imaginación. Casi todos los libros que ha leído este año son de superación personal, aunque en su lista también están García Márquez, Soto Aparicio y biografías sobre Pablo Escobar. A veces envía cartas a sus compañeras de reclusión con mensajes extraídos de Las siete leyes espirituales del éxito de Deepak Chopra. Me dijo que es una pacifista.

Estábamos en la biblioteca de la cárcel para mujeres El Buen Pastor de Bogotá. Es un espacio pequeño con una puerta de metal verde que da a una cancha de baloncesto y a la parte posterior de un edificio con ventanas pequeñas y enrejadas cuyos marcos sirven para secar la ropa de las reclusas.

Con quince mil títulos –para una población de dos mil reclusas– catalogados y divididos en literatura universal, hispanoamericana, cuento, biografía, ensayo, historia, política y jurisprudencia, no es exagerado decir que la de El Buen Pastor es una biblioteca más completa que la de muchos colegios públicos y privados de Bogotá. Hay una colección de ganadores del Premio Nobel y varias enciclopedias –muy útiles en una cárcel, donde el acceso a internet es restringido–. Están El ruido y la furia de Faulkner, Madame Bovaryde Flaubert y ¿Por quién doblan las campanas? de Hemingway. Libros de James Ellroy, E.L. Doctorow, Paul Bowles, Jean Echenoz, Virginia Woolf y Juan Carlos Onetti, una buena parte de la magnífica colección juvenil de Alfaguara, cuyos primeros títulos están fuera de circulación, y varios en inglés y en francés para las cerca de cuarenta reclusas extranjeras. Se dice que hace unos años hubo uno en japonés para una mujer japonesa condenada por narcotráfico.

*

Había conocido la biblioteca de El Buen Pastor una semana atrás, el pasado 26 de septiembre, durante el lanzamiento del libro Fugas de tinta 5, una recopilación de crónicas, cuentos y relatos escritos por internos de dieciséis cárceles de Colombia donde funciona el programa Libertad Bajo Palabra, que hace parte de la Red de Escritura Creativa del Ministerio de Cultura. Entonces la cárcel celebraba la Fiesta de Las Mercedes y era la víspera de su reinado de belleza. El corredor que conduce a la biblioteca estaba lleno de mujeres con vestidos de lentejuelas y pestañas postizas que participarían en las comparsas organizadas en cada uno de los nueve patios.

Ese día hablé con la dragoneante Rosalba Arias, coordinadora de la biblioteca, que hace veintidós años trabaja con el Inpec. Las dragoneantes usan un uniforme camuflado de color azul y botas negras y la mayoría adorna su pelo con hebillas plateadas y tiene las uñas largas y decoradas con miniaturas de fantasía. La dragoneante Arias me dijo que en promedio quinientas reclusas sacan un libro al mes y que los géneros que más les interesan son novela policíaca, narcotráfico, poesía y superación personal. “Los únicos temas que no tenemos son brujería y magia negra –dijo– y los de sexualidad y manualidades no son para préstamo externo”. Es ella quien se encarga de hacer las llamadas y escribir los correos necesarios para conseguir los libros. La biblioteca se nutre con donaciones privadas, aunque en los últimos meses ha recibido libros de la Librería Nacional, la Biblioteca Virgilio Barco y la Universidad de Los Andes.

En teoría, el Inpec es la entidad encargada de la dotación de libros y mobiliario para las cárceles colombianas. Desde el 2010, la Red Nacional de Bibliotecas Públicas asesora al Inpec con una lista básica de títulos que debe tener una biblioteca carcelaria –Ulises de Joyce, Los soldados de Salamina de Cercas y las Tragedias de Esquilo están allí–, y en lo referente a infraestructura y capacitación de bibliotecarios. La Oficina del Libro del Ministerio de Cultura, por su parte, dona un porcentaje de los libros que publica. Pero la responsabilidad es del Inpec, tanto que en su plan de compras de este año aparece una casilla destinada a la dotación de bibliotecas por trescientos millones de pesos. El Inpec trabaja en un modelo educativo que incluye validación del ciclo escolar, educación superior y proyectos productivos. A la fecha, el modelo ha llegado a ochenta y nueve cárceles a las que ha dotado con material bibliográfico comprado en su mayoría a las editoriales Plaza y Janés y Panamericana. El Buen Pastor ha recibido ese material pero no libros para su biblioteca.

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Así votaron los presos en Buenos Aires

Las elecciones legislativas celebradas ayer también tuvieron su espacio en las cárceles de la ciudad y la provincia de Buenos Aires.

En la Unidad Penitenciaria Federal de Villa Devoto pudieron votar unos 720 internos. Según consignó Télam, en el cuarto oscuro había dos tipos de boletas: en una estaban las 12 alianzas para senadores y diputados nacionales, y en la otra las 24 listas para legisladores porteños.

En estas mesas votaron presos de dos jurisdicciones: la ciudad y la Provincia de Buenos Aires. En cada caso se ponía a disponibilidad las boletas correspondientes al domicilio que figura en sus documentos.

El escrutinio de estas urnas se realizará en la Cámara Nacional Electoral en forma separada del resto de las urnas.

También pudieron votar unos 10.000 detenidos alojados en las cárceles de la provincia de Buenos Aires. Se trata de personas con prisión preventiva, sin condena firme.

