Quiero contarles algo: “Soy heterosexual”

Una de las hermanas de Marcelo, protagonista de la historia, a lo largo de toda la obra quiere contarles algo a sus hermanos, hasta que  finalmente se atreve: “Soy heterosexual”, les dice. Desde entonces, ella decide vivir plenamente su vida, liberarse del peso y romper con la farsa.

Emilio Berasain, coautor y director de TASCAQ (“Trastorno de Amar Sin Conocer a Quién”), una obra que se estrenó hace pocos días, conversó con Boquitas pintadas sobre los motivos por los que escribió esta pieza de amor a la que no le falta el humor.

En esta obra, el problema de una de las hermanas es reconocerse heterosexual

– ¿Qué te motivó a escribir TASCAQ?

– TASCAQ es un proyecto de amigos, todos profesionales dedicados al teatro, pero amigos en fin… o desde un principio. Nos inspiramos en las canciones de Jey Mammon, disparadores de las ridículas situaciones que se presentan en la obra para contar una historia con humor absurdo, pero con contenido. La dramaturgia es colectiva y hay alguna que otra vivencia personal por ahí andando. En el proceso nos divertimos mucho, esa fue la premisa. Contar a partir del humor.

– ¿De qué dirías que trata?

– Es una comedia -con gran parte de musical- que habla sobre el amor.  O sobre el no amor. O mejor dicho sobre ese amor que no está pero uno desea fervorosamente que aparezca. Habla de individuos –en este caso hermanos- que sufren por amor, y que se ayudarán para salir de ese estado que los tiene “trastornados”.

– ¿Podrías describirme a los personajes?

– Marcelo, Marcela, Sandra Celeste son los tres hermanos de esta historia.

Marcelo vive haciendo las compras en Coto (perdón por el chivo), compra arvejas, arvejas… y arvejas. Algo en él no anda bien, además de comprar solamente arvejas, y es que sufre de una extraña enfermedad: ama sin saber a quién.

Marcela es su hermana, la menor. Toma fuerzas con un paquete de Oreo (¡las marcas nos invaden!) y sale a la vida en busca de su amor, un viejo amor, que hace tiempo no ve pero siente cercano.

Sandra Celeste es la mayor, la correcta, la segura. Aunque oculta un gran secreto: tiene una colección de revistas El Gráfico que atesora desde su infancia, una novia -Roberta- y una gran paciencia hacia sus dos hermanos.

Los tres hermanos, en plena acción

– ¿Me hablás del juego Sandra Celeste?

– ¿Sace? Jajajajajaja. Toda semejanza con la realidad es mera coincidencia, con buena onda además. Los que vean la obra lo entenderán.

“Cuando estés desorientado, piensa en Valeria Lynch,

cuando el mundo caiga al suelo, piensa en Valeria Lynch,

si una lágrima te rompe el corazón y la voz,

piensa en Valeria Lynch, piensa en Valeria Lynch

ella va contigo donde quieras hasta el fin.”

 

– ¿Cómo ingresa Valeria Lynch en esta historia?

– Varios somos fanáticos de Valeria en la vida real, tarareamos sus canciones en la ducha (y en el escenario). Jey un día descolgó con un tema de ella que nos cayó como anillo al dedo para la más pequeña de la familia de esta historia. Somos sus fanáticos. Ella no nos conoce ni nos sigue en el twitter (@obratascaq –aprovecho el momento-) pero creo que una vez sí nos retuiteó. Yo de eso no entiendo mucho, dicen que es bueno. Lynch, sin saberlo seguramente, brilla en nuestro espectáculo cada noche y recibe uno de los tantos aplausos que nos regalan los espectadores.

– ¿Sos crítico con la frase “media naranja”? ¿Por qué?

– No soy crítico con buscar “nuestro complemento”. Yo tengo mi “media naranja” y está bueno. El tema es cuando la mano viene agria, pero sí creo que vale la pena, a veces, ir a fondo para “sacarle jugo”.

 

TASCAQ se estrenó el sábado 15 de marzo; va a las 23.30 en El Método Kairós Teatro 

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“Campo abierto”, una comedia de terror romántico con una actriz trans en el elenco

“Campo abierto” es una obra de teatro que se define como de terror romántico. Verla es enternecerse, enamorarse, helarse de miedo. Todo eso a la vez.

Tres amigos viajan hacia algún lugar en un auto por la ruta, pero su viaje es atravesado por una misteriosa mujer que va a cambiar el rumbo que seguían trastocando a los personajes, poniendo en jaque sus creencias y emociones. Esto los adentra en el oscuro interior del campo y de sí mismos. Lo fantasmal se apodera de la escena de principio a fin.

Entre los personajes hay uno protagonizado por Julia Amore, una actriz trans. ¿Qué diferencial le aporta una persona trans en el elenco?, preguntó Boquitas pintadas a la directora de la obra, Florencia Berthold. “Es una actriz más. Lo interesante es que el personaje trabaja mucho sobre la ambivalencia, no sabemos si está viva o muerta… si es buena o mala, etc. Esta dualidad enriquece al personaje y ella logra abordar de manera intensa todos los interrogantes que esta “muerte” de la pampa puede provocar en el público”, dice.

Los personajes de Campo abierto

Florencia Berthold tiene 30 años, hace 16 años se dedica a la dramaturgia, la dirección y la actuación. Se formó en España, donde vivió cinco años y fundó la compañía Cancrena Teatre, con la cual estrenó cinco obras como actriz.

-¿Cómo surgió la idea de la obra?

– “Campo abierto” surge como  segunda parte de una trilogía en la que estoy trabajando. La primera parte fue “Lázaro, el cuarto oscuro”, obra que se mantuvo tres años en cartel y que hizo gira por Montevideo. Los temas que estamos investigando en esta trilogía son el uso del espacio: espacio abierto o cerrado, la utilización de la luz y los muertos. En Lázaro el personaje no podía salir de su casa y amigos y familiares debían ocuparse de él. En “Campo abierto” son tres amigos que viajan en un auto de noche por el campo. Están dentro del auto, pero en la ruta. Esto determina que la luz sea fundamental para la construcción del espacio. La tercera parte está en proceso…
– ¿En qué te inspiraste?

– En los actores, que venían trabajando conmigo en “Lázaro…” y en el entusiasmo por sumergirlos en un espacio imposible dentro de un teatro: la ruta de noche. Y este desafío me inspiró. Todo es una excusa para encontrarnos con los enigmas de la vida.

– ¿Qué te propusiste decir?

– No planteo una postura única. La idea es que la obra esté lo suficientemente cerrada, o redonda para contar algo concreto (si vemos la linealidad de los hechos) y lo suficientemente abierta para poder estar contando diferentes cosas y que cada espectador pueda completar con sus creencias lo que no se  evidencia.

– ¿Cómo describirías a la mujer, qué le suma a la obra?

– La mujer es un personaje misterioso con el cual, o por el cual tienen un accidente en el medio de la noche. La mujer viene a plantear un montón de interrogantes. El miedo a lo desconocido seduce y aterra a los personajes, cada uno con sus propias limitaciones, deseos o creencias. Es un personaje fundamental porque provoca la inflexión en la obra, el giro y el desenlace. Y a raíz del accidente con ella todo va a cobrar otra dimensión. Ni siquiera sabremos si están vivos a muertos, la mujer es una metáfora de la muerte.

Julia Amore es una misteriosa mujer en la obra
– ¿Cómo elegiste a los actores?

– Guillermo Berthold, Lucila Németh y Martín Lavini estaban en “Lázaro, el cuarto oscuro”. Así que ya veníamos trabajando juntos, incluso veníamos de hacer una gira juntos. Y Julia fue la nueva integrante del elenco para “Campo abierto”, que llegó a nosotros por recomendación de Nicolás Deppetre. Fui a verla actuar y me encantó.

– ¿Cómo fue el trabajo con ellos?

– Ya habíamos trabajado juntos en la obra “Lázaro, el cuarto oscuro”. Y con algunos de los actores en otras obras de mi autoría (Guille Berthold en “Sobre piedras”, Lucila Németh en “Agua para Alejandra” y esto hizo que haya mucho código en común, a pesar de trabajar géneros y estéticas diferentes en cada obra. Y Julia, con quien es la primera vez que trabajamos juntas, entró a renovar el aire de una dinámica bien estructurada. Porque justamente su personaje es diferente, está en otra dimensión, maneja otros tiempos y otra energía. Trabajar esta polarización fue muy interesante.

– ¿Qué diferencial le aporta una persona trans en el elenco?

– Es una actriz más. Lo interesante es que el personaje trabaja mucho sobre la ambivalencia, no sabemos si está viva o muerta… si es buena o mala, etc. Esta dualidad enriquece al personaje y ella logra abordar de manera intensa todos los interrogantes que esta “muerte” de la pampa puede provocar en el público.

– ¿Qué devoluciones tenés del público?  

