Mariela Arias, relata en un post de Al fin y al cabo … el Sur la historia de esta pintoresca mole de ladrillos rojos ubicada a 90 Km de Puerto Deseado, que con sus 67 metros desafía el viento, el tiempo y la soledad. Es, dice Mariela, una invitación a respirar la inmensidad del Atlántico, maravilloso espectáculo que comparte con sus lectores a través de un video con fotos de la travesía que la llevó hasta el lugar, y un mapa, desarrollado con Google maps.