El Servicio Penitenciario bonaerense informó, a través de un comunicado, que los presos votaron a través del sistema de boleta única y se les reconoce su jurisdicción de acuerdo con el último domicilio que figura en el documento.

También explicaron que, por una razón de logística, los detenidos sólo votan cargos nacionales, ya que el padrón se confecciona en base a la dirección que figura en el DNI.

Quedan fuera de este deber cívico la Unidad 34 de Melchor Romero, que aloja internos con patologías psiquiátricas, y la Unidad 22 de Lisandro Olmos, que es un Hospital de Agudos con detenidos en alojamiento transitorio.

El derecho al voto

Ya en vistas de las PASO, la Procuración Penitenciaria de la Nación  había solicitado que las personas condenadas pudieran votar, al considerar que “Negar el derecho al voto de las personas con condena firme constituiría un agravamiento de sus condiciones de detención”.

“En una coyuntura que propicia el fortalecimiento de las instituciones democráticas, el respeto al Estado de Derecho y el compromiso con la protección de los Derechos Humanos, no parece razonable cualquier exclusión genérica del derecho al sufragio, tal como sucede con las personas condenadas a pena privativa de libertad”, sostuvieron desde la PPN.

La PPN fundamentó su solicitud a través del siguiente comunicado:

Bajo la premisa de que excluir a las personas detenidas del debate político y el ejercicio democrático sólo constituye un agravamiento de las condiciones de detención para las personas privadas de libertad, la Procuración Penitenciaria fue primero una promotora del derecho al voto para las personas cumpliendo prisión preventiva y más recientemente defensora de la posibilidad que las personas con condena firme tengan por primera vez derecho al sufragio en las próximas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Fundamenta su posición apoyándose en la Carta Magna de nuestro país donde debe asegurarse que el sufragio sea universal, igual, secreto y obligatorio, y garantice el pleno ejercicio de los derechos políticos. La regulación de este derecho debe ser razonable y no puede significar una restricción arbitraria. Así mismo, se puede afirmar que tanto el Código Penal en sus artículos 12 y 19 inciso 2 y el Código Electoral Nacional en su art. 3 inc. E, coartan un de las supuestas acciones fundamentales que tiene por objeto la pena, que es su función resocializadora. Finalmente, el derecho internacional de los derechos humanos (Pacto Internacional de Derechos Civiles, Declaración de Derechos Humanos y la Convención Americana) establecen el principio de culpabilidad por acto e impiden que una sanción trascienda a la persona condenada, o impongan restricciones innecesarias, excesivas o injustificadas.

Otros de los sustentos de la fundamentación surgen a partir de los precedentes que se fueron asentando a nivel internacional. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos que reconoce el derecho al voto de los condenados en varios fallos donde se cuestiona este tipo de prohibiciones, señaló que los distintos estados deben adoptar estas medidas si realmente tiene la intención de celebrar elecciones democráticas. La Corte Suprema de Canadá destacó que el derecho de todos los ciudadanos a votar es una de las fuentes de legitimidad del ordenamiento público y que incentiva la responsabilidad social y los valores democráticos por lo que no deberían admitirse restricciones. La Corte Suprema en Sudáfrica declaró que el voto es un símbolo de dignidad y personalidad.

Antecedentes de la ampliación de derecho al voto

En octubre de 2007 los procesados que se encontraban cumpliendo prisión preventiva participaron por primera vez en la elección de presidente y legisladores. El Registro de Electores Privados de Libertad que lleva la Cámara Nacional Electoral tiene su origen en la causa “Mignone”, quien presentó en octubre de 1998 un amparo colectivo para garantizar el derecho constitucional a sufragar de las personas detenidas sin condena. En ese caso, la Corte Suprema de Justicia de la Nación consideró que la exclusión electoral de las personas detenidas sin condena era contraria a nuestra Constitución Nacional y a la Convención Americana de Derechos Humanos. El 29 de diciembre de 2003, mediante ley 25.858 se hizo efectiva y se incorporó al Código Electoral Nacional el artículo en virtud del cual los procesados que se encuentren cumpliendo prisión preventiva, tienen derecho a emitir su voto en todos los actos eleccionarios que se celebren durante el lapso en que se encuentren detenidos. Asimismo, la norma, le otorgó facultades a la Cámara Nacional Electoral para confeccionar un Registro de Electores Privados de Libertad, habilitar mesas de votación en cada establecimiento de detención y designar sus autoridades.

El 28 de septiembre de 2006 se publicó en el Boletín Oficial el decreto 1291, que reglamentó la ley 25.858 antes mencionada, estableciendo la forma en la que las personas privadas de libertad sin condena podrían ejercer su derecho al sufragio. En ese sentido, quienes figuran en el padrón electoral especial tienen derecho a votar exhibiendo su documento de identidad.

El 15 de abril de 2009 se publicó en el Boletín Oficial el decreto 295 por el que se modificaron algunas instancias del procedimiento establecido en el decreto 1291, entre las que se destaca la comunicación por vía electrónica de los movimientos de detenidos ya sea por el dictado de nuevas prisiones preventivas, traslados, fallecimientos o modificaciones del estado procesal de los detenidos comprendidos en las previsiones del art. 3º bis del Código Electoral Nacional.

