Las 700 fotos del matrimonio igualitario en un solo libro

Javier Fuentes tiene 43 años. Estuvo casado durante mucho tiempo con una mujer, con quien tiene un hijo adolescente. Hasta pasados los 30, Javier trabajó como analista de sistemas. Cuando hace diez años salió del clóset se sintió como perdido, sin poder expresar lo que le pasaba. No sabía que lo que le faltaba era la fotografía. “La foto llegó tarde a mi vida. Hoy que la tengo sé que es lo que me faltó durante años”, dice Javier a Boquitas pintadas, en vísperas de la presentación de Rostros de un triunfo, un libro que muestra 700 imágenes, de las casi mil que sacaron con su pareja, Nicolás Fernández, en el proceso de discusión de la ley de matrimonio igualitario.

Una de las postales de Rostros de un triunfo; foto: Fuentes2Fernández

– ¿Cómo surge la idea de un libro de fotos?

– Nunca lo pensamos como un libro. Con Nicolás, mi actual pareja, nos conocimos hace cuatro años. Cuando estaba en vísperas de aprobarse la ley de matrimonio igualitario y, como somos los dos fotógrafos, decidimos emprender un proyecto en común: empezamos a participar, cámara en mano, de los debates en comisiones del Congreso de la Nación. Nos fuimos involucrando desde el deseo de intentar modificar en algo la percepción de mucha gente acerca de nuestro mundo. Entramos con la cámara a fotografiar esos momentos decisivos.

– ¿Cuál es la imagen que sentís que tiene mucha gente?

– Los medios, en general, se ocupaban de nosotros solamente en la marcha del orgullo y mostraban esas imágenes como si fuera lo único que existe en nuestro mundo. Además, lo tomaban como una nota de color, se explotaba sólo el lado frívolo, el cuerpo desnudo, el escándalo. Muchas veces fue un mensaje en contra porque no se entendía que el cuerpo desnudo intentaba reclamar algo; se quedaban sólo con esa imagen de nosotros. Mostrar lo cotidiano, nuestras otras formas de lucha, eso intentábamos con nuestras fotos. Entonces, fuimos a todas las manifestaciones, a la marcha de los dos congresos, estuvimos cuando se aprobó la media sanción en Diputados, en la plaza cuando el Senado aprobó la ley, también en la promulgación en Casa Rosada.

Javier Fuentes registra la media sanción en Senadores; el fotógrafo que lo retrató es su pareja, Nicolás Fernández: Foto: Fuentes2Fernández

– ¿Cuántas imágenes obtuvieron?

– El libro Rostros de un triunfo tiene más de 144 páginas de fotos, son más de 700 imágenes las que quedaron seleccionadas. Pero en total habremos sacado entre 8000 y 9000 fotos.

– ¿Cómo seleccionaron las que iban a integrar el libro?

– Con el auge de las redes sociales el material que íbamos subiendo empezó a explotar. La gente del interior se sintió incluida. Cientos de comentarios, de Me gusta, en Facebook, de replicaciones. Se le dio una gran visibilidad. Ahí surgieron muchas de las que más gustaban, las más emotivas, las más representativas.

– ¿De dónde surgieron los fondos para la edición?

– Golpeamos varias puertas. Las editoriales no querían hacerse cargo. El proyecto estuvo como un año y medio dormido, hasta que apareció Panel de ideas, una plataforma de financiamiento colectivo para poryectos artísticos y culturales que fue una herramienta muy interesante para nuestra publicación. Empezamos a difundir, a compartir en las redes sociales y fueron apareciendo interesados en colaborar con la compra anticipada del libro. Se consiguieron fondos para imprimir mil. Tienen el sello del proyecto que tenemos con Nicolás: Fuentes2Fernández Fotografías.

Rostros de un Triunfo fue declarado de interés para la “promoción y defensa de los derechos humanos” por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La presentación del libro, que se llevará a cabo en el Salón Azul del Senado de la Nación, será el 16 de este mes a las 17.30. Están todos invitados.

Norma y Cachita, retratadas en una manifestación por los derechos de todxs, también están en el libro; Foto: Fuentes2Fernández


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Dos e-books para leer De parado

El escritor Facundo Soto, en este texto para Boquitas pintadas, cuenta por qué decidió formar parte de De parado, la única editorial argentina que publica textos con un perfil porno gay. Soto ya tiene dos libros de cuentos editados allí: “El hombre de acero” y “Cómo se saludan los surfers”, ambos publicados el año pasado. “Ví que podía tener un lugar para lo que otros editores rechazaban”, dice Soto. Y recuerda las respuestas más comunes que oía en el mercado editorial: “sacále lo relativo al sexo”, “no seas tan explícito”, “buscá por el lado erótico”.

Para él eso era censura. Ahora sus cuentos están publicados tal como él los imaginó. En este post, un detalle de estos cuentos,  según la mirada del propio autor.

¿Por qué lo porno no es intelectual y lo erótico sí?

por Facundo Soto

Cuando me llamó Mariano (Blatt) porque me quería contar su proyecto (que me involucraba), me sorprendió la idea cuando me dijo, sin cremita, que iba a crear una editorial de e.book con un perfil porno gay. ¡Lo que yo estaba escribiendo! Me entusiasmé enseguida, porque vi que ahí podía tener un lugar para lo que otros editores rechazaban.Me acuerdo de uno que se interesaba por mis textos, pero siempre y cuando sacara todo lo que era relativo al sexo, decía que eran muy explícitos. Yo ahí, en su censura, veía su prejuicio.

A mi me pareció genial trabajar, como diría mi amigo Enrique Medina, con los deshechos del lenguaje. Con lo que otros desprecian nosotros hacemos algo (nuevo) y le damos un valor ¿artístico?. Sí, podría ser. Había gente que me decía que tenía que trabajar lo erótico, que era mejor que lo explícito. ¿Por qué? preguntaba yo. Porque es más sugerente y lo erótico es literatura, lo otro no, me decían. Yo me ponía de muy mal humor por ese tipo de apreciaciones, pero me sirvió para crecer, también.

Me acuerdo de una charla que di en la Feria del libro de Neuquén. Decía allí que como escritor lo que más me gusta es mostrar lo que la gente hace y no muestra, lo que otros escritores no suelen contar. Si narran un día de una persona común, hacen una elipsis del momento en que van al baño o cuando se acuestan con alguien. ¿Por qué? ¿Por qué no lo consideran relevante? ¿Por qué lo dejan para la intimidad?  A mí, justamente, lo que me interesa contar es esa intimidad, lo que no se cuenta, lo prohibido.

Me parece súper interesante mirar a un chabón en el subte, de corbata, con su I Phono conectado a su trabajo antes de que empiece su jornada, etc. y que esa misma persona “en su intimidad” sea un animal sexual, desenfrenado, que no le tenga miedo ni asco a nada, etc. Conocí mucha gente así y todos en alguna medida tenemos esa especie de doble vida, o de roles distintos que ocupamos en distintos momentos y en distintos lugares. Bueno, ¿por qué no narrar y mostrar a la persona con esas dos formas de ser que tiene?, ¿por qué censurar una?, ¿por qué lo porno no es intelectual y lo erótico sí?

Eso es un pensamiento retrógrado, es no pensar, es repetir un slogan de los ’70, cuando se creía que lo estilísticamente barroco y ampuloso era intelectual. Yo me formé leyendo a Bukowski y Carver. ¿Cómo escribir de una manera barroca-erótica después de leer a esos monstruos de la literatura contemporánea? Mostrar el negativo de la foto es lo interesante. Además, me divierto haciéndolo.

