¿Por qué no hay más Zanettis?

Es la economía, estúpido, explican los economistas Alberto Martin y Guido Sandleris en las páginas de Olé. En resumidas cuentas: la globalización del fútbol elevó el precio de los delanteros en relación a los defensores. Los clubes empezaron a dedicar más recursos a la formación de delanteros, y nadie puso un peso en  la fábrica de Zanettis y Passarellas. Resultado: en nuestra selección conviven Rojo y Messi — el defensor número 1000 del mundo con el delantero número 1.

¿Habrá pasado lo mismo en todo el mundo? Casi por definición, no: nuestros defensores no son muy buenos en comparación con otros. Es decir que hay países con defensores mejor rankeados. ¿Por qué? ¿No ocurrió en todo el mundo el cambio de cotización a favor de los delanteros?

Y acá va mi propia hipótesis. Los buenos delanteros europeos posiblemente hayan sufrido con la globalización. Antes los mejores números 9 de Italia o España jugaban en buenos equipos de sus ligas. Ahora posiblemente no, han sido reemplazados por sudamericanos o africanos. Nótese la asimetría: para un argentino se volvió más redituable que antes ser un jugador ofensivo. Si surgiera un Negro Palma o un Bochini ahora no moriría en el mercado local; ganaría millones en Europa. Allá, en cambio, dada la menor ventaja comparativa de Europa en la producción de jugadores ofensivos, el destino de un buen 9 o 10 es menos apetitoso que lo que era antes.

En resumidas cuentas: cuando se integran dos mercados, se especializan. Sudamérica se especializa en jugadores ofensivos (incluyendo laterales brasileños); Europa quizás reduce su producción total de jugadores (porque importa mucho y no exporta nada) pero, además, la producción que sobrevive se concentra, más que antes, en posiciones en las que no tiene una desventaja (y por lo tanto, tiene una ventaja comparativa) con estas latitudes.

¿Y los Sudaca-Bonds para cuándo?

No seremos Grecia, pero tenemos un riesgo país de 748 puntos. Uruguay tiene 213, Brasil 205, Chile directamente ni aparece porque tiene muy poquita deuda. Los griegos, tanos, gallegos y cía están tratando de convencer a los alemanes para que le den luz verde al proyecto de los Eurobonds: bonos que podrían emitir estos países pero por los que serían responsables de manera solidaria los alemanes, los daneses, los holandeses. Gente seria. Obviamente, el riesgo país de las Grecias, Españas y Portugales bajaría.

Me pregunto: y nosotros, ¿para cuándo? ¿Por qué no podemos emitir bonos brasileños, bonos uruguayos? Porque, la verdad, ¿para qué meternos a nosotros en la bolsa solidaria? Directamente que Uruguay nos preste un bono y nosotros le debemos a Uruguay. Lo mismo a Brasil. La famosa calesita. Incluso, si querés, Uruguay coloca su bono al 5%, nos da los dólares y a cambio le debemos plata, ponele, al 6%.

Boudou dice que no quiere endeudarse con tasas de dos dígitos. Ahí tenés la solución. Mujica no se puede quejar: ya le inauguramos el ferrocarril de Pilar a Tacuarembó.

Exijo un servicio de balsas hacia Bolivia

Técnicamente debe ser posible. Según Googlemaps, el Pilcomayo llega hasta (en realidad arranca cerca de) la ciudad de Sucre. ¿Cómo es posible que el gobierno no sea capaz de proveer un eficiente servicio de balsas que suba el Paraná, sirviendo a las ricas provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Chaco y Formosa y luego remonte el Pilcomayo, conectándonos con la hermana república del Paraguay hasta alcanzar a la injustamente mediterránea Bolivia, nuestra hermana pero más que hermana nuestra madre?

Ah, ya sé: no la usaría nadie.

Y sin embargo, leemos

El proyecto de interconexión ferroviaria comenzará a concretarse para el público el 9 de setiembre con viajes diarios de 837 kilómetros entre la ciudad de Pilar en la provincia de Buenos Aires y Paso de los Toros en el departamento norteño de Tacuarembó, en Uruguay.