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Para matar, las mujeres son más creativas que los hombres

Tendrán instinto maternal, se podrá hablar de la intuición femenina, y es cierto que no es común que sean las protagonistas de un crimen, pero a la hora de matar, no hay que subestimar a las mujeres.

Según cuenta la psiquiatra forense Sigrun Rossmanith al Spiegel Online, las mujeres son más creativas que los hombres para cometer un asesinato. A continuación, una traducción de la entrevista que el Spiegel le hizo a Rossmanith, con interesantes datos sobre el vínculo de las mujeres con el mundo del crimen.

Spiegel Online (SO): Rossmanith, en su libro [ ¿Las mujeres son el mejor asesino? Casos espectaculares de un psiquiatra judicial] usted plantea la cuestión de si las mujeres son mejores asesinas que los hombres. ¿Esto es así?

Rossmanith (R): Ciertamente son más creativas que los hombres. Más inventivas. Tomá como ejemplo en caso de venganza que describo en el libro: una esposa infiel de Asia besa apasionadamente a su compañero, y al hacerlo desliza una cápsula de cianuro a su bica, que él se ve forzado a tragar. Ella combina el acto del amor con el del asesinato. ¿Acaso a un hombre se le ocurriría tal idea?

S O: Es difícil de saber. ¿Acaso las mujeres son más creativas con los homicidios porque no tienen la fuerza física para ejercer una violencia más dura?

R: Naturalmente, deben compensar su falta de fuerza física. A menudo dejan a sus víctimas indefensas antes de poder llevar a cabo el acto. Un arma incidentalmente muy usada es el cuchillo, algo distintivo en Europa, a diferencia de los Estados Unidos, donde las armas de fuego son más predominantes. Naturalmente uno debe decir que las mujeres raramente se convierten en asesinas. Los hombres cometen homicidios con una frecuencia algo así como 10 veces mayor que las mujeres.

S O: ¿Es cierto que cuando las mujeres matan, sus víctimas generalmente son amigos o parientes?

R: Eso es cierto. Generalmente todo tiene que ver con las Relaciones. Las mujeres raramente matan a extraños. La mayoría de los conflictos surgen entre sus cuatro paredes, y pueden scalar. Generalmente pasa que las víctimas, en un intercambio de roles, se convierten en victimarios.

S O: ¿Se refiere a las mujeres que asesinan a golpes de sartén a sus esposos abusivos mientras estos duermen?

R: Exactamente. Algunas de ellas han sufrido años de martirio. En algún momento simplemente cargan toda su furia y tensión acumulada.  A veces es desatada por un incidente banal. La mayoría de las mujeres que cometen un homicidio, lo hacen por primera vez.

En Argentina, un caso emblemático de mujer asesina fue Yiya Murano, conocida como “la envenenadora de Monserrat”

S O:  En su introducción usted escribió: “Nadie es immune a cometer una locira, incluso yo”. ¿Por qué cree esto?

R: Yo creo que cada persona tiene un cierto umbral. Cuando se sobrepasa ese límite, pueden pasar cosas que uno nunca se hubiera imaginado.

S O: Usted le llama a eso “el rincón oscuro del alma” y “el lado oscuro de la mujer”. ¿Se refiere al  mal?

R: Bueno, el mal se alimenta de eso.  Esta sombra es la parte sin amor, el lado negativo de la personalidad de una persona, con características que no son socialmente aceptables.

S O: Pero estas sombras no son solo parte de las mujeres. También existen en los hombres.

R: Por supuesto! Pero uno ya asume que el hombre tiene el potencial de ser violento, brutal y egocéntrico. No tienen que ocultar esa parte. Pero las mujeres tienen que actuar como si esa parte de ellas no existiera. El problema específico de las mujeres es cómo lidiar con el lado oscuro. Si es siempre suprimido y nunca se da a conocer, puede que uno termine sobrepasado por esa fuerza oscura en momentos drásticos.

S O: ¿Alguna vez detectaste tu propio potencial de convertirte en asesina?

R: En mi juventud atravesé por una relación madre/hija difícil. Podría haberme convertido en culpable de actos de violencia mucho más serios. Yo describo un caso así en mi libro: una hija crece junto a una madre demasiado sobreprotectora. Ella usa una fuerza brutal para imponer su voluntad. Lo macabro es que cada año, la chica es obligada de comparar una nueva barra en el mercado, con la que es golpeada durante todo el año. Ella considera este abuso demasiado humillante.

S O: ¿Y ella eventualmente vuelve esta violencia contra su madre?

R: Cuando la chica llega a la adolescencia, ya no está preparada para tolerar las golpizas. Agarra el cuello de su madre y lo aprieta sin dejarla ir hasta que la victim se pone azul y cae al piso. Esta es una situación clásica en la que la relación víctima victimario se da vuelta.

S O: Esos incidentes en una familia son particularmente impactantes. En el comienzo de su libro, usted cuenta de una madre que tira a sus dos pequeños hijos desde el cuarto piso del edificio.

R: Eso fue una “Guerra de los Roses”, una pelea sobre la custodia de los chicos. Esta mujer no quería ser separada de sus hijos bajo ninguna circunstancia. Ella siguió el lema de “todo o nada”. Prefería que sus hijos estén muertos antes que cederle la custodia a su esposo. Era impensable para ella.