Foto: archivo La Nacion

Ayer me encontré con un amigo de fútbol en el subte y me contaba que conoció a un tipo re lindo en la calle: alto, de ojos claros, bien vestido (bueno, por lo menos a él le parecía lindo como estaba vestido). Tenía la alianza de casamiento y, cuando se dio cuenta de que mi amigo se la miraba (la alianza), le dijo que tenía un hijo de un año; pero que él hacía “eso” por joda. La cosa quedó ahí. Después le empezó a mandar mails súper calientes, en los que lo trataba a mi amigo como una putita. La sorpresa fue cuando se vieron: primero, la cita del casado fue en un baño público donde “supuestamente” era re tranqui. Y después, la actitud del casado: el súper macho-viril se bajaba los pantalones y se comportaba como una loca. ¿Por qué no contar eso? ¿Por qué convertir una escena salvaje en algo pretensioso, aburrido, con ínfulas de intelectualidad? Eso es inseguridad. La vida es más simple, man.

Con este imput escribí un cuento porno que seguramente salga en mi próximo libro y que seguro va a provocar al lector una sensación fuerte, tan fuerte que puede sacar esa parte animal que hay en él y que vuelva a ser Mr. Hyde. Pero, claro, no todos están preparados para jugar y dejarse llevar. Al fin y al cabo, ¿Qué nos llevamos de la vida si no es el placer? ¡Aguante el placer!

Los libros, cuento por cuento

“El hombre de acero”: Tiene dos cuentos y te los podes bajar gratis en De Parado Editorial

Ano virginal: Es la historia de un chico, Parásito, que conoce a otro por Facebook. Primero se relacionan vía web-cam. Después, en el encuentro real, Ramiro le cuenta que es virgen y la historia se desarrolla tratando de hacer que Ramiro pierda la virginidad; pero el cuento depara una sorpresa. Tiene un toque pop “Parásito apoyó la cabeza en la pierna del chico y se relajó mirando el techo. Estaba lleno de estrellas de plástico que brillaban cuando la luz del día no era muy intensa”. Además de sexo explícito tiene mucha poesía.

 

El hombre de acero: Tiene una estructura que trasciende el relato porno, está pensado con una estructura arquitectónica como si fuese un edificio; es el más largo de todos, tiene nueve páginas… Me parece interesante la relación de la pareja que viven juntos, que ya no son pareja, sino ex (esto suele ser común en el ambiente gay, que no pasa en el hétero), y que miran una lucha en la tele, una lucha sumamente caliente.  La cuestión escópica está en primer plano, cuando no miran la tele, miran por la ventana y especulan con lo que está pasando en el departamento de enfrente: otra pareja de hombres que se están mudando, pero falta uno. “En la tele el de short negro agarraba por la espalda al de rojo. Lo agarraba por atrás, como si sus brazos fuesen tenazas, como si quisiera que no se le escapase nunca.

“Mirá como le pasa la mano por la cintura… Ahí hay deseo…- le dijo Rodrigo a Alan pajeándose con los dedos índice y pulgar, despacito”. El lenguaje es coloquial y tiene sus detalles, a la manera de Chéjov, pero bueno, en menor escala, por supuesto. “Agarró la cerveza y la puso en el cenicero. El cenicero era profundo y tenía forma de cisne, estaba lleno de cerveza”. “Alan se levantó y fue hasta la cocina. Sacó una cerveza de la heladera. Se la dio a Rodrigo para que la destapara con los dientes.

–          Te voy a confesar una cosa… Yo tiré el destapador por el balcón, porque me calienta verte abrir la birra con los dientes. No sé, creo que es lo más viril que tenes.

–          ¿Lo más viril que tengo? ¿Qué querés decir, gato? ¿Qué soy una loca?

–          No, man. No. Es que me gusta la mirada que pones cuando te concentrás para sacarle la tapa. Me gusta tu diente partido. Me gusta como agarras la birra”.

Por momentos se vuelve muy caliente y divertido a la vez. Me reí mucho mientras lo escribía…

 

El otro libro es “Cómo se saludan los surfers”

Gimnasio: Es el más porno de todos. Los que leyeron el libro, todos coinciden en que es el más porno y que logró su efecto… La historia es mínima, pero de alto voltaje.

Glory hole: Es casi un cuento policial donde lo que se buscan no son precisamente muertes… A Mariano le gustó mucho, dice que tiene un alto valor literario y que habría que enseñar literatura en los colegios con ese cuento, sobre todo por el comienzo; obviamente exagera, Marian es mi amigo. Lo único que les puedo adelantar es que se trata de un chico que perdió a su novio. Se entera que trabaja en un Glory hole y trata de buscarlo y recuperarlo yendo a un Glory hole donde le dijeron que posiblemente esté trabajando. Pueden imaginarse lo que pasa… Ah, y si no saben qué es un Glory hole no hace falta buscarlo en Wikipedia, en el cuento queda claro qué es.

El árbol que plantamos en el patio: Comienza así: Me bajé una parada antes y empecé a caminar por la vereda donde los árboles daban sombra. Pasé por una casa antigua, que estaba casi escondida entre tantas plantas. En la puerta había un chico con la camiseta de Boca, zapatillas Nike onda tractor. Los ojos eran color flan y  en la cara tenía algunos granos. Empecé a caminar más lento para mirarlo como si lo estuviera filmando. Me llamó la atención las uñas, se las comía. Era alto.  Estaba sentado, con las piernas abiertas y se le escapaba un huevo por el costado del pantaloncito de fútbol. Lo miré. Me miró”. Trata sobre un asalto, cuando entras a tu casa y te encontras a alguien ahí, adentro. Es el cuento que más me gusta de todo el libro, por el clima, el lenguaje callejero y la forma “creativa” de resolver el problema.

Boleadoras: Es un texto barroco donde cuento la historia que me contó un indio al que veía todos los días, cuando salía del subte. El indio vendía quesos y longanizas de campo. Me envió un video con su historia. Tiene un clima muy César Aira, por lo que me dijeron, y transcurre en la época en que los españoles desembarcaron en América. Eran todos hombres y ninguna mujer. Los indios les ofrecieron todo a los de piel blanca… Pero los invasores tenían fiebre anal. Se ponían en cuatro patas y les chupaban hasta los pies (a los indios) como enloquecidos. Y cuando se fueron les dejaron algo a cambio.

Paki: Tiene un mensaje up, te invita a salir, ir a bailar y conocer gente. Pero no todo lo que brilla es oro. ¿Cómo decía mi abuelita? Las apariencias engañan… Tiene mucho humor y poesía; sin descuidar la historia. “Fui al patio y me colgué mirando las plantas con una linterna: la enredadera cubría la pared, la menta se había reproducido como yuyo, el limonero estaba repleto de frutos amarillos que parecían bolas de navidad. Encontré un caracol subiendo por una maceta. Lo agarré con los dedos, lo sostuve en el aire y le hablé”. Quizás, junto a “Gimnasio”, es el más explícito de todos: “El chico le dijo que se quería casar con él, y sin que Agustín le dijera nada, se agachó y abrió la boca”.

 

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“Profesor, ¿la homosexualidad es un trauma?”

“Profesor, ¿la homosexualidad es un trauma”, pregunta un adolescente en una clase de Biología. Luego, mira a su compañero de banco. Atrás se escuchan risas. El docente no responde y pide silencio en el curso. Pretende seguir con su clase como si nada.

El licenciado en psicología Diego Samara trae este ejemplo para referirse a lo que considera una escena con señales de acoso escolar o bullying avalada por un profesor. “Este sería el punto de partida para que el alumno, expuesto implícitamente en la mirada, continúe siendo humillado en otros momentos”, alerta el especialista. El enfoque de este escrito que comparte con Boquitas pintadas, permite reflexionar acerca de la responsabilidad de los docentes que, muchas veces, no ven, no oyen, no responden. Ese también es un modo de avalar la violencia en el aula.