– Muy buena recepción. La gente se sorprende con el género que utilizamos y les gusta, tanto gente de teatro como no. El público se ríe mucho y, a su vez, sale diciendo que tuvo miedo y que quieren volver. Así que el objetivo está cumplido. Varias veces quieren hablar de la obra, saber cuál es nuestra versión de los hechos, pero preferimos que cada uno construya la propia.

 

Se estrenó el 15 de marzo y está en cartel desde entonces en el Teatro Taller El Grito (Costa Rica 5459). Las funciones son los sábados a las 23:30

 

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Pablo Simonetti: “Hay una confrontación entre familias tradicionales y nuevas familias”

El escritor chileno Pablo Simonetti es contundente en afirmar: “Me costó un mundo salir del clóset. Luego me costó un mundo ser un escritor y vivir la vida sin que los demás estén esperando cosas de mí. Por eso abrazo contento esta madurez, estar en el lugar en que siempre quise estar”.

Simonetti cuenta que desde ese lugar se detiene a mirar la vida y que le resulta inevitable no reparar en las personas que “están en busca de ese lugar de paz que hay que descubrir para ver quién uno es”.

Este escritor visitó la Argentina para presentar La soberbia juventud (Ed. Alfaguara), su última novela, que tiene como protagonista  a Felipe Selden, un joven  tan carismático como inmaduro, que se ve obligado a tomar una serie de decisiones que no lo hacen feliz.

Simonetti, en diálogo con Boquitas  pintadas, reflexiona sobre esta novela con tonos autobiográficos.

Pablo Simonetti, escritor chileno

– ¿De qué trata La soberbia juventud?

– Para mí es una novela de crecimiento que está atravesada por una historia de amor desesperado.  Y esta novela revela una conformación de familia nueva o no tradicional, que es la que forman los personajes. Desde el punto de vista sociológico hay una confrontación entre familias tradicionales y no tradicionales, tanto los beneficios como lo contraproducente de cada una. Este es un debate actual. El espacio socio cultural donde se da es en el de esa confrontación.

La mayoría de mis novelas tratan con protagonistas que están en busca de su identidad, o que están fracturados respecto de su identidad. Entonces, cómo la conforman, cómo la alcanzan, cómo terminan de conocerse a sí mismos, eso es lo que llamamos novelas de crecimiento o iniciación.

– ¿Qué cosas positivas y cuáles negativas marcarías en las familias tradicionales?

– Las familias tradicionales tienen de todo. Lo que quisiera es que los beneficios de las familias tradicionales se trasladaran a las no tradicionales. Cuestiones como la red de pertenencia, la seguridad, saberse allí como en un lugar en el mundo, tener una historia compartida. Por mucho tiempo las personas LGBT salían de sus familias exiliadas, se veían privadas de una historia en común porque su ser LGBT parecía no caber en la historia oficial de la familia.

– Eso le pasa a Felipe: ¿Cómo está Chile en ese aspecto?

– Sucede todos los días y en familias conservadoras, religiosas  como  las de Felipe ocurre así. Y no solamente en los estratos altos sino también en los populares. En Chile en los estratos más bajos hay una fuerte influencia de la iglesia evangélica, que es una gran opositora de que las personas se realicen en su homosexualidad o transexualidad. Es más, les ofrecen salvarlos de su homosexualidad. El conservadurismo religioso atraviesa la sociedad y es una fuente de opresión.

Las comunidades religiosas son lugares de pertenencia y las personas LGBT no debieran ser puestas en el dilema de elegir o una cosa o la otra. Tus creencias no deberían ser opuestas a un elemento propio tuyo de tu identidad como es tu orientación sexual.

– ¿Hay más libertad en las no tradicionales de elegirse o de que cada uno siga su vida si no hay acuerdos básicos?

– Las familias tradicionales muchas veces se mantienen y otras no. Tantas se divorcian, hermanos que no se hablan. Son muestras de que muchas familias tradicionales tampoco se conservan en el tiempo. Las no tradicionales es cierto que se dan una posibilidad mayor de pensarse y elegirse. Pero también cuando uno viene escapando de algo el lugar donde va a dar tiene mucho que ver con una necesidad emocional muy básica. Por ejemplo, Felipe va a buscar unos padres putativos en Santiago Pumarino [su pareja] y Elvira Tagle [una amiga] y no necesariamente son las personas que le proporcionan el amor, la verdadera pertenencia que es la que le ofrece Camilo [alguien que lo quiere pero que él rechaza].

Muchas veces es la precariedad, la fragilidad y los resentimientos los que marcan una nueva conformación familiar y no el sentido positivo de las cosas. Felipe tiene todos los privilegios en el mundo, tiene todas las posibilidades, incluso la posibilidad del amor con Camilo y los desperdicia buscando sucedáneos de algo que perdió. Si Felipe hubiera conservado el amor y el cariño de sus padres y a partir de eso hubiera proyectado hacia una relación de pareja lo habría hecho quizá con más libertad. Desde sí mismo, desde su historia, desde su cultura.

Hay algo más: una gran desventaja de las nuevas familias es la falta de comprensión social y la falta de marco legal. Es evidente la incomprensión del sistema legal respecto de las nuevas situaciones de familia por el tema de la diversidad y también por otras situaciones. Estoy pensando en los tribunales de familia, con esa idea de que la familia biológica es la prioridad. Esto afecta el tema de la adopción.

Tapa del libro de Pablo Simonetti

– ¿Cómo suma la historia de su tío abuelo gay no asumido?

– Antes, en medio de la oscuridad total que existía respecto de la diversidad sexual, cómo una persona podía dignamente llevarla adelante o podía también compartirla. En ese sentido la mujer de él, Alicia [tía de Felipe], encuentra ahí una manera de perdonar y perdonarse, de aceptarse humanamente con las complejidades que existen. Ella mostró uno de los espacios que tenían los homosexuales antes si no querían vivir en la marginalidad, porque reconocer la homosexualidad en los años 50 en Chile significaba una completa marginalidad.

– ¿La alternativa era casarse con una mujer?

– Sí, tenían su matrimonio y un amante o cosas así. Las mujeres homosexuales hacían lo mismo. Esa era una realidad burguesa muy extendida.

– ¿Coincidís en que los que se casaban eran felices?

– Esa es una conversación entre el escritor [Tomás] y Alicia. Coincido con Tomás en que las personas que se casaban no eran felices porque el sustento de la relación era muy frágil. Pero Alicia presenta sus argumentos y le dice que no es tan así. Le cuenta: ‘Creo que él fue feliz conmigo’. Al mismo tiempo tenía un amante, la persona con la cual muere en un accidente.

– Ella quiso ocultar el final…

– Claro, porque ella estaba sometida a las reglas de la época. Revelar eso hubiera implicado que todos se hubieran enterado de su homosexualidad y entre los dos habían trabajado para ocultarla. Ellos trabajaron también en otras situaciones de vida que en esa época eran vistas como de profunda infelicidad (por ejemplo, pobrecita ella que está casada con un gay o pobre de él que ella es infértil) y lo tomaron como una fortaleza, algo que los unió. Sus precariedades les significaron una fuente de confianza y de unión. Alicia, aún viviendo en la peor de las oscuridades, alcanzó un grado de libertad y de cómo pensar esa relación. En cambio otro, como podría ser Elvira, que es una mujer que parte ganando enormes espacios de libertad yéndose de su casa, de su familia, sin un padre que la condicione en la crianza de su hija, igualmente uno tiene la sensación de que ella al liberarse se encierra un poco también. Al privar a su hija de la paternidad…

– Algo que intenta remediar, ¿no?

– Claro, pero lo hace pasando por encima de la voluntad de los demás. Por supuesto que lo ideal hubiera sido que el marido de Alicia hubiera sido un gay sin culpa, orgulloso y abierto, pero dadas las circunstancias ellos hicieron algo bueno en la vida común. Porque a la inversa por ahí en situaciones de gran libertad se generan situaciones poco felices. Eso es así, en la vida en general.  El orgullo y la apertura no prometen ningún paraíso. Hay que ser capaz de desarrollar relaciones leales, vínculos fuertes.

– La tía entiende mucho más que su madre que le decía a Felipe que estaba pasando por una “fase” gay, que se le iba a pasar

– Alicia [la tía] apuesta por la libertad de Felipe. Ella aprendió mucho porque podría haber dicho: que se case, que viva como ella esa doble vida, que disimule. Pero ella no hizo eso. Fue capaz de entender la prisión que vivía su marido. Eso se lo hizo entender la situación trágica en que murió, que la obliga a darse cuenta de esa doble vida de él.

– Hay varios clósets en Felipe: con la familia, los amigos, la universidad, el trabajo: ¿Cuál es la importancia de mostrarlos en la novela?

– El clóset principal que tiene Felipe es una idea preconcebida de la vida transmitida por su familia. Más allá de la orientación sexual es una especie de hambre juzgatoria, como estar poniendo todo adentro de cajitas. Entonces, se llena de microclósets y en ese sentido se acerca a Pumarino y a Elvira atraído por esa misma cantidad de cosas a hacer, de ciertos comportamientos que son los valiosos, de ciertas maneras, ciertos trabajos, ciertos lugares a los que ir. Es un continuo de enclosetamiento que va mucho más allá de la cuestión sexual. Por eso lo sexual es particularmente complicado para estos individuos, porque están con varios clósets que ellos mismos se van construyendo, no sólo con el de su homosexualidad.