S O: Al final, usted tuvo que explicarle a la mujer lo que había hecho, porque ella se había olvidado. ¿Estos blancos mentales son un fenómeno femenino?

R: No diría eso. Yo creo que es algo humano. Porque ese acto nunca se reconcilia con nuestra consciencia, y porque tenemos que vivir con eso. Decir “No era yo, no es posible que yo haya hecho eso” es lo que más escucho de los asesinos. Uno lidia con eso tratando de enajenarse, por decirlo de alguna manera. Como si una especie de extraterrestre que tenemos adentro haya cometido el crimen.

S O: En public se habla muy poco de mujeres asesinas. Usted escribe que la razón de esto es el feminismo. ¿Podría un autor masculino permitirse decir eso?

R: Yo creo que me puedo permitir escribir eso sólo porque soy mujer. Pero, usted sabe, yo soy fanática del feminismo: ha logrado mucho. Sólo me perturba que las mujeres siempre son representadas como más amables y menos propensas a la violencia. En mi experiencia simplemente ese no es el caso. En mi vida, he presenciado muchas veces lo increíblemente duras que pueden ser las mujeres. Lo intrigantes que pueden ser entre ellas. Personalmente me da más miedo la venganza de las mujeres que de los hombres.

Para ver la entrevista en su versión original, hacé click acá

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Acá piden más cárceles, en Holanda las cierran por falta de presos

Les comparto este interesante post del Blog de Oaxaca de algo que sucedió este año en Holanda, algo tan difícil de imaginar en la Argentina: en lugar de construir más cárceles, allá las están cerrando.

HOLANDA CIERRA CÁRCELES POR FALTA DE PRESOS

En Holanda están por cerrar ocho cárceles debido a la falta de prisioneros que tienen en ese país, ya que al legalizar algunas drogas, los crímenes bajaron.

Esa información es para sorprenderse, entre las ocho cárceles la sumatoria de presos es de tan sólo 14 mil. Actualmente existen 12 mil presos en este país, que en los noventas tenía sobrecupo. Una de las razones de la disminución en el índice criminal parece tener que ver con la legalización de algunas drogas (acompañado seguramente de una política educativa con respecto a sus usos y efectos).

El ministro de justicia Nebahat Albayrak anunció que las prisiones se cerraran y se perderán 1200 trabajos, aunque se está considerando utilizar las prisiones para alojar a prisioneros belgas.

En Estados Unidos, el país que tiene mayor promedio de encarcelamiento y un total de más de 2.3 millones de presos, una de las objeciones que se hace se ante la legalización de la marihuana es que generaría mayor crimen y mayor consumo, algo que los casos de Portugal y Holanda desmienten.

Holanda tiene una población de 16.6 millones y solo 12 mil prisioneros, California, por ejemplo, tiene una población de 36.7 millones y una población de prisioneros de 171 mil, muchos de ellos precisamente en la cárcel por fumar o vender marihuana. Pero tal vez algunas personas prefieren llenar las cárceles de jóvenes que tenerlos en las calles.

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Lectura recomendada: La misa del diablo, de Miguel Prenz

Hoy tengo el gusto de recomendarles un libro policial sobre un caso real que tiene todos los condimentos: crimen, misterio, magia negra, sectas. El libro se llama La misa del diablo y cuenta los detalles del homicidio de Ramoncito, un nene de 12 en Mercedes, Corrientes. El hecho ocurrió en octubre de 2006 y dejó aterrorizada a toda la ciudad. Miguel Prenz, periodista y escritor, viajó allá y reunió muchos interesantes testimonios que permiten reconstruir el cruel asesinato.

Aquí, una breve entrevista al autor:

-¿Cómo fue que te enteraste del caso?

Miguel Prenz (MP): Mi primer contacto con el caso Ramoncito fue la noticia del hallazgo del cadáver decapitado del chico en Mercedes, publicada en octubre de 2006 en los diarios de Corrientes y en algunos nacionales. En ese momento, intuí que detrás de un crimen con semejante nivel de violencia había algo más grande. Durante los dos años y medio que seguí el tema a través de los medios, antes de viajar por primera vez a Corrientes, vi que casi todas las notas hablaban del homicidio y de sus características particulares, de su carácter ritual. Pero en casi ninguna nota se abría el juego a las causas, a la cuestión de fondo. Hasta que la monja Martha Pelloni, que vive hace años en Corrientes y lidera una red de lucha contra la trata de personas, empezó a decir que detrás del crimen había trata de personas, narcotráfico y otras cuestiones que usaban lo religioso como pantalla. Las palabras de Pelloni empezaron a confirmarme que la historia era mucho más grande, y ahí me dispuse a hacer el primero de seis viajes a lo largo de unos tres años.

-¿Por qué elegiste este hecho para investigar?

MP: En principio, aclaro que no me considero un investigador ni un autor de investigaciones periodísticas. Concibo a la investigación, básicamente, como parte necesaria de la escritura de cualquier historia, ya sea policial, familiar, política. Para escribir sobre cualquier mundo, quien escribe está obligado a investigarlo, a sumergirse en él. Entonces, lo que me atrapó de entrada fue ese crimen como disparador de una historia más grande que lo causa y lo comprende, ese crimen como el chispazo que llama la atención sobre una realidad compleja. Cuando empecé a bucear y me encontré con los personajes, sus historias y los hilos conductores que planteaban cada uno y entre todos, quedé enredado y quise contar esa historia.