¿Alguien conoce a alguien que conozca a alguien que tenga ganas de tomarse un tren desde Pilar hasta Tacuarembó? ¿O, incluso, cuando se extienda, hasta Montevideo via Tacuarembó (indirectísimo, ver mapa con las ubicaciones de los distritos)?

Si salís de Buenos Aires en transporte público, tenés que estar en la parada de colectivo 2 horas antes de que salga el tren de Pilar, ponele, para tener el margen necesario. O podés tomarte el “Tren de la Muerte” entre Retiro y Pilar, cuya frecuencia es de 33 minutos. En ómnibus, en cambio, en la hora dos ya estás viendo –de lejos– las chimeneas de Botnia en tierra uruguaya.

Me resultaría menos deprimente pensar que detrás de esto hay un currete que suponer que hay un Estado planificando.

EX-POST: me equivoqué, se viene el progreso. Leemos en El Diario de Pilar:

Debido a que los trenes desarrollarán velocidades promedio de entre 40 y 50 kilómetros por hora, se calcula que los tiempos de viaje serán de 11 horas hasta Paso de los Toros y 14 horas hasta Montevideo.

La verdad, no entiendo la cuenta: hay 817 kilómetros hasta Paso de los Toros. A 50 kilómetros por hora son 16 horas. En este tiempo metés 3 Shanghai-Beijing.

Ínflala de nuevo Ben: reacciones

Comento algunas reacciones twitteras al post en el que sugiero que la Reserva Federal debería establecer un piso al valor de los activos (como ejemplo puse la tierra, pero se extiende a cualquier otro activo, y mi propuesta concreta es un piso al nivel de precios de las acciones):

1. “Generaría inflación”. Bienvenida: como síntoma y como causa de cosas buenas. Como síntoma: para que haya inflación tiene que haber una recuperación económica; si no hay recuperación económica, los salarios no van a subir. Si los salarios no suben, la inflación que importa –la “core inflation”– no sube. Como causa: si se espera una inflación más alta, es un buen motivo para gastar. Tasa de interés de 0% con inflación de 1% puede no darte ganas de gastar. Pero tasa de interés de 0% con inflación de 5%, sí. No sólo te regalan la plata: tenés que devolver, en términos reales, bastante menos de lo que te prestaron. Por supesto, nadie quiere una hiperinflación, pero ahí dejamos la cuestión de principio y pasamos a la de los quántums. Sí, habría que poner un piso, pero habría que ver qué tan alto; y claro que si aumentara la inflación núcleo habría que hacer algo al respecto.

2. “Ya se trataría de una política fiscal, no una política monetaria”. No. Comprar acciones no es “gasto público”: es un cambio de unos papelitos por otros papelitos, es decir, política monetaria. Se podría decir: pero estás pagando por esos papelitos más de lo que valen. No: en cada momento –si el razonamiento está bien– el valor de mercado de los papelitos que comprás es el precio que pagás. “Pero es un precio falso, insostenible”. No: como tratamos de sugerir, el compromiso de un piso puede ser un compromiso creíble: hoy hay un piso de 12,000 para el Dow Jones, mañana también. De hecho, lo que creemos es que nadie le venderá acciones a la Fed al nivel igual al del piso, porque –si es creíble– es imposible que bajen de 12,000, pero es posible que suban. De modo que quedándote las acciones es imposible que pierdas; vendiéndolas, es posible que dejes de ganar.

3. “¿Cuál es la diferencia con el ‘Quantitative Easing’ (la compra de bonos de largo plazo con dinero fresco), si esa compra de bonos lo que hace es ponerle un piso al precio de los bonos?”. Creo que las diferencias son dos, y muy relevantes:

3.1. Viabilidad: el bono, por ejemplo el de largo plazo, es un papelito que dice: “dentro de 10 años te doy 100 dólares”. Del precio al que esté el bono hoy en el mercado resultará una tasa de interés. Por ejemplo: si vale 80, “el rendimiento del bono” suponiendo que no paga interés es (100/80)^(1/10)=2,2% anual. Un corolario de esto es que el precio del bono hoy tiene, en principio, una cota máxima en 100: nunca podrá valer más de 100, porque eso implicaría que alguien se deshace de 101 pesos para tener 100 pesos de aquí a 10 años, una tontería. Más aún: la cota máxima seguramente es menos de 100, y esto creo que lo dice Keynes en la Teoría General. Para que fuera 100 hoy, tengo que estar seguro de que en ningún momento va a ser menos de 100. Si hay un riesgo de que sea menos de 100, entonces tiene que valer menos que un billete de 100, cuyo valor es segurísimo.