 

Repensar el acoso escolar revisando la práctica docente

Por Lic. Diego Samara

Distintos son los paradigmas, modos de pensar y ver el mundo que se trasladan en el ámbito educativo. Se entrecruzan modelos clásicos, rígidos, donde el docente es sólo el que enseña y el alumno, pasivo éste, sólo incorpora contenidos teóricos fuera del contexto y de la realidad social en que se vive; otros modelos, sin embargo, más superadores, llamados de la nueva escuela, sostienen una visión menos autoritaria,  basándose en la reflexión, el intercambio, con el propósito de transformar  la sociedad. Según los modelos de enseñanza que una institución tenga, se determinará la práctica escolar, que será más o menos facilitadora del acoso escolar.

A nivel curricular hay tres aspectos de contenidos a enseñar: los conceptuales teóricos; los procedimentales, que tienen que ver con el saber hacer, o sea la práctica, y el saber actitudinal, que refiere a los valores, abarcando el saber ser.

En este punto me quiero detener porque el acoso escolar, la discriminación, el hostigamiento, la violencia dentro de las aulas implican los saberes actitudinales, justamente cuando éstos fallan o brillan por su ausencia.

Pink Floyd / Another brick in the wall / Sub. español

Un caso de un docente de Biología, como muchos, va a enseñar su asignatura, los saberes teóricos. Corre el año 2012 (las ley de matrimonio igualitario y de identidad de género están  sancionadas). Los alumnos son adolescentes, por ende tienen mayor inquietud en la sexualidad; surge una pregunta de un alumno: “Profesor, ¿la homosexualidad es un trauma?” (Mira a su compañero de al lado, mientras se escuchan risas). El docente se evade del tema y reclama silencio; pretende continuar con su tema previsto. En esta escena ya hay señales de bullying: el profesor se evade de lo sucedido, este sería el punto de partida para que el alumno, expuesto implícitamente en la mirada, continúe siendo humillado en otros momentos.

Volviendo a los saberes actitudinales: como parte del currículum aluden a las actividades planificadas y no planificadas de una clase. Estos saberes expresan, también, lo que una sociedad selecciona, clasifica como valores, reflejando la distribución de poder y control social. Es así que la escuela es un reflejo de la sociedad, lo que ésta piensa que debe ser aprendido.

Si una sociedad es heteronormativa, en la escuela se tendrá una concepción de orientación  heterosexual como normal y obligatoria; eso formará  parte del currículum oculto, lo latente, lo que se devela en el aula. Por ejemplo: homosexualidad = trauma = risas. Vemos, en este caso, un modelo clásico de la educación que reproduce la exclusión social, incluyendo sólo a los que están dentro de esa norma ideológica institucional, social.

El rol del docente

Desde la práctica docente, si la didáctica está definida como una disciplina de la enseñanza comprometida con las prácticas sociales, no se puede ser neutral con respecto a los valores, el contexto y la problemática social en que esos alumnos están insertos. La educación no puede quedar ajena a la situación real en que se vive, ante una burla o una pregunta que de por sí es discriminatoria, ya sea por ignorancia o no.

Foto: archivo LA NACION

En el ámbito escolar, se hace necesario promover un espacio de reflexión y debate. Los alumnos, como sujetos activos, son partícipes, siendo también sus propios “enseñantes”; de esta manera, se interesan, se involucran. Si hay prejuicios, que se hagan manifiestos, que se cuestionen; en este sentido, se pueden poner en evidencia sus saberes previos a la experiencia escolar para que los relacionen con sus historias personales, para que se impliquen. De esta forma, los saberes previos  se resignifican con el nuevo contexto y adquieren sentido como un anclaje a lo nuevo.

No siempre el docente está preparado para responder a lo inmediato, lo debe plantear en la sala de profesores. La reflexión crítica en contexto abarca el intercambio entre alumnos, alumnos-docente, entre docentes, trabajando en equipo, apuntando a desterrar las certezas homofóbicas, las de heteronormalidad. La reedición de los discursos en la narrativa y la reflexión basada en el intercambio son herramientas fundamentales en el proceso de enseñanza- aprendizaje en los que los supuestos implícitos operan.

Prevenir el sufrimiento

Prevenir el bullying es prevenir el sufrimiento humano con todas sus consecuencias. El docente de Biología del caso comentado, debe señalar la discriminación, la ignorancia (o el odio o el miedo) y, como estrategia, podría diferenciar los aspectos biológicos de la sexualidad y la concepción del género como construcción psíquica-sociocultural de identidad, abriendo siempre a la participación de los alumnos, desplegando escenas con ejemplos reales o imaginados.

Aquí ya no se trata solamente de saberes meramente teóricos, sino  de saberes actitudinales, de una mirada crítica en el sentido positivo, donde se indagan los supuestos subyacentes que influyen y entran en juego. No es ético y menos en una institución educativa, ser neutral frente a esos prejuicios y estereotipos que devienen en acosos que atentan contra la dignidad de una persona.

El autoanálisis personal debe formar parte también de la formación docente. Revisar la propia mirada docente, el análisis de las propias marcas que nos han dejado nuestros maestros cuando éramos alumnos, la denominada autobiografía escolar, porque es desde allí donde, reflejado como en un espejo, uno construye su propia identidad sobre cómo quiere ser y no ser como docente. Revisando nuestro esquema mental se construyen modelos de referencia que nos han dejado huellas que, aunque no reparemos en ellas,  influyen en la práctica docente actual.

Notamos un modelo clásico en  aquel  docente neutral, rígido, que se evade sobre lo que aparece imprevisto en clase; a diferencia de un modelo que no repite la exclusión social sino que, con análisis crítico, la transforma.

Marcha en favor de la educación por la diversidad; Foto: Facebook 100% diversidad

Recuerdo a un docente de la secundaria, de Lengua y literatura, que incorporaba al currículum escolar los saberes actitudinales. Nunca voy a olvidar cuando nos dijo: “No vengo a enseñarles la materia solamente, sino también a ser buenas y mejores personas”. Este profesor me dejó marcas, fue y es uno de mis referentes de lo que quiero ser como docente, a diferencia de lo que no quiero ser, como el caso de ese profesor de Biología, apático y negador que da lugar a que se siga dudando de si la homosexualidad es una enfermedad y que siga habilitando la burla hacia un alumno.

Ya años más tarde, mientras cursaba el profesorado en Psicología, la docente de Didáctica General planteaba: “La educación está en crisis. Es a partir de ésta donde van cambiando los paradigmas. El día de mañana vamos a tener alumnos con dos papás, dos mamás y las escuelas deben estar preparadas para que no se discrimine”.

Y agrego: Esa hermosa diversidad ya está sucediendo hace un tiempo y la prevención a su ataque como parte del proceso enseñanza -aprendizaje DEBE estar presente ya. Las múltiples noticias fatales sobre acoso escolar, además de los casos que no se hacen públicos, demuestran que muchas instituciones, en lugar de proteger, desprotegen. El silencio o la negación que manifiestan es nada más ni nada menos que violenta complicidad.

 

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“Empecé terapia preguntándome si era lesbiana o no”

Dice Mercedes J. “Empecé terapia preguntándome si era lesbiana o no”. Su terapeuta, la Lic. Graciela Balestra, fue la que le sugirió integrarse al grupo de reflexión de mujeres de Puerta Abierta. “El día que entré sentí que, por primera vez en la vida, era Yo misma. Encontré mi lugar, me sentí identificada con cada una de las mujeres que hablaban de sus vivencias, me sentí cómoda como si hubiese ido toda la vida. Es inexplicable la sensación. Fue como decir: esta soy yo”.