-¿Cuáles fueron los momentos más difíciles de tu investigación?

MP: Lo más difícil fue procesar las declaraciones judiciales de Ramonita, la adolescente que fue testigo del crimen. Es un relato crudo, de una honestidad y una sinceridad que movilizan a cualquier lector. Creo que nadie puede seguir como si nada después de leer las cosas que ella cuenta. Por eso tomé la decisión narrativa de que ella fuera una voz presente a lo largo de la historia. Desde su punto de vista, infantil pero complejo, Ramonita cuenta la sangre. Y de ese modo, con sus certezas, sus contradicciones, su incapacidad de poner en palabras algunas cosas que vio y el lector solo puede imaginar, se construye como personaje.

-Por lo tenebroso del relato, y el medio que demuestran muchos de los personajes, había como una fuerte creencia en la magia negra y esas cuestiones ¿En algún punto te dio miedo? ¿Creés en la posibilidad de que alguien pueda hacerte daño mediante hechizos y ritos?

MP: Me interesan la riqueza mitológica de las religiones y los sistemas de creencias en general, y el contexto sociocultural en que nacen y se desarrollan, pero desde un punto de vista ciento por ciento antropológico. No creo en la existencia de entidades superiores ni energías sobrehumanas que motiven a una persona a actuar bien o mal.

-Por lo que pudiste averiguar ¿cuáles fueron las principales dificultades de la investigación judicial? (tengo entendido que fue el primer juicio que investigó un crimen ritual)

MP: Hubo una dificultad inicial que tuvo que ver con entender qué es lo que había pasado. Ahí fue clave la intervención de José Miceli, un antropólogo correntino que aparece como personaje en el libro. Miceli es un profesional muy capaz y respetado que aportó una mirada lúcida para entender qué es un crimen ritual y con qué cuestiones sociales se relaciona. La otra dificultad es estructural. Las condiciones socioeconómicas que causaron este crimen siguen vigentes, y no solo en Corrientes sino en todo el mundo. El Poder Judicial, como herramienta creada por el propio sistema para resolver ciertas cuestiones, no puede perseguir y condenar al propio sistema para resolver así la cuestión de fondo: la injusticia social es el tablero ideal para que los poderosos impongan su juego a los demás y puedan someterlos. Esa es LA DIFICULTAD, con mayúsculas, que el propio sistema genera conscientemente y, por supuesto, no puede ni quiere resolver.

-¿Sabés qué pasó después con Ramonita? ¿A dónde está hoy?

MP: Ramonita está tratando de rehacer su vida. Por respeto y cuidado hacia ella, decidí no conocerla ni saber el lugar exacto donde vive. Además, como ya conté antes, su personaje se construye en el libro desde un lugar que me parece más interesante.

-Tres libros policiales que recomendarías:

MP: Extraña confesión, de Anton Chejov; Operación masacre, de Rodolfo Walsh, y Cosecha roja, de Dashiell Hammett. Son fabulosos porque rompen los límites del género y cuentan otra cosa. El género, el que sea (policial, western, terror), tiene que ser la puerta de entrada para hablar de algo más, de algo que lo trascienda. De lo contrario, es un rejunte de lugares comunes que te puede hacer divertir un rato y no mucho más.

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Sobre el libro:

El domingo 8 de octubre de 2006 apareció, a dos cuadras de la terminal de ómnibus de la ciudad de Mercedes, Corrientes, el cadáver decapitado de un chico de doce años. La cabeza estaba apoyada junto a su cuerpo semidesnudo. La víctima, se llamaba Ramón González –Ramoncito-. Las investigaciones develaron que se trataba un crimen ligado a un ritual, durante el que había sido violado y torturado. El periodista Miguel Prenz llegó a Mercedes dos años y medio después del asesinato y antes de que comenzara el juicio (el primero relacionado con un crimen ritual en América Latina), y encontró una trama en la que se mezclaban los rumores de una secta espeluznante, la pobreza casi terminal de la familia de Ramoncito, la esquiva figura de un empresario, una curiosa mujer policía que es mae de santo de una religión afrobrasileña, y una adolescente –Ramonita, testigo del crimen- cuyas declaraciones resultaron tan escalofriantes como la revelación de que las paredes de la casa donde había vivido, estaban pintadas con sangre humana. En medio de las más verdes inocencias de la pampa gringa, Prenz encontró esta historia que hunde sus bordes en las zonas más siniestras de la ferocidad humana. En octubre de 2006 apareció, en la ciudad de Mercedes, Corrientes, el cadáver decapitado de un chico de doce años. La cabeza estaba apoyada junto a su cuerpo semidesnudo. La víctima, se llamaba Ramón González –Ramoncito-. Las investigaciones develaron que se trataba un crimen ligado a un ritual, durante el que había sido violado y torturado. El periodista Miguel Prenz encontró una trama en la que se mezclaban los rumores de una secta espeluznante y la pobreza. Una historia que hunde sus bordes en las zonas más siniestras de la ferocidad humana.

