La leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria, grave en el perro, causada por un parásito (protozoo microscópico) denominado Leishmania.
El primer síntoma clínico más habitual es la pérdida de pelo, sobre todo alrededor de los ojos, orejas y naríz. Según la enfermedad va avanzando, el perro pierde peso aunque no el apetito. Son habituales las heridas en la piel, especialmente en la cabeza y en las patas, en las áreas donde el perro está en contacto con el suelo al tumbarse o sentarse.
Cuando el cuadro se vuelve crónico, éste se complica observándose en muchos casos síntomas relacionados con insuficiencia renal.
La enfermedad no distingue ni entre sexos ni entre razas de perros
Entre otros lugares geográficos, la leishmaniosis canina aparece principalmente en muchos países de América Latina y en todos los países de la región mediterránea, incluyendo Portugal, España, Francia, Italia, Malta, Grecia, Turquía, Israel, Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos.
La leishmaniosis canina es una enfermedad grave, incluso mortal para tu perro, en nuestro país la zona del norte es la mas afectada.
Esta enfermedad se transmite a través de un mosquito, llamado flebotomo. De ahí que, si hay mosquitos, hay riesgo de contagio.
Si tu perro no recibe protección alguna, el riesgo de contagio varia de un 3% a 18% según la zona. El riesgo siempre aumenta si tu perro permanece en zonas más rurales y periurbanas, en regiones cálidas del país y si está fuera de casa al anochecer.
En caso que pienses que tu perro padece de leishmaniosis, visita a tu veterinario quien realizará una prueba analítica mediante una muestra de sangre.
El período de incubación puede variar entre 3 meses y 18 meses. De forma excepcional, la enfermedad puede permanecer en latencia durante varios años. Algunos perros son resistentes y, aunque reciban picaduras de los flebotomos, nunca mostrarán síntomas de la enfermedad siempre y cuando estén correctamente alimentados y no estén sometidos a estrés. Esta resistencia, probablemente, está determinada genéticamente.
El perro enfermo requiere atención veterinaria el resto de su vida.
El tratamiento de la leishmaniosis canina es caro y de por vida.
Si observás los síntomas clínicos o sospechas de que tu perro ha sido infestado, llevalo a la clínica veterinaria para realizar una prueba serológica. El tratamiento será más exitoso si se inicia en las primeras fases de la enfermedad.
La leishmaniosis canina se puede tratar, pero no curar. El tratamiento solamente suprime los síntomas y no impedirá que tu perro tenga una recaída posterior.
Un tratamiento puede durar varias semanas, pero el parásito siempre permanecerá en el perro. Hasta el final de la vida del perro, periódicamente los síntomas pueden volver a aparecer y se tiene que repetir el tratamiento. Cómo entenderás la mejor opción para proteger tu perro es la prevención.
Todavía no existen vacunas que los proteja. Hoy en día la mayor eficacia consigues con repelentes, por ejemplo el collar scalibur del laboratorio Intervet. Otra medida es resguardarlo de los mosquitos al anochecer.
Claudio Piaggio
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