Nuestros queridos amigos
“Estos son Sarco y Tas, su papá. Típicos perros de Villa Gesell. Vivían cerca del muelle, en donde turistas y geselinos de buen corazón los alimentaban. Durante sus vidas pasaron por distintos dueños, pero últimamente estaban solos.
Sarco, bueno y muy cariñoso, fue llevado a Berazategui por unos turistas en Febrero. Gente que se entusiasmó con su dulzura y vivacidad, y lo rebautizaron Jack. Desde aquí les pido que lo cuiden y no lo abandonen!.
Tas, de unos quince años, era un perro noble, independiente, muy inteligente, mujeriego… desde hace 6 años compartió muchos momentos con nosotros de diciembre a marzo, especialmente las tardecitas de calor o, a veces, durmiendo en casa. Era un perro muy especial, terco pero muy compañero.
Tuvo una vida difícil y sus últimos años requirieron atención del veterinario, por un tumor en el ojo, sordera y problemas de corazón, hasta que no dió más y murió este marzo, rodeado de amor de todos sus dueños postizos. Lo extrañaré mucho y le rindo homenaje aquí por todo el amor que nos brindó!.
Todos los años muchos perros se pierden o son abandonados en Gesell, es tiempo de tomar conciencia!”, dice Leonor Patterlini.
CARTA DE UN AMIGO TRISTE
Querido Patrón-
â¦Â¿querido?â¦Â¡Bueno,â¦sÃ,â¦queridoâ¦(aunque Patrónâ¦en fin!)â¦
Desde hace unos dÃas ando dando vueltas y vueltasâ¦salvándome por casualidad de algunas ruedasâ¦de algunos palosâ¦de algunos zapatazosâ¦de algunos lazos!â¦
Si andaba medio cortado podÃa haberlo dicho!â¦Â¡Nos achicábamos un pocoâ¦y quién le decÃaâ¦Â¿no?
Yo entiendo todo, lo de las tasas de interés y los créditos con las cuotas infernales, lo de la devaluación, los sueños de las grandes vacaciones echados a pique antes de salir de casa, las compras de tantas cosas necesarias postergándose casi para siempre, o para nunca, los resentimientos y las frustraciones por la locura cotidiana de ganarse la vida, la alienación desenfrenada de los que a pesar de todo debemos considerarlos humanos, el despojo despiadado que asestan los corruptos abominables…
Los perros no hablamos, ¡pero entendemos muchas cosas! Los perros no necesitamos hablar más. Hemos hablado hace muchos siglos, pero comprendimos que se desnaturalizaba todo con la palabra y preferimos callarnos y usar solamente los ojos, ¡y la cola!
¡Patrón, con un paquete menos de cigarrillos por dÃa seguro que le alcanzaba para comprarme unas cositas (¡o sacrificando alguna copita!, digo!)
Los perros somos parte de la Naturaleza y comemos hasta donde necesitamos y nunca vamos un bocado ni un trago más allá de lo que es justo (Usted me entiende, ¿no?)
Si hubiese procedido asÃ, de paso se cuidaba un poco la salud, que mal no le iba a venir, ¿eh?!
En realidad Ud. estaba en su derecho, me dio el pasaporte y ¡punto!, tengo que aguantármela, pero qué método eligió, viejo! ¡¿Cómo se le ocurrió eso de tirarme la pelotita desde el coche y cuando salà a buscársela aceleró y desapareció! ¡¿Sabe cuánto corrÃ!? ¡Pero no pude!â¦
¡Y yo que creÃa que Ãbamos de paseo!
¡No se imagina cómo me derrito cuando veo un auto parecido al nuestro y me confundo creyendo que se arrepintió!
Si por ahà se le ocurre, digo, esté atento, porque ando medio cambiado, ¿sabe? Cuando vagamos los perros tomamos otro aspecto, nos ponemos opacos y con olor a miseria. ¡Mire bien, ¡por favor!
El perro vagabundo es un ser incompleto que se arrastra por la vida buscando al amo que perdió en un recodo del cariño.
¡¿Patrón!, se olvidó de lo que dice siempre mi amigo (el que ahora está llevándome la pata para escribirle esta carta),: âSi pensó abandonar su perro mÃrelo antes a los ojosâ?!
¡Bueno Patrón, ahora lo dejo yo, ¿qué tal? (¡y bueh,llegó el desquite!), me están echando también del correo.
Chau
Guau
P.D. : Si los chicos me extrañanâ¦mejor dÃgales que me escapéâ¦Â¡No vaya a ser que se enteren de la verdad â¦y por ahà no quieran perdonarlo en toda la vida!
Carlos Alberto Giangrante
Del libro âMEMORIAS DE UN LATINOAMNESICANOâ EDITORIAL BAOBAB
“Hola, esta es mi gatita Fiona, una persa tortoise de 1 año y 2 meses.