El grupo de reflexión que menciona Mercedes existe en Buenos Aires desde septiembre de 1999. Además del espacio de mujeres lesbianas está el de varones gays, que coordina el Lic. Alejandro Viedma, un asiduo colaborador de este blog. La novedad es que esta ONG también tendrá su casa en Rosario desde el 22 de este mes.

Los tres coordinadores de Puerta Abierta en Buenos Aires: Silvina, Alejandro y Graciela

A Graciela Balestra, psicóloga y presidenta de la organización, le gusta decir que estos grupos son una puerta abierta a la diversidad, un lugar donde la soledad no tiene cabida. Ese es, justamente, un estado muy común entre las chicas lesbianas que recién llegan. Algunos relatos que acerca la terapeuta dan cuenta de esto: “Es frecuente escuchar en mujeres lesbianas el siguiente relato: ‘Me siento muy sola. Casi nadie sabe de mí, no hablo con nadie de mi homosexualidad porque tengo terror de perder los afectos. En el trabajo no lo saben y, en mi familia, tampoco. No conozco otras mujeres lesbianas, y aunque sé que no es así, siento que soy la única en el mundo”.

Según comenta, con frecuencia las mujeres pasan muchas horas de su vida ocultando su orientación sexual. “No pueden hablar ni siquiera nada de su vida cotidiana y esto es alienante para cualquier persona”, dice. Y sostiene que por este motivo son importantes los grupos de intercambio entre personas que atraviesan por experiencias similares. “La experiencia de más de trece años nos dice que en muy poco tiempo la gente mejora mucho más que sólo con terapia individual”.

Marcela M, una mujer que hace años asiste al grupo, cuenta así su experiencia: “Desde que llegué a Puerta Abierta me cambió la vida. Hacía ocho años que estaba sin pareja y tampoco tenía amigas. Estaba deprimida, sólo me dedicaba al trabajo y hasta había descuidado mi aspecto personal. Aquí, en pocos meses, encontré un grupo de pertenencia y conocí a mi pareja, con la que me casé hace dos años. Ahora seguimos las dos participando de las reuniones porque ya no queremos volver al aislamiento”.

Silvina y Graciela, las coordinadoras del grupo de reflexión de mujeres lesbianas, junto a dos de las chicas que asisten cada semana

Los varones, también…

Los hombres homosexuales también sufren el aislamiento del clóset. Aunque pareciera que ellos tienen más lugares donde encontrar pares: como boliches, saunas, cines, etc. muchos sienten la necesidad de un grupo de pertenencia donde poder conocerse y aceptarse a sí mismos y a sus pares, donde charlar tranquilamente sin el bullicio de la música y la noche. Hace diez años que en Puerta Abierta existe un grupo de reflexión de varones coordinado por el lic. Alejandro Viedma que, año a año, se consolida más.

Los adultos mayores gays también tienen su espacio en la ONG. Silvina Tealdi, una de sus creadoras junto a Balestra, explica: “La necesidad de los adultos mayores LGBT es urgente. Ellos no tienen más tiempo que perder. Necesitan unirse a otros que no los discriminen, que sientan como ellos y que quieran compartir sus vidas”.

Agrega: “La soledad en la vejez puede ser mortal. Por eso había que crear un espacio que los integrara. Así lo entendimos y por eso en 2009 creamos el primer centro de jubilados y pensionados para gays, lesbianas, bisexuales y trans”.  El centro tiene la particularidad de no aislar a los mayores; al contrario, los integra a todas las actividades con los más jóvenes.

Ahora, la experiencia de Puerta Abierta empieza a expandirse. Hace poco menos de una década dos mujeres que asistían al grupo en la ciudad de Buenos Aires se mudaron al Bolsón, en la provincia de Río Negro, y fundaron allí Puertas Abiertas al sur, donde trabajan activamente por los derechos LGBT.

Y, hace muy poco, dos mujeres de Rosario, Amalia y Stella, fundadoras de Bar Chavela -un hermoso espacio socio-cultural LGBT- se conectaron con las coordinadoras de Puerta Abierta interesadas en abrir una sede en su ciudad. Entonces, el 22 de marzo próximo se inaugura Puerta Abierta Rosario, que funcionará con un grupo de reflexión para mujeres lesbianas y será coordinado por Balestra y Tealdi. Las reuniones serán quincenales -los viernes de 19.30 a 21- en la esquina de Zeballos y Ayacucho.

 

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El “Che” de los gays despide a Hugo Chávez

El chileno Víctor Hugo Robles es un activista por la diversidad sexual conocido como el “Che” de los gays. “Si el Che estuviera vivo sería homosexual”, es una de sus frases de provocación por las que más se lo conoce. Dice que su postura es revolucionaria y que toma este personaje histórico de la izquierda para mostrar que las luchas actuales por el respeto a la diversidad sexual deben estar articuladas con otras peleas sociales.

“Apuntamos a que el movimiento se cruce con otras luchas, estudiantiles, por ejemplo. Esta es una militancia por una verdadera integración de los excluidos, nosotros y tantos otros del sistema chileno. Hay que trabajar juntos por esa integración”, explica Robles en diálogo con Boquitas pintadas.

Hace apenas unos días que murió el presidente de Venezuela Hugo Chávez y el “Che” de los gays lo menciona como otro revolucionario. Enseguida recuerda el encuentro que tuvo con Chávez en noviembre de 2007, cuando el comandante visitó la Universidad ARCIS para conversar con académicos, estudiantes y militantes de causas políticas y sociales de Chile.

El encuentro en Chile entre el ex presidente de Venezuela Hugo Chávez y el “Che” de los gays; noviembre de 2007

“Me dijo: ‘Yo estoy por la libertad sexual”, cuenta este activista gay. Para él fue un momento inolvidable. Lo recuerda así: “Ahí, sorteando rejas y estricta seguridad de bronceados escoltas presidenciales, saludé a Hugo Chávez aconteciendo una histórica, pequeña, pero significativa conversación con el indómito líder de la revolución bolivariana. La conmoción internacional no era menor en ese minuto, la prensa había arribado inquisitiva buscando sus reacciones frente a la inédita controversia con Juan Carlos de Borbón, Rey de España, durante la polémica Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado de Santiago de Chile de la era Bachelet”.

Y sigue este militante, que también es periodista: “En pleno ‘jaque al Rey’, ahí estaba yo, esperándolo con mi boina estrellada a lo Che Guevara para hacerle saber cuánto valoraba su incansable lucha antiimperialista y también para entregarle un libertario saludo de los homosexuales, lesbianas y travestis antifascistas de Chile que, desafiantes, deseaban “muerte al Rey”. Según cuenta, el comandante retrocedió asustado frente a sus palabras y luego señaló que deseaba “larga vida para los pueblos”.

Pero Robles fue por más: “No conforme con sus diplomáticas palabras insistí en la muerte de las monarquías del mundo afirmando que mis expresiones no eran sólo deseos propios, sino de muchos, incluyendo al del “Che” de los Gays”. Fue entonces cuando Hugo Chávez sonrió frente a la loca metáfora revolucionaria de un contemporáneo “Che” Guevara homosexual.

Más allá de la anécdota con Chávez, este “Che” afeminado -como él mismo se define- dice que lo suyo es la provocación, porque los homosexuales vinieron a “romper con las normas”. Señala que su país está muy lejos de la Argentina en conquistas por igualdad de derechos.

“En la agenda más tradicional del movimiento homosexual está la pelea en el campo legislativo. Aún no existe ni la legalidad de la unión civil, mucho menos ley de matrimonio igualitario. “La sociedad chilena es muy conservadora, patriarcal, de derecha, pinochetista. La Iglesia también está muy presente y eso complica la ampliación de derechos”, reflexiona. Dice que millones de personas viven en pareja en su país, aunque sin derechos reconocidos por el Estado.