 

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“Qué suerte que tenés dos mamás, te hacen mucho de comer”

Dos nenas conversan. No juzgan. Por el contrario, ponen énfasis en el alimentarse bien, en el cuidado y el amor. Si hay dos mamás, esto llega por partida doble. “Qué suerte que tenés dos mamás, te hacen mucho de comer”, le dice una amiga a otra, cuya familia está compuesta por dos mamás.

Retomamos en Boquitas pintadas a las familias homoparentales a partir de la mirada del licenciado en Psicología Gabriel Marcomini, un estudioso del tema. El explica que hasta hace pocas décadas se pensaba que la homosexualidad no podía ir de la mano de la parentalidad. “Existía un modo hegemónico de entender y un modelo de parentalidad que implicaba ciertas características. Ser homosexual era no poder constituir una familia, ya que para esto se necesitaba de un hombre y una mujer”, expone Marcomini.

Esta concepción de familia clásica es la que todavía muchos sostienen, entendiéndose como modelo a seguir. “Si hablar de homosexualidad ya era en algunos aspectos mal visto, el querer pensar el concepto de homoparentalidad hasta hace muy poco era directamente inimaginable”, acota. Y agrega: “Las familias homoparentales hace rato ya empezaron a  inventar su lugar en las configuraciones familiares, y lo hacen a partir de lo que existe, al igual que las familias adoptivas, las mixtas, las parejas de hecho sin casamiento legal o las que recurren a la procreación asistida, hacen y construyen un distanciamiento del modelo familiar clásico, para dar paso a un modelo multiparental. Las familias homoparentales dan cuenta de un nuevo distanciamiento relevante y profundo, poniendo de manifiesto nuevas respuestas para nuevas preguntas”.

El especialista reflexiona: “Es por eso que tal vez sea necesario designarlas de esa forma, denominarlas, para que quede plasmada su existencia dentro del orden social, aunque quizá también sea necesario denominarlas “familias parentales”, omitiendo referencia a la cuestión de la orientación sexual. Al acceder a una ley que las incluye y las nombra toman la fuerza y el valor para no seguir siendo acalladas y silenciadas”.

“Qué suerte que tenés dos mamás, te hacen mucho de comer”

Por Gabriel Marcomini (*)

Foto: Familias LGBT Uruguay

A partir de estas nuevas formas o modelos de familias reconocidas socialmente con la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, cabe preguntarnos acerca de los roles y funciones en las familias homoparentales. Roudinesco (La familia en desorden, 2002) señala: “Cualquiera sea la edad, sexo, orientación sexual o condición social, todos desean una familia”.

Y si esta es la premisa, no debería importar la orientación sexual o la identidad de género de los integrantes de una familia, y sí la salud, el bienestar, la educación de los mismos.

La problemática de definir un rol o un lugar en el caso de familias homoparentales se torna algo complejo, pero ¿no es complejo también tratar de definir roles en una familia de las llamadas tipo? ¿Cuántas veces la madre toma las riendas en su casa y es la que lleva la familia?, o ¿cuántas  veces la que cría a los hijos es la abuela, mientras que el padre sólo –y en el mejor de los casos- participa desde lo económico?, o ¿cuántas veces son hermanos o tías los encargados de la crianza de los niños?

El rol parental no va de la mano con el sexo, ni con el género. Muchas madres se deben hacer cargo de su casa y al mismo tiempo trabajan fuera del hogar siendo la única fuente económica. Los padres tienen que trabajar y sus hijos son criados por abuelas, tías o personal de crianza. Es por esto que rol, género, sexo y función no tienen una correspondencia fija y rígida, sino que son variables y se han visto modificadas.

¿Quién hace de quién?

En estas nuevas formas familiares se pone en tela de juicio el interrogante ¿quién es el papá?, en el caso de un matrimonio de dos hombres, o ¿quién es la mamá?, en el caso de un matrimonio de lesbianas (prejuicio tal vez proveniente del cliché: “¿Quién hace de hombre y quién de mujer?”).

Ante este cuestionamiento he escuchado la respuesta de una niña de cinco años que le contesta a una compañerita que tiene dos mamás; ella respondió: “Qué suerte, te deben hacer mucho de comer”.

En definitiva lo que intento exponer es que las preguntas de quién es el papá o la mamá tienen el carácter sexista  y  puramente biológico. Mostrando un grado de rigidez en relación a estos tiempos, cuestión que se fue modificando a través de la historia, pero que todavía sigue vigente y pregona un alto grado de discriminación y maltrato hacia la comunidad LGBT, la cual viene demostrando con creces ser una entidad organizada, en acción, y tomando forma de militancia social.

Entonces, volviendo a ¿cuál sería el rol parental en las familias homoparentales?, agrego: ¿Por qué nos preguntamos esto en este tipo de familia y no en otros tipos?

El rol parental  no varía según el tipo de familia, es el mismo que en cualquier estructura; el deseo de un hijo no está ligado intrínsecamente a la orientación sexual o identidad de género (del padre o de la madre), sino que éste responde a la búsqueda de la constitución de una familia para ser reconocido socialmente, y a la búsqueda de la trascendencia.

El deseo de un hijo

El deseo de un hijo pertenece al deseo de los seres humanos, es su parte instintiva, como necesidad y también como demanda de amor. Los homosexuales, en tanto seres humanos, experimentan y quieren llevar a cabo ese deseo. Si bien tiene una parte de instintiva, también ese deseo se construye y modifica en relación a los aspectos sociales y culturales.

En un tiempo no muy lejano, aquellas personas con una “elección” diferente a la sexualidad hétero eran marginadas y juzgadas, el ser gay o lesbiana implicaba no poder ser padres y, por ende el deseo de tener un hijo quedaba cercenado, truncado, resignando, esa orientación homosexual traía aparejado el que esa persona no pudiera implementar ese rol, esa función, esa posición.

Familias diversas; Foto Facebook Familias Lgbt

Por otra parte, estaba lo que implicaba esa sexualidad en el núcleo familiar. ¿Cuál era el costo que sufría una persona que tenía una orientación sexual homo dentro de su núcleo familiar? En la mayoría de los casos era alto, muy alto, ya que sus familiares, y en especial los padres, vivían esto como algo totalmente anti natural, y con esta “elección” -y desde su fantasma- les sacaban la posibilidad de ser abuelos, de ser parte de una continuidad, de la familia, de la sangre, del apellido.

Es uno de los motivos del orden familiar por lo que los homosexuales tenían que vivir en las sombras su sexualidad, hasta el punto que muchos se casaban con alguien del sexo opuesto, formaban una familia, en pos de mantener la apariencia y la continuidad del mandato, a costa de relegar la sexualidad, cuestión que afectaba a todas las esferas de su vida.

La existencia de las familias homoparentales reafirma derechos, deberes y obligaciones de los padres hacia sus hijos, incitando a una posición y una forma de parentalidad que deja de lado el complemento de la unión desde la diferencia sexual, y confluye en la unidad de deseos de conformar una familia.

Es importante destacar que el deseo contiene un grado de responsabilidad, la responsabilidad de ser padres, y esto implica diversas cuestiones: criar, educar, contener, brindar seguridad, afecto y amor. En ese sentido, la orientación sexual o identidad de género, no define la integridad de las personas.

Padres homo o heterosexuales: ¿qué cambia en los chicos?

Estudios que comparan grupos de niños criados por padres homosexuales y heterosexuales descubren que no hay diferencias en el desarrollo entre los niños en cuatro áreas críticas: su inteligencia, su adaptación psicológica, adaptación social y popularidad con sus amigos.

Estos aspectos ya fueron evaluados en diferentes países, donde llevaron y buscaron en la experiencia empírica la confirmación de los diferentes aspectos, y pudieron realizar muestreos en los cuales arrojaron datos satisfactorios con relación a las familias homoparentales.

La combinación de la neurología y fisiología en los estudios experimentales de los procesos del pensamiento toman un carácter central. Las habilidades se forman en el mismo proceso de la actividad en la que el niño hace suya la información y adquiere conocimientos. Es en este punto donde asistimos al cómo se van construyendo las funciones superiores y la importancia que esto toma en relación al aprendizaje dentro de una cultura específica.

Es en este punto en donde pensamos a la homoparentalidad como una construcción que no quedaría fija, que podría tomar características diferentes, donde se ampliarían formas de entendimientos de la familia en pos de comprender nuevos abordajes, ya que la adquisición del aprendizaje se da en diferentes actividades.