Le encantan los camarones y el salmón. En realidad, le gusta todo lo que ve que yo voy a comer. Mientras cocino está al lado mío, para ver si consigue algo.
Tengo un video de ella llorando, sí, llorando por un camarón cuando hice paella. Saludos a todos”, dice Roxana
Patricia Prieto, desde Mar del Plata, nos dice: “Esta es mi perra Maitena, y le gusta posar para las fotos. La encontré abandonada cuando era muy chiquita (tenía más o menos cuatro meses), el 24 de diciembre de 2007. Había sido atropellada y tenía la patita derecha lastimada.
De inmediato la adopté y pasó a ser muy imporante para mí. Es una compañera muy guardiana y agradecida.”
Marisa es una chica cumplidora: envió a Bestiario una anécdota de su mascota.
Esa fue una de las tantas formas con que este blog festejó el día de los “pupys”, que en este caso creemos que es un canario o un loro. Acá va:
“Hola. Pancha llegó de las manos de mi ahijada, que la encontró abandonada en una caja en la calle, en Capital. Era chiquita, pero enseguida supo ganarse nuestro corazón. Fue a vivir con mi mamá, a quien alegró cada día.
Panchi era muy demandante ya que no le gustaba cuando mi madre tenía que salir. Pero se ponía muy contenta al verla regresar, echándose en la puerta de su jaula para que le tocará su cabecita y reírse.
Cuando mi madre estaba de espalda cocinando, solía silbarle para llamar su atención e imitaba los ruidos como el de cortar las verduras o cuando golpeaba la cuchara en la olla. Le gustaba comer galletitas Criollitas (otras no) mojadas en el té de mi madre, tanto a la mañana como a las 6 de la tarde.
Solía jugar con uno aro plástico que se ponía en forma de collar. También imitaba el ruido de la tijera de podar cuando mi hermano cortaba el pasto del jardín. Estuvo físicamente con nosotros 2 añitos pero seguirá en nuestros corazones por siempre. Desde ya les agradezco mucho”, dice Marisa Sereda, quien asegura que el mail vino con foto, pero que a Bestiario nunca llegó.
Sonó el tiembre a las 8.30, Mora movió la cola y corrió a la puerta, contenta de irse a pasear con Rubén y sus amigos al Parque Las Heras, como siempre.
Pero la de ayer no fue una mañana más para ella ni para los yorki Tao y Dal, el salchicha Polo, el caniche Carmelo, la super vedette Sofía, las mestizas Zoe y Mili, el chiguagua Guacamole, el pincher Aramis y el caniche Tony.
En su día, el del Animal o en este caso el de las mascotas muy queridas, Rubén les preparó una auténtica fiesta. Globos para correr, morder y saltar; palitos para masticar, bonetes artesanales con firma de diseñadora (la de Fernanda Dupacchini, perrera ella también) y, sobre el final y tras dos horas de juegos, corridas y ladridos, un regalo sorpresa para cada uno.
Con motivo del Día del animal realizamos una jornada especial de música y baile. El “Aleph-Danza”, perteneciente al grupo “Arte y Movimiento” es un conjunto integrado por bailarines profesionales, algunos de ellos con capacidades especiales, estrenó en esta ocasión “El carnaval de los animales de Saint Sans”, bajo la dirección de Lola Brikman.
La “Orquesta Sinfónica Juvenil de Radio Nacional” dirigida por Braja Waldman puso música a nuestro día para los animales y todos los visitantes
Además los Yaguaretès, Tigres Blancos y Osos Pardos recibieron piñatas rellenas con sus alimentos favoritos especialmente diseñadas por el Departamento de Enriquecimiento Ambiental para estimular así sus diversas conductas y fomentar el juego!
Pudieron disfrutar de sus alimentos favoritos de una manera diferente: El Oso Pardo Atze tuvo una piñata con forma de manzana rellena de miel, pasas de uvas, manzanas y zanahorias, Jagui, nuestro Yaguar, tuvo un hueso gigante relleno de carne y huesos y nuestro cachorro de Tigre Blanco Rhiano saboreo una enorme piñata con forma de churrasco rellena de carne!
Quien fuera presidente de los argentinos, Don Domingo Faustino Sarmiento, fue uno de los principales defensores de los animales. Así, en 1879, surgió la Sociedad Protectora de Animales que actualmente lleva su nombre.
Don Ignacio Albarracín luchó para que se establezca una ley de protección a los animales para que no fueran maltratados, discriminados ni cazados.
El día del animal se instituyó en 1908 por inspiración de Albarracín y de Clemente Onelli, entonces director del Jardín Zoológico de Buenos Aires.