¿Puede ser que el bono esté a menos de 100 en algún momento futuro? Dependerá de nuestras expectativas sobre la tasa de interés a corto plazo *del futuro*. Si creemos que en existe la posibilidad de que en algún momento de acá a diez años la economía se recupere, entonces existe la posibilidad de que en algún momento de aquí a diez años la tasa de interés sea positiva. Por lo tanto, existe la posibilidad de que el bono baje de 100. Por lo tanto, hoy debe valer menos de 100. En otras palabras: es imposible bajar las tasas largas todo lo que quieras, por más bonos que compres. Podés decir: “mantendré las tasas largas mucho tiempo”, pero todos saben que si la economía se recupera, las tasas subirán, digas lo que digas hoy. Puesto de otro modo: es imposible aumentar el precio del bono tanto como quieras. Hay una cota máxima y seguramente ese techo implica algún nivel de tasa de interés positiva en el bono de largo plazo. Claro que si decís: “compro todos los bonos largos que me den a $100” el precio va a ser 100 — pero todos, sin excpeción, te lo van a vender. ¿Cómo no venderte a $100 algo que nunca podrá valer más de $100 pero sí podrá valer 99 o 98 o menos?

Con otros activos no pasa lo mismo. La clave es que el precio futuro del bono está prefijado en 100, en cambio el precio futuro de otros activos puede ser cualquiera. Podés comprometerte hoy con un piso en el precio de otros activos tan alto como quieras, siempre que el público crea que a futuro mantendrás ese compromiso. Y no es que por comprometerte a comprar a un precio alto te venderán todos, si es que te creen que en el futuro mantendrás ese compromiso. Y (como está explicado en el post original) es un compromiso creíble.

3.2. Efectos. El principal efecto que se busca cuando se intenta bajar la tasa del bono es traer demanda del futuro hacia el presente bajando la tasa de interés. Claro que los cambios en la tasa de interés tienen un efecto en el precio de los activos, y ese también puede ser un impacto adicional. Inflar el precio de los activos, en cambio, busca un efecto riqueza de manera directa y sin pasar por la tasa de interés: dadas mis expectativas sobre los precios de las cosas de aquí al futuro, querré consumir más hoy, más mañana y más pasado, porque tengo más dólares. Por lo explicado en 3.1, interviniendo en el mercado de bonos hay un límite a cuánto pueden subir los activos, porque hay un límite a la tasa de interés (algo parecido, aunque algo superior, a cero); en el mercado de activos, no hay límites. El efecto debería ser una reactivación hoy y –posiblemente– un aumento de los precios esperados para mañana, lo cual también contribuiría a la reactivación de hoy, por lo explicado en el punto 1.

 

Ínflala de nuevo Ben: extensión para nerds

Sólo para economistas, creo.

Dos períodos. Hay trigo, tierra, dinero y bonos.

El bono paga 0%. En otras palabras: no hay bonos, porque los bonos se han convertido en dinero: un papelito que no paga interés.

Entonces: sólo hay trigo, tierra y dinero. La Fed no puede comprar trigo. Ocupa mucho lugar. Pero sí puede comprar títulos de propiedad sobre la tierra.

Se espera inflación 2%, y eso es imposible de cambiar porque la gente nunca creería que la Fed va a ser tan irresponsable de generar una inflación de 3% (el argumento de Krugman de la trampa de la liquidez). Tasa real -2%, pero así y todo la producción es inferior a la potencial. Hay desempleo. El trigo no se vende y los peones están sin trabajo.

¿Puede la política monetaria afectar la economía?

La tierra vale $100 y, como la tasa es 0%, se espera para mañana un precio de $100 (el causa efecto puede ser al revés, depende cómo lo mires). La gente -los dueños de la tierra- se siente pobre, antes creía que su tierra valía $140, pero no, vale $100.