Robles, el “Che” de los gays, se manifiesta crítico a esas búsquedas de legalidad porque cree que el movimiento de liberación sexual debería preguntarse qué hay más allá de una ley. “Una legislación no reduce la discriminación, no integra a los excluidos”, dice. Su apuesta es por un activismo desde la cultura. “Sólo desde el arte podremos escribir nuestra propia historia. Hay que tomar las calles, generar eventos culturales para plantear una agenda de diversidad sexual alternativa, provocadora, subversiva”, propone. “Estamos para romper con la norma”.

Foto: gentileza Víctor Hugo Robles

 

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Maratón de tango queer: a milonguear 42 horas sin parar

Como las maratones tradicionales son de 42 kilómetros, esta experiencia, única en el mundo, propone bailar tango durante 42 horas 19 minutos y 50 segundos. “Pasamos los kilómetros a horas y las bailamos”, dice el creador del Queer Tango Marathon, Mariano Garcés, que hoy estrena su cuarta edición.

Según cuenta a Boquitas pintadas, esta propuesta surgió de un grupo de activistas gays, lesbianas y trans amantes del tango y del folcklore que tuvieron la intención de “dar visibilidad al baile para luchar desde allí por derechos igualitarios”. Dice Garcés: “Lo primero fue la ley de matrimonio igualitario, luego la ley de género, pero las leyes son sólo el primer paso, no son suficientes para lograr una verdadera integración cultural”.

Una pareja de baile de tango queer; gentileza Queer Tango Marathon

El concepto que los moviliza es el de la integración en la diversidad. El baile es la herramienta que proponen para integrar personas más allá de su orientación sexual. “Buscamos festejar la diversidad bailando, en pistas de baile donde no existan diferencias sino que haya una verdadera acepación de todos y todas. Lo importante es el baile en un concepto queer”.

Desde hoy, cuando se celebra la milonga de apertura, y durante siete días se enseñará el tango y el folcklore queer mediante seminarios, cursos y clases de baile. Entre el próximo viernes y hasta el domingo es la maratón de 42 horas en las que las parejas se van pasando la posta para no cortar con el baile. Pero, ¿qué significa lo queer a la hora de milonguear?

Una pareja de baile de tango queer; gentileza Queer Tango Marathon

“El baile queer surge hace doce años en Alemania como una manifestación de rebeldía de mujeres lesbianas que rompieron con el mandato de bailar con parejas varones. Entonces, empezaron a bailarlo entre mujeres intercambiando roles”, repasa Garcés. Lo mismo ocurrió luego con las parejas de varones. Así fue como en el tango queer se empezó a eliminar la heteronormatividad. Esta es la filosofía del Queer Tango Marathon, un espacio en el que las parejas comparten e intercambian los roles más allá del género de cada uno.

De allí que las personas transexuales también encuentren en este baile una instancia de igualdad y de diálogo. “No sólo el varón dice y conduce, sino que ese rol se intercambia en las parejas”, explica Garcés, que es profesor de tango. “Muchos que vienen bailando tango tradicional quedan como locos cuando descubren esta nueva forma de comunicarse en la pista”.

Una pareja de baile de tango queer; gentileza Queer Tango Marathon

Un cronograma para no perderse

  • Para la apertura se realizará hoy una milonga a partir de las 21 en el Plaza Bohemia (Alsina 2540), en la que se presentará la cantante, percusionista, bailarina y compositora Nancy Ábalos, hija del maestro Adolfo Ábalos.
  • Hoy también comienza el Ciclo de Seminarios en la sede IUNA Folklore (Sánchez de Loria 443). A las 14, El abrazo y sus variantes para diferentes cuerpos, a cargo de Maximiliano Martino Ávila; y, a las 16, Técnicas de base para tango, a cargo de Jesús Pietropaulo
  • Los seminarios se desarrollarán desde el 11 al 15 durante las tardes y noches en el IUNA Folklore. Hay más de 10 profesores invitados, entre los que se encuentran Gonzalo Collazo (Uruguay); Ingrid Saalfeld (Alemania); Sergio Segura EEUU); y de Argentina Jesús Pietropaulo, Margarita Albarado, Mariano Garcés, Martín Belizan, Maximiliano Martino Ávila, Rubén Suárez, César Rojas, Silvina Ierino y Soledad Torres
  • El próximo viernes a las 22 se abre la gran maratón de baile ininterrumpido durante más de 42 horas y que durará hasta el domingo a la tarde en la sede de IUNA Folklore (Sánchez de Loria 443)

El resto de la programación se puede ver on line

 

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Realidades y fantasías en un chat gay

David tiene 33 años y trabaja en una oficina del Estado nacional. Estuvo en pareja con un varón cinco años y medio y se separé hace uno y cinco meses. Al terminar la relación volvió a chatear en las páginas de contactos gays, el sitio por donde empezó su vida sexual allá por 2003. No había regresado allí mientras estuvo de novio.

La historia que quiere compartir empieza a gestarse a las dos semanas de estar solo. “En pocos días estaba conociendo flacos por Internet, tapando la angustia de esa forma sin darme cuenta y entrando en lo que definí luego como una calesita”, dice David. “Tuve experiencias de todo tipo y decidí volver a terapia después de una situación espantosa, de vorágine y angustia a la vez”.

Después de cada sesión, la psicóloga le pedía que escribiera un texto sobre lo que había trabajado en la terapia. Era un modo de reflexionar, de ordenar conceptos e ideas. En uno de esos escritos se explaya en su experiencia en el chat. Se ponen de manifiesto las realidades y las fantasías de un medio que acerca pero también, a veces, marea.

David en una fiesta de disfraces; foto: Gentileza David

 

La fantasía de los candidatos inagotables

Por David

 

Chat. www.manhunt.net. ¡Qué gran sesión la de hoy! Lo que estuvo flotando en toda la conversación fue el cómo y el para qué nos vinculamos hoy, qué implicancias tiene la aparición de la virtualidad en nuestras vidas, qué entidad le damos; en síntesis, cómo establecemos nuestro sentido de realidad.

Así como señalábamos que hoy más que nunca necesitamos de la reflexión para salir de la confusión: ¿Se puede pensar, ver o sentir con claridad en medio del vértigo? ¿No es acaso la liberación de adrenalina un mecanismo del sistema nervioso para accionar intempestivamente y escapar del peligro sin pensar mucho más? ¿No resulta inevitable perder el equilibrio cuando no paramos de dar vueltas?

Todo esto viene a colación de la metáfora hoy aparecida sobre el chat como calesita irrefrenable a muy altas velocidades, que deja a todos sus pasajeros en un estado de mareo, cual zombies que han perdido la visión y la orientación y necesitan agarrarse de cualquier cosa para no caerse. Otra metáfora de esto apareció con la búsqueda de la sortija en la calesita y la insistencia en dar más y más vueltas hasta conseguirla: ¿nos acercamos o alejamos del objetivo a medida que vamos dando cada vez más vueltas?

El punto de partida es armar un “perfil”, o sea representarnos a través de fotos, descripciones, comentarios, etc. Aquí aparece ya una cuestión crítica, porque dejamos de ser nosotros para convertirnos en otra cosa, mutamos a un perfil o, para decirlo más técnicamente, nuestra identidad se desplaza de lugar: ahora somos a través del perfil, somos lo que contamos que somos, lo que mostramos que somos, lo que hacemos creer al otro que somos, fabricamos una identidad que entregamos a un otro para que la evalúe y decide si le resulta atractiva, a la vez que somos receptores de distintas identidades que también evaluamos y seleccionamos.