La realidad excede cualquier análisis teórico, y es a partir de estas nuevas realidades que se deben ajustar las teorías para poder dar respuestas a las diferentes necesidades. Teniendo en cuenta, como profesional de la salud mental, que privilegio ante todo el encuentro con el sujeto en su singularidad, y anteponiendo la escucha sin prejuicios, permitiéndome la capacidad de asombro y oyendo las necesidades del otro, sin encasillamientos, he tomado el ejemplo de las niñas donde todas las preguntas que nos hacemos de ¿cómo va a ser visto ese niño?, ¿qué pasa en la relación con otros niños?, ¿cómo va a poder adaptarse teniendo una realidad diferente?, quedan invalidadas. Esto nos permite, a los terapeutas, apropiarnos de diferentes herramientas desde las distintas corrientes psicológicas y abre la puerta a cambiar el esquema de las preguntas que nos veníamos formulando.

¿Podemos, como sociedad, terminar de entender que puedan conformar una familia o adoptar personas del mismo sexo que no pueden reproducirse de la manera biológica tradicional?

Es a través de los avances científicos que podemos dar forma a estas nuevas realidades. La parentalidad ya no está estrictamente ligada a la reproducción a través del coito entre una hembra y un macho.

Considerando que todos tenemos deseos de formar una familia, de generar un espacio de pertenencia que nos brinde seguridad y amor, las diversas formas familiares surgen como modos de responder a este deseo de los seres humanos. Es a partir de este fundamento básico, que es motor, donde el psicólogo se inserta para colaborar en mantener la integridad del sujeto apuntando siempre a su bienestar.

(*)Lic. en Psicología (Terapia Sistémica, Universidad J.F. Kennedy); elmarcote@yahoo.com.ar

 

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“Se dice de mí”

¿Pero vos no tenías un hijo varón? Mientras a mí no me jodan… ¿Con qué necesidad? Todo bien que le gusten los hombres, pero ¿para qué se viste de mujer? Lo que se dice, lo que no, cómo se dice, tabúes. Discursos que invisibilizan. El discurso de la transfobia y el de una militante, una estudiante, una adolescente, una madre y una vedette permiten adentrarnos en la vida trans para comprender los procesos del ser y la lucha permanente contra el discurso heterornomativo que se estructura en el binomio hombre – mujer.

“Se dice de mí”, el documental realizado por las comunicadoras sociales riocuartenses Eliana Pontoriero, Melina Demasi y Julieta Orlando, habilita un diálogo y una reflexión sobre el discurso que establece lo heterosexual como norma; también permite hablar del lenguaje, de la identidad, de la diversidad en todas sus formas. Lo hace a través del testimonio de las militantes trans Eliana Alcaraz, Sheyla Bravo, Carolina Román, Estefanía Calderón, María Belén Ochoa y, también, de  anónimos “heteronormales”, como los definieron ellas.  La muerte de Eliana meses antes del estreno aún duele por lo que esa muerte significa; el documental es, de alguna forma, un homenaje a ella.

Las autoras de este documental recién estrenado en el Centro Cultural Leonardo Favio de la ciudad de Río Cuarto cuentan vía mail de lo que trata esta película, por qué se dedicaron a esta reconstrucción durante cinco años, cuál es el aporte social de su arte, qué respuestas y qué preguntas dispararon hacia la pantalla grande.

Ellas lo cuentan así:

“Se dice de mí” documenta y reconstruye en un relato audiovisual, desde una mirada estética y reflexiva, el discurso de la transfobia en la ciudad de Río Cuarto. La transfobia es una actitud basada en prejuicios, creencias culturales, personales y opiniones hacia personas que transgreden las expectativas y normas sociales de género. El documental busca analizar las construcciones que la sociedad realiza sobre temáticas vinculadas a la transexualidad, contraponiendo los discursos heteronormales con la vida trans.

Contribuye a la memoria, reivindicación, lucha y a la igualdad de derechos y brinda homenaje a Eliana Alcaraz y a Claudia Pía Baudracco, militantes por los derechos de la comunidad LGBT (lesbianas, gasy, bisexuales y trans). Participan en el documental  Eliana Alcaraz, Sheyla Bravo, Carolina Román, Estefanía Calderón, María Belén Ochoa y anónimos “heteronormales”. La música es un aporte de la banda local Los Soplafortune.

Eliana Alcaraz

En 2009, en Río Cuarto se debatió la derogación de la unión civil. Justo teníamos que hacer un gran reportaje para la uni y nos pareció un tema interesante. Entonces, conocimos a Eliana que nos atrapó con todas sus historias. Nos enamoramos de su lucha y la temática, nos hicimos amigas y cada vez que teníamos que hacer un trabajo de nuestra carrera nos acercábamos a ella y a su trabajo. En todo lo que podíamos intentábamos colaborar desde nuestra profesión. Una vez hasta atendimos una cantina.

A medida que avanzaba el tiempo fuimos comprometiéndonos con la causa. Entre todas estas actividades conocimos a Claudia Pía Baudracco y, con ella, nos acercamos al concepto de transfobia. Sin darnos cuenta ya teníamos el camino marcado. Claudia y Eliana fueron nuestras principales porteras a la realidad que queríamos visibilizar. Así nos propusimos “Salir del Clóset, un documental para desatttarnos de prejuicios”, en 2011. Nació como una producción en conjunto con el Programa Municipal de Diversidad Sexual e Identidad de Género y ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina) donde Eliana trabajaba.

Cuando se lo presentamos Claudia nos dijo que la primera vez que nos vio nos sintió involucradas, queriendo investigar algo aunque no sabíamos qué pero sabiendo que nos esperaba algo interesante. Y seguimos.

La investigación empezó hace cinco años: la primera vez que entramos a la oficina de Eliana. Pero la producción de “Se deice de mí” comenzó formalmente hace dos años, sustentada con un marco teórico que fuimos construyendo a través de biografías, antecedentes, experiencias y junto a la guía de nuestros directores de tesis (Charly Pascual y Claudio Asaad) y Walter Torres, presidente de la Mesa de la Diversidad Río Cuarto y compañero de trabajo de Eliana, como un gran clarificador de conceptos, porqués y caminos a seguir.

En 2011 teníamos pendiente la tesis de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UNRC. Meses preguntándonos qué tema investigar. ¿Para qué perdimos tanto tiempo? Ya teníamos marcado el camino. En el medio se aprobaron las leyes de matrimonio Igualitario y de identidad de género. El marco legal ya estaba, faltaba la conquista social. Sentimos que el concepto de transfobia que Claudia nos había enseñado encerraba todo; la transfobia trasciende la transexualidad y nos implica a todos.

En pleno rodaje

Lo que nos faltaba era contar acerca de ese concepto tan extraño hasta entonces y entender cómo se gestaba en lo discursivo. Así surgieron los testimonios heteronormales, necesarios como contrapunto. Como define Didier Eribon: “El  heteronormal tiene siempre un punto de vista sobre lo que deberían hacer o no hacer los homosexuales, ser o no ser, decir o no decir. Sabe siempre mejor que el homosexual lo que es la homosexualidad, siempre tiene una explicación que dar (psicológica o psicoanalítica la mayoría de las veces) y no tarda en barrer con desprecio o condescendencia todo lo que el homosexual puede decir de sí mismo”.

En el documental se describen diversas situaciones cotidianas de las entrevistadas que nos permiten acercarnos a sus procesos internos y externos. Nos acercamos a ellas y a sus familias para poder comprender y reflejar su día a día. Al mismo tiempo contrapusimos estos relatos con testimonios heteronormales que nos dieron una referencia del imaginario colectivo sobre la vida trans.

Eliana Alcaraz inició una lucha personal y local y, a través de su historia de vida, se convirtió en una referente social para todos.

Carolina Roman es la primera vedette trans de la provincia de Córdoba y aportó una visión filosófica de la vida y las pasiones.

Sheyla Bravo, nuestra amiga confidente, nos permitió conocer los secretos más profundos.

María Belén Ochoa es una madre tradicional que hace todo por sus hijos.

Estefanía Calderón es una adolescente que describió los procesos en primera persona y en tiempo real.

“Se dice de mí” se convirtió en un doble homenaje que sintetiza una lucha de dos grandes guerreras de la diversidad: Claudia Pía y Eliana.

Bonus track

“Se dice de mí”, por Tita Merello

 

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“La cultura gay argentina es aún represiva”, dice Rodrigo Cañete

Rodrigo Cañete, ni alias ni un apodo contracultural, sino el nombre de un exsubsecretario de Cultura de la Nación en 2002. Un ser polémico. Hace más de un año, el ambiente del arte local fue sacudido por la aparición de un blog en la web: Love Art Not People, escrito por Cañete.

Escribe Daniel Gigena para Boquitas pintadas que el blog combina clases de historia del arte, críticas de muestras y de personajes del establishment cultural (de directores de museos a curadores, de artistas consagrados a la hija pintora de Marcelo Tinelli) y nuevas variaciones sobre el arte de injuriar.