Ínflala de nuevo, Ben. Bernanke dice: “me comprometo a comprar la tierra, a quien me la quiera vender, a $140, hoy o mañana, a pesar de que hoy vale solamente 100”.

¿No hay un efecto sobre el precio de la tierra hoy? ¿No hay más guita para comprar la producción de hoy? ¿Tendría que comprar Bernanke tierra, o alcanza con el anuncio? Si le creen que mañana va a estar a $140, ¿no debería haber la misma voluntad para comprar o vender tierras que antes? ¿No basta con el anuncio para levantar el nivel de demanda?

Ínflala de nuevo, Ben

Me tomé el trabajo de escribir algo en inglés, ya que contiene nada menos que la solución a los problemas económicos del mundo, pero lo mandé aquí y recibí esto por toda respuesta:

Thanks for this, but we are normally looking for more research based columns. Maybe try RGE Monitor? Best, XX.

La idea es sencilla: que la Reserva Federal norteamericana establezca un un piso mínimo en el nivel de precios de las acciones, comprometiéndose a comprar de manera ilimitada a cierto nivel la canasta de acciones del Dow Jones o –mejor– otro índice más amplio.

Aprovecho para agregar un argumento. La revaluación del oro en Estados Unidos en los 1930s fue considerda clave para la recuperación. La manera habitual de pensarlo es: sube el oro, se importa inflación, se acaba la deflación, y todas las cosas buenas que trae el fin de la deflación. A propósito de mi artículo, pienso si no hubo también algo de “efecto riqueza”: medida en dólares, la riqueza de los tenedores de oro aumentó. Y el oro en ese entonces era una proporción mucho mayor de los activos mundiales que lo que es ahora. Quizás fue un efecto relevante.

Comentarios de sustancia bienvenidos, de redacción mal venidos. Ahí va:

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¿Sorprende que Gmail le haya ganado a Hotmail?

Estos muñecos están rayados. No entré por un tiempo y me bloquearon la cuenta. Ahora les agarra esta paranoia por la seguridad informática que me hace imposible entrar. Me preguntaron por qué me odiaba una maestra de 4to. grado, contesté que era por dibujar mapas (evidentemente, una pregunta secreta que en algún momento me obligaron a elaborar) y no, no les resulta suficiente.

Desafortunadamente, no hemos podido verificar que eres el dueño de la cuenta Windows Live utilizando la información que nos has brindado en relación a la cuenta lllach@hotmail.com. El pedido actual de restablecimiento 20380536 ha sido cerrado.

La cuenta Windows Live lllach@hotmail.com ha sido bloqueada debido a cierta actividad dudosa. Esto evitará cualquier uso futuro de la cuenta hasta que el dueño de la misma realice el proceso de recuperación de cuenta satisfactoriamente.

Te recomendamos reconsiderar la información ingresada originalmente, así como cualquier información adicional al crear un nuevo pedido de restablecimiento de cuenta de Windows Live.

A fin de mantener el compromiso de Microsoft de proteger la privacidad en línea, Windows Live ID se toma muy en serio la seguridad de cuenta. Pasar el proceso de recuperación de cuenta de Windows Live puede ser difícil ya que nuestro personal de soporte sigue pasos estrictos antes de autorizar el restablecimiento de contraseña.

​Aquí puedes encontrar algunas recomendaciones a fin de que puedas brindar información adecuada cuando crees un pedido de restablecimiento de cuenta:

  • Responde a todas las preguntas que puedas.
  • Responde a las preguntas utilizando la información que utilizaste al crear tu cuenta o la que hayas ingresado en la última actualización de tu cuenta.
  • Para preguntas con múltiples respuestas, como asuntos de correos electrónicos y contactos, brinda la mayor cantidad de respuestas que puedas.
  • Si posees dificultades para recordar asuntos de mensajes de correo, intenta conseguir información de tus amigos, familiares o contactos de trabajo para verificarla.
  • Realiza el pedido de restablecimiento de cuenta de Windows Live desde la computadora que frecuentemente utilizas para los servicios de Windows Live.

¿Por qué sube el oro?

¿Por qué sube el oro? ¿Qué nos dice de la situación económica mundial?