El chat, una forma de encuentro amoroso cada vez más usado; foto: archivo LA NACION

Un ejemplo crudo que me ocurrió de esto fue haber quedado preso de las fotos. Me explico: en enero de 2012 había estado yendo al gimnasio todos los días, me saqué fotos y mí cuerpo se veía fantástico. Luego dejé de ir unos días y me empecé a ver más flaco, lógicamente, respecto de aquellas fotos, lo que me hizo sentir mal por estar “vendiendo” con las fotos algo que ya no era tan real. ¿Qué impulso apareció entonces? Retomar con fuerza el gym para alinear la realidad a las fotos publicadas en el perfil. Las fotos me obligaban a estar en línea con ellas. ¿No es una locura?

¿Podemos pretender evitar la cosificación cuando nos volvemos perfiles que buscan otros perfiles? ¿No nos transformamos en consumidores de productos (perfiles), con un poder de compra dado por lo atractivo de nuestra creación virtual (lomo, cara, barrio, actividad, edad, pija, simpatía, etc.) que recorremos la página haciendo ofertas como en mercado libre cuando nos interesa algo y recibiendo propuestas también de otros participantes? ¿Cuán real es el producto que vemos y nos gusta? ¿Y cuánto de verdad y cuánto de fantasía hay en lo que el otro ve de nosotros a través de la virtualidad?

Recuerdo por ejemplo a Juan Manuel que, aunque interactuaba vía webcam, no podía mirarme a la cara cuando me tenía enfrente; o a Christian, que era súper desenvuelto vía chat y tímido en la realidad. Esto me devuelve a la pregunta original: ¿Por dónde termina pasando nuestro sentido de realidad? ¿Terminamos aceptando como real al producto virtual? Yo, en muchos casos, debo admitir que así lo hice y, por eso, terminé viviendo situaciones espantosas como dormir con este pibe que no podía mirar a la gente a la cara, según sus propias palabras.

Hoy cuando salí de sesión tuve la siguiente imagen de la calesita: unos empujándonos con otros para poder acceder al que está detrás, como diciéndonos “corréte que no me dejás llegar a Pedro, me lo estás tapando”, cuando finalmente Pedro es un fantasma, un espejismo.

 

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“Federico, fuiste mío un verano”

Para Alberto Leonelli el verano del 89 fue inolvidable en muchos aspectos. Podría decirse que la historia  que va a narrar comenzó más precisamente el 23 de enero de ese año, el día en que se produjo el copamiento del cuartel de La Tablada; el día, también, en que cumple años una amiga querida. Esa noche fue al festejo y allí apareció él, Federico, un estudiante de Bellas Artes que, para Alberto, era “toda una escultura en sí mismo, un David”.

En este post que Alberto escribió para Boquitas pintadas relata la historia de este amor del que aprendió muchas cosas, una de ellas, que hay amores de verano intensos y breves…como esa estación, la más fogosa del año. No hay que pedirles más, no admiten prórroga.

Un apunte más antes de dejarlos con su relato. Alberto Leonelli pidió explícitamente ser mencionado con su nombre y apellido reales. También hizo mención que asiste al grupo de reflexión para varones gay que coordina el Lic. Alejandro Viedma en la organización Puerta Abierta. No es casualidad, ambas consideraciones se unen: si Alberto puede estar completamente afuera del clóset es, en gran parte, porque asiste a ese grupo que, como él menciona, es “una especie de oasis grupal en el medio de tantos momentos de zozobra e incertidumbre” de sus vidas.

“Eso fue lo que sentí y siento, tres años después de ingresar sin saber muy bien dónde estaba parado en aquel momento. Contención y coordinación impecables de Alejandro Viedma, reflexión, solidaridad, afectos, amistad, compartir, escuchar y escucharnos, trabajar seriamente y también divertirnos, desplacarizarnos, apoyarnos para crecer individual y colectivamente, ayudar para ayudarse, proyectar y proyectarse. En resumen: devolver y agradecer la mano extendida que recibí y extenderla a los nuevos compañeros que quieran sumarse”.

 

El inolvidable verano del ’89

Por Alberto Leonelli (*)

Alberto, en aquellas épocas

El caluroso y húmedo sábado 23 de enero de 1989 fue una jornada memorable en muchos aspectos.

En el contexto socio-político del país fue el copamiento de La Tablada por militantes del MTP/Movimiento Todos por la Patria durante el gobierno democrático de Raúl Alfonsín. En lo personal, ese día fue el cumpleaños de mi amiga Mariela y su increíble fiesta organizada ex profeso sólo para cuatro personas: ella, una amiga cuyo nombre no recuerdo, yo y… Federico.

Yo tenía 24 años, era estudiante de la Escuela de Arte Dramático, algunos kilos menos que ahora, el cabello ondulado (¡sí… ese era mi pelo natural!). Hacía casi 4 años que había salido a los tumbos del placard por primera vez y no había experimentado, todavía, una historia o relación significativa en esa terrible era del Sida… Hasta que lo vi a él o, mejor dicho, nos vimos.

Federico tenía 20 años y era estudiante de Bellas Artes. El era toda una escultura en sí mismo. Un David alto, de hombros anchos, pelo lacio, rubio y de ojos celestes… una mezcla del dios nórdico Thor y un guerrero normando medieval… Era un sueño hecho realidad… y se había fijado en mí… ¡Increíble para ser real!

Intercambiamos direcciones y teléfonos fijos (no había celulares, e-mails o facebook) y nos encontramos a la semana siguiente. Me invitó a su casa de Belgrano (ahora conocido como Las Cañitas) y entramos sigilosos y furtivos porque sus padres y hermanas estaban durmiendo. Entonces, en la penumbra de su habitación nos besamos, transpiramos y chupamos apasionadamente, tan apasionadamente que él enseguida acabó.

Fue mágico y misterioso, parecíamos dos adolescentes en fuga, éramos Romeo y Romeo. Tuve la clara sensación de que los planetas de nuestra constelación comenzaban a alinearse y de que mi vida cobraba un nuevo y poderoso sentido. Yo no caminaba por las calles, sino que flotaba: era la primera vez que me estaba enamorando…y era correspondido.

Recuerdo que la llamé a mi vieja desde un teléfono público de Entel en Almagro, puse las fichas y sabiendo que disponía de pocos minutos le dije extasiado: “¡Mamá, estoy enamorado!”.  A lo que ella respondió: “¿Y quién es la chica…?”. Hubo un silencio eterno de breves segundos y yo le espeté con toda naturalidad: “¡Mamá… es un chico, es hermoso y nos queremos!

No teníamos un mango y tampoco nos importaba, yo estaba desempleado y él no laburaba, pero nos arreglábamos para ir al cine y al teatro under juntos. Si hasta inclusive estuvimos sentados, tomados de la mano, en el mítico Mediomundo Varieté de la Avenida Corrientes, viendo al gran Batato Barea.

Alberto, de paseo por el puerto

Me invitó a pasar un fin de semana con él y su familia en Chapadmalal, lo que justo coincidió con el cumpleaños de mi vieja. Viajé para Maipú y recuerdo que, sentados a la mesa de la cocina de mi casa familiar, les dije a mis viejos, con tono claro y decidido, que no me iba a quedar, que estaba de paso, que me había enamorado, que sabía que no tenía un centavo pero que no me iba a perder por nada del mundo lo que me estaba sucediendo. Ellos, entre atónitos y resignados, no tuvieron más remedio que convalidar semejante desplante. Mi viejo solo atinó a decirme: “Alberto, hacé lo que quieras pero por favor no me traigas a ningún chico a esta casa…”.

Aaah Chapadmalal…Con qué naturalidad me presentó a su madre divorciada y a sus hermanas como su amigo…y qué momentos en la playa. Nos desnudábamos en las grutas y ahí hacíamos el amor escondidos en los acantilados, nos revolcábamos entre conchas y caracoles, espermas y espumas, nuestros cuerpos cual milanesas recubiertos de arena… Eramos libres y jóvenes, hermosos e indolentes, con esa ligereza exigua y soberbia de la eterna juventud.