Luego de ese cargo fugaz (“Yo era el segundo en una Secretaría excluyentemente peronista, con Ruben Stella a la cabeza. Fue horrible y me demostró el gran problema de la división entre peronistas y antiperonistas”), Cañete se instaló en Londres, donde hizo un doctorado en Historia del Arte en el Courtauld Institute of Arte. Con una tesis sobre Diego Velázquez ganó el premio de la Asociación de Historiadores del Arte de Gran Bretaña. Sin privarse de nada, también fue asesor de arte del CEO de Morgan Stanley, Wal-Mart y Coca-Cola. En la actualidad, escribe una historia del arte argentino de los últimos veinte años que será publicada el año próximo y un libro sobre las pinturas mitológicas que se publicará también en 2014 en Estados Unidos.

Al blog sumó hace unos meses La Hora de la Pastela, un curso de historia del arte por YouTube. “La intención –dice- es formar un público de arte no erudito sino con el ojo abierto a lo que pasa frente de ellos. Es por esto que no es cronológico sino temático: lo gay, lo hermafrodita, el plagio, la copia, etc. Los argentinos no tienen ninguna formación en historia del arte en la escuela ni en los medios y cuando la tienen es o bien formalista, o bien materialista. Ambos modos de aproximarse al arte cierran el debate en lugar de abrirlo”.

El mano a mano entre Gigena y Cañete:

– ¿Cuándo surgió el blog y por qué decidiste hacerlo?

– El blog comenzó cuando tuve lo que podríamos llamar mi holocausto de la mediana edad en donde hubo separación, adicciones, depresión y rehabilitación. Comenzó como un modo de catarsis personal que me reconectaba con el mundo hablando con un lector imaginario que después se fue haciendo más y más real y masivo. En esos comienzos era en inglés. Sin embargo, desde la Argentina comenzaron a leerme y yo empecé a escribir más sobre la realidad del arte y la politica cultural argentinas y de golpe terminé escribiendo un blog en castellano y otro en inglés que es muy leído en Estados Unidos y en Inglaterra. Escribo aproximadamente cuatro artículos por día y participo en el foro que se ha venido armando en ambos blogs.

LANP es un proyecto serio que tiene que ver con la generación de las condiciones para que se puedan crear espectadores de arte a la altura de la gran tradición cultural argentina. Yo me había desconectado con la realidad de mi país al instalarme en Londres. Ese es un proceso natural en el que uno necesita desarraigarse para reconstruirse a sí mismo en el nuevo país. Una vez terminado ese proceso, se vuelve a mirar al lugar de origen y no me gustó nada lo que vi: las inseguridades y los miedos habían bajado los estándares de la crítica y de la producción artística a un nivel que, creo, es históricamente el más bajo. Las instituciones culturales están casi en ruinas. A partir de allí fue identificar causas, actores y actuar. Al principio fue duro, muchos creían que no existía; otros, que estaba loco o drogado. Sin embargo, muchos me alentaron y creo que hoy, al menos yo, puedo ver que en un grupo de gente la mirada se hizo más clara. Mis lectores me asombran con su inteligencia y conocimiento. Love Art Not People es un foro increíble.

– ¿Por qué creés que despertó tanto interés en la Argentina?

– Creo que el momento en donde el blog despertó particular interés fue con la serie de los “Putos”, donde hice una suerte de catalogación sociológica, mitad en serio mitad paródica (que, por cierto, en algún momento, retomaré), sobre los gays argentinos. Luego se volvió masivo cuando le dediqué dos semanas a una genealogía de la crítica del arte en la Argentina durante la dictadura y la transición democrática, que nos permitió a los lectores y a mí entender el porqué de la falta de buena crítica visual. A partir de allí fui ganándome la confianza de mis lectores poniendo en práctica mi cruzada contra lo que yo llamo “la mafia del amor”, que no es más que el tráfico de influencias que carcome desde adentro la excelencia en el mundo del arte (y en todos los ámbitos). Creo que lo que está demostrando el blog es que el mundo del arte es un micromundo en el que las prácticas de la corrupción se juegan de manera análoga a las del mundo de la política o los medios de comunicación, por ejemplo.

Muchachos; Foto de Facebook

– ¿Recibiste críticas por tus opiniones sobre gays, lesbianas y trans, y sobre los derechos humanos? ¿Qué posición tenés frente a eso?

– La verdad que no, más bien todo lo contrario. Recibí muchos comentarios de gays en el clóset que me contactaban porque había expresado algo que sentían pero no podían siquiera articular en forma de pensamiento.  Por eso pienso que la cultura gay argentina es aún represiva y como toda represión, empieza por dentro.  Lo que sí recibo a veces son insultos anónimos y siempre vienen con dos apelativos: “drogadicto” y “sedoso”. Todo dicho.

– ¿Cómo construís esa “figura de autor” irreverente, ácida, sutil, maliciosa y zarpada?

– Con un nivel de disciplina que no deja de sorprenderme a mí mismo. El blog es un foro que yo comparo con el stand-up comedy. Funciona sólo si existe esa sinergia y ese ritmo que definen al humor. Desde ya uso el humor para hacer tolerable muchas verdades que se dicen y que pintan un panorama que, de otro modo, parecería desolador y no lo es. La acidez es la combinación de la inteligencia, la seriedad y el humor. Lo zarpado de mis intervenciones en el blog tiene que ver con los intereses que se tocan y con los temas y lo que vos llamas “malicia” tiene que ver con que es un discurso que no enuncia exclamaciones tipo ‘”¡genio!’ o “¡divina!” para el cual ya ni se necesitan incluir verbos. Yo creo que hay gente que, desde que Facebook existe, se olvidó de cómo conjugar verbos. En síntesis, el blog se ha transformado en un foro transgeneracional de gente inteligente que ama el arte y al país. Eso no es poco.

– ¿Qué pasa con tus “enemigos” señalados? ¿Tuviste problemas o todo se reduce a una cuestión verbal o tecnológica (denuncias por abuso, bloqueos informáticos, hackers, tuits)?

– El proyecto del blog es generar un espacio para pensar nuestra realidad cultural sin miedo ni clientelismo de ningún tipo. En el marco del blog yo entiendo la amistad como igualdad en el reconocimiento de la virtud del otro. Esto, desde ya, es opuesto a ese discurso que se legitima a través del amiguismo o lo que yo llamo “la mafia del amor”, que no es otra cosa que la naturalización de la corrupción a nivel de la vida cotidiana malentendida como “apoyo afectivo”, “luz y sol” y “lazos de amistad”. No para de sorprenderme cómo en la Argentina ese nivel disimulado del “tráfico de influencias” hizo metástasis y tomó todo el cuerpo social. En la Argentina, una crítica equivale a una declaración de guerra. Eso es infantil.

Tuve amenazas a mí y a mi familia. Hubo un pedido formal de suspensión del blog por cuestiones de copyright pero en cuanto lo aclaré, me dieron la razón a mí. Legalmente estoy asesorado y tené en cuenta que me rijo por la ley inglesa que, en materia de libertad de expresión, es muy amplia.

Ser puto es muy difícil

– Explicame la distinción que hacés entre gay y puto, que aparece con frecuencia en el blog

– Yo me defino como un homosexual (me enamoro y tengo sexo con hombres) pero no gay (no participo necesariamente de las prácticas que caracterizan dicha cultura). La palabra “puto” se refiere al gay vernáculo, que a mí me parece mucho más cariñosa que la palabra “gay” que está muy cargada de ese hedonismo consumista (desde el nivel sexual hasta el de la sectorialización del turismo, por ejemplo) que termina en la construcción de guetos. De más está decir que odio los guetos.

– ¿Cómo es tu experiencia homosexual en Londres?

– Elegí Londres como mi hogar hace casi diez años. Creo que Londres es un lugar al que un gran número de homosexuales vienen a poder ser felices con todo lo que los diferentes tipos de mercados tienen para ofrecer. Hay tolerancia, diversión, falta de prejuicio y, sobre todo, juventud. Al principio yo me sentía como un niño en una juguetería pero un año después de mi llegada mi papá murió, mi mamá se deprimió por quedar sola (soy hijo único) y necesité recrear un hogar lejos de mi hogar.

Conocí a mi pareja de ocho años hasta que me tocó deprimirme a mí y él no estuvo a la altura de las circunstancias por diferencias culturales (cuya importancia había minimizado), por sus propias imposibilidades y por mis propias fallas. Me lancé a completar esa parte de mí que sentí que faltaba en el sexo (que en Londres es fácil e ilimitado) y en las paraanfetaminas (crystal meth). Así di vueltas en ese submundo de drogas, sexo, inseguridades, dolor y soledad que caracteriza gran parte de la cultura gay en las grandes ciudades.

Esa droga, en particular, está destruyendo a la comunidad homosexual en Europa y en Estados Unidos. Hay un submundo de enfermedad, violencia, desarraigo y depresión que el Estado y los sistemas de salud pública se niegan a ver y es una bomba de tiempo. La relación entre droga, enfermedades de transmisión sexual, culpa por no darle nietos a mamá y homosexualidad está generando un cóctel de depresión y autodestrucción que está diezmando (mucho mas que el VIH) a los gays en esos centros mundiales. Es un tema que me preocupa y mucho.