Analicemos el mercado de oro suponiendo lo siguiente: los inversores tienen X dólares y deben repartirlos entre: acciones, dólares en efectivo, oro y bonos del tesoro. Veamos cómo distintas noticias podrían tener un impacto sobre la voluntad de los inversores de tener estos activos.

Hipótesis 1: se espera un aumento de la inflación en Estados Unidos. Si todo va a aumentar (más de lo que esperábamos), también aumentará el oro. En otras palabras: sube el precio esperado del oro y por lo tanto lo compramos más. Como hay más demanda, y la oferta está fija, el precio sube. Algo similar a lo que ocurriría con el dólar si Boudou dijera: “de aquí un año nos gustaría un dólar de 5 pesos”.

No le creo a esta hipótesis. La inflación esperada, medida por la diferencia de retorno entre un bono nominal (uno que, digamos, paga 3% al año de interés) y otro ajustado por inflación (que paga, no sé, 1% más  la inflación) no ha aumentado, sino que más bien se ha achicado. Como si ahora el indexado pagara 2% más la inflación, lo cual indica que se redujo la inflación esperada, porque no puede ser que creamos que un bono es mejor negocio que otro.

Hipótesis 2, entonces: lo que está cambiando es la voluntad de arriesgarse. Si todos nos volvemos más conservadores, bajaremos nuestra “exposición” a activos riesgosos, y la bajaremos más cuanto más riesgoso sea el activo. El activo menos riesgoso (el de valor menos cambiante) es el dinero: sí, su poder de compra puede variar por la inflación, pero eso vale también para otros activos. Claro que tiene una rentabilidad menor que un bono, y por eso no vas a tener la mayor parte de tu riqueza en efectivo. Pero si te has vuelto muy conservador, el activo que más demanda gana es el efectivo, luego los bonos, luego las acciones. ¿Y el oro? Cambia bastante de precio. Quizás esté entre los bonos y las acciones en el ranking de riesgo. El oro no debería ser un activo particularmente favorecido si lo que ocurrió es un aumento del riesgo.

Hipótesis 3: No es que estén cambiando nuestras ganas de arriesgar.

Lo que ha cambiado es nuestra percepción sobre qué tan arriesgadas son diferentes inversiones. Nos hemos dado cuenta (o nos hemos creído) que las acciones son más riesgosas de lo que antes pensábamos que eran. Algo más riesgoso será algo que valga menos. ¿Debería subir el oro? No necesariamente, porque no mejoró el oro como inversión en comparación con los bonos del tesoro o el cash. Las acciones deberían perder valor contra todos ellos, pero no necesariamente tendría que haberse vuelto más atractivo el oro frente a los dólares; esto es, no debería haber subido su precio.

Hipótesis 4: El precio del oro podría entenderse así:

P2011 = P2031 / (1+i)^20.

Si no dejaste de leer, lo explico. P2011 es el precio del oro hoy, y P2031 el precio que se espera para el oro de aquí a 20 años, aka “en el largo plazo”. Lo que dice la ecuación es que el precio del oro hoy tiene que ser similar al precio que se espera para el largo plazo descontado por “i”, la tasa de interés. El “descontado” quiere decir algo como lo siguiente. Si compro 100 dólares en bono, me va a pagar 5% anual, o sea que al final del período tendré 100*(1,05)*(1,05)…. así 20 veces. Obviamente le voy a exigir al oro que tenga, como mínimo, un rendimiento similiar (y probablemente uno mayor, porque es más volátil que los bonos y querría una compensación por ese vértigo). Entonces tiene que ser que P2011*(1,05)*(1,05)… así 20 veces es igual a P2011. Dando vuelta un poco los factores, se llega a la ecuación de arriba.

¿De qué depende, según esta hipótesis, el precio del oro? Un factor muy relevante es la tasa de interés. Y fíjense lo relevante que puede ser. Si se espera (por decir algo) un valor del oro de 2500 dólares la onza en 2031, con una tasa de interés de 5% el valor descontado es US$942; con una tasa de 2,5%, en cambio, el valor descontado es de US$ 1525. Y, en los últimos años (desde la pre-crisis hasta aquí) la tasa larga ha bajado casi tanto como de 5% a 2,5%. ¿Cuándo baja esa tasa? Baja cuando hay malas noticias sobre la economía, porque eso lleva al mercado a pensar que la autoridad monetaria dejará las tasas bajas por más tiempo; y las tasas largas no son otra cosa que la combinación de muchas tasas cortas. Pasando en limpio: manteniendo otros factores constantes, una mala noticia de la economía, que reduzca las tasas de interés de largo plazo, debería aumentar el precio del oro.