Sobre el autor: 

Miguel Prenz (Argentina, 1979) Periodista, autor del libro El Heredero del General (2011), crónica sobre el destino de los bienes de Juan Domingo Perón. Fue editor de la revista Soy Rock. Publicó crónicas y perfiles en las revistas Soho, C (del diario Crítica de la Argentina) y Maxim. En 2010 fue seleccionado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, presidida por Gabriel García Márquez, para participar del taller de reportajes dictado por el periodista estadounidense Jon Lee Anderson. Actualmente trabaja en editorial Televisa Argentina. Desde 2007 es docente en la escuela de periodismo TEA.

 

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Kevin, la estrella sos vos

Pasó más de un mes de la muerte del pequeño Kevin Molina y sus familiares, amigos y vecinos aún no encuentran respuesta de la Justicia. Desde la revista cooperativa de cultura villera la Garganta Poderosa buscan difundir su historia, para que no se siga invisibilizando su asesinato y las causas que derivaron en la muerte de este nene de 9 años, que recibió un balazo en la cabeza en medio de un tiroteo ocurrido en la Villa Zavaleta.

A continuación, el comunicado de la Garganta:

“Desde el 7 de septiembre, estamos viviendo un día eterno, con la mirada en el cielo y los pies en el infierno, porque nos mataron a una criatura en un tiroteo que no hubiera sido posible sin el aval de Gendarmería y Prefectura. Desde siempre, las Fuerzas de Seguridad han gozado en las villas de una tremenda impunidad, al servicio de su perversidad, la misma que impuso la remoción de la Federal cuando sus vicios se habían vuelto alevosos. Pero cambiaron los uniformes y no los códigos mafiosos, que auspiciaron el robo a la familia y la burla a nuestro dolor, en una dinámica sistemática que pretende infundirnos temor. De no ser así, el petiso estaría ahí, jugando en la Plaza o, como estaba ese día, desayunando en su casa. Aun sin estar identificados en los pasillos de los barrios silenciados, no pudieron ni podrán mantenernos aterrados, ni de brazos cruzados, a todos los vecinos que decidimos organizarnos para regular el accionar de los que deberían cuidarnos, respaldados por los organismos que no eluden el problema central y juegan en serio contra la violencia institucional. Desde ahora en adelante, Kevin será nuestro comandante, porque su estrella brilla más que ninguna, desde que su hermanito la descubrió junto a la luna. Finalmente, cumplió su palabra y se volvió nuestro “Jackie Chan”, pero si alguno tiene dudas puede preguntárselo a Román, que sigue siendo su jugador preferido y nuestro amigo comprometido. De su mano, enano, te quisimos entregar la 10, para que el 29 festejemos tu décimo cumpleaños donde sea que estés… Nosotros sabemos cómo gritabas y, aunque nadie te quiera oír, publicamos esta tapa para que nadie pueda mentir. Desde acá, te vemos, te extrañamos, te queremos y te prometemos que tu nunchaku les hará clavar los frenos: ¡Ni un pibe menos! 

En la tapa de la nueva Garganta Poderosa grita Kevin, para que nadie pueda seguir invisibilizando su asesinato y las causas que derivaron en la muerte de este nene de 9 años, tras un disparo en la cabeza después de que Prefectura liberara la zona en la Villa Zavaleta. En la contratapa, su ídolo, Juan Román Riquelme, posa con una remera que debe perpetuarse en la conciencia de toda una sociedad, para exigir que un suceso así no ocurra nunca más. “Kevin 10”, dice la remera de Boca que sostiene Román. 

En la nota de tapa, esta vez, no hay ningún famoso, sino la historia de Kevin contada por su prima Paola Vallejos, redactora de La Garganta que tuvo la suerte de entrevistar a Diego Maradona y al Indio Solari, pero que en este mes tuvo que escribir el texto más difícil de su vida. “En realidad, yo todavía no caí. Para mí, el sábado 7 de septiembre es un día largo que todavía no terminó, y desearía que jamás hubiera empezado. Pero aunque han hecho todo lo posible para apagar su luz, no pudieron… Hoy es la luz que más brilla en la casa”, cuenta Roxana, su mamá.

Kevin salió fanático del fútbol porque su hermano Federico se lo contagió y porque Juan Román lo enamoró, aunque no lo vio personalmente en ninguna ocasión: fue amor a primera vista, por televisión. “Mirábamos juntos los partidos de Boca, y los dos nos hicimos fanáticos. Cuando hacíamos un gol, yo lo gritaba primero y Kevin lo gritaba atrás, pero lo gritaba más fuerte si lo hacía Riquelme… Es más, me acuerdo de que me pidió por favor que, cuando fuera más grande, lo llevara a la cancha para verlo a él. No pudimos, porque no teníamos plata”. Pero estar en la lona, no le impidió a Kevin hacerse hincha del Barcelona, y Federico lo sabe porque se lo dijo a él: “También era fanático de Lionel”.  En un cuaderno, Kevin escribió su describió su pasión por el fútbol: “Me gusta jugar a la pelota, aunque nunca meta un gol”. 