Creo que la diferencia entre Inglaterra y la Argentina tiene que ver con los niveles de apertura y real tolerancia. En la Argentina, la aceptación de la homosexualidad es relativa. Por un lado, se dice que ser gay es aceptado pero, en realidad, hay muchos sectores para los que ser gay equivale a ser débil o disfuncional. Los modos en los que lo gay se proyecta en los medios es prueba de esto. El homosexual aparece como un ser o patético o trágico.

Para muestra vale un botón. Me refiero a aquel almuerzo de Mirtha Legrand con Roberto Piazza en el que le pregunta si un padre adoptivo homosexual tendría inclinación “natural” a abusar de su hijo adoptivo por el simple hecho de ser varones. No hay mucha diferencia entre eso e incitar a la violencia. Luego, tenemos la cuestión del sida y los modos de educar en los que se carga al sexo de tanto y tan perjudicial que uno vive aterrado a todo. Si pensás la vida de un gay en la Argentina (y hablo de mi caso), uno vive la mitad de la vida negándose a sí mismo, luego cuando uno se da cuenta de que es distinto, se oculta de sus seres queridos y finalmente cuando uno sale del clóset se encuentra con una sociedad que le dice que en cualquier momento se puede morir y que, además, es portador de muerte. Es muy difícil vivir así.

 

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Un chat de hace diez años para revivir el final de una historia de amor lésbico

Maquimaiú (la dedicatoria) cuenta el final de una historia de amor entre dos mujeres: Maqui y Maia. Y lo cuenta sobre las tablas en una obra que se estrena este domingo. La obra pone en escena, con esa mezcla de humor y ternura que otorga revisar el pasado, los desencuentros y malos entendidos que se juegan a veces en el amor, en este caso, en la voz de dos mujeres.

En una obra inspirada en sus propios mails con su primer gran amor, Maia Muravchik, autora, directora y actriz, conversó con Boquitas pintadas sobre esta pieza que, desde las conversaciones virtuales con alguien que amó, reflexiona sobre los cambios en las relaciones en tiempos de hiperconexión. ¿Nos comunicamos más? ¿Cuánto hay de verdadero en ese intercambio virtual?

“De tanto escribirse horas y horas con una persona, uno termina escribiendo cualquier cosa. Pero, en algún momento del cansancio salta la verdad”, opina Maia.

Maia y Maqui, en escena

– ¿De qué trata la obra?

– MAQUIMAIU (La dedicatoria) cuenta la historia del final de una historia de amor. Algo tan absurdo como la dedicatoria de un disco hace que todo vuele por los aires. Habla de dos personas que se quisieron un montón pero que no pudieron escucharse por diversas razones: el orgullo, el miedo, la inexperiencia, el ego.

– ¿Por qué te interesó retomar una historia de amor desde el chat, un medio que en apariencia parecería sin mucha sustancia?

– Un domingo angustiada me puse a revisar viejos mails y chats que había tenido con quien fue mi primer amor, hace casi diez años. Las conversaciones virtuales y correos electrónicos habían formado parte fundamental de nuestra relación. En este chat en particular encontré un gran potencial  por lo absurdo, pero también porque había algo intenso y verdadero en esas incoherentes líneas. Había algo  bello y algo triste. Y el inevitable final. Entendí cómo en cierto momento ya empezábamos a decir cualquier cosa, como ocurre a menudo con los chats.

Me hizo reflexionar sobre los cambios que existen en las relaciones a partir de la irrupción de las nuevas tecnologías para la comunicación. Muchas veces, como en este caso, la hipercomunicación lleva a no comunicarse, a no escucharse. Y creo que eso fue en definitiva, lo que pasó.

Entonces armé como si fuera un guión. Lo leí una vez más y me puse a llorar. Lo llamé a Dennis Smith [director de la obra] quien aparte de ser mi entrañable amigo, es un artista talentosísimo, y le mandé el texto. Me llamó y me dijo “Amiga, estás re loca, no puedo parar de reírme”. Empezó a supervisar y proponer cambios para que la conversación pueda ser llevada a escena. Y llamamos a dos talentosísimas actrices para que se embarquen en esta locura virtual: Maqui Figueroa y Johanna Zambón.

El final de una historia de amor entre mujeres

– ¿Qué riqueza encontraste en ese medio?

– Justamente la riqueza radica en que, de tanto escribirse horas y horas con una persona, uno termina escribiendo cualquier cosa. Pero, en algún momento del cansancio salta la verdad.

El desafío fue hacer una obra con esto: generar ese chat en un espacio escénico, sin recurrir a lo obvio.

– ¿Te parecen importantes los pequeños detalles para abordar desde allí una historia amorosa? ¿Por qué?

– En su momento me volvió loca no estar en los agradecimientos del disco. Y tenía que ver lo cruda que había sido toda nuestra historia de amor, porque había sido realmente muy cruda. Yo pedía estar en los agradecimientos del disco porque necesitaba eso, una legitimación. Vivir oculta me parecía terrible. Hoy día lo puedo entender y agradezco no estar en la dedicatoria. Pero justamente lo que se ve en MAQUIMAIU es que lo de los agradecimientos es un disparador para conocer la intimidad de esa pareja, las locuras y los desencuentros.

– ¿Creés que tienen algo de particular las relaciones amorosas entre mujeres, a diferencia de otras de distinto sexo?

– No creo. La obra tampoco aborda ese lugar. Realmente en la obra no importa si son mujeres, hombres o mujer y hombre. Son dos mujeres, en verdad tres, pero no es lo más relevante de la historia. Lo que importa es lo que no fue y por qué no fue y ni eso queda demasiado claro.

Lo bueno de lo que está pasando hace un tiempo es que nos estamos empezando a dar cuenta de que la gente se encuentra o no se encuentra. Ya no importa si sos chico o chica y si el otro es chico o chica. Si te va bien, te encontrás. Si no te va tan bien, como en mi caso, adoptás dos gatas.

– ¿Qué te pasó a vos cuando terminaste de escribir esta obra? ¿Qué sentimientos te surgieron?

– Empecé a darme cuenta de que estoy loca y me empecé a preocupar. Es muy raro actuar de uno hace diez años. Al principio del proceso me defendía a mí misma, después llegué a odiarme un poco y finalmente aprendí a perdonarme. Hice lo que pude en mi primera relación. Y da cierta ternura haber sido tan inocente.

Creo que, al fin de cuentas, aprendí la lección.

 

MAQUIMAIU (la dedicatoria): Funciones: Desde el 23 de marzo, domingos a las 21. ElKafka Espacio Teatral –Lambaré 866

 

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Dos mujeres un poco “raras” presentan su libro de diversidad sexual

“Siempre me sentí un poco queer, rara, distinta”, dice Ana Lía Glas en el prólogo de Diversidades en primera persona, hacia un imaginario inclusivo, un libro que escribieron a cuatro manos con Silvia Kurlat. “Me hice dos abortos y nunca me arrepentí de la decisión tomada. Elegí parejas heterosexuales pero “especiales”, agrega. Feminista desde fines de los ’80, cuando su hijo le dijo que era gay las luchas contra la discriminación se volvieron centrales en su vida.

Silvia reconoce que su interés por las diversidades fue algo que la sedujo desde la escuela primaria. Este libro es la síntesis de años de andar, investigar, estudiar. “Me interesaba muy particularmente que las diversidades étnicas, generacionales, sociales, sexuales, genéricas dejaran de ser vistas y tratadas como patológicas, inmorales, obscenas o pecaminosas para ser consideradas como evidencia de que lxs humanxs somos diversxs, múltiples, discontinuxs y singulares”.

En este diálogo con Boquitas pintadas, las autoras hablan de sus motivaciones, explican por qué consideran que el sistema sexual actual está regulado según parámetros que no reflejan la realidad y generan opresión y subordinación, se refieren a las razones por las que incluyeron testimonios en primera persona y cómo las

– ¿Cuáles son las razones por las que escribieron el libro?

– Silvia Kurlat: Reconozco diferentes motivaciones: por un lado el tema de la diversidad me despertó  interés y preocupación aún en la escuela primaria. Curiosamente me volqué a lecturas relacionadas con personas perseguidas, pueblos oprimidos, diversidades culturales, étnicas, religiosas, sexuales, etc. Se constituyó en una fuerte motivación  compartir la experiencia de personas muy queridas que sufrían en silencio por tratar de adaptarse a un imaginario social patriarcal, heteronormativo, homogeneizante y patologizante sólo para ser aceptadas socialmente. Fantaseaba con una publicación que pudiera contribuir a la elaboración de argumentos para enfrentar los prejuicios con que se aborda, en general, el tema de las sexualidades.

A partir de la sanción de las leyes de Matrimonio Igualitario y de Identidad de género pensé que era el momento oportuno para hacer algún aporte sensibilizador en línea con los derechos que estas leyes garantizan, como modo de contribuir consolidar  una sociedad más justa e igualitaria.