El verano tiene sus improntas y sus bemoles…y tiene tres meses y concluye indefectiblemente en marzo. Nuestra relación y nuestro sexo eran como nosotros: jóvenes, inexpertos e impacientes.

Hubo un fin de semana en que empezamos a desencontrarnos, él me dijo que estaría con unos amigos en un estudio de grabación por Paternal, sin dirección concreta o número telefónico alguno. El impulso del amor y el miedo a perderlo y a perderme me llevó a tocar timbres y golpear las manos para preguntarles a vecinxs azoradxs si conocían una sala de ensayo por la zona. Y así transpiré horas deambulando por varios barrios… enamorado, esperanzado, angustiado.

Ahí empecé a comprender muchas cosas, entre ellas que existen las historias de amor de verano y que sólo duran un breve e intenso momento y que la áspera atmósfera del otoño y de las urbes las torna casi inviables en el cemento.

Parafraseando y homenajeando a mi adorado Leonardo Favio, sostengo: “Federico… fuiste mío un verano, el inolvidable verano del ’89.”

Leonardo Favio, Fuiste mía un verano

 

(*)Licenciado en Artes Dramáticas (IUNA) y Profesor de Inglés. albertoleonelli@gmail.com

 

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“Este amor que hay que callar”

De su viaje por España, donde fue a presentar su libro “Deseo, palabras en el viento”, el escritor y activista LBGT Gustavo Pecoraro se trajo también algunas postales para compartir. En esta ocasión escribió para Boquitas pintadas acerca de José Luis Serrano y Eduardo García, dos autores que presenta como parte de la “nueva generación” de escritores españoles.

Los conoce, conversó con ellos, y ahora nos abre sus mundos. Mezcla de biografías de los autores, de reseña de sus obras Pecoraro, director editorial del programa radial El Vahído, nos presenta a dos talentos desobedientes y libres.

Los nuevos escritores españoles

Por Gustavo Pecoraro (*)

Federico García Lorca, Luis Cernuda, Terenci Moix, Alvaro Pombo, Eduardo Mendicutti, Jose Luis de Vilanova, Francisco Nieva, Juan Goytisolo, Luis Antonio de Villena o Leopoldito Alas son nombres de escritores españoles. Seguramente los han leído, tal vez se haya emocionado con un algún poema de Lorca, o quizás con “Palabras para Julia”, de Goytisolo. Probablemente les suene Eduardo Mendicutti, el de “Los amores Bulgaros”, o “Garras de Astracán”, de Terenci Moix. Todos estos escritores, además, tiene algo en común: su homosexualidad.

Algunos de ellos la vivieron en épocas durísimas, de fascismo franquista. Otros, tuvieron la oportunidad de vivir la libertad que planea aún en la monarquía parlamentaria del Estado Español. Pombo, es incluso miembro de la Real Academia Española de las Letras desde 2004. Ellos forman parte de cualquier reseña que hable de literatura LGBT en castellano, junto a decenas de escritoras lesbianas. Ojalá que pronto, también de muchas personas transexuales e intersexuales que escriben en español.

En esa misma línea, salvando diferencias temporales y de estilo, cabría incluir a otros dos escritores, que, además, podríamos denominar de la “nueva generación”. José Luis Serrano y Eduardo García son los prolíficos autores de moda en España que hoy presentamos.

José Luis Serrano posa para la foto

“Me encanta la desobediencia civil de los que tienen razón”

José Luis Serrano ha confesado: “Como no me gustan los reyes ni las reinas, ni las guerras ni las batallitas, me quedo con el 1 de diciembre de 1955, el día en el que Rosa Parks decidió no ceder su asiento a un blanco en un autobús. A veces, un iluminado, o alguien cargadísimo de razón, es capaz de enderezar el rumbo de la historia con un simple gesto, algo que las democracias, por muy legítimas que sean, muchas veces no hacen. Me encanta la desobediencia civil de los que tienen razón. Una sola persona puede ser más legítima que millones de ciudadanos si lleva razón”.

“Hermano”, su primera novela, es una historia de amor disfrazada de libro de viajes sobre Birmania. O al revés. No se sabe si es una historia de amor. O el autor quiere creer que no lo es. O no sabe si lo fue. Salvo que el amor no correspondido sea también amor, en cuyo caso probablemente sí lo sea. O a lo mejor si fue correspondido y no se enteró, opción que le tortura de manera continua, quizás la peor opción…como aclara en la contratapa del libro.

Sobre él, escribió Luis Antonio de Villena: “José Luis Serrano es un atinado crítico al que se puede leer en la página amiga dosmanzanas.com. Hace no mucho publicó en Egales una novela (creo que su primera) que se titula “Hermano” (el título tiene mucho que ver con el argumento) y que se pretende también literatura gay, pero desde un estilo diferente al de “Charlie”.

Nada aquí de didactismos ni de salidas del armario. La novela, con buen pulso literario, narra un viaje a Birmania -hace unos dos años- donde el protagonista queda prendado de un muchacho birmano, de Mandalay, chofer en un cochecillo humilde, en medio de un país pobre, budista, tórrido y monzónico. La novela (que sólo tiene la caída de un correlato en exceso casticista, de locaza carpetovetónica) tiene inevitablemente algo de grato libro de viajes y mucho del relato de un amor que tiende a parecer posible, y finalmente, pese a las cercanías, no lo es.

Serrano se da cuenta de que la novela no debe ser mera linealidad ni puro didactismo y en ese camino de novedades (que no son dificultades) el lector hallará gratas sorpresas. Ya digo que hay alguna bajada y un fin demasiado largo, cuando ya cayó el telón. Pero es un libro hecho con amor y saber y vale la pena darle la bienvenida, ya que es además su primera novela y la ha tomado con alta vocación literaria. ¡Felicidades!”

 

“Este amor que hay que callar”

García firma un ejemplar de su útimo libro; Foto: gentileza Gustavo Pecoraro

Eduardo García, autor de la columna “La cuenta, por favor” en la página web UniversoGay, además de portar unos ojazos azules tremendos, sabe que su literatura es menos política que los tiempos que corren y no por eso pretende acomodarse a la moda.

“Este amor que hay que callar”, título Wildeano si los hay, fue presentado en la Feria del Libro Internacional de Madrid con excelente repercusión de crítica y ventas.

Nos cuenta el mundo de Abussadora Collins y La Chula Evans, dos transformistas fanáticas de la teleserie Dinastía, que tienen que luchar por lo que creen, así como sobrevivir y triunfar en una sociedad machista, conservadora y homofóbica. También la vida de Bernardo y Adolfo, que intentan entender su despertar sexual y la atracción que sienten por su mismo sexo.

Es una historia contada a tres voces que transcurre en Santo Domingo desde los años ochenta hasta la actualidad. Trata acerca del amor, del deseo de llegar a ser alguien, del desprecio a lo que consideramos diferente, pero más que nada, del rechazo a aceptarnos como somos, llegando a limitarnos como personas.

Ha dicho Eduardo García sobre este libro: “Hay muchas historias que he visto, escuchado y vivido en mis años en Santo Domingo. Son historias que no quería que pasaran al olvido, que de alguna manera quería que la gente las leyera y disfrutase con ellas. Obviamente, no todo son vivencias reales, hay mucho de ficción.

Por otro lado, no me gusta la discriminación de ningún tipo. Todos somos libres de pensar y sentir como queramos o como creemos que es lo correcto, aunque yo no esté de acuerdo. Quería hacer una historia en la que se note el posible efecto de la discriminación, que en este caso es homofobia.