La edición de octubre también tiene en sus páginas una íntima entrevista con Natalia Oreiro que además de hablar de la cosificación de la mujer, de la legalización del aborto y la marihuana, de la trata de personas y de la discriminación que sufre cuando viaja a España, también se expresó acerca de la perversidad de los medios, evidenciada en la cobertura del caso Kevin: “Si Kevin hubiera vivido en San Isidro nos hubiéramos enterado todos”. Pero aun en medios que acallan o desvirtúan nuestra realidad, hay convicciones y personas que preservan su dignidad. Por eso, se publica un encuentro entre los periodistas Luciano Galende y Marcelo Zlotogwiazda, que posan con una bandera que no deja lugar a chiquitajes: “Todos somos Kevin”. Ellos, como Ingrid Beck y Eduardo Anguita, junto al Colectivo de Trabajadores de Prensa, los medios alternativos y las revistas culturales, nos hicieron el aguante por encima de las disputas comerciales, partidarias o gremiales. Además, el líder de Salta la Banca, Santiago Aysine fue a Zavaleta al espacio de Música Popular que gestó la asamblea de La Poderosa hace diez años, y del cual participaba Kevin: “La cana se cree con derecho a decidir quién merece vivir, pero eso tiene que cambiar: la gorra debe obedecer el mandato de la comunidad”.”

 

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La maldición de la familia Pippo Briant

Oriel Briant fue hallada muerta  a un costado del kilómetro 75 de la ruta 2 hace casi 30 años. Su cara había sido desfigurada de un balazo y tenía más de 20 puñaladas en la zona genital. El crimen fue vinculado a  sectas, ritos satánicos, el cine y la droga, pero quedó impune.

Oriel vivía en City Bell con sus cuatro hijos. Había estado casada con Federico Pippo durante 12 años, pero luego se separaron. La noche del 9 de julio de 1984, en medio de la lluvia y el frío, y por motivos que nunca se descubrieron, Oriel salió de su casa vestida con un camisón, una bata y un par de medias de color celeste. No se la vio más, hasta que cuatro días después fue encontrada muerta.

El principal sospechoso era  su ex marido, que era profesor de literatura y filosofía en diferentes colegios y trabajaba los fines de semana para la División Balística de la policía bonaerense. Pippo, su hermano Esteban y su madre, Angélica Rosa Romano de Pippo estuvieron presos un año, en medio de rumores de extraños ritos que nunca pudieron probarse.

Mirá el especial multimedia:

Hoy el caso sigue impune, pero la trama familiar continúa. Pippo falleció en 2009. Algunos creen que se llevó a la tumba la verdad sobre el crimen de su ex esposa.

También en 2009, dos de los hijos de Oriel fueron detenidos, acusados de robar unos 300 pesos y bebidas alcohólicas en un supermercado de City Bell. Se trata de Julián Pippo Briant (31) y de su hermano, Cristopher Pippo Briant (28). Cristopher era el único de los hijos de los Pippo que estaba en la casa cuando Oriel desapareció. Tenía apenas tres años, y fueron sus llantos los que alertaron a los vecinos de que algo pasaba en esa casa. Julián tenía entonces 6 años.

Julián volvió a ser detenido en enero de este año, acusado de robar en un comercio ubicado en la calle 140, entre 438 y 439, de City Bell. Tenía un par de cuchillos y un cargador de pistola calibre 22.

A casi 30 años del enigmático crimen que marcó la vida de esta familia, el periodista Pablo Roesler publicó en Tiempo Argentino una interesante entrevista a Julián Pippo.

A continuación, un fragmento de la nota:

La caída del hijo de Oriel Briant, entre el estigma social y la cárcel

Julián Lautaro Pippo tenía seis  años el 9 de julio de 1984, cuando su madre, Aurelia Catalina “Oriel” Briant fue asesinada de un disparo en la cara y más de 20 puñaladas en el cuerpo. “De mi mamá no me acuerdo nada. Yo a ella no la disfruté y cuando la veo en una foto, veo una mujer y no puedo decir esa es mi mamá”, murmura. Ese crimen impune conmocionó a la sociedad en los primeros años de la primavera democratica y quebró su vida. Aquella muerte tuvo como sospechosos a su padre, el profesor de literatura Federico Pippo, su abuela y sus tíos; también desarticuló a la familia. A poco de cumplirse treinta años de ese episodio que ocupó las primeras planas de los diarios y mientras está detenido acusado por robo a mano armada y posesión de drogas, el anteúltimo de los cuatro hijos del matrimonio Pippo-Briant, admite que está solo, que no ve a sus hermanos y por primera vez proclama la inocencia de su padre.

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¿Cómo imaginan Internet los presos que nunca tuvieron acceso a la Red?

BuzzFeed, un sitio web norteamericano, publicó una curiosa nota sobre cómo imaginan Internet los presos que nunca lo conocieron.

A continuación, el artículo traducido al español:

Es ilegal en los Estados Unidos que los presos federales usen Internet. La mayoría de los que están cumpliendo una condena larga, nunca estuvieron online. Algunos internos se las arreglaron para entrar a Internet a través de teléfonos celulares ilegalmente ingresados a prisión. Pero la mayoría nunca probó un Smartphone, ni las aplicaciones, ni los servicios de mensajería instantánea, ni Facebook, ni Twitter.

La sola idea de que existan aplicaciones que puedan decirte dónde estás o recordarte información suena para ellos como ciencia ficción. Escuchan sobre esto a través de amigos, la televisión o las revistas, pero es difícil para ellos entender lo que son y cómo han cambiado el mundo.

Los defensores [de que los presos no accedan a Internet] dicen que es por una cuestión de seguridad; los que se oponen [a la restricción], dicen que es un gran obstáculo para su reinserción cuando son liberados.