– Ana Lía Glas: Soy una militante política desde mi juventud, una militante feminista y tengo escritos publicados e inéditos. Así que la escritura es un medio de expresión que amo, aunque nunca había escrito un libro. Estos últimos años me he acercado al tema de las diversidades sexuales, tal vez porque todas las luchas me interpelan y también porque a partir de que uno de mis hijos me dijo que era gay sentí la necesidad de militar en ese tema. La invitación de Silvia a que escribiéramos juntas este libro me dio la oportunidad de hacer de la narrativa, del contacto con las diversas personas entrevistadas, una forma de militancia.

– ¿Por qué consideran que el sistema sexual actual está regulado según parámetros que no reflejan la realidad?

– Silvia: Actualmente son frecuentes las familias homoparentales, ensambladas, etc. Las prácticas sexuales se ampliaron y se visibilizaron cada vez más. La concepción de familia tradicional se ha ido modificando sustancialmente, sin embargo, el imaginario social sigue valorando de manera diferenciada a las relaciones heterosexuales, monogámicas, entre personas de la misma edad  y clase y cuya orientación sexual y  el género están definidos.

La creencia arraigada que considera a la familia como la célula básica de toda sociedad humana es una concepción restringida, disciplinadora y opresiva.

Actualmente el sistema sexual se continúa regulando, a pesar de los avances, con parámetros restringidos que no reflejan la realidad de todas las personas y por lo tanto se tornan opresivos.

– Ana Lía : Esta sociedad patriarcal, heteronormativa impone sus reglas. Se parte de una lógica binaria: sos hombre o sos mujer, sos judío o sos argentino, sos heterosexual o sos homosexual. Quedan por fuera otras realidades que escapan a estas definiciones .Las identidades mutantes, ambiguas, paradas en ese lugar adonde no tienen límites rígidos, difíciles de comprender para la mayoría de las personas.

Además el patriarcado ha impuesto, y plasmado aún en las subjetividades de las personas la idea de la superioridad masculina.

Esto genera opresión y subordinación en mujeres, el colectivo LGBT y otras comunidades , franjas etáreas, etnias etc.

Las autoras Ana Lía Glas y Silvia Kurlat, en la presentación del libro junto a Norma Castillo, una de las lesbianas que dio su testimonio

– ¿En el libro consideran a la sexualidad en su dimensión política y privada? ¿Por qué?

– Silvia: Hemos tratado de considerar tanto los aspectos privados e íntimos de la sexualidad  como lo relativo a la dimensión política  que implica asumir una determinada orientación sexual e identidad genérica  tanto en la elaboración del marco teórico como en los relatos de las personas entrevistadas. Para algunxs autorxs y personas entrevistadas, toda sexualidad es política mientras que para otrxs es una expresión del deseo ligada al placer sexual.

– Ana Lía : Para mí éste es un libro eminentemente político. Pero como decimos las feministas: “Lo personal es político”, se incluye la dimensión privada, lxs entrevistadxs nos han contado parte de sus historias y también se han definido políticamente, en el sentido más amplio del término.

– ¿Qué teorías recorren el libro? ¿Por qué las eligieron?

– Silvia: Tanto en el mapeo bibliográfico seleccionado para esta publicación como a través de lxs entrevistadxs se puede identificar claramente la sociología de la desviación, los estudios de género, las diferentes teorías feministas, los estudios queer, la performatividad y la interseccionalidad.

– Ana Lía : Son teorías a las que he adherido a lo largo de mi vida, teorías de alguna manera transgresoras  con las que me identifico, como así también adhiero al abolicionismo penal, estoy a favor de la paulatina desaparición de cárceles y manicomios (aunque hoy pueda parecer una utopía) he nutrido también mi pensamiento en la antipsiquiatria, a favor de la despenalización del consumo de marihuana y por supuesto por la legalización del aborto.

Ilustración de tapa: Escucha alegría, de Gloria Frydlewski

– ¿Por qué sumaron las entrevistas en primera persona?

– Silvia: La propuesta era desnaturalizar todo etiquetamiento, cuestionar el binarismo, el modelo heteronormativo hegemónico y para ello, entendíamos que no alcanzaba con un desarrollo teórico. Los relatos en primera persona aparecieron como el modo más pertinente de abordar estas cuestiones porque las historias de vida describen mejor que todas las teorías juntas, las vivencias personalísimas de cada una de las personas. De hecho admito, a pesar de haber recurrido a una abundante y diversa bibliografía, asumo sin embargo haber aprendido más de los relatos que de los libros.

Muchas veces se discrimina porque  se desconoce la “humanidad” del discriminado. Se lo deshumaniza para poder humillarlo.

– Ana Lía: Como dice Aurora Levins Morales (1):”Los empresarios y promotores de las multinacionales convierten en alta teoría la riqueza de nuestras vidas, quitándonosla. Llevando a un proceso de abstracción hasta hacerla irreconocible y luego comerciar con ella”.

Nosotras pretendimos a través de nuestro libro dar la palabra  a lxs protagonistas. En el video de presentación del libro Luis de Grazia nos plantea que “cuando los libros son demasiado académicos y se quedan en un circuito muy cerrado no se abre el debate a la sociedad”.

– ¿Qué historia le resultó más llamativa, sorprendente por algo?

– Silvia: Varios relatos me sorprendieron. Sorprende, por ejemplo, que una persona que por razones políticas se presenta como una persona trans, que se siente un varón, considere la posibilidad de embarazarse en un futuro. Sorprende que a una mujer transexual la recluyeran reiteradamente  en institutos de menores sólo por el hecho de asumir esa condición sexual. Es poco conocida la situación de mujeres trans que deciden no intervenir sus cuerpos, no someterse a tratamientos de hormonización, no maquillarse, o sea que escapan al estereotipo que circula en los medios de comunicación e impregna el imaginario social.

Lo más impactante a mi parecer fue la entrega de cada una de las personas entrevistadas, la muy buena disposición para compartir su mundo interno,  lo más íntimo y muchas veces doloroso.

– Ana Lía : A mi todas las historias me resultaron ricas y súmamente interesantes. Y también me conmovieron y crearon un lazo con las personas  entrevistadas que perdura.

(1) Aurora Levins Morales es aborigen de Puerto Rico

 

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“No me gustan las mujeres”, dijo ella y se quedó con su marido

Dice Soledad que hace poco tiempo empezó a incursionar en la comunidad gay “virtual”. Dice, también, que  Boquitas pintadas le resulta tan interesante como triste. Le resulta chocante -se explaya- ver el nivel de violencia de ambos lados.

Dice: “Sueño y ansío el momento en que ya no haya un nosotros y un ellos. Que seamos un Todos”.

Dicho esto, se explaya en el relato de su vida.

Tengo una historia que es para una película, pero sería una película de esas de tres horas. Por lo tanto sólo diré que no me enamoré. No. Yo sentí el amor porque amo; porque más que ceguera fue un gran destello de existencia envuelta en sentimiento. Porque el amor verdadero es aquel que trae consigo una verdad.

Diez años me lleva, pero una vida nos une. Tiene a cuestas varios años de divorcio y dos hermosuras llamadas hijas. ¿Yo? Yo soy gay desde que recuerdo, ella… bueno, nunca supe bien de qué va la cosa

Tantas cosas hizo, tanto me buscó, que ni el inadecuado contexto la detuvo. Tocarme todo el tiempo, abrazarme de la nada, decirme que yo tengo algo atractivo pero que debe entender que eso no es para ella… más que decirme a mí, a veces tenía la sensación de que hablaba consigo misma. Tantos “te quiero” de la nada, tanto pensamiento frecuente. Tanta gana refrenada y torpe.

¿Para qué? Para que cuando yo a mi manera bien directa y sin enrosque la increpé terminé oyendo esas frases poco originales y muy desgastadas en el psiquismo de negación homosexual: “No me gustan las mujeres, nunca me gustó una mujer. Nunca estaría con una mujer, una mujer no es alguien a quien yo elegiría”.

Me quedé queriendo sola.

Foto: Ignacio Lehmann; 100 World Kisses, en Colombia

Cómo duelen las maneras, ¿no? A veces es eso lo que llama al dolor. Su estilo en ese momento fue mezcla de indiferencia, distancia y aparente sorpresa. No había necesidad de repetirme las palabras “no” y “mujer” como tratando de que retumben en mi cabeza hasta derrotar el corazón. O tal vez esas afirmaciones eran dirigidas a su persona. Sí, así no queda ninguna duda por las dudas. No vaya ser que…

La vida tiene un sentido del humor muy sospechoso, porque hoy ella permanece al lado de alguien que, desde su vocación de terapeuta, promueve terapias de conversión. Por supuesto, él tiene un nivel de convicción religiosa de dudosos principios. Ella también es muy creyente. Hoy no sé dónde está la persona que conocí, o creí conocer. Me entristece que esté rodeada de esa clase de gente.

Hace meses soñé que ella me enviaba una carta, era muy larga, sólo recuerdo la frase: “No conocí el amor”.