El título surge de una promesa que le hice a una amiga muy querida, Yolandita Monge, de que algún día una novela mía tendría como título una de sus canciones. “Este amor que hay que callar”, interpretada por esta gran artista que canta como los ángeles y se estremece como las diosas, fue una canción que se convirtió en un himno LGBT a finales de los años ochenta y que todavía hoy en día lo sigue siendo”.

García está en estos momentos finalizando un nuevo trabajo que nos adelantó como “voraz e intenso”, casi como él.

 

Mini biografías de ambos

– José Luis Serrano nació en Ciudad Real en 1967. Es licenciado en Ciencias Matemáticas y estudiante de Historia y Arte. Se dio a conocer en la blogosfera con sus escritos sobre la película Brokeback Mountain (dirigida por Ang Lee) con el alter ego de ElputoJacktwist.

Desde 2006 colabora con una sección cultural Desayuno en Urano en la web dosmanzanas.com sobre cine, literatura, música y arte LGTB. Es coautor del blog de poesía homoerótica La Taberna del Mar y autor de una amplia obra poética que permanece prácticamente inédita.

En 2011 publicó su primera y exitosa novela (Hermano, Editorial Egales) y una recopilación de cuentos y escritos (La tumba del chicle Bazooka, Amazon). En la actualidad está terminando su segunda novela: Sebastián en la laguna.

Eduardo García nació el 1 de Junio de 1970 en Santo Domingo, República Dominicana, es autor de las novelas “Feliz cumpleaños, te quiero” (2007), “Días Felices” (2009),  “Adagio” (2011), publicadas en Santiago de Chile, donde vivió por muchos años.

En Madrid, donde reside desde el año 2010, publicó la novela “Este amor que hay que callar”, y colaboró en “Nocturnabilia”, un libro de relatos de nueve autores diferentes donde el tema principal es la noche. En 2012, ganó dos premios por su última novela, “Este amor que hay callar”: “Mejor Libro del Año en los Besametonto Awards” y “Varie-T Hot Icon”.

Las novelas de estos dos escritores españoles se pueden conseguir en la Librería Otras Letras / Soler 4796 (Ciudad de Buenos Aires)

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Denisse y Angela: el amor no tiene fronteras

Denisse es una muchacha mexicana que se enamoró a la distancia de Angela, una portuguesa que vivía en España. Primero fue el chat, luego algunos encuentros en un país y el otro, hasta que decidieron irse a vivir juntas a España. Denisse trabajaba como enfermera en el hospital naval militar de México y dejó su puesto; desde entonces, hace más de cinco años, aún no logró un empleo que no sea limpiar casas de familia o cuidar chicos. Pero siempre supieron que lo importante era vivir ese amor: hace un tiempo se casaron “de blanco” y ahora proyectan tener un bebe.

Después de leer la historia anterior que publicamos en el blog, Denisse decidió enviar la suya. Me encanta que cada vez más mujeres –no tan presentes en este blog como me gustaría- empiecen a contar sus historias. ¡Bienvenidas! “El relato de las chicas me ha parecido de lo más bello. Por eso, humildemente comparto nuestra historia de amor…de sacrificio, lucha y constancia”, dice Denisse.

Como el 14 de febrero muchos celebran el Día de San Valentín, una excusa de las parejas para expresarse su amor, desde acá les deseamos: ¡Feliz día de l@s enamorad@s!

Denisse y Angela, en su casamiento; foto: gentileza Denisse

Cruzar el continente por un flechazo de amor

Por Denisse

Hace 5 años en la cuidad de México vivía sola en mi departamento junto a mi pequeña Frida una perrita cocker. Trabajaba en el hospital naval militar. Mis guardias eran suficientes para dejarme exhausta como para pretender llevar una vida social.

Pero febrero es un mes de nostalgia cuando no se tiene a nadie para ver la lluvia caer escuchando música suave y comiendo chocolates al atardecer….así que decidí ver una página que había abierto meses antes y hasta ese día no le había dado interés alguno (chueca). En cuanto abrí una lista de chicas aparecieron con sus perfiles pero entre todas había una con una foto simple, casi indistinguible…..mi Angela…decidí enviar un mensaje “para pasar el rato”, pero no contestó. Después de ese día lo primero que hacía al llegar a casa era abrir mi página y nada. Sólo un par de días después ocurrió la magia: ¡me contestó!

Había sido su cumpleaños, que había festejado en Madrid, pues debo mencionar que ella es portuguesa residente en España y yo mexicana, lo cual me hacía recordar que era “sólo para pasar el rato”.

Sin embargo, llevaba la imagen de su foto clavada en mi mente cual espada en la piedra. Todos los días nos escribíamos. Ya era como una rutina llegar nerviosa de saber que me habría escrito. Para ese entonces yo ya sabía que era algo más que pasar el rato…se estaba convirtiendo en la mujer de mi vida.

Un encuentro amoroso entre Denisse y Angela

Meses después tomamos la decisión de vernos personalmente. Sí, ¡personalmente! De un continente a otro. Ella fue la que dio el primer paso: me fue a conocer a México. “Vaya inconsciente”, le decía María, ahora nuestra madrina. “¿Cómo vas a ir a México sola?”, le decía. “¿Y si se trata de una red de traficantes de órganos, prostitución, violadores, etc?”. Angela, sin prestar atención a tan sabios consejos, me fue a ver.

Era un día lluvioso, frío. Yo estaba cansadísima pues estaba reformando mi departamento y no obstante había tenido guardia militar. Pero ese día llegaba ella…

Yo suelo ser muy despistada y más en aquellos tiempos, así que no sabía que en mi propia cuidad había dos aeropuertos. Fui al que yo conocía, pero pasaron las horas y ella no llegaba. Su móvil me enviaba directo a buzón de voz. Pedí que mencionaran su nombre en un alto parlante y nada. El vuelo en que, en teoría, llegaba había aterrizado hacía cuatro o cinco horas atrás. Decepcionada, la odié en silencio por haberme engañado e ilusionado tontamente.

Me sentía fatal, de lo más idiota. Iba con una rosa casi muerta y un conjunto de ropa gótica como ella. La gente me veía como cosa rara por mi apariencia. Pero lo que más me dolía era no llegar a conocer a la persona de quien ya estaba enamorada.

Poco después entró una llamada a mi teléfono móvil. Era ella con su voz a punto de romperse. Llevaba media tarde esperando en el otro aeropuerto, desconocido para mí. Tomé un taxi y fui con ella. La vi…hermosa, de piel blanca como la espuma, cabellos finos como de bebe. Cuando nos abrazamos podía sentir un fino temblor de la cabeza a los pies. El corazón estaba a apunto de un ataque.

Un beso apasionado; foto: gentileza Denisse

Así comenzó nuestra historia. Luego fui a España en un par de ocasiones, hasta que decidimos unir nuestros caminos. Dejé la Marina, a mi pequeña Frida, a mi familia, a todo dejé atrás para ir con mi amor hacia delante. Nada fue fácil: pasé de ser enfermera teniente oficial de la Marina a cuidar niños y limpiar casas. Nadie podía entenderme. Mi madre me dejó de hablar durante dos años. Muchos nos juzgaron.

Nosotras hemos tenido altibajos como cualquier pareja, sin embargo el 12 de diciembre del 2012 nos casamos de blanco después de cinco maravillosos años de relación. Sé que me costará volver a crecer como profesional, pues estoy en un país donde ahora mismo mis títulos valen una patata. Pero estoy con ella felizmente casada y con próximo proyecto de bebe.

Lo que me queda como enseñanza de vida es que el amor todo lo puede, todo lo logra. Llámese distancia, tiempo, diferencias culturales, raciales, sexuales…..el amor no entiende nada de eso. Simplemente se implanta en dos almas y comienza a crecer.

¡Feliz día de los enamorados!

 

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