Ahora bien: en 2008 también hubo malas noticias sobre la economía y sin embargo el oro no subió. Es más, un poco cayó. Es que está también el factor P2030 ahí metido. ¿De qué depende el valor del oro “en el largo plazo”? Podemos pensar, como primera aproximación, que los eventos de hoy no cambian el precio relativo entre el oro y “las cosas” en el largo plazo. Si así fuera, los cambios en P2030 tendrán que ver, más que nada, con variaciones en la inflación esperada. Cuanto más altos sean los precios que se esperan para el futuro, más alto será también el precio del oro que se espera.

Con este combo de “i” y P2030 puede explicarse bastante de lo que ocurrió de 2006 hasta acá.

(1) Entre 2006 y 2008, boom mundial, demanda de China, perspectivas de gran crecimiento y presiones inflacionarias: suben los precios esperados y por lo tanto empieza a escalar el precio del oro.

(2) Crisis de 2008-2009: temores de deflación, o cuanto menos de una desaceleración inflacionaria. Al mismo tiempo, reducciones en la tasa de interés para combatir la recesión. El primer factor pesa más que el segundo, y el precio del oro baja.

(3) Estabilización 2010: nos damos cuenta que vamos a seguir viviendo y que no va a haber deflación. Las tasas siguen más bajas que antes de la recesión, pero la inflación esperada es similar, de modo que el precio del oro tiene que ser más alto.

(4) Empeoramiento de las perspectivas y nuevas bajas de la tasa de interés, sin que se reduzca mucho la inflación esperada. La baja en la tasa lleva a un aumento del precio del oro.

OK, con dos variables es bastante fácil explicar lo que pasa con una tercera. La gracia sería medirlo con econometría. ¿Algún voluntario?

De todos modos, podemos aproximarnos a la pregunta: ¿puede seguir subiendo el oro? A mí me parece dífícil, porque me parece que tiene poco margen para bajar la tasa de interés de largo plazo y poco margen para subir la inflación esperada, que no es baja.

No hay un festival consumista

Es todo al revés de lo que pensamos: lo bueno es lo malo, lo malo bueno. Es muy largo el malentendido:

Pensamiento corriente: “Menem era la derecha. Todo para las empresas, salarios bajos. Eso era malo para la distribución del ingreso y además esa cosa de ajustar sobre el pueblo terminó en crisis. Después vino Kirchner. Empezó a aumentar el consumo, en parte por la mejor distribución del ingreso. Hubo, y hay, un boom de consumo. Es peligroso ese consumismo: se consume más pero se invierte menos”.

La única verdad, la realidad: “Con Menem el consumo era mayor como % del PBI. Es que la distribución del ingreso entre trabajadores y empresarios/rentistas/terratenientes era mejor. Pero había un problema con ese nivel de salarios: representaban un problema para las empresas, que eran por lo tanto menos competitivas. Esa falta de competitividad acabó en la crisis. Después vino El Modelo de la devaluación. Se recortaron de un gran tijeretazo los salarios reales. En comparación con la productividad, los salarios fueron siempre mucho más bajos que en los 90s. Esto fue bueno para la macroeconomía: las empresas fueron más competitivas, la economía creció y por lo tanto pudieron recuperarse los salarios reales, aunque siempre con una distribución del ingreso peor. Además, como los asalariados consumen más que los no asalariados, el aumento en el pedazo de la torta para los ricos representó un aumento en la tasa de ahorro. La propoción de consumo bajó. Y ese mayor ahorro permitió que la tasa de inversión fuera más alta, lo que también favoreció el crecimiento”.

Van dos gráficos, uno de nuestra cosecha sobre distribución del ingreso, originalmente publicado aquí:

y otro que acaba de publicar Luciano Cohan en Economista Serial Crónico:

 


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