Eso me inspiró a mí a escribir fervorosamente a lo [Jack] Kerouac. Expresar sin pensar… sólo lanzar imágenes, imágenes que revuelan mi interior y por momentos pinchan mi corazón hasta desinflar la ilusión.

 

Este es el escrito de Soledad:

“No conocí el amor”

Un presagio intermitente, falto de tolerancia, incrementa el rigor mental en ideas cobardes que componen el espíritu alterno de tu existir.

No sé si será real o el afecto falso me lo indica, sólo sé que pierdo el lugar protagonista… para siempre, para siempre seré y nunca estaré. Difícil mando de religiosidad, viniendo de vos es extraño el desparpajo tumultuoso de sinceridad. Soportá el efecto renovador de caridad sentimental, al igual que yo que provoco distancias paralelas a mi ser.

Disfrutá del entorno temporal tal vez, misma manera, mismo discurso. Lentamente, lentamente me creaste del duelo de perderlo todo en mi interior incapacitado. Febril me dejaste aquella vez en que me sentí un cerro partido. Comprende la urgencia.

Un sueño del ser para estar presente por si solo en una cama, en la cama diagonal con ternura aparente. Rendijas percibo… rendijas diviisorias, un logro desperdiciado por una manera inconveniente de erradicación de sentimientos verdaderos, viniste a mi y destrozaste el futuro idiota de querer lo que no está.

Foto: Ignacio Lehmann; 100 World Kisses

Falsa la idea de ser creada en el desconsuelo, en el descontento. Te dije que lloraras, te dije que largaras la pureza de lo exótico. El “nosotros” consternado, el decadente final para vos. Ilusa, sos una ilusa engañada en el perdón por días desgastados. Te ataste a tu pérdida eterna.

Sabiduría baja, en el suelo conforma un espíritu irremediable. Descalzo ya camina el amor, pobre de intento por aflorar para querer sin escape, sin disminuir el riesgo de celarte. Más no podré esperar el envión de olvidarte. Te gusto, justo cuando te busco. El imán irremediable del amor.

Vos viste lo que se escapó de mí, lo quisiste y lo tomaste. Yo te lo di. Quereme que me canso, de quererte yo me canso.

Olvida el suelo y venite conmigo, el vuelo sale temprano, acapararé tu cintura por encima de mi deseo. Irradias ahora amor del bueno. Más te busco, más te intento. Desprejuiciada voy hacia vos, verdadero el desencanto de perderte, no se puede permitir la libertad interrumpida de dolor.

Te busco, te amo. Te soporto y te abstengo. Te miro y me aflojo, te entiendo y difiero, te tengo y te vuelo. Te intento y rechazas. Un lugar perdido de refugio.

Decirte no me alcanza, ya serás feliz, en el tiempo equivocado reducís mi forma de quererte. Ignoro tu pedestal. Me comprometo a diluirte hasta mi final. Será en vano, te llevo dentro. Te estrujo dentro. Te aprieto con ganas de más. No llores más, volveré y te veré de nuevo, como el sol me lo pidió cuando esperábamos el refucilo de su intención.

Lameme, lamé mi dolor, el que provocaste algún día de sabiduría estúpida que creí tener. Volcame tu amor que así soy más de mí. No puedo perderte, el destino se puso incierto. Vuelve donde te espero. Ya sabré de tu dominio interior.

Clasifica tu mente mi amor, tal como te gusta. Mirá el desconsuelo de arriba tal como te gusta, mi amor revoltoso de espanto.

Intenta el Cristo que mejor te queda, lleválo sobre tu espalda al meterte en su mar de nombres insospechados de pecado… tal como te gusta a vos.

Voltéame un segundo hacia vos, mientras camino a mi lado. Desvísteme en refucilos internos que tan poco tienen para decir. Como yo, te amo. Y enviudé antes de tiempo por tu culpa indómita. Me dejaste sola, te odio por estar para vos. Para mí no hay resquebraje que valga un santo demonio de mi alma. A oscuras te quedaste. Más no estar te devuelve al ser interior. No estés mi amor, no te lleves ahí donde no te perteneces.

 

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Mujeres de artes tomar celebran su día todo el mes

Sandra Posadino es actriz y fundadora de Mujeres de Artes Tomar (MAT). Junto al Auditorio Kraft organizaron el ciclo Marzo Mujer y Memoria, una serie de propuestas que apuntan a honrar a la mujer en sus luchas.

Sandra le cuenta a Boquitas pintadas sobre el espíritu de este mes de conmemoraciones feministas que incluyen un concepto amplio de mujer. La artista trans Susy Shock en la programación del ciclo es una muestra de esto.


– ¿Qué es Mujeres de Artes Tomar? ¿Con qué espíritu surgió?

– Mujeres de Artes Tomar (MAT) es el proyecto colectivo de arte vinculado a temas de género de la compañía teatral Las Chicas de Blanco. Surge del deseo de visibilizar y denunciar las distintas violencias que padecemos todas las mujeres y la necesidad de modificar esa situación, creyendo profundamente en el arte como herramienta transformadora en lo personal y social.  Es nuestro espacio de lucha por la equidad y el respeto por nuestros derechos. Contamos con un calendario anual de acciones artísticas de distintos formatos en los que a través del hacer de mujeres creadoras proponemos otra mirada sobre temas como memoria, salud, trata, aborto y violencia con instancias de reflexión y acción directa. Con mucha entrega, compromiso y alegría de todas las participantes.

– Sobre la conmemoración de Marzo Mujer y Memoria: ¿Qué significa? ¿Cómo ingresa el concepto de memoria?

– El ciclo Marzo Mujer y Memoria lo organizamos en forma conjunta con el Auditorio Kraft a partir del deseo común de honrar a la mujer en su día y en sus luchas. El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, surge como recordatorio de aquellas mujeres trabajadoras incineradas por su reclamo de condiciones laborales justas en la fábrica Triangle. El 24 de marzo, día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, es un reconocimiento a la lucha incansable de abuelas y madres de plaza de mayo y recordatorio de tantas y tantos. Tomamos estas fechas como ejes, siendo motivadoras de una acción cada vez más abarcativa de estos conceptos.

Este año armamos este equipo que integro con Claudia Quiroga, Noelia Testa, Eugenia Rivas, Juan M. Caputo para alumbrar esta tercera edición de arte y conciencia. Tomamos los ejes Mujer y Memoria para los contenidos artísticos. Los espectáculos seleccionados se vinculan con estos temas tanto para las propuestas escénicas de calle como de sala. Teatro, música, danza, narración, cine, mesas de reflexión, exposiciones fotográficas, ilustración en vivo, títeres y más para ofrecer al público.

La Marcha de las Escobas en el ciclo Marzo, Mujer y Memoria

– ¿En qué consiste la marcha de las escobas? ¿Qué resignificación se le da al “barrer” tan ligado al ama de casa típica en un sistema patriarcal?

– En la Marcha de las escobas, que dirige Clodet García, se trabaja con el lema “barrer las injusticias”. Traemos de la memoria la marcha de 1907 en que las mujeres por primera vez salieron a la calle a peticionar por un derecho, la vivienda. Portaban su elemento cotidiano, la escoba. Hoy seguimos peticionando por nuestros derechos y seguimos portando la escoba como símbolo de lucha, resignificando en cada marcha qué tenemos que dejar atrás para avanzar hacia la equidad, empoderadas y en sonoridad, concientes y presentes, sumando a quienes despiertan y acompañan en contra de un sistema patriarcal opresor y violento que todas las personas padecemos en este sistema.

– ¿Por qué incluir a la artista Susy Shock? ¿Qué suma lo trans en esta conmemoración?

– Desde la primer edición hay diversidad en la programación de MMM. Susy Shock es una gran artista y suma con su presencia y arte militante el concepto de feminidades que es más inclusivo que el de mujer. Es una búsqueda de inclusión su participación.

– ¿Qué condimento suma la presencia de Miss Bolivia? ¿Qué aporta la danza en relación a lo femenino?

– En línea con un criterio de diversidad cultural Miss Bolivia propone el respeto y la valoración de estas culturas, tan vinculadas a nuestra memoria y a  otro modelo en relación a género que nos invita a la reflexión. En el baile la mujer encuentra una posibilidad expresiva, poderosa y propia para transmitir en otro código, el corporal, es cuerpo en acción.

Susy Shock, en pleno espectáculo

– ¿Cómo estarán presentes las artistas desaparecidas?

– La acción poética coordinada por Diana Tarnofky y Claudia Stella es un claro homenaje a esas mujeres escritoras, poetas, que fueron prohibidas, detenidas o desaparecidas por hacer uso de la palabra. La palabra y en especial la palabra en arte es un arma maravillosa que quisieron silenciar y hoy vuelve multiplicada y resonante envuelta en coloridos susurradores para ocupar la calle.

 

Como leí en un mural callejero: “Mujer bonita, la que lucha”. ¡Feliz día a todas!

 

Esta es la programación completa del ciclo Marzo, mujer y Memoria