Algunos presos federales fueron autorizados a tener un acceso limitado y monitoreado sólo a correo electrónico que contenga texto con gente de una lista de contacto que necesita ser aprobada por las autoridades. Pero la mayoría de los presos no tienen ni eso.

¿Cómo es ser un adulto en 2013 que no tiene idea de lo que es Internet?

Justine Sharrock, del sitio BuzzFeed, le preguntó a algunos presos de la cárcel de San Quentin, en California, cómo se imaginaban Internet.

Uno de ellos le contestó: “Son como páginas que conectan a otras páginas de manera interminable. Sé que en Facebook podés encontrar a alguien si tienen su información del colegio secundario o algo, y hacer click, pero no tiene mucho sentido. He visto aplicaciones en el Show de Ellen DeGeneres. Es un botón que te lleva a algún lado, como una página de Internet, pero de una manera más rápida”.

Este preso ha visto páginas impresas de Facebook, ya que un amigo que está afuera le creó un perfil para que sus amigos del colegio puedan mandarle mensajes. A veces los recibe a través del correo común. 

Algunos presos de San Quentin participaron del programa “Last Mile” sobre Internet. A través de libros, presentaciones y hojas impresas, adquirieron conocimiento teórico de la Web, pero no práctico. Como aún no han estado nunca online, este conocimiento básico les hace más fácil articular cuáles han sido hasta ahora las primeras impresiones que tienen sobre Internet. 

Estas son algunas de las cosas que le dijeron al redactor del artículo: 

“Nunca vi personalmente Internet. Fui encerrado en 1997. Los CDs eran una gran novedad. Sabía que a Internet le decían la autopista de la información por algún motivo, pero no tenía ni idea de cuan conectada estaba la sociedad  a través de la Red. No entendía cuán grande y nuevo era. Era un nombre global que cambió el mundo. Podía imaginarme la información provista por Internet en cuanto a la investigación, y es así como existía en mi mente, sólo como una herramienta. Si me preguntabas qué era un URL, sólo me hubiera quedado mirándote. Me imaginé que una aplicación era un botón que apretabas en tu teléfono, pero no tenía una conceptualización real de lo que podías hacer”. 

Tommy Winfrey, 35, cumple una condena de 25 años a perpetua; ingresó a prisión en 1997 

“He visto publicidades de Internet y de las aplicaciones en televisión, pero nunca le presté mucha atención a su uso. No lo consideraba importante. Estaba a ciegas en cuenta a su propósito. Pensé que sólo eran sitios en los que la gente podía socializar y pasar su tiempo de ocio”

—Jorge Heredia, 37; entró a prisión en 1998 

“Me imaginaba la web como un espacio infinito lleno de información sobre todo lo que hay bajo el sol. Me resultaba confuso cómo podías pasar de un pedazo de información a otro y no tenía idea los términos que se usaban para describirla. Los aspectos técnicos sobre la Rad me hacen generar dudas. Me doy cuenta de que todo se está volviendo más rápido y móvil, así que cada tanto me pregunto quién está haciendo todo esto y en dónde se está llevando a cabo”.

—Chrisfino Kenyatta Leal, 44; entró a prisión en 1994

Para leer el texto original, podés hacer click acá

 

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La cárcel del Chaco, entre las más cuestionadas por denuncias de apremios y torturas

Preocupa entre los organismos defensores de los Derechos Humanos la situación de la cárcel de Resistencia. El fiscal federal de Resistencia, Federico Carniel, solicitó que se investigue a 31 penitenciarios de la Unidad penal 7 de esa ciudad, acusados de cometer apremios ilegales contra los presos. Entre los sospechosos, está el jefe del penal.

Los presos vienen denunciando desde hace un tiempo situaciones de malos tratos, amenazas y robo de sus objetos personales. En varias oportunidades, hubo detenidos que tuvieron que ser trasladados a otros penales debido al acoso que sufrían.

Según informa el sitio Fiscales.gob.ar, una de las denuncias al personal de requisa consigna el “robo y destrucción de sus objetos personales, entre ellos, fotos, cartas de sus familiares, [y] sustracción de tarjetas telefónicas”. En otra se señala que les rompen los electrodomésticos, televisores, grabadoras y que les sustrajeron camperas.

Los presos también denuncian que muchas veces son trasladados a los llamados Buzones (celdas de castigo), en donde suelen quedarse varios días incomunicados.

También dicen que hubo amenazas de muerte contra algunos de los detenidos.

El fiscal que solicitó que se investiguen las denuncias considera que el director de la Unidad, prefecto Pedro Amargan, es responsable de una “comisión por omisión” porque “lejos de evitar el resultado, omitió prestar el debido auxilio a aquellas víctimas, como así tampoco realizar la denuncia pertinente ante la conducta de sus subordinados o en el peor de los casos aplicar las sanciones correspondientes”.

Tal como informa el sitio Fiscales.gob.ar, La Unidad 7 del Servicio Penitenciario Federal es uno de los penales que está en el centro de la atención de la Procuraduría contra la Violencia Institucional. Desde su creación en marzo de este año, la Procuvin y los fiscales de la jurisdicción ha impulsado allanamientospedidos de detención de penitenciarios por torturas y una investigación en la que se busca dilucidar si se encargó el crimen de un